viernes, 29 de marzo de 2024

Semana Santa, Vigilia Pascual: en la noche santa Jesús nos abre las puertas del paraíso

Semana Santa, Vigilia Pascual: en la noche santa Jesús nos abre las puertas del paraíso

 

A. Lecturas (extracto):

   1. Génesis 1,1-2,2: "Al principio creó Dios el cielo y la tierra… Y dijo Dios: "Que exista la luz." Y la luz existió. Y vio Dios que la luz era buena. Y separó Dios la luz de la tiniebla; llamó Dios a la luz "Día"; a la tiniebla, "Noche". Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero… Y vio Dios que era bueno. Y dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza…" Y creó Dios al hombre a su imagen. Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus ejércitos. Y concluyó Dios para el día séptimo todo el trabajo que había hecho; y descansó el día séptimo de todo el trabajo que había hecho".

   Salmo 103: "¡Qué magníficas son tus obras, Señor! / Todas las cosas hiciste con sabiduría, / llena está la tierra de tus criaturas. / Bendice, alma mía, al Señor".

   2. Génesis 22, 1-2. 9a. 10-13. 15-18: En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole: "¡Abrahán!" Él respondió: "Aquí me tienes…" El ángel le ordenó: "No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo."

   Salmo 15: 5 El Señor es el lote de mi heredad… Por eso se me alegra el corazón… Me enseñarás el sendero de la vida, / me saciarás de gozo en tu presencia".

   3. Éxodo 14, 15-15, 1: "…se dividieron las aguas. Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto, mientras que las aguas formaban muralla a derecha e izquierda…  Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto". Éxodo 15, 1-6,17-18: "Cantaré al Señor… Tu mano, Señor, resplandece por su fuerza… ¡El Señor reina eternamente!". 

   4. Isaías 54, 5-14: "Como a mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor; como a esposa de juventud, repudiada -dice tu Dios-… Estarás lejos de la opresión, y no tendrás que temer".

   Salmo 29: 2Te ensalzaré, Señor, porque me has librado… me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.

   5. Isaías 55, 1-11: "Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme, y viviréis. Sellaré con vosotros alianza perpetua…"

   Salmo: Isaías 12, 2-6: He aquí que Dios es mi salvador, confiadamente actuaré, no temeré.

   6. Baruc 3, 9-15. 32-4, 4: ¡Dichosos nosotros, Israel, que conocemos lo que agrada al Señor! Salmo 18

   7. Ezequiel 36, 16-28: Os recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos los países, y os llevaré a vuestra tierra. Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar. Y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, que guardéis y cumpláis mis mandatos. Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios." 

   Salmo 41: 2Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío; / 3tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? / 5Recuerdo otros tiempos, y desahogo mi alma conmigo: cómo marchaba a la cabeza del grupo, hacia la casa de Dios, entre cantos de júbilo y alabanza, en el bullicio de la fiesta. / Envía tu luz y tu verdad...

   8. Romanos 6, 3-11: Hermanos: Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva. Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya. Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo, quedando destruida nuestra personalidad de pecadores, y nosotros libres de la esclavitud al pecado; porque el que muere ha quedado absuelto del pecado. Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios. Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.

   Salmo 117: Alabad al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Diga ahora Israel que es bueno, porque es eterna su misericordia. / La diestra del Señor hizo proezas, la diestra del Señor me ensalzó. No moriré, sino viviré y contaré las obras del Señor. / La piedra que desecharon los edificadores, ésta ha sido puesta por piedra angular. Por el Señor ha sido hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos.

   9. Mateo 28,1-10: Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto se produjo un gran terremoto, pues el ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella. Su aspecto era como el relámpago y su vestido blanco como la nieve. Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos. El ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: «Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Venid, ved el lugar donde estaba. Y ahora id enseguida a decir a sus discípulos: 'Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis'. Ya os lo he dicho». Ellas partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos. En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «¡Dios os guarde!». Y ellas, acercándose, se asieron de sus pies y le adoraron. Entonces les dice Jesús: «No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán».

 

B. Comentario: El pregón pascual exulta de gozo en esta noche santa, cuando se ve que "necesario fue el pecado de Adán… ¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor! ¡Qué noche tan dichosa!... ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos".

   Las lecturas de la Ley y los Profetas, con los Salmos, tratan de la creación, el sacrificio de Abrahán y el paso del mar Rojo. Luego, la llamada al amor renovador (con una alusión intencionada a los días de Noé y al diluvio: referencia bautismal y eclesial) y las imágenes sapienciales-sacramentales de la alianza (el agua, el alimento, la Palabra) en los dos textos de Isaías; la llamada entusiasta a la fe, en el texto de Baruc; la promesa del don escatológico (un pueblo, un agua pura, un corazón y un espíritu nuevos), en el maravilloso texto de Ezequiel. En los salmos resuenan los temas de las lecturas que les preceden, destacándose los dos cánticos bíblicos: el de Moisés para la lectura del Éxodo y el de Isaías 12 como cántico bautismal (Pere Tena).

   1. Jesús es enterrado y los apóstoles están asustados, hasta que a la mañana del domingo van las mujeres al sepulcro… la gran noche del día del sol, que ahora llamamos también día del Señor, domingo. El Génesis habla de la creación: "Y dijo Dios: "Que exista la luz"", es la luz que exulta el pregón pascual: "¡Qué noche tan dichosa! Sólo ella conoció el momento en que Cristo resucitó de entre los muertos… ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos".

   "Vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno". Es una visión positiva de la creación, la realidad material no es mala sino buena, la idea maniqueísta de que lo corporal es malo, no es bíblica ni cristiana. El tapiz de la creación, de la catedral de Gerona, habla con pinturas de esta realidad teológica: el mundo es bueno, salido de las manos de Dios, y las realidades de nuestro mundo son buenas, no hemos de renegar de nada, ni reprimir, sino –como dice el texto- trabajar el jardín, cuidar de la creación, dar gloria al Creador trabajando con Él en la superación del caos: Dios pone orden, separa, distingue.

   2. El Génesis nos sigue contando que Abraham fue a sacrificar a su hijo, pero el Señor le mando a un ángel para impedirlo. Dios llama. Respondió Abraham a la llamada de Dios, incluso cuando creía que Dios le estaba pidiendo la muerte de su propio hijo. Pero la llamada de Dios nunca es para la muerte, sino para la vida. Los especialistas ven en este texto un resto de la costumbre  fenicia y cananea de la inmolación del primogénito. El relato iría  contra esta tradición. Dios no quiere sacrificios humanos sino la  obediencia de la fe. La tradición judía ve en la disponibilidad de  Abraham y de Isaac el hecho fundamental por el cual Dios se  comprometerá a salvar a las generaciones venideras. La tradición  patrística vio en Isaac el prototipo de Cristo: hijo único ofrecido y  recuperado por el Padre.

   3. Recordamos el paso del mar Rojo, cuando el pueblo de Israel sale de la esclavitud de Egipto y se abren las aguas y van hacia la tierra prometida. Así nosotros por la muerte de Jesús y su Resurrección tenemos el bautismo y pasamos de la muerte a la vida, de la esclavitud a la libertad. Aunque el pueblo falla, el amor de Dios es inmenso y jamás falla,  siempre espera. El amor es más fuerte que todas las infidelidades, que todas las debilidades de los hombres.

   Somos buscados por Dios desde el principio. Y con impaciencia y pasión. Sí, somos fruto de la pasión de Dios, que nos dice: "La fuerza con que te amo no es distinta de la fuerza por la cual existes"" (Paul Claudel).

   El canto de Israel puede ser también el nuestro, así como los peligros de entonces hoy tienen distinta cara: "Dichoso aquel que comprende el significado de los cantos, escribe Orígenes, puesto que nadie canta si no está en fiesta; pero dichoso aún más quien canta el canto de los cantos. Antes es preciso salir de Egipto para poder entonar el primero de los cantos: Cantad a Yahvé, que se ha mostrado de modo glorioso". Y hablando del bautismo decía: «Sábete que los egipcios te persiguen y pretenden  volverte a poner bajo su servicio, quiero decir los dominadores del mundo y los espíritus  malos a quienes tú has servido hasta hoy. Se esfuerzan por perseguirte, mas desciendes a  las aguas, y eres salvado. Purificado de las manchas del pecado, te levantas hombre  nuevo, dispuesto a cantar un cántico nuevo».

   4. Las tres siguientes lecturas, de los profetas, anuncian al pueblo el amor de Dios, el amor inmenso que jamás falla, que siempre espera. El amor que es más fuerte que todas las infidelidades, que todas las debilidades de los hombres. Isaías es el primero: "el que te hizo te tomará por esposa; su nombre es Señor de los ejércitos. Tu redentor es el Santo de Israel, se llama Dios de toda la tierra.  Como a mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor; como a esposa de juventud… Con misericordia eterna te quiero": La nueva etapa de amor no tendrá fin.

   5. Isaías otra vez: "Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme, y viviréis. Sellaré con vosotros alianza perpetua… Venid a mí, y viviréis". Hace mención del trigo y del vino que tiene resonancias eucarísticas.

   6. Baruc: nos habla de Dios como único, de la llamada divina, que nos muestra la vocación, la auténtica vida y la felicidad. El Señor hace "hablar" las estrellas, imagen de cómo hemos de seguir la vida nueva en el agua y en el  Espíritu.

   7. Ezequiel nos transmite palabras divinas: "os reuniré de todos los países, y os llevaré a vuestra tierra. Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar. Y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos... Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios."   Palabras preciosas del don del  Espíritu (Rm 5,5), y cantamos con el Salmo 41: "Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío; / tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?"

   8. Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más. Cristo murió, pero ahora vive por siempre. El cristiano no puede permanecer en una vida de  pecado: el bautismo ha purificado al "hombre  pecador". El cristiano debe esforzarse en que el pecado no domine ya más en  él: su vida está en Dios. De esta realidad nace la vida del cristiano: el cristiano  está muerto al pecado, pero vive para Dios en Jesucristo. Y el salmo canta este himno hebreo hace referencia a Jesús, esta piedra central, que es fundamento de nuestra fe.

   9. El Evangelio nos dice que "el primer día de la semana, de madrugada, las mujeres fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado. Encontraron corrida la piedra del sepulcro. Y entrando no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban desconcertadas por esto, se les presentaron dos hombres con vestidos refulgentes. Ellas, despavoridas, miraban al suelo, y ellos les dijeron: -¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. HA RESUCITADO. Acordaos de lo que os dijo estando todavía en Galilea: «El Hijo del Hombre tiene que ser entregado en manos de pecadores, ser crucificado y al tercer día resucitar».

   Los primeros testigos de la resurrección son mujeres. Ellas, llevadas del corazón,  con las primeras luces del día del sol, se fueron al sepulcro para ungir mejor el cuerpo del  Amado. Los discípulos, muy prudentes ellos, estaban escondidos, a la espera.

   En este tiempo pascual que hoy comenzamos seremos iluminados permanentemente por la luz de Cristo significada por el cirio pascual que como faro en medio de la noche de nuestra vida, nos guiará al buen puerto de la salvación y grandeza humana. Abramos nuestro corazón, nuestra vida, dejándonos iluminar por el Señor. Que Él vaya cambiando el ser de cada uno de nosotros, transformando nuestra existencia, iluminados por una luz nueva para poder así iluminar a su vez al mundo y a nuestros hermanos con la esperanza de que todo puede ser renovado si es puesto en clave del Señor resucitado.

 

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