sábado, 30 de septiembre de 2023

Tiempo ordinario XXVI, Domingo (A): la misericordia divina se vuelca en nuestros corazones, y nos da su gracia para que podamos ir por el camino de los mandamientos

Tiempo ordinario XXVI, Domingo (A): la misericordia divina se vuelca en nuestros corazones, y nos da su gracia para que podamos ir por el camino de los mandamientos

 

A. Lecturas

1. Ezequiel (18,25-28): Así dice el Señor: «Comentáis: "No es justo el proceder del Señor". Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.»

2.
Salmo 24,4bc-5.6-7.8-9: Señor, enséñame tus caminos, / instrúyeme en tus sendas: / haz que camine con lealtad; / enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, / y todo el día te estoy esperando.

Recuerda, Señor, / que tu ternura y tu misericordia son eternas; / no te acuerdes de los pecados / ni de las maldades de mi juventud; / acuérdate de mí con misericordia, / por tu bondad, Señor.

 

El Señor es bueno y es recto, / y enseña el camino a los pecadores; / hace caminar a los humildes con rectitud, / enseña su camino a los humildes. 

 

3. Filipenses (2,1-11): Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás. Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús. Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

 

4. Mateo 21,28-32. "En aquel tiempo dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: -¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: «Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.» El le contestó: -«No quiero.» Pero después se arrepintió y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. El le contestó: -«Voy, señor.» Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?

Contestaron: -El primero.

Jesús les dijo: -Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas lo creyeron. Y aun después de ver esto vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis".

 

B. Comentario:

1. La oración colecta nos da la nota y el movimiento de las lecturas de hoy: "oh Dios, que manifiestas especialmente tu poder con el perdón y la misericordia, derrama incesantemente sobre nosotros tu gracia, para que, deseando lo que nos prometes, consigamos los bienes del cielo".

En medio del dolor de la deportación junto al río Éufrates, con la vergüenza de la destrucción de Jerusalén, Ezequiel, cuyo nombre significa "Dios fuerte", tomó la palabra para corregir los lamentos de los cautivos que se quejan de su mala suerte y de la justicia de Dios. Aquí el profeta rompe el maleficio de que los hijos pagan por los padres, y proclama la bondad divina: "Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo, y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá".

2. Dios es presentado por el salmista como el que indica el camino justo a seguir: "Hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes". Incluso quien se ha equivocado no es abandonado a sí mismo: "El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores". No me falles, Señor: «En ti confío; no sea yo confundido»… He dicho a otros que tú eres el que nunca fallas. ¿Qué dirán si ven ahora que me has fallado a mí?

Ya sé que mis pecados se meten de por medio y lo estropean todo. Por eso ruego: "no te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud". Y también le pedimos lo que debe recordar: "Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas". No te fijes en mis maldades, sino en la confianza que siento en ti. Sobre esa confianza he basado toda mi vida. Por esa confianza puedo hablar y obrar y vivir. La confianza de que tú nunca me has de fallar. Esa es mi fe y mi jactancia. Tú no le fallas a nadie. Tú no permitirás que yo quede avergonzado. Tú no me decepcionarás. Los que esperan en ti no quedan defraudados (Carlos G. Vallés).

3. Pablo pide a los cristianos de Filipos que imiten a Jesús que se ha entregado y ha dado fruto, en su anonadarse: "Cristo Jesús, a pesar de su condición divina, no se aferró a su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó a sí mismo". Doblegó el orgullo y la arrogancia humana desde dentro, no desde fuera. "Nuestro hombre viejo ha sido crucificado con Cristo, quedando así destruida nuestra condición de pecadores" (Rm 6,6). Cargado con nuestro orgullo, en la solidaridad del amor, en vez de basarse en la competitividad, en la ambición y en el engaño mutuo, "lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado" (2 Co 5,17). Es un "clavar en la cruz todos los movimientos de la soberbia" (San Agustín) al que estamos invitados. C. G. Jung, exponente de la psicología profunda, ha observado algo sorprendente: todos los pacientes de cierta edad que se habían dirigido a él sufrían —dice— de algo que podía definirse como falta de humildad, y no se curaban hasta que no adquirían una actitud de respeto y de humildad ante una realidad más grande que ellos, o sea una actitud religiosa. "Vanidad de vanidades", hemos recordado con el Qohelet en las lecturas de esta semana.

La humildad de Cristo, además de estar hecha de servicio, está hecha de obediencia: "Se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte". Realizó el gran "misterio de la religión". En la cruz Jesús no sólo reveló y practicó la humildad; también la creó. La verdadera humildad, la humildad cristiana, consiste desde entonces en participar del estado de ánimo de Cristo en la cruz. "Tened los mismos sentimientos de Cristo Jesús".

4. Jesús, te vemos hoy (y los siguientes dos domingos) rechazado por los notables del pueblo, que deberían haberte aceptado desde el principio. Nos hablas de dos hijos, que son los típicos grupos en los que dividía a la gente el pueblo de Israel: los "justos" y los "pecadores". Pero aquí ambos son considerados como hijos y objeto del amor del Padre.

"Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: «Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.» Él le contestó: -«No quiero.» Pero después se arrepintió y fue". Lo más importante son los hechos, los hechos de vida, las demostraciones prácticas de que creemos en un Dios Padre y su amor, los testimonios vivos de que confiamos tanto en Dios, que no tenemos miedo a nada ni a nadie…

"Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: -«Voy, señor.» Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?

Contestaron: -El primero".

Lo importante en la vida es aprender a amar, y para eso obedecer la voluntad de Dios, que es el camino de nuestra plenitud. La vida no se define por palabras vacías, sino hechos. La fe cristiana no es cumplimiento de unos ritos, sino amar con el corazón y con obras: "Tú que sigues a Cristo y lo imitas, tú que vives en la Palabra de Dios..., no es un lugar donde hay que buscar el santuario, sino en los actos, en la vida, en las costumbres... Si son según Dios, poco importa que estés en casa o en la calle, poco importa incluso que te encuentres en el teatro; si sirves al Verbo de Dios, estás en el Santuario, no te quepa duda alguna" (Orígenes).

 "Jesús les dijo: -Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas lo creyeron. Y aun después de ver esto vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis". "El camino de la justicia" del que hablas, Jesús, significa el camino de la virtud, el camino de la santidad. «El hombre justo, evocado con frecuencia en las Sagradas Escrituras, se distingue por la rectitud habitual de sus pensamientos y de su conducta con el prójimo» (Catecismo, 1807). Pero los judíos, no siguieron el consejo de Juan: «no se movieron a penitencia para poder creer»; y sin penitencia y mortificación, es imposible creer.

Jesús, eres Tú el que me dices hoy: «ve a trabajar a mi viña.» Te pido ayuda para hacer bien mis deberes en el trabajo y de relación con los demás. Y te pido, Señor, que si alguna vez me canso y digo: «no quiero», me perdones y ayudes a reaccionar y a volver de nuevo a trabajar en tu viña.

Para obedecer hay que escuchar. Hay gente que es incapaz de escuchar nada. Nada que no sea ella misma. Se cuenta de una escritora que iba paseando por la calle que se encuentra con una amiga. Se saludan y empiezan a hablar. Durante más de media hora la escritora le habla de sí misma, sin parar ni un momento. De pronto se para y le dice a su amiga: —"Bueno, ya hemos hablado bastante de mí. Ahora hablemos de ti. A ver, tú ¿qué opinas de mí?"... Para escuchar hay que salir de los límites del egoísmo y entrar en comunión con los demás.

 

Llucià Pou Sabaté

 

viernes, 29 de septiembre de 2023

Sábado de la 25ª semana de Tiempo Ordinario (impar). Jesús es el Dios encarnado que da la vida para salvarnos, y nuestra vida tiene sentido si se abre a la salvación

Sábado de la 25ª semana de Tiempo Ordinario (impar). Jesús es el Dios encarnado que da la vida para salvarnos, y nuestra vida tiene sentido si se abre a la salvación

 

A. Lecturas

 

1. Zacarías (2,5-9.14-15a): Alcé la vista y vi a un hombre con un cordel de medir. Pregunté: «¿Adónde vas?» Me contestó: «A medir Jerusalén, para comprobar su anchura y longitud.» Entonces se adelantó el ángel que hablaba conmigo, y otro ángel le salió al encuentro, diciéndole: «Corre a decirle a aquel muchacho: "Por la multitud de hombres y ganado que habrá, Jerusalén será ciudad abierta; yo la rodearé como muralla de fuego y mi gloria estará en medio de ella –oráculo del Señor–."» «Alégrate y goza, hija de Sión, que yo vengo a habitar dentro de ti –oráculo del Señor–. Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos, y serán pueblo mío, y habitaré en medio de ti.»

 

2. Jr 31,10.11-12ab.13: Escuchad, pueblos, la palabra del Señor, / anunciadla en las islas remotas: / «El que dispersó a Israel lo reunirá, / lo guardará como un pastor a su rebaño.»

 

«Porque el Señor redimió a Jacob, / lo rescató de una mano más fuerte.» / Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión, / afluirán hacia los bienes del Señor.

 

Entonces se alegrará la doncella en la danza, / gozarán los jóvenes y los viejos; / convertiré su tristeza en gozo, / los alegraré y aliviaré sus penas.

 

3. Lucas 9,43b-45:  "En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: -«Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres.» Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no cogían el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto"

 

B. Comentario:

 

1. La visión de Zacarías nos presenta la necesidad de conversión, y las promesas mesiánicas: "Alcé la vista y vi a un hombre con un cordel de medir. Pregunté -«¿Adónde vas?» Me contestó: -«A medir Jerusalén, para comprobar su anchura y longitud.»" Quiere decir que Jerusalén será reedificada.

"Entonces se adelantó el ángel que hablaba conmigo, y otro ángel le salió al encuentro, diciéndole: -«Corre a decirle a aquel muchacho: "Por la multitud de hombres y ganado que habrá, Jerusalén será ciudad abierta; yo la rodearé como muralla de fuego y mi gloria estará en medio de ella -oráculo del Señor-."»" Será una ciudad abierta, en la que todos cabrán. Será inútil intentar medirla. Por otra parte, no necesitará murallas, ya que Dios mismo será su defensor. El profeta da confianza a los repatriados.

«Alégrate y goza, hija de Sión, que yo vengo a habitar dentro de ti -oráculo del Señor-. Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos, y serán pueblo mío, y habitaré en medio de ti.» Israel, niña de los ojos de Yahvé, se convertirá en lugar de encuentro de numerosos pueblos, porque muchos de ellos le seguirán en el culto a Yahvé. Toda Palestina es llamada Tierra Santa por primera vez en la historia, ya que participará de la santidad del templo, casa de Yahvé. Es el anuncio del universalismo del reino mesiánico, frecuente entre los profetas  (J. Aragonés Llebaria).

Los que leemos esto después de la venida de Cristo, hace dos mil años, entendemos mejor lo que significa la palabra del profeta: "aquel día se unirán al Señor muchos pueblos y serán pueblo mío y habitaré en medio de ti". La salvación de Dios no sólo alcanza al pueblo judío, sino que va a ser universal. Esta página de Zacarías nos invita al optimismo. Pero a la vez nos recuerda que la Iglesia -la nueva comunidad de la Alianza- no puede ser medida con cordeles y cerrada en particularismos, sino que ha de ser abierta, universal, orgullosa de la variedad de sus pueblos y culturas y procedencias. Una ciudad que sabe que su mejor riqueza es Dios mismo. Es la "Jerusalén celestial" de la que nos habla el Apocalipsis, cumplimiento perfecto de la Jerusalén primera, y que nosotros sabemos que es la Iglesia, débil y pecadora, pero llena del Espíritu de Dios, camino de su realización última. El documento del Vaticano II sobre la relación de la Iglesia con el mundo, la Gaudium et Spes, nos invitó a abrir las ventanas y las puertas, a no usar esos cordeles porque la Iglesia es espacio de esperanza para todos. Como pide la Plegaria Eucarística V b: "que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando" (J. Aldazábal).

2. Se cumple lo que dice el salmo: "el que dispersó a Israel lo reunirá, lo guardará como pastor a su rebaño... vendrán con aclamaciones, afluirán hacia los bienes del Señor". Concluyó el destierro; hay que volver a la tierra prometida; el Señor se convertirá en protector y defensor de su pueblo en su camino por el desierto hacia la tierra que Él dio a los patriarcas. Al poseer nuevamente la tierra prometida, volverá la paz, la alegría y el disfrutar de los abundantes frutos, que finalmente no será sino gozar de los bienes del Señor. Por medio de Cristo Jesús nosotros hemos sido liberados de nuestra esclavitud al mal; y el Señor nos ha dado su Espíritu que nos guía hacia la posesión de los bienes definitivos. Mientras vamos por este camino cargando nuestra cruz de cada día, esforcémonos por no dejarnos desviar de la meta a la que se han de dirigir nuestros pasos: la posesión de los bienes eternos, en que ya no habrá tristeza, ni dolor, ni penas, sino alegría, gozo y paz en el Señor. Vayamos, pues, tras de Cristo, que vela de nosotros como el pastor cuida su rebaño.

"Escuchad, pueblos, la palabra del Señor, anunciadla en las islas remotas". Se trata de una noticia consoladora, y son del llamado "Libro de la consolación": "El Señor redimió a Jacob, lo rescató de una mano más fuerte". Es un oráculo que hace soñar: los exiliados "vendrán con aclamaciones" y no sólo volverán a encontrar el templo del Señor, sino también todos los bienes: el trigo, el vino, el aceite y los rebaños de ovejas y vacas. Dios quiere hacer feliz al hombre entero: el "huerto regado" es imagen de lozanía y fecundidad. Dios convierte su tristeza en gozo, el canto y la danza serán muestras de un júbilo incontenible, una alegría de todo el pueblo.

Aunque luego cayó el pueblo en el exilio, anunciaban esas palabras un pacto irrevocable: "Con amor eterno te he amado". Cantan la efusión paterna de un Dios que a Efraím lo llama su primogénito y lo colma de ternura: "Salieron entre llantos, y los guiaré con consolaciones; yo los guiaré a las corrientes de aguas, por caminos llanos para que no tropiecen, pues yo soy el Padre de Israel". Aunque la promesa no se pudo realizar por entonces a causa de la infidelidad de los hijos, el amor del Padre permanece en toda su impresionante ternura. El amor de Dios no falla. Anunciaba la nueva alianza con la muerte y la resurrección de Cristo y con el don del Espíritu. Y tendrá su pleno cumplimiento cuando el Señor vuelva al final de los tiempos (Juan Pablo II).

   3 –"Entre la admiración general por todo lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos..." Jesús, antes de dirigirte a Jerusalén, terminas tu ministerio hablando de tu sacerdocio, que será sacrificial en que tú serás la victima.

-""El Hijo del hombre""... El profeta Daniel habló de este título: "Yo contemplaba en las visiones de la noche. Y he aquí que en las nubes del cielo venía, como un Hijo de hombre. Se dirigió hacia el Anciano (Dios) y fue llevado a su presencia. A él se le confirió el Imperio, el Honor y la Realeza. Y todos los pueblos, naciones y lenguas le servirán. Su Imperio es un Imperio eterno que nunca pasará. Y su Reino no será destruido jamás" (Daniel 7, 13-14). La grandeza de tu misión queda como contrapuesta a lo que sigues diciendo:

-"...Lo van a entregar en manos de los hombres". Aquí aludes al pasaje de Isaias: "No tenía belleza ni esplendor, despreciable y desecho de la humanidad. Era despreciado y no se le tenía en cuenta. Fue oprimido y él se humilló. Y no abría la boca, como un cordero conducido al degüello. Fue herido de muerte" (Isaías 53,2-12). Estás uniendo a Dios con el sufrimiento, rompiendo así toda visión humana…

«Jesús, al aceptar en su corazón humano el amor del Padre hacia los hombres, «los amó hasta el extremo» porque «nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos». Tanto en el sufrimiento como en la muerte, su humanidad se hizo el instrumento libre y perfecto de su amor divino que quiere la salvación de los hombres. En efecto, aceptó libremente su pasión y muerte por amor a su Padre y a los hombres que el Padre quiere salvar. «Nadie me quita la vida; yo la doy voluntariamente». De aquí la soberana libertad del Hijo de Dios cuando El mismo se encamina hacia la muerte» (Catecismo, 609).

-"Pero ellos no entendían ese lenguaje; les resultaba tan oscuro que no captaban el sentido". Los Doce no entendían nada en todo esto. "Nadie se escandalice de ver tan imperfectos a los apóstoles. Todavía no se había consumado el misterio de la Cruz, todavía no se les había dado la gracia del Espíritu Santo" (San Juan Crisóstomo). A diferencia de lo que dice en otros lugares, aquí no une el sufrimiento a la gloria. Aquí nos habla de la ciencia de la cruz… "pasar con Él por la muerte de cruz, crucificando como Él la propia naturaleza con una vida de mortificación y de renuncia, abandonándose en una crucifixión llena de dolor y que desembocará en la muerte como Dios disponga y permita. Cuanto más perfecta sea tal crucifixión activa y pasiva, tanto más intensa resultará su unión con el Crucificado y tanto más rica su participación en la vida divina" (Santa Teresa Benedicta de la Cruz).

Jesús superpuso dos concepciones del Mesías, opuestas aparentemente: - El Hijo del hombre evoca una imagen de "transcendencia"... un Mesías que participa de la grandeza de Dios... - El Servidor, evoca una imagen de pobreza, de indigencia total... un Mesías sin poder alguno.

-"El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres". En san Lucas, éste es pues el segundo anuncio de la Pasión; y lo sitúa justo en el momento que "la gente estaba admirada". Ocasión esta de profundizar en la conciencia íntima de Jesús: el sacrificio de su vida, que termina su "viaje aquí abajo", y que relatan los cuatro evangelistas, ¡no es simplemente un episodio, el último... es el centro! Jesús pensaba en ello desde mucho tiempo. Se preparó detenidamente. Y trató de preparar a sus apóstoles. Se comprende que la Eucaristía, que es el "signo actual" que nos ha sido dado, tenga una tal importancia en la vida de la Iglesia: es en verdad el "memorial" de lo más señalado en la vida de Jesús.

-"Y tenían miedo de preguntarle sobre el asunto". Efectivamente, los apóstoles no quieren abordar ese asunto con El, porque interiormente rehúsan la muerte de Jesús. No comprendieron que era su mayor acto de amor. Pero, ¿y nosotros? ¿Hemos comprendido todo lo que la misa representa? (Noel Quesson).

Jesús despierta admiración, por sus gestos milagrosos y por la profundidad de sus palabras. También a nosotros nos gusta fácilmente ese Jesús. Pero el Jesús servidor, el Jesús que se ciñe la toalla y lava los pies a los discípulos, el Jesús entregado a la muerte para salvar a la humanidad, eso no lo entendemos tan espontáneamente. Quisiéramos sólo el consuelo y el premio, no el sacrificio y la renuncia. Preferiríamos que no hubiera dicho aquello de que "el que me quiera seguir, tome su cruz cada día". Pero ser seguidores de Jesús pide radicalidad, no creer en un Jesús que nos hemos hecho nosotros a nuestra medida. Ser colaboradores suyos en la salvación de este mundo también exige su mismo camino, que pasa a través de la cruz y la entrega. Como tuvieron ocasión de experimentar aquellos mismos apóstoles que ahora no le entienden, pero que luego, después de la Pascua y de Pentecostés, estarán dispuestos a sufrir lo que sea, hasta la muerte, para dar testimonio de Jesús (J. Aldazábal).

¡Qué difícil entender que el camino que lleva a Jesús a la gloria ha de pasar por la muerte! Él mismo indicará a los discípulos que se encaminaban hacia Emaús: "Era necesario que el Hijo del hombre padeciera todo esto para entrar así en su Gloria". Ojalá y no seamos tardos ni duros de corazón para entender y vivir aquella invitación que el Señor nos hace: "Toma tu cruz de cada día y sígueme".

Llucià Pou Sabaté

jueves, 28 de septiembre de 2023

29 de septiembre, Fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Son espíritus enviados para cuidarnos. Jesús nos dice: “Veréis a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”

29 de septiembre, Fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Son espíritus enviados para cuidarnos. Jesús nos dice: "Veréis a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre"

 

A. Lecturas

 

1. Daniel (7,9-10.13-14): Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros. Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

 

2. Salmo 137,1-2a.2b-3.4-5.7c-8: Te doy gracias, Señor, de todo corazón; / delante de los ángeles tañeré para ti, / me postraré hacia tu santuario.

 

Daré gracias a tu nombre: / por tu misericordia y tu lealtad, / porque tu promesa supera a tu fama; / cuando te invoqué, me escuchaste, / acreciste el valor en mi alma.

 

Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra, / al escuchar el oráculo de tu boca; / canten los caminos del Señor, / porque la gloria del Señor es grande.

 

3. Juan 1,47-51.  "En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: -«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.» Natanael le contesta: -«¿De qué me conoces?» Jesús le responde: -«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.» Natanael respondió: -«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.» Jesús le contestó: -«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: -«Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

 

1. La liturgia de hoy nos ofrece como posible primera lectura dos textos alternativos. El primero está tomado del libro de Daniel, y en él se describe una visión fantástica que tiene el profeta contemplando el trono y la corte angélica de Dios, con miles y miles de ángeles a su servicio. Fantaseada imagen del mundo divino descrito al modo de una corte humana oriental. En nuestra pobreza mental, no sabemos hablar de Dios sino rebajándolo. El segundo, tomado del Apocalipsis, describe una terrible guerra entre Miguel y sus ángeles del cielo contra el dragón o serpiente primordial, arrojada del cielo. Este dragón, Satanás, queda derribado por el poder del Cordero triunfador.

El himno de Laudes es bien expresivo: "Miguel, Gabriel, Rafael. / ¡Oh espíritus señeros / arcángeles mensajeros  de Dios, que estáis junto a él! / A vuestro lado se sienten  / alas de fiel protección, / el incienso de oración  y el corazón obediente. / '¿Quién como Dios?' / es la enseña; es el grito de Miguel... / Gabriel trae la embajada..., /  al 'Sí' de la Virgen Madre... / Rafael /  nos encamina  por la ruta verdadera... // ¡Oh Dios!, Tú  que nos diste a los ángeles por guías y mensajeros, concédenos ser también sus compañeros del cielo. Amén.

San Gregorio el Grande nos dice que esos ángeles llevan las comunicaciones, mediante su presencia y sus mismas acciones, que cambian decisivamente nuestras vidas. Se llaman, precisamente, "arcángeles", es decir, príncipes de los ángeles, porque son enviados para las más grandes misiones (Jorge Mejía).

Miguel significa: "¿Quien como Dios?" La humildad es condición fundamental para ser fieles. Serviam! La paz, consecuencia de la lucha… Hubo una batalla en el cielo, y él encabezó la victoria. Pax in bello. Hemos de tener moral de victoria (Ap 12,7 ss.). En algunas oraciones litúrgicas le pedimos que nos proteja en el peligro (Defende nos in proelio…); que proteja a la Iglesia de sus enemigos y que los humille (ut inimímicos Sanctae Ecclesiae humiliare digneris). Nos anuncia, así, el misterio de la justicia divina, que también se ejerció en sus ángeles cuando se rebelaron, y nos da la seguridad de su victoria y la nuestra sobre el mal. Quizá las alas con que pintamos a los ángeles proceden de descripciones simbólicas de los profetas Daniel, Ezequiel e Isías.

En aquellos primeros momentos de la creación, algún espíritu creado por Dios se reveló en un pecado consciente, y la corrupción de lo mejor se convirtió en lo peor (corruptio optimi pessima). Su castigo no permite una redención, pues no quiere ser redimido, permanece en su odio, aunque sufra. Por ello odia a los hombres y trata de seducirlos. Su presencia en la historia es importantísima, pero por contraste se hace más luminosa la misericordia divina y la luminosa presencia de los ángeles fieles, Miguel el primero. San Gregorio Magno dice que "siempre que se debe realizar algo que requiere un poder extraordinario es enviado Miguel para que quede claro que nadie es más fuerte que Dios." Hacen falta migueles: fuertes, valientes, generosos en esa guerra de amor y de paz que es la vida. El nombre del enviado Gabriel es Poder de Dios, Fortaleza de Dios, ya que necesitamos fortaleza para decir que sí a lo que Dios nos dice por sus emisarios.

Gabriel fue enviado para anunciar a María Santísima la concepción virginal del Hijo de Dios, que es el principio de nuestra redención (Lc 1).

Rafael acompaña a Tobías "junior", lo defiende y lo aconseja, socorre a Sara de la que murieron los anteriores 7 maridos, cura finalmente al padre Tobit (Tob). Nos ayuda a buscar la vocación, ayuda en el camino. Su nombre es "medicina de Dios". Importa mucho no equivocar la ruta. San Rafael es el guía especial de los que aún han de conocer lo que Dios espera de ellos. Así se revela: "Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que presentamos las oraciones de los justos y tienen entrada ante la majestad del Santo". La vida es un largo viaje que acaba en Dios. Para recorrerlo necesitamos ayuda, protección y consejo, pues son muchas las posibilidades de extraviarnos, o de entretenernos innecesariamente en el camino, perdiendo un tiempo precioso. Como decía el poeta, "cada caminante siga su camino", que conduce hasta Él. Importa mucho no equivocar la ruta. San Rafael es el buen acompañante en esta ruta, y en el corazón conocemos el modo de hacer el camino. Aunque conviene tener paciencia, pues muchas veces las cosas no son como queremos, sino como vienen por providencia de Dios: el arte está en ver a Dios detrás de cada evento, así estaremos siempre contentos, nos sabremos amados por Dios en todas las circunstancias.

2. En el salmo rezamos: Te doy gracias, Señor, de todo corazón. Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor. Con la inocencia de Natanael, la de los niños sencillos, queremos cantarte, Señor, con todos los ángeles, como dice S. Bernardo: "A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos. Dad gracias al Señor por su misericordia por las maravillas que hace con los hombres. Dad gracias y decid entre los gentiles: «El Señor ha estado grande con ellos». Señor, ¿qué es el hombre para que le des importancia, para que te ocupes de él? Porque te ocupas ciertamente de él, demuestras tu solicitud y tu interés para con él. Llegas hasta enviarle tu Hijo único, le infundes tu Espíritu, incluso le prometes la visión de tu rostro. Y, para que ninguno de los seres celestiales deje de tomar parte en esta solicitud por nosotros, envías a los espíritus bienaventurados para que nos sirvan y nos ayuden, los constituyes nuestros guardianes, mandas que sean nuestros ayos.

"A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos. Estas palabras deben inspirarte una gran reverencia, deben infundirte una gran devoción y conferirte una gran confianza. Reverencia por la presencia de los ángeles, devoción por su benevolencia, confianza por su custodia. Porque ellos están presentes Junto a ti, y lo están para tu bien. Están presentes para protegerte, lo están en beneficio tuyo. Y, aunque lo están porque Dios les ha dado esta orden, no por ello debemos dejar de estarles agradecidos, pues que cumplen con tanto amor esta orden y nos ayudan en nuestras necesidades, que son tan grandes.

"Seamos, pues, devotos y agradecidos a unos guardianes tan eximios; correspondamos a su amor, honrémoslos cuanto podamos y según debemos. Sin embargo, no olvidemos que todo nuestro amor y honor ha de tener por objeto a aquel de quien procede todo, tanto para ellos como para nosotros, gracias al cual podemos amar y honrar, ser amados y honrados.

"En él, hermanos, amemos con verdadero afecto a sus ángeles, pensando que un día hemos de participar con ellos de la misma herencia y que, mientras llega este día, el Padre los ha puesto junto a nosotros, a manera de tutores y administradores. En efecto, ahora somos ya hijos de Dios, aunque ello no es aún visible, ya que, por ser todavía menores de edad, estamos bajo tutores y administradores, como si en nada nos distinguiéramos de los esclavos.

"Por lo demás, aunque somos menores de edad y aunque nos queda por recorrer un camino tan largo y tan peligroso, nada debemos temer bajo la custodia de unos guardianes tan eximios. Ellos, los que nos guardan en nuestros caminos, no pueden ser vencidos ni engañados, y menos aún pueden engañarnos. Son fieles, son prudentes, son poderosos: ¿por qué espantarnos? Basta con que los sigamos, con que estemos unidos a ellos, y viviremos así a la sombra del Omnipotente".

Oh Dios, que en tu providencia amorosa te has dignado enviar para nuestra custodia a tus santos ángeles, concédenos, atento a nuestras súplicas, vernos siempre defendidos por su protección y gozar eternamente de su compañía. Por nuestro Señor Jesucristo.

Entre muchos otros piropos, dedicamos a nuestra Madre del Cielo el de Reina de los Ángeles. A Ella suplicamos confiadamente que nos recuerde, siempre que sea preciso, que contamos para nuestro bien con la poderosa y amable asistencia de nuestro ángel.

3. Gabriel, Rafael y Miguel son ángeles y además símbolos de la comunicación entre Dios y los hombres. Comunicación que en ti, Señor, se hace plena realidad. Tú anuncias a Natanael un tiempo en el que el cielo quedará abierto y los ángeles, mensajeros de Dios, subir y bajar del cielo a la tierra, como el sueño de Jacob en Betel (Gn 28,11-27). Este sueño se hace realidad en ti, Señor, pues unes cielo y tierra con tu vida. Eres tú, Jesús, el auténtico Enviado, "ángel" de Dios, te has convertido para nosotros en la Scala Sancta (Escalera Santa) como nos dirigimos a Dios Padre en el Canon de la misa: "Te pedimos humildemente, Dios todopoderoso, que esta ofrenda sea llevada a tu presencia, hasta el altar del cielo, por manos de tu ángel [Jesús, el único que puede hacer ese acto], para que cuantos recibimos el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, al participar aquí de este altar, seamos colmados de gracia y bendición".

Describes a Natanael como a modelo de israelita. La mención de la higuera alude a Os 9, 10 (LXX): «Como racimo en el desierto encontré a Israel, como en breva en la higuera me fijé en sus padres». El profeta describía la elección del pueblo; Natanael representa precisamente al Israel elegido que ha conservado la fidelidad a Dios. Ahora, Jesús, renueva la elección.

Nos hablas de los ángeles cuando te refieres al fin del mundo ("Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles"), aparecen con ocasión de tu nacimiento (anunciándolo a los pastores de Belén); te sirvieron en el desierto después de su ayuno y de haber sido tentado por el diablo; un ángel te confortará en la agonía de Getsemaní; están presentes junto a tu sepulcro cuando resucitas; cuando vas a los cielos, animan a tus discípulos a la extensión del Evangelio. En las prisiones de Pedro, lo liberan unos ángeles.

Los ángeles son criaturas espirituales que glorifican a Dios sin cesar y que sirven a sus designios salvíficos con las otras criaturas (Catecismo). Los ángeles cooperan en toda obra buena que hacemos (santo Tomás de Aquino). La Iglesia venera a los ángeles que la ayudan en su peregrinar terrestre y protegen a todo ser humano. La Iglesia reza hoy en la Oración colecta de la Misa: "Oh Dios, que con admirable sabiduría distribuyes los ministerios de los ángeles y de los hombres, te pedimos que nuestra vida esté siempre protegida en la tierra por aquellos que te asisten continuamente en el Cielo". Santa María, reina de los ángeles, está junto a cada uno para asistirnos en nuestro camino hasta la casa del Cielo.

 

 

 

Llucià Pou Sabaté

miércoles, 27 de septiembre de 2023

Jueves de la 25ª semana de Tiempo Ordinario (impar).Jesúsno es solo un gran hombre, sino Dios encarnado. Y el hombre solo se realizacuando se abre a Dios

Jueves de la 25ª semana de Tiempo Ordinario (impar). Jesús no es solo un gran hombre, sino Dios encarnado. Y el hombre solo se realiza cuando se abre a Dios

 

A. Lecturas:

1. Comienzo de la profecía de Ageo 1,1-8. El año segundo del rey Darío, el mes sexto, el día primero, vino la palabra del Señor, por medio del profeta Ageo, a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judea, y a Josué, hijo de Josadak, sumo sacerdote: «Así dice el Señor de los ejércitos: Este pueblo anda diciendo: "Todavía no es tiempo de reconstruir el templo."» La palabra del Señor vino por medio del profeta Ageo: «¿De modo que es tiempo de vivir en casas revestidas de madera, mientras el templo está en ruinas? Pues ahora -dice el Señor de los ejércitos meditad vuestra situación: sembrasteis mucho, y cosechasteis poco, comisteis sin saciaros, bebisteis sin apagar la sed, os vestisteis sin abrigaros, y el que trabaja a sueldo recibe la paga en bolsa rota. Así dice el Señor: Meditad en vuestra situación: subid al monte, traed maderos, construid el templo, para que pueda complacerme y mostrar mi gloria -dice el Señor-.»

 

2. Salmo 149,1-2.3-4.5-6a y 9b.

Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas, cantadle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: con vítores a Dios en la boca; es un honor para todos sus fieles.

 

3. Lucas 9,7-9. "En aquel tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que habla aparecido Elías, y otros que habla vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Herodes se decía: -«A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?» Y tenía ganas de ver a Jesús".

 

B. Comentario:

1. El año 522 a.C. Darío sucede a Cambises (que reinó solo 2 años). Ageo canta a Dios, señor de la historia. Pide a los recién vueltos que se muevan, pues no parecían tener mucha prisa en reconstruir el templo, signo de vitalidad religiosa del pueblo, construir la Casa de Dios. Es una actitud de apertura a la Alianza con Dios y las costumbres coherentes con ella.

-"El año segundo del reinado de Darío, el primer día del sexto mes fue dirigida la palabra del Señor por medio del profeta Ageo..." Durante cinco meses, hasta el fin de diciembre, hablará en una plaza de Jerusalén. Hoy… Dios tiene algo que decirme.

-"La palabra de Dios fue dirigida a Zorababel, gobernador de Judá y a Josué, sumo sacerdote". Zorobabel no es más que un sencillo funcionario, uno sobre doscientos cincuenta en el conjunto de la inmensa administración persa. Josué es un humilde servidor de un Templo ruinoso.

-"Así habla el Señor del universo: este pueblo dice: «Todavía no ha llegado el momento de reedificar la Casa del Señor...»" ¿No es esta también la actitud del mundo moderno y la mía? ¡Vivir primero, trabajar primero, ganar dinero primero... orar después! No se tiene tiempo de ir a misa, usted lo comprende. ¡Hay tantas cosas que preparar los fines de semana!... ¿Cómo puedo rezar todos los días si no tengo un minuto? -Mirad lo que contestó el Señor: "¿Es acaso para vosotros el momento de instalaros en vuestras casas lujosas, mientras mi Casa está en ruinas?" ¡Pues. sí! los judíos que regresaron del exilio comenzaron por construirse hermosas casas confortables. Y durante esos años el Templo es un montón de piedras calcinadas. ¡Dios es el último en ser servido!

-"Reflexionad sobre vuestra situación: Habéis sembrado mucho, pero la cosecha es poca. Habéis comido, pero sin quitaros el hambre. Habéis bebido, pero sin quitaros la sed. Os habéis vestido, mas sin calentaros. Y el obrero que ha ganado su salario, lo mete en bolsa rota"... Son imágenes que interrogan. ¡Trabajáis!; ¡os matáis trabajando! Pero ¿para qué, en el fondo? En el fondo vuestra vida no tiene sentido. Trabajar, consumir, ¿para qué?; ¡si no hay una finalidad más esencial en todo ello! Comer, beber, ganar dinero. Esto no basta al hombre. Le deja con su hambre y su sed. -"Reflexionad sobre lo que debéis hacer".

-"Subid a la montaña, traed madera para reedificar la Casa de Dios; y Yo la aceptaré gustoso y me sentiré honrado". Manos a la obra. Disponed un lugar para Dios en vuestra vida. Que sea el centro. Reconstruid una «Presencia» de Dios en el corazón de vuestra ciudad, en el corazón de vuestra vida. Se trata, en efecto, de rehacer, sin cesar, la unidad entre «vida» y «rito» (Noel Quesson).

El éxito de su misión fue inmediato: veintitrés días después empiezan las obras. Es un caso único en la historia del profetismo. Tengamos en cuenta, sin embargo, que Ageo no pedía una gran reforma interior, sino tan sólo la reconstrucción de un edificio. En el segundo discurso (2,1-9) el profeta anuncia que, a pesar de las apariencias, el nuevo templo será superior al antiguo. En el reino mesiánico cabrán las riquezas, es decir, los valores de todos los pueblos. También los gentiles contribuirán a la salvación del mundo. Esto es válido para todos los pueblos y para todos los tiempos (J. Aragonés Llebaria).

2. "Que los fieles festejen su gloria, y canten jubilosos en filas", invita el salmo, "un cántico nuevo", que proclama un coro formado por los que creen en el Reino de Dios, los sencillos y pobres. San Agustín comenta: "¿Qué es lo que constituye un coro? (...) El coro es un conjunto de personas que cantan juntas. Si cantamos en coro debemos cantar con armonía. Cuando se canta en coro, incluso una sola voz desentonada molesta al que oye y crea confusión en el coro mismo". Luego, refiriéndose a los instrumentos utilizados por el salmista, se pregunta: "¿Por qué el salmista usa el tímpano y el salterio?". Responde: "Para que no sólo la voz alabe al Señor, sino también las obras. Cuando se utilizan el tímpano y el salterio, las manos se armonizan con la voz. Eso es lo que debes hacer tú. Cuando cantes el aleluya, debes dar pan al hambriento, vestir al desnudo y acoger al peregrino. Si lo haces, no sólo canta la voz, sino que también las manos se armonizan con la voz, pues las palabras concuerdan con las obras".

3. La fama de Jesús se extiende y llega a oídos de Herodes Antipas, tetrarca de Galilea y Perea, el asesino de Juan el Bautista. Este Herodes era hijo de Herodes el Grande, el de los inocentes de Belén. Su actitud parece muy superficial, de mera curiosidad. Está perplejo, porque ha oído que algunos consideran que Jesús es Juan resucitado, al que él había mandado decapitar. Este Herodes es el que más tarde dice Lucas que amenaza con deshacerse de Jesús y recibe de éste una dura respuesta: "id y decid a ese zorro..." (Lc 13,31-32). En la pasión, Jesús, que había contestado a Pilato, no quiso, por el contrario, decir ni una palabra en presencia de Herodes, que seguía deseando verle, por las cosas que oía de él "y esperaba presenciar alguna señal o milagro" (Lc 23,8-12; cf J. Aldazábal).

-"Herodes, príncipe de Galilea, se enteró de lo que pasaba acerca de Jesús. Y estaba perplejo. Porque unos decían: "Es Juan Bautista que ha resucitado de entre los muertos." Otros decían: "Es Elías que ha aparecido de nuevo." Y otros: "Es uno de los antiguos Profetas que ha vuelto a la vida."" El afán de algo extraordinario hacía que los judíos esperaran un nuevo Moisés, un nuevo Elías (Noel Quesson).

-"Y Herodes decía: "A Juan yo le hice decapitar. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?"" Parece que tenía la inquietud de la conciencia intranquila, del peso del crimen cometido. Hay una luz interior: "cuando los paganos, que no tienen Ley hacen espontáneamente lo que ella manda, aunque la Ley les falte, son ellos su propia Ley... y muestran que llevan escrito en su corazón el contenido de la Ley cuando la conciencia aporta su testimonio" (Rom 2,14).

-"Y tenía ganas de ver a Jesús". Parece que Herodes no sigue esa luz interior de su conciencia, por el crimen cometido («A Juan le corté yo la cabeza»), y se pregunta por la identidad de Jesús: «¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?» Es fácil suponer que tiene miedo, y necesita cierto control de las cosas que hace. Hay una contradicción en todo esto, pues si bien «tenía ganas de verlo» se nos dirá más tarde que lo «quería matar» (13,31).

En una vida llena de miedos ante la incertidumbre de un futuro amenazante, muchos se abandonan en sectas y falsas seguridades. Herodes quiere espectáculo, tiene curiosidad por todo lo sobrenatural, como vemos hoy día en algunos. Lo maravilloso y mágico es siempre algo que interesa a la imaginación, y tenemos mucha literatura de leyendas fantásticas, cuentos en los que lo mágico se funde con lo real. La Edad Media, como también la época romántica, fueron tiempos en los que proliferaban esas historias y cuentos. En la época pop se quiso un Jesús "superstar", o un gran hombre, o un admirable maestro. Pero Jesús no es solo un hombre, es Dios encarnado. Sólo los que se acercan a él con fe y sencillez de corazón logran entender poco a poco su identidad como enviado de Dios y su misión salvadora. Señor, yo creo, pero dame tu fuerza para ayudar a los demás, a buscarte, a encontrarte, pues sólo tu eres la respuesta plena a todas nuestras búsquedas.

 Veo que en épocas pasadas, en la Iglesia, también hemos empobrecido tu mensaje, Señor, al mostrar un Dios "impasible" demasiado metafísico (pues estás encarnado), y la fe se nos ha llenado de definiciones sin alma. Cuando estudié teología estaba ilusionado, pero luego me sentí defraudado al encontrarme con explicaciones de dogmas fríos y secos. La fe no es solo creer en cosas, sino seguirte a ti, Jesús. La fe es asombro, que compromete a arriesgarse en tu aventura divina, Señor, en un encuentro de experiencia contigo, en un deseo de tenerte en plenitud.

Dios de eterna juventud, / aviva en nosotros la sed de conocerte / y el deseo de descubrirte. // Haznos sentir curiosidad por tu palabra: / que ella nos inicie en tu misterio / sin agotar el gozo del encuentro siempre nuevo, / incluso en los siglos sin fin (Dios cada día, Sal terrae).

 

Llucià Pou Sabaté

martes, 26 de septiembre de 2023

Miércoles de la 25ª semana de Tiempo Ordinario (impar). Jesús envió a los apóstoles a proclamar el Reino de Dios y a curar a los enfermos, y a todos nos llama al apostolado

Miércoles de la 25ª semana de Tiempo Ordinario (impar). Jesús envió a los apóstoles a proclamar el Reino de Dios y a curar a los enfermos, y a todos nos llama al apostolado

 

A. Lecturas

 

1. Lectura del libro de Esdras 9,5-9. Yo, Esdras, al llegar la hora de la oblación de la tarde, acabé mi penitencia y, con el vestido y el manto rasgados, me arrodillé y alcé las manos al Señor, mi Dios, diciendo: -«Dios mío, de pura vergüenza no me atrevo a levantar el rostro hacia ti, porque nuestros delitos sobrepasan nuestra cabeza, y nuestra culpa llega al cielo. Desde los tiempos de nuestros padres hasta hoy hemos sido reos de grandes culpas y, por nuestros delitos, nosotros con nuestros reyes sacerdotes hemos sido entregados a reyes extranjeros, a la espada, al destierro, al saqueo y a la ignominia, que es la situación actual. Pero ahora el Señor, nuestro Dios, nos ha concedido un momento de gracia, dejándonos un resto y una estaca en su lugar santo, dando luz a nuestros ojos y concediéndonos respiro en nuestra esclavitud. Porque éramos esclavos, pero nuestro Dios no nos abandonó en nuestra esclavitud; nos granjeó el favor de los reyes de Persia, nos dio respiro para levantar el templo de nuestro Dios y restaurar sus ruinas y nos dio una tapia en Judá y Jerusalén.»

 

2. Salmo Tb 13,2.3-4.6: Él azota y se compadece, hunde hasta el abismo y saca de él, y no hay quien escape de su mano.

Dadle gracias, israelitas, ante los gentiles, porque él nos dispersó entre ellos. Proclamad allí su grandeza, ensalzadlo ante todos los vivientes: que él es nuestro Dios y Señor, nuestro padre por todos los siglos.

Veréis lo que hará con vosotros, le daréis gracias a boca llena, bendeciréis al Señor de la justicia y ensalzaréis al rey de los siglos.

Yo le doy gracias en mi cautiverio, anuncio su grandeza y su poder a un pueblo pecador.

Convertíos, pecadores, obrad rectamente en su presencia: quizás os mostrará benevolencia y tendrá compasión.

 

3. Lucas 9,1-6: "En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles: -«No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco llevéis túnica de repuesto. Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si alguien no os recibe, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.» Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando el Evangelio y curando en todas partes"

 

B. Comentario:

 

1. –"Yo, Esdras, a la hora de la oblación de la tarde, salí de mi postración y con las vestiduras y el manto rasgados, caí de rodillas, con las manos extendidas hacia el Señor, mi Dios". Esdras siente dolor por los abandonos de la fe, que para ellos estaba en gran parte marcado con los casamientos con mujeres paganas. Los libros de Rut y de Jonás, por ejemplo, son abiertos hacia esos matrimonios mixtos, con miras universalistas... Esdras, en cambio, no. Nos parece hoy nacionalismo estrecho, racismo, aunque nos cuesta ver esa cultura de tiempos antiguos, con riesgo de perder su identidad, en medio de costumbres paganas. Hoy vemos que hay mujeres en la genealogía de Jesús procedentes de otras razas… que debemos ser respetuosos con las religiones de los demás; también resulta con frecuencia dramático ver como algunos creyentes abandonan su fe. Es un problema de todas las épocas. Este texto debe movernos a rogar por todas esas familias que se encuentran en situaciones semejantes.

-"Dios mío, siento harta vergüenza y confusión, para levantar mi rostro hacia Ti". La conciencia del pecado. Esta es una gracia a pedir, sobre todo HOY en que en tantos de nuestros contemporáneos parece haberse borrado, casi completamente, el sentido del «mal». La psicología moderna, y esto es un bien, nos ha revelado los resortes escondidos y complejos del alma humana. Es verdad que nuestras culpabilidades son a menudo atenuadas por todo un conjunto de condicionamientos que pesan sobre nosotros. Sin embargo, con relación a nosotros mismos, en primer lugar es indispensable que agudicemos nuestra lucidez para no deslizarnos hacia la irresponsabilidad. Luego, con relación a los demás, es catastrófico dañarlos sin que nos demos cuenta de ello. En fin, con relación a Dios, es capital situarse ante El con la verdad: Dios es perfectamente santo y trascendente y yo soy pobre y frágil.

-"Nuestras faltas se han multiplicado, nuestros pecados han crecido hasta el cielo". Esdras no se sitúa al nivel de una conciencia individual del pecado. Dice «nuestros». Se siente solidario de todo el mal que pueda haber cometido el conjunto del pueblo. Hoy vemos como una «marea negra», "polución moral" que destruye a la humanidad: egoísmo. La fórmula de Esdras a ese nivel colectivo no es excesiva: ¡el mal nos "sumerge y crece". Hasta el punto que todos nosotros corremos el riesgo de cruzarnos de brazos diciendo: "¿qué podemos hacer?".

-"A causa de nuestras faltas fuimos entregados a la espada, a la deportación, al saqueo, al oprobio". No hay relación entre la desgracia y el mal: ese modo de pensar que tenían, equivocado, ha sido corregido por Jesús. Pero sí podemos aprovechar la llamada a la conversión. Juan Pablo II pidió perdón de parte de la Iglesia "por los pecados que han dañado la unidad querida por Dios para su pueblo", o por haber permitido "métodos de intolerancia e incluso de violencia en el servicio a la verdad", y la responsabilidad que podemos tener en "la indiferencia religiosa que lleva a muchos a vivir como si Dios no existiera". El Papa afirma que la Iglesia "no pueda atravesar el umbral del nuevo milenio sin animar a sus hijos a purificarse, en el arrepentimiento, de errores, infidelidades, incoherencias y lentitudes". "A las puertas del nuevo milenio los cristianos deben ponerse humildemente ante el Señor para interrogarse sobre las responsabilidades que ellos tienen también en relación a los males de nuestro tiempo". Hemos pasado esta puerta del tercer milenio pero el ejemplo de Juan Pablo II podría ser seguido por muchos…

-"Mas ahora, en un instante, el Señor nuestro Dios, con su misericordia nos ha permitido escapar dándonos una liberación". El sentimiento de postración da lugar a la acción de gracias (Noel Quesson).

2. En vez de salmo, hace eco a la lectura de hoy la oración de Tobías, que también sabe lo que es la culpa y el castigo y la ayuda de Dios para la conversión: "él nos dispersó entre los gentiles... veréis lo que hará con vosotros, le daréis gracias a boca llena... convertíos, pecadores, obrad rectamente en su presencia". Está compuesto para ser recitado en la diáspora, en cualquier circunstancia. En el canto –que tiene diferencias, en varias versiones- late la esperanza de la reunificación del pueblo judío en torno a una Jerusalén maravillosamente reconstruida, esperanza que continúa hasta la venida de Jesús que con la Iglesia, la Nueva Jerusalén, hace realidad todas las profecías de la que ha de aparecer gloriosa al fin de los tiempos (Ap 21,2-22,15; Biblia de Navarra). Hacia este cántico pareciéramos remontar una buena parte del cántico de María en el Evangelio de san Lucas. Dios ha hecho grandes cosas por nosotros, por eso hemos de darle gracias. A ella acudimos, pidiéndole su intercesión para hacer nuestra su oración.

 

3. -Habiendo convocado Jesús a los doce les dio poder y autoridad para: 1º Expulsar todos los demonios y curar las enfermedades... 2º Proclamar el reino de Dios... Se pusieron pues en camino y fueron de aldea en aldea, 1º Anunciando la "buena noticia"...2º Curando en todas partes... La "misión" se resume pues en dos puntos precisos: la palabra, proclamación... y la curación. Van unidas las dos cosas. La liberación del mal va unida a la palabra. De ti, Señor, se nos dice que hiciste y hablaste: palabras y obras. La acción apostólica unida a la palabra de la oración y predicación.

El Catecismo 863 señala: "Toda la Iglesia es apostólica mientras permanezca, a través de los sucesores de San Pedro y de los apóstoles, en comunión de fe y de vida con su origen. Toda la Iglesia es apostólica en cuanto que ella es "enviada" al mundo entero; todos los miembros de la Iglesia, aunque de diferentes maneras, tienen parte en este envío. "La vocación cristiana, por su misma naturaleza, es también vocación al apostolado". Se llama "apostolado" a "toda la actividad del Cuerpo Místico" que tiende a "propagar el Reino de Cristo por toda la tierra" (AA 2)".

Jesús, envías aquí a los doce, y poco después a 72. También nos envías a los miembros de la Iglesia: Papa, obispos, sacerdotes, laicos... Todos reciben las mismas consignas de "pobreza":- a los Doce, les dices: "No toméis ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni túnica de repuesto;" – y a los Setenta y dos: "No llevéis ni dinero ni alforja, ni sandalias..."

-"Jesús les dijo: "No toméis nada para el camino: Ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni túnica de repuesto. Quedaos en la casa donde os alojéis, hasta que os vayáis de aquel lugar." La Iglesia primitiva cuidaba mucho de mantener ese ideal de pobreza real, como un signo del Reino.

-"Y en caso de que no os reciban al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, en testimonio contra ellos". Te pedimos, Señor, que sepamos abrirnos a tu gracia salvadora, no autoexcluirnos, y acertar para llegar al corazón de los que no quieren saber nada (Noel Quesson).

San Josemaría hablaba de "Ser apóstol de apóstoles": "Llenar de luz el mundo, ser sal y luz: así ha descrito el Señor la misión de sus discípulos. Llevar hasta los últimos confines de la tierra la buena nueva del amor de Dios. A eso debemos dedicar nuestras vidas, de una manera o de otra, todos los cristianos.

"Diré más. Hemos de sentir la ilusión de no permanecer solos, debemos animar a otros a que contribuyan a esa misión divina de llevar el gozo y la paz a los corazones de los hombres. En la medida en que progresáis, atraed a los demás con vosotros, escribe San Gregorio Magno; desead tener compañeros en el camino hacia el Señor.

Pero tened presente que, cum dormirent homines, mientras dormían los hombres, vino el sembrador de la cizaña, dice el Señor en una parábola. Los hombres estamos expuestos a dejarnos llevar del sueño del egoísmo, de la superficialidad, desperdigando el corazón en mil experiencias pasajeras, evitando profundizar en el verdadero sentido de las realidades terrenas. ¡Mala cosa ese sueño, que sofoca la dignidad del hombre y le hace esclavo de la tristeza!

"Hay un caso que nos debe doler sobre manera: el de aquellos cristianos que podrían dar más y no se deciden; que podrían entregarse del todo, viviendo todas las consecuencias de su vocación de hijos de Dios, pero se resisten a ser generosos. Nos debe doler porque la gracia de la fe no se nos ha dado para que esté oculta, sino para que brille ante los hombres; porque, además, está en juego la felicidad temporal y la eterna de quienes así obran. La vida cristiana es una maravilla divina, con promesas inmediatas de satisfacción y de serenidad, pero a condición de que sepamos apreciar el don de Dios, siendo generosos sin tasa.

"Es necesario, pues, despertar a quienes hayan podido caer en ese mal sueño: recordarles que la vida no es cosa de juego, sino tesoro divino, que hay que hacer fructificar. Es necesario también enseñar el camino, a quienes tienen buena voluntad y buenos deseos, pero no saben cómo llevarlos a la práctica. Cristo nos urge. Cada uno de vosotros ha de ser no sólo apóstol, sino apóstol de apóstoles, que arrastre a otros, que mueva a los demás para que también ellos den a conocer a Jesucristo.

"Quizás alguno se pregunte cómo, de qué manera puede dar este conocimiento a las gentes. Y os respondo: con naturalidad, con sencillez, viviendo como vivís en medio del mundo, entregados a vuestro trabajo profesional y al cuidado de vuestra familia, participando en los afanes nobles de los hombres, respetando la legítima libertad de cada uno".

 

Llucià Pou Sabaté

lunes, 25 de septiembre de 2023

Martes de la semana 25 de tiempo ordinario; año impar Escuchar la palabra de Dios y ponerla en obra, es el camino para pertenecer a la familia de Jesús

Martes de la semana 25 de tiempo ordinario; año impar

Escuchar la palabra de Dios y ponerla en obra, es el camino para pertenecer a la familia de Jesús

A. Lecturas

 

1. Libro de Esdras 6,7-8.12b.14-20: En aquellos días, el rey Darlo escribió a los gobernantes de Transeufratina: «Permitid al gobernador y al senado de Judá que trabajen reconstruyendo el templo de Dios en su antiguo sitio. En cuanto al senado de Judá y a la construcción del templo de Dios, os ordeno que se paguen a esos hombres todos los gastos puntualmente y sin interrupción, utilizando los fondos reales de los impuestos de Transeufratina. La orden es mía, y quiero que se cumpla a la letra. Darío.» De este modo, el senado de Judá adelantó mucho la construcción, cumpliendo las instrucciones de los profetas Ageo y Zacarias, hijo de Idó, hasta que por fin la terminaron, conforme a lo mandado por el Dios de Israel y por Ciro, Darlo y Artajerjes, reyes de Persia. El templo se terminó el día tres del mes de Adar, el año sexto del reinado de Darío. Los israelitas, sacerdotes, levitas y resto de los deportados, celebraron con júbilo la dedicación del templo, ofreciendo con este motivo cien toros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos y doce machos cabrios, uno por tribu, como sacrificio expiatorio por todo Israel. El culto del templo de Jerusalén se lo encomendaron a los sacerdotes, por grupos, y a los levitas, por clases, como manda la ley de Moisés. Los deportados celebraron la Pascua el día catorce del mes primero; como los levitas se habían purificado, junto con los sacerdotes, estaban puros e inmolaron la víctima pascual para todos los deportados, para los sacerdotes, sus hermanos, y para ellos mismos.

 

2. Salmo 121,1-2.3-4a.4b-5: ¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén.

Jerusalén está fundada corno ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor,

según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David.

3. Lucas 8, 19-21: "En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él. Entonces lo avisaron: -«Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.» Él les contestó: -«Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra»" .

1. -"El rey de Persia, Darío, escribió a las autoridades de la provincia situada al oeste del Eufrates y de la que dependía Jerusalén"... Israel no es independiente, y su identidad es la fe y el culto de Yahvéh. Cuando en mi vida aparecen las circunstancias malas de falta de libertad, la pobreza u otras desgracias, ¿me concentro en lo esencial, en abandonarme en Dios, en saber que de aquello malo vendrá algo bueno si sé aprovecharlo?

-«Dejad al gobernador de Judá y a los ancianos de los judíos que reconstruyan ese Templo de Dios... los gastos de esas gentes les serán reembolsados sin demora de los fondos reales, es decir, de los impuestos de la provincia.» En medio de la historia hay un proyecto divino… Darío, sucesor de Ciro, sigue con su misma política de dejar bastante autonomía a los pueblos que pertenecen a su imperio, y favorece claramente, según el relato de hoy, que los judíos puedan reconstruir su templo. Los persas pensaban, como estrategia política, que se consigue mucho más teniendo contentos a los pueblos que oprimiéndolos innecesariamente. El relato deja entrever que los judíos habían encontrado dificultades por parte de los pueblos vecinos.

-"Los ancianos de Judá continuaron con éxito los trabajos de construcción, animados por la palabra de los profetas Ageo y Zacarías. Llevaron a término la construcción conforme a la orden del Dios de Israel y según los decretos de Ciro y de Darío". La fiesta de la Dedicación del templo -el año 515 antes de Cristo- fue solemne y colmó de alegría el corazón de los israelitas. Este templo era el segundo, después del de Salomón, y duraría hasta Herodes el Grande, que un poco antes de nacer Jesús lo reedificó completamente, y que a su vez duraría hasta que los romanos lo asolaron el año 70 de nuestra era. Algunos judíos hablan de que el tercer templo lo construirá el Mesías, cuando venga.

-"El Templo fue terminado el día veintitrés del mes de Adar, el año sexto del reinado de Darío". Los israelitas -sacerdotes, levitas y el resto de los repatriados- celebraron con júbilo la dedicación del Templo.

-"Los deportados celebraron la Pascua... Inmolaron la Pascua para todos, para sus hermanos, los sacerdotes y para sí mismos". Se trata en efecto, de una renovación religiosa. Aquel día recomienza un culto interrumpido durante setenta y dos años. Admirable tenacidad la de esos creyentes. Podría creerse que la Fe de Israel había zozobrado en la persecución y en la deportación. Pues bien, sin ninguna estructura, sin ninguna ceremonia se mantuvo y fue, incluso, más profunda (Noel Quesson).

2. ¡Qué emoción sentirían los israelitas, sobre todo los mayores, al volver a oír los cantos y al ver el esplendor de las ceremonias y las volutas de incienso subiendo hacia Dios! No es extraño que el salmo exprese estos sentimientos: "¡qué alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor... Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta". Después de la tempestad viene la calma. Ojalá también en nuestra propia vida, y en la iglesia y la sociedad, tengamos reconstrucción esperanzada. Si nuestra historia personal o social ha dejado que desear, en una decadencia, pidamos al Señor ayuda para volver a empezar, con esfuerzo y sacrificio.

S. Agustín comenta esta construcción: "Esta ciudad bien compacta es la Iglesia. Su cimiento es Cristo. En la tierra, cuando se echa el cimiento, se edifican las paredes hacia arriba y su peso gravita hacia abajo, porque abajo está colocado el fundamento. Pero, si nuestro fundamento –Cristo- está en el Cielo, entonces edificamos hacia el Cielo. En esta basílica que veis, la que hoy nos reúne, los arquitectos colocaron los cimientos abajo; pero cuando somos edificados como templo espiritual, el cimiento lo hemos de colocar en las alturas. Corramos, pues hacia allí; apresurémonos hasta que nuestros pies estén pisando tus umbrales, Jerusalén".

Esto es "ir a la casa del Señor", a Jerusalén, "ciudad bien compacta", símbolo de seguridad y estabilidad: las doce tribus de Israel convergen hacia ella como centro de su fe y de su culto, a ella suben "a celebrar el nombre del Señor". Y el templo de la dinastía davídica anuncia el Mesías. De ahí que habla el salmo de "los tribunales de justicia en el palacio de David". Culto a Dios y solidaridad son dos aspectos de su consistencia: "fundada como ciudad bien compacta". Recuerda san Gregorio Magno que así como en un edificio una piedra soporta la otra, y la que soporta a otra es a su vez soportada por otra, en la santa Iglesia cada uno sustenta al otro y es sustentado por el otro, según lo de Pablo: "Ayudaos mutuamente a llevar vuestras cargas y cumplid así la ley de Cristo" (Ga 6,2), ya que "la caridad es la ley en su plenitud" (Rm 13,10). Además, "hay un cimiento que soporta todo el peso del edificio, y es nuestro Redentor; él solo nos soporta a todos tal como somos. De él dice el Apóstol: "Nadie puede poner otro cimiento que el ya puesto, Jesucristo" (1 Co 3,11)".

3. Entre los que seguían a Jesús, hoy aparecen también "su madre y sus hermanos", María su madre y los parientes de Nazaret, que en lengua hebrea se designan indistintamente con el nombre de "hermanos". En la versión de Marcos van a verle para avisarle, que lo que decía hacía peligrar su vida, venían poco menos que a llevárselo, porque decían que "estaba fuera de sí" (Mc 3,20-21). Lucas, que parece conocer noticias más directas -¿de parte de la misma Virgen?- no le da esa lectura. Podían venir sencillamente a saludarle, a hacer acto de presencia junto a su pariente tan famoso, a alegrarse con él y a preocuparse de si necesitaba algo. Esto, en el caso de que fuera la misma escena, pues puede ser otra ocasión.

-"Fueron a verlo su Madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograron llegar hasta El..." Es una escena natural y emotiva...

-"Entonces le avisaron: "Tu Madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren verte."" ¿Estoy yo también deseoso de "ver a Jesús"? Teresa de Ávila, siendo niña, se escapó un día de su casa. Se la encontró caminando por la carretera "¿Qué haces aquí?" -"¡Quiero ver a Dios!" Había oído decir que los sarracenos mataban a los cristianos, y, en su deseo de ver a Dios, con la ingenuidad de su corazón de niña, se había imaginado llegar hasta el sur de España donde le sería fácil, pensaba, recibir el martirio. Naturalmente fue reconducida a la casa paterna. Pero toda su vida de adulta fue como la realización de ese deseo: quiero ver a Dios. ¿Participa mi oración de ese deseo? Vivir con Dios, acercarme a El.

-"Pero Él les contesto: "Mi Madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios..." Esa es la explicación muy positiva que Lucas nos propone.

Para entender bien ese episodio hemos de ver que están escritos exactamente después de las parábolas de la "semilla" y de la "lámpara". De ese modo Lucas elaboró como una pequeña teología de la Palabra: los que escuchan a Dios, son tierra buena que produce mucho... son también como lámpara sobre un pedestal que alumbra lejos en derredor... pero también, y sobre todo, son la "familia de Jesús"... "¿Mi madre, mis hermanos? ¡Son los que escuchan la Palabra de Dios!"

¡No se trata, para Jesús, de rehusar a su familia, sino de ampliarla! Como si dijera: "¡Oh sí, amo a mi familia; pero esa familia es mucho más extensa de lo que imagináis! Comporta innumerables lazos con innumerables hermanos".

Si escuchamos la Palabra de Jesús, nos hacemos semejantes a El, poco a poco vamos pensando y reaccionando como El... como si viviéramos familiarmente con El, como hermanos...

-"Los que escuchan la Palabra de Dios, y la ponen en obra". No es algo teórico sino vivencia: llevar a la vida, con el amor.

Jesús nos dice cuál es su nuevo concepto de familia o de comunidad: "mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra". Es un piropo a su madre, pues ella no sólo le ha dado la vida sino que es modelo de poner en práctica esa misión: "bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica", no sólo son los dones de María lo que la enaltecen, sino su correspondencia: "hágase en mí según tu palabra". Su prima Isabel la retrató bien: "dichosa tú, porque has creído".

"De ahí que María es dichosa también porque escuchó la palabra de Dios y la cumplió; llevó en su seno el cuerpo de Cristo, pero más aún guardó en su mente la verdad de Cristo. Cristo es la verdad, Cristo tuvo un cuerpo: en la mente de María estuvo Cristo, la verdad; en su seno estuvo Cristo hecho carne, un cuerpo. Y es más importante lo que está en la mente que lo que se lleva en el seno" (S. Agustín).

Nosotros podemos, sin tener a Jesús "en carne" con nosotros, entrar en comunión con su persona, a través del consejo que nos da: ser de "Los que escuchan la Palabra de Dios, y la ponen en obra". Con María.

 

Llucià Pou Sabaté