domingo, 14 de enero de 2024

Lunes de la semana 2 de tiempo ordinario; año para Dios es fiel, pero el hombre puede rechazarlo. Jesús es el esposo, como vino nuevo, vestido nuevo para el alma

Lunes de la semana 2 de tiempo ordinario; año par

Dios es fiel, pero el hombre puede rechazarlo. Jesús es el esposo, como vino nuevo, vestido nuevo para el alma



A. Lecturas:

    1. I Samuel (15,16-23): En aquellos días, Samuel dijo a Saúl: «Déjame que te cuente lo que el Señor me ha dicho esta noche.» Contestó Saúl: «Dímelo.» Samuel dijo: «Aunque te creas pequeño, eres la cabeza de las tribus de Israel, porque el Señor te ha nombrado rey de Israel. El Señor te envió a esta campaña con orden de exterminar a esos pecadores amalecitas, combatiendo hasta acabar con ellos. ¿Por qué no has obedecido al Señor? ¿Por qué has echado mano a los despojos, haciendo lo que el Señor reprueba?» Saúl replicó: «¡Pero si he obedecido al Señor! He hecho la campaña a la que me envió, he traido a Agag, rey de Amalec, y he exterminado a los amalecitas. Si la tropa tomó del botin ovejas y vacas, lo mejor de lo destinado al exterminio, lo hizo para ofrecérselas en sacrificio al Señor, tu Dios, en Guilgal.» Samuel contestó: «¿Quiere el Señor sacrificios y holocaustos, o quiere que obedezcan al Señor? Obedecer vale más que un sacrificio; ser dócil, más que la grasa de carneros. Pecado de adivinos es la rebeldía, crimen de idolatría es la obstinación. Por haber rechazado al Señor, el Señor te rechaza como rey.»

    2. Salmo 49,8-9.16bc-17.21.23: «No te reprocho tus sacrificios,
    pues siempre están tus holocaustos ante mí. Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
    ni un cabrito de tus rebaños».

    «¿Por qué recitas mis preceptos y tienes siempre en la boca mi alianza,
    tú que detestas mi enseñanza y te echas a la espalda mis mandatos?» 

    «Esto haces, ¿y me voy a callar? ¿Crees que soy como tú?
    Te acusaré, te lo echaré en cara. El que me ofrece acción de gracias, ése me honra;
    al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.» 

3. Marcos 2,18-22: "Un día en que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, fueron a decirle a Jesús: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos?". Jesús les respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo está con ellos? Es natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo. Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no servirán más ni el vino ni los odres. ¡A vino nuevo, odres nuevos!"".


B. Comentarios:

1. Samuel dijo a Saúl que la fuerza con la que es investido viene de Dios: "¡Basta! Voy a anunciarte lo que el Señor me dijo anoche". "Habla", replicó él. Samuel añadió: "Aunque tú mismo te consideres poca cosa, ¿no estás al frente de las tribus de Israel? El Señor te ha ungido rey de Israel. Él te mandó"… según la costumbre de la época, se atribuye a Dios lo que hizo el pueblo, pero debajo de esas palabras vemos una desobediencia de Saúl, y una falta de reconocimiento de sus errores…

2. "No te acuso por tus sacrificios: ¡tus holocaustos están siempre en mi presencia! Pero yo no necesito los novillos de tu casa ni los cabritos de tus corrales", reza el salmista, que alaba la sinceridad de corazón: "El que ofrece sacrificios de alabanza, me honra de verdad; y al que va por el buen camino, le haré gustar la salvación de Dios". 

3. Jesús, veo que te enfrentas con los fariseos: primero con el perdón de los pecados y luego con la elección de un publicano, ahora murmuran contra ti porque tus discípulos no ayunan. Los judíos ayunaban dos veces por semana -los lunes y jueves- dando a esta práctica un tono de espera mesiánica. También el ayuno del Bautista y sus discípulos apuntaba a la preparación de la venida del Mestas. Ahora que has llegado ya, Jesús, les dices que no tiene sentido dar tanta importancia al ayuno. Con unas comparaciones muy sencillas y profundas te retratas:

- tú eres el Novio y por tanto, mientras esté el Novio, los discípulos están de fiesta; ya vendrá el tiempo de su ausencia, y entonces ayunarán;

- tú eres la novedad: el paño viejo ya no sirve; los odres viejos estropean el vino nuevo.  Frente a las costumbres judías, los odres nuevos son la mentalidad nueva, el corazón nuevo. Lo que les costó a Pedro y los apóstoles aceptar el vino nuevo, hasta que lograron liberarse de su formación anterior y aceptar la mentalidad de Cristo, rompiendo con los esquemas humanos heredados. La fiesta, la alegría, la gracia y la comunión son lo prioritario.

Jesús habla de una nos vocación esponsal. Es algo que recibimos como don. Es la capacidad que tenemos de darnos. No es algo solamente del matrimonio, pero sí que tiene que ver con nuestra corporalidad. Jesús es esposo de la Iglesia, y modelo para nuestra donación. De algún modo dice: "aquí estoy presente, soy yo aquí y ahora, soy yo en trance de ofrecerme". Asume nuestra debilidad, indigencia y vulnerabilidad. Y también asume la belleza y el vigor físico.

Jesús nos acompaña en nuestro camino, hace historia con nosotros, y hemos de alegrarnos: "¿Acaso pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos?" Esta presencia del esposo que ama, nos dará alegría y seguridad; y nos ayuda a colaborar con la gracia para superar el pecado, morir al hombre viejo, quitarnos el vestido viejo, y vestirnos del hombre nuevo, revistiéndonos de Jesucristo.

Lo más fundamental de la vida cristiana, del mensaje de Jesús, es sabernos hijos de Dios. Nos da serenidad y paz. Él no quiere que seamos perfectos sino que le entreguemos el corazón, no pide que no pequemos sino que procuremos no hacerlo. Cuando haya dificultades, basta decir "¡Padre, ayúdame! Y el viene a socorrernos, a darnos serenidad.



No hay comentarios: