Lunes
de la 31 semana (impar): no podemos estar cerrados, pues la apertura a los
demás en el amor y el compartir es estar con Jesús
«Decía
también al que le había invitado: «Cuando des una comida o cena, no llames a
tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos, no sea
que también ellos te devuelvan la invitación y te sirva de recompensa. Al
contrario, cuando des un banquete, llama a pobres, tullidos, a cojos, y a
ciegos; y serás bienaventurado, porque no tienen para corresponderte; se te
recompensará en la resurrección de los justos» (Lucas
14,12-14).
1. –Jesús, eres amigo de la paradoja, y una vez más has
querido despertar la curiosidad de sus oyentes... nos hablas de convidar a
comer a los más desvalidos quizá nos dices que si no salimos de "nosotros
mismos" en un primer círculo de personas que forman parte de nosotros... nos
cerramos, y vamos mal. Podría ser en parte seguir amándonos a nosotros mismos.
"Si amáis sólo a los que os aman
¿qué hacéis de extraordinario? Los pecadores también lo hacen" (Lc 6,32).
-“Por el contrario, cuando des un banquete,
invita a "pobres", "lisiados", "cojos",
"ciegos"...” Jesús, nos muestras un modo nuevo de vivir: - sin
distinción de clase social (Lucas 14,12-14; Santiago 1,9; 2,1-6); - sin distinción
de razas (Romanos 10,12; Corintios 12,13; Gálatas 3,28) - sin excluir,
siquiera, a los pecadores (Lucas 7,36-5O).
-“Y
"dichoso" serás tú entonces, porque no te pueden corresponder”. Esta
es la palabra clave del amor evangélico: "amar sin esperar correspondencia".
El desinterés más absoluto. Es difícil… cuántas veces una madre se deprime al
ver que sus hijos no corresponden a todo el amor que ella ha puesto durante
tantos años… es natural, pero el Señor nos anima a ir siempre más allá…
-“Esto te será devuelto cuando resuciten los
justos”. Es lo mismo que decir amar "sólo por Dios". Hay casos,
en que esta es la única motivación capaz de hacernos superar unas repugnancias
invencibles, unos bloqueos afectivos, aparentemente sin salida y unas
dificultades psicológicas extremas. Hay personas, que aman por encima de toda
visión humana: «Es éste un distintivo del hombre justo: que,
aun en medio de sus dolores y tribulaciones, no deja de preocuparse por los
demás; sufre con paciencia sus propias aflicciones, sin abandonar por ello la
instrucción que prevé necesaria para los demás, obrando así como el médico
magnánimo cuando está él mismo enfermo. Mientras sufre las desgarraduras de su
propia herida, no deja de proveer a los otros el remedio saludable» (San Gregorio Magno).
Sí, Dios
interviene en el hombre para ensancharle el corazón. Y la "resurrección de
los justos" será el brillante despliegue a pleno día de ese amor sin
condiciones, sin fronteras, sin exclusivas... que es el amor mismo de Dios
(Noel Quesson). Porque Dios "ama a los justos y a los injustos" (Lc
6,35; Mt 5,45).
Me llegó un texto (“Europa cerrada”, de J.M.A.S.) sobre
la hipocresía con que Europa procura evitar la llegada de inmigrantes
africanos, cuando no son otra cosa que el residuo patético de sus correrías
coloniales de varios siglos.
¿Acaso espera Europa que luego de
centurias de saquear África despojándola de su cultura, de sus recursos
materiales y humanos, de inyectarla con su fiebre perniciosa de consumo, vaya a
poder encarar el nuevo milenio como una suerte de castillo artillado y compacto
en cuyo interior todos son felices mientras fuera cunde el hambre y la
desesperación?
En el cuento de Edgar Allan Poe “La máscara de la
muerte roja” se simboliza la futilidad del intento del príncipe de encerrarse
en su palacio a dar fiestas hasta que pase la peste. El egoísmo no es solución.
Hay un convidado con máscara de muerte, que era la peste, y se la transmite a
los que pensaban estar aislados. Se les mete en casa. La muerte acabó entrando
igual. Europa es rica gracias, en buena medida, a todo lo que se llevó de
África.
Es una vergüenza pensar que tienen que morir de
hambre a pocos kilómetros, mientras aquí se tira la comida. ¿Dónde están los derechos
humanos? Todos somos responsables de reparar el daño hecho, invitando a nuestra
mesa a los pobres. Es además de justicia, por el daño hecho por ingleses,
franceses, alemanes, belgas (“El corazón de las tinieblas”, relato de Joseph
Conrad, que fue guión de la película “Apocalipsys now” es impresionante sobre
esta colonia), portugueses (aquí recuerdo una película de Spielberg, “Amistad”,
sobre las penosas condiciones de los traslados de esclavos).
¿Con qué vergüenza rechazamos las pateras? Son
personas sin medios en su país, devastado por nuestra rapiña muchas veces, que
solo piden las migajas de una limosna, vender baratijas en las plazas, repartir
diarios o limpiar automóviles... Y aun así no los queremos. Europa desea
permanecer cerrada mientras una África saqueada se desangra... igual que
América Latina... igual que el Oriente de segunda... Seguramente Europa abrirá
su corazón, sus puertas... Seguramente aprenderemos algún día a tratarnos todos
los seres humanos como iguales, porque si no fuera así, estaríamos aceptando
los distintos genocidios ocurridos a lo largo de la historia como hechos
normales... Seguramente invitaremos a comer a los necesitados, y así todos
saldremos adelante.
2. –“Los dones de Dios y su llamada son
irrevocables”. Es algo «asegurado», «sólido», de «promesa irrevocable», de
«algo dado». Por nuestra parte se trata de vincularnos a ello.
-“Antes erais paganos...
Desobedecisteis... Obtuvisteis misericordia. También los judíos
desobedecieron... También ellos obtuvieron misericordia”. Estamos unidos
misteriosamente a los judíos, hay una cierta comunión –imperfecta- de unos de
los otros, que se ha perdido lamentablemente en la historia, pero que se
intenta recomponer.
-“Dios, en efecto, encerró
a todos los hombres en la rebeldía, para usar con todos ellos de misericordia”.
La misericordia tiene la última palabra. Dios permite que cada hombre pase por
el pecado -la desobediencia- para que experimente la vanidad, el vacío y la
incapacidad de su voluntad... a fin de abrirlo entonces a la gratuidad del amor
divino, única salida... Ayúdame Señor, a ver así mis pecados. No como una
vejación personal ante el fracaso de mi voluntad. No con despecho.
No con desesperación -«yo no llegaré nunca»-; sino con la certeza
de que esos pecados me abren a tu misericordia y me hacen sentir más hondamente
cuán necesario me eres. Señor, ayúdame a ver así a todo pecador entorno a mí,
como un futuro objeto de tu misericordia, como un actual objeto de tu
misericordia. ¡Tú amas a los pecadores! Amas a este pecador que está junto a mí
y cuyo pecado me hace sufrir. ¿Seré, junto a él, el testigo de tu misericordia?
-“¡Oh abismo... de la
riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios!” El término griego
traducido por «abismo» es el término «bathos», raíz que se encuentra en el
término «bathyscafo», el aparato que trata de explorar las «profundidades», los
«abismos» del mar.
-«¡Cuán insondables son sus
decisiones e impenetrables sus caminos!» Ninguna sonda puede llegar hasta
el «hondón» de Dios. Ningún viajero,
ningún explorador puede «penetrar» hasta ese país secreto, en el corazón de
esta selva impenetrable. Y sin embargo vale la pena partir, aventurarse por ese
«camino» que conduce hacia... Dios.
«Los caminos de Dios»...
hermosa expresión, capaz de hacer soñar, capaz de hacer rezar. Oro, partiendo
de lo que estas palabras me sugieren. ¡Oh, Señor, haz que camine hacia Ti!
¿Estoy en el camino que conduce a Ti? ¿Cuándo se efectuará el encuentro?
-“¿Quién conoció el
pensamiento del Señor? ¿Quién fue su consejero?” Confesión de ignorancia.
Pablo está profundamente extrañado del rechazo de Israel a adherirse al plan en
Dios. Su mentalidad farisea, su orgullo nacional han sido heridos en lo vivo.
Sólo puede confesar su ignorancia. A menudo en nuestras vidas tampoco nosotros
comprendemos el designio de Dios. Humildemente me remito a Ti.
-“Porque «de» Él, «por» Él
y «para» Él son todas las cosas. ¡A Él la gloria por los siglos! Amén”. Dios,
origen de todo. El que lo conserva todo. El objetivo hacia el cual todo va
(Noel Quesson).
3. "Alabaré el nombre
de Dios con cantos, proclamaré su grandeza con acción de gracias". Señor,
te pido ser más humilde y comprensivo con los demás. Como la Virgen. “Clemente y compasivo es
Yahveh, tardo a la cólera y grande en amor (…) sus ternuras sobre todas sus
obras (...) en todas sus obras amoroso. Yahveh sostiene a todos los que caen, a
todos los encorvados endereza”. A ti la alabanza por siempre, Señor.
Llucià Pou Sabaté
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