lunes, 13 de mayo de 2024

13 de mayo, Virgen de Fátima: apariciones de Nuestra Señora, que pide penitencia para la paz del mundo

13 de mayo, Virgen de Fátima: apariciones de Nuestra Señora, que pide penitencia para la paz del mundo

 

    El 13 de mayo de 1917 se apareció la Virgen María, por primera vez, a tres pastorcillos -Lucia, Jacinta y Francisco-, que habían llevado a sus ovejas a pastar a una hondonada cubierta de encinas y de olivos que los aldeanos llamaban Cueva de Iria (C. Barthas, La Virgen de Fátima). Aquel día salieron al campo para cuidar sus ovejas, después de la misa del domingo, cuando se les apareció la Virgen, que predijo tres sucesos que iban a pasar en un futuro inmediato. El primero contenía el final de la Primera Guerra Mundial, "pero si no se deja de ofender al Señor -predijo- comenzará otra peor (fue la Segunda Guerra Mundial). Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida sabed que es la señal que Dios os da". Esta señal se produjo el 25 de enero de 1938 (puede comprobarse consultando las hemerotecas, pues la prensa explicó el prodigio como una aureola boreal gigante que duró toda una noche y se vio en todo el mundo).

   La Virgen pidió a los niños que acudieran a ese mismo lugar el día trece de cada mes, durante seis meses seguidos. Les fue ofreciendo un mensaje de penitencia, el rezo del Santo Rosario por esa misma intención y la consagración del mundo a su Corazón Inmaculado. Les sugería esta oración: "¡Oh Jesús!..., por el tuyo amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de las ofensas hechas al Inmaculado Corazón de María". El 13 de octubre hubo el prodigio de un baile del sol, visto por muchas personas a mucha distancia, incluso fuera de Portugal.

   Pío XII (cuya ordenación episcopal se había acaecido justamente el 13 de mayo de 1917, el día de la primera aparición) consagró todo el género humano y, especialmente, los pueblos de Rusia, al Inmaculado Corazón de María (Pío XII, Radiomensaje Benedicite Deum, 31-X-1942). Juan Pablo II quiso renovarla en 1982 y en 1984, cuando el 25 de marzo y en unión con todos los obispos del mundo, Juan Pablo II la renovó siguiendo las instrucciones del mensaje de Fátima. Cinco años más tarde, cayó el muro de Berlín y la dictadura del comunismo soviético.

   Cuando se acercaba el año 1000, hubo predicciones de que acababa el mundo, y lo mismo pasó con el cambio de milenio que hemos tenido hace poco, es frecuente que algunas sectas vayan profetizando cosas por el estilo. El afán de lo extraordinario, de lo mágico, nos puede. En este contexto, tiene un efecto exótico y misterioso el secreto mensaje de Fátima. Siguen hablando de él en términos esotéricos.

   La segunda parte del secreto de Fátima fue la recomendación de consagrar Rusia al Corazón Inmaculado de María, lo cual hizo el Papa en 1984. Poco después caía el muro de Berlín y el comunismo.

   ¿Y la tercera parte del secreto? "La tercera parte ha de continuar oculta", dice sor Lucia. Muchos se preguntan si hace referencia al final del mundo. Por ejemplo, el estudioso Francisco Ansón afirmó: "creo que la Virgen pide en el tercer contenido más fe para toda la Iglesia porque si no las consecuencias serán funestas". Pero por otra parte, una de las 3 o 4 personas que han leído el secreto que escribió sor Lucia, el Cardenal Ratzinger, responde: "estén tranquilos, la Virgen no provoca miedos". "Nuestra Señora de Fátima no se apareció a niños simples y desconocidos para causar sensación. La Virgen no es sensacionalista, no provoca miedos, no hace previsiones apocalípticas". Ella quiere guiar a las personas a la oración y al amor a su Hijo, a la penitencia y a la conversión.  Luego vimos que esta parte del secreto era la predicción de la muerte del Papa, pero la Virgen María desvió esa bala salvando a Juan Pablo II. Pienso que no se ha resaltado cómo una profecía de tal calibre en el siglo XX es una prueba más de la veracidad de las apariciones de Fátima.

   Los supuestos mensajes dados por María Santísima sobre el fin del mundo, de desconcierto y temor, son "anuncios apocalípticos" falsos. La famosa tercera parte del mensaje fue publicada hace poco tiempo. Es decir, el anuncio de Fátima tuvo dos primeras partes que fueron publicas enseguida, y tenía un mensaje mucho más rico que esas falsificaciones que corren: en esas partes del mensaje los niños se refieren sobre todo a la aterradora visión del infierno, a la devoción al Corazón Inmaculado de María, profetizó los acontecimientos futuros como el final de la primera guerra ("si oramos, la guerra desaparecerá"); el comienzo de la segunda guerra mundial y la previsión de los daños ingentes que Rusia, en su defección de la fe cristiana y en la adhesión al totalitarismo comunista, provocaría a la humanidad. Nadie en 1917 podía haber imaginado todo esto: los tres pastorinhos de Fátima ven, escuchan, memorizan, y Lucía, la testigo que ha sobrevivido, lo pone por escrito en el momento en que recibe la orden del Obispo de Leiria y el permiso de Nuestra Señora. Y pide al Papa la consagración del mundo y Rusia al corazón de María, con una fe tan grande que en varias ocasiones dijo que "hay que repetirlo, ésa no vale" hasta la que hizo el Papa solemnemente el día de la Anunciación de 1984, que ya sor Lucia dijo que estaba bien.

   ¿Y la tercera parte del mensaje? era destinada al Papa, el cual pensó que era prudente no publicar por el momento, como también Sor Lucia pensaba lo mismo, y de ahí el bulo de que era algo apocalíptico, catastrófico, en resumen, que se refería al fin del mundo y sobre el castigo que Dios dará a los hombres rebeldes. En realidad, hubo una información oficial de la Iglesia sobre el auténtico sentido de la tercera parte del mensaje de Fátima. El siglo XX, tan lleno de dramáticos y crueles acontecimientos (ha sido uno de los más dramáticos en la historia del hombre, incluido el atentado al Papa), es al mismo tiempo un siglo lleno de apariciones y signos sobrenaturales, que entran en el vivo de los acontecimientos humanos y acompañan el camino del mundo, sorprendiendo a creyentes y no creyentes. Fátima es sin duda la más profética de las apariciones modernas. La tercera parte del secreto de Fátima no habla como se dijo a veces de una crisis de fe en la Iglesia, ni de alarmas apocalípticas, sino de la necesidad de la oración y de la conversión, y de la protección de la Virgen en estas horas inciertas y oscuras de nuestros tiempos llenos de ataques a la dignidad de la persona humana en aras de un progreso: Auschwitz, el aborto, la eutanasia... Fátima ha tenido mucho que ver con la evolución de la historia de nuestro mundo: no sólo en las predicciones más arriba recordadas como la caída del muro de Berlín,  sino que Juan Pablo II ha recordado que la paz en el mundo vendrá por el rezo del Rosario, por la petición de los pequeños –como los pastorcillos de Fátima- a la Santísima Virgen.

   ¿Qué tiene que ver el progreso del mundo, algo tan grande, con Fátima y unos pastorcillos?… Es el "estilo" de María, su amor por lo pequeño. Fátima es una señal de alarma en la vida de los hombres y de las naciones. Pero también es una llamada amorosa al arrepentimiento sincero, medio indispensable para obtener el perdón del Padre Celestial. Fátima nos recuerda una verdad demasiadas veces ignorada: la guerra y las catástrofes naturales son sucesos en los que los fieles deben oír la llamada de Dios frente a los pecados de los hombres, aviso que apela a la oración y a la penitencia, y a eso nos lleva la devoción al Corazón Inmaculado de María y el Rosario. Ahora, que estamos en esta fase de la aparición de un nuevo orden internacional, sin esos "bloques" de hace años, ahora que estamos en la era de la globalización, que todo es parte de la aldea global y que hasta el terrorismo se desata globalmente, somos invitados a ir con esperanza a nuestra Madre la Virgen María, a volver al Rosario en familia, que es –como decía el Beato J. Escrivá, "arma poderosa" para ganar tantas "batallas" y nos convierte en sembradores de paz y de alegría en el mundo.

   "Creo que el núcleo principal del mensaje de la Virgen en Fátima es cristológico, trinitario y mariológico, afirma el obispo del lugar Alberto Cosme... En este siglo divorciado de Dios, el Señor  se revela, ofrece el perdón a través de su Madre".

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