martes, 26 de noviembre de 2013

Miércoles de la 34ª semana de Tiempo Ordinario (impar).
El Reino de Dios no es de este mundo, pero vencerá al final: “Todos os odiarán por causa mía, pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá”.

“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas»”

1. –“Os harán comparecer ante Reyes y Gobernadores a causa de mi Nombre”. Jesús, eres signo de contradicción. Tu nombre es salvación y también van contra tu nombre, te persiguen… Nunca prometiste que en esta vida seríamos aplaudidos y que nos resultaría fácil el camino. Lo que sí nos aseguras es que salvaremos la vida por la fidelidad, y que tú darás testimonio ante el Padre de los que hayan dado testimonio de ti ante los hombres.
-“Así tendréis ocasión de dar Testimonio”. Tus discípulos irán probando, a lo largo de la historia, lo que dice san Pablo: «Se ha hecho público en todo el Pretorio que me hallo en cadenas a causa de Cristo» (Fil 1,12). Testimoniar. Ser testigo.
Muchos cristianos, a lo largo de la historia, han sido perseguidos, llevados a la muerte. ¡Cuántos mártires, de todos los tiempos, también del nuestro, nos estimulan con su admirable ejemplo! Y no sólo mártires de sangre, sino también los mártires callados de la vida diaria, que están cumpliendo el evangelio de Jesús y viven con admirable energía y constancia tu seguimiento, Jesús, en la lucha de cada día, como nos dijiste: "con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas". El amor, la amistad y la fortaleza -y nuestra fe- no se muestran tanto cuando todo va bien, sino cuando se ponen a prueba  (J. Aldazábal). Nos lo avisó: "si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros" (Jn 15,20), pero también nos aseguró: "os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí; en el mundo tendréis tribulación, pero ¡ánimo! yo he vencido al mundo" (Jn 16,33).
-“Por tanto, meteos en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa: yo mismo os inspiraré palabras tan acertadas que ningún adversario os podrá oponer resistencia ni contradeciros”. Los apóstoles hablarán con sabiduría, cosa que extraña a todos «porque se trataba de hombres sin instrucción» (Hch 4,13).
Os echarán mano y os perseguirán; os llevarán a las sinagogas y os meterán en la cárcel”. Jesús anuncia que sus discípulos serán perseguidos, como efectivamente pasó: «Pedro y Juan hablaban al pueblo... El jefe del Templo y los saduceos fueron hacia ellos. Les echaron mano y los metieron en la cárcel hasta el día siguiente» (Hechos 4,1-3; 5,18; 8,3; 24). «Los magistrados de la ciudad de Filipos dieron orden de que quitaran la ropa de Pablo y de Silas y los apalearan. Después de molerlos a palos los metieron en la cárcel» (Hch 16,22).
Los primeros cristianos fueron valientes y no aceptaron el sistema de valores pagano. Fueron criticados por no divinizar el Estado. Valoraron al ser humano por encima de las diferencias étnicas, religiosas y sociales. Constituyeron la comunidad en el centro de interés dejando a un lado el culto por el cuerpo y el placer. Este modo de ver y sentir la vida los llevó a inevitables enfrentamientos.
Jesús, no prometes el éxito, sino la Verdad. Tú no has mentido. Los cristianos se encuentran con la cruz. Pero esos, vencidos la Bestia, la vencerán (servicio bíblico latinoamericano).
-“Todos seréis detestados por causa de mi Nombre. Pero ni un solo cabello de vuestra cabeza se perderá”. ¡Con vuestro aguante y perseverancia conseguiréis la Vida! Perseverancia. Paciencia. Gozo, a pesar de todo. ¿Estoy yo convencido que yendo hacia mi "fin" voy hacia la "Vida"? (Noel Quesson). Aunque haya quienes no comprendan la vocación cristiana... Aunque lleguen dificultades económicas, familiares... aunque llegue la enfermedad, el desaliento, el cansancio... La paciencia es necesaria para perseverar, para estar alegres por encima de cualquier circunstancia; esto será posible porque tenemos la mirada puesta en Cristo, que nos alienta a seguir adelante, sin fijarnos demasiado en lo que querría quitarnos la paz. Sabemos que, en todas las situaciones, la victoria está de nuestra parte. Tú eres, Señor, mi esperanza, en quien confío, quien sé que no me va a fallar.
La paciencia es una virtud bien distinta de la mera pasividad ante el sufrimiento; no es un no reaccionar, ni un simple aguantarse: es parte de la virtud de la fortaleza, y lleva a aceptar con serenidad el dolor y las pruebas de la vida, grandes o pequeñas, como venidos del amor de Dios. Entonces identificamos nuestra voluntad con la del Señor, y eso nos permite mantener la fidelidad y la alegría en medio de las pruebas. Son diversos los campos en los que debemos ejercitar la paciencia. En primer lugar con nosotros mismos, puesto que es fácil desalentarse ante los propios defectos. Paciencia con quienes nos relacionamos, sobre todo si hemos de ayudarles en su formación o en su enfermedad: la caridad nos ayudará a ser pacientes. Y paciencia con aquellos acontecimientos que nos son contrarios porque ahí nos espera el Señor.
Para el apostolado, la paciencia es absolutamente imprescindible. El Señor quiere que tengamos la calma del sembrador que echa la semilla sobre el terreno que ha preparado previamente y sigue los ritmos de las estaciones. El Señor nos da ejemplo de una paciencia indecible. La paciencia va de la mano de la humildad y de la caridad, y cuenta con las limitaciones propias y las de los demás. Las almas tienen sus ritmos de tiempo, su hora. La caridad a todo se acomoda, cree todo, todo lo espera y todo lo soporta (1 Cor 13,7). Si tenemos paciencia, seremos fieles, salvaremos nuestra alma y también la de muchos que la Virgen pone constantemente en nuestro camino.

2. El festín de Baltasar es un texto tan «coloreado» de detalles concretos y que ha inspirado a tantos pintores célebres, es evidente que hay que retener lo esencial –en lugar de verlo como histórico-: ante Dios, el orgullo no vale nada. La orgía de la corte real, y además con los vasos sagrados fruto del pillaje en el templo de Jerusalén, no puede acabar bien. Este festín es como el símbolo del «paganismo» de todos los tiempos.
-"La seducción del orgullo": un gran festín... de mil invitados... comiendo en vajilla de oro y plata. El rey hace alarde de su lujo. ¿Quién paga el costo de todo esto? Los pobres de su reino, sin duda. Pero no piensa en ello. Deslumbra y aplasta a los humildes con su orgullo.
La seducción de la carne»... nos imaginamos la orgía sensual que los artistas han hecho resaltar... la abundancia de vinos... las «mujeres y las cantoras». Cuando la humanidad se abandona a sus instintos, excitada por el alcohol y el sexo ya no se detiene en el camino de la degradación y del envilecimiento. Hemos de ver la moral no tanto como algo personal sino ligado a la caridad, pues estamos concatenados con los demás, la comunión de los santos no es algo teórico, espiritualista o misticista, sino algo real, algo “sensible” y los demás notan si luchamos, si yo venzo los demás van adelante. Y es algo estimulante, ver la grandeza de la vida ordinaria, pues si me motivo, me ilusiono por algo, por ideales nobles de ayuda a los demás, tengo un motivo para levantame de la cama por la mañana, y ver que los demás necesitan eso de mí… así, pasa ese momento quizá de oscuridad donde no se ve nada sobrenatural, y cuando vuelve la luz, se da gracias a Dios por haber aguantado la tormenta y haber seguido en medio de la oscuridad. Quizá es también algo de eso la noche de la fe a la que se referían los místicos, cuando no queda más que cierto recuerdo de aquella luz, y sólo se va adelante por la intuición del amor…
El insulto a Dios»: en este estado es frecuente que el hombre se las haya con Dios. Baltasar, para mostrarse completamente «libre de todos los tabúes religiosos», imaginó «beber en los vasos sagrados, robados antaño al templo». Hay muchas otras maneras de burlarse de Dios.
El miedo y la angustia del más allá»: Se habla hoy mucho de la angustia metafísica del ateo. Se constata la proliferación de prácticas supersticiosas y mágicas, en las personas que no creen en el verdadero Dios. «El rey empalideció, su pensamiento se turbó, sus piernas temblaron». Se pasa de la blasfemia presuntuosa a la debilidad del timorato. Tiene miedo ante el misterio.
-“Tú no has glorificado al Dios que tiene en sus manos tu propio aliento y de quien dependen todos tus caminos”... Frente a ese materialismo pagano, Daniel recuerda «al verdadero Dios». Al hombre que pretende pasarse de Dios, el profeta, con una sola palabra le recuerda su dependencia radical: «¡Dios es el que tiene en sus manos tu propio aliento!» Daniel, en su papel de intérprete de las visiones, es valiente en anunciar lo que significan las letras que aparecen en la pared: "Dios ha contado tus días", "no has dado el peso en su balanza" y "tu reino se ha dividido". Antíoco Epífanes es contemporáneo a cuando se escribe esto, y a él se le puede aplicar todo el texto. Pero también va para cada uno de nosotros: "has adorado a dioses falsos" como el poder o dinero, "te falta peso en la balanza de Dios" porque falta amor… (Noel Quesson).
3. “Sol y luna, bendecid al Señor. Astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor. Vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor. Fríos y heladas, bendecid al Señor”. Que toda la naturaleza bendiga al Señor, pues Él ha hecho resplandecer su Rostro sobre todas las cosas. Cuando la naturaleza cumpla con la función que el Señor le ha asignado estará, con ello, bendiciendo al Señor, pues estará, finalmente, al servicio de la vida y no de la muerte.

 Llucià Pou Sabaté

No hay comentarios: