domingo, 24 de septiembre de 2023

Lunes de la XXV semana (impar): Jesús nos comunica la luz de su gracia, para que alumbremos a los demás con ella

Lunes de la XXV semana (impar): Jesús nos comunica la luz de su gracia, para que alumbremos a los demás con ella

A. Lecturas

1. Libro de Esdras (1,1-6): "El año primero de Ciro, rey de Persia, el Señor, para cumplir lo que había anunciado por boca de Jeremías, movió a Ciro, rey de Persia, a promulgar de palabra y por escrito en todo su reino: «Ciro, rey de Persia, decreta: "El Señor, Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de la tierra y me ha encargado construirle un templo en Jerusalén de Judá. Los que entre vosotros pertenezcan a ese pueblo, que su Dios los acompañe, y suban a Jerusalén de Judá para reconstruir el templo del Señor, Dios de Israel, el Dios que habita en Jerusalén. Y a todos los supervivientes, dondequiera que residan, la gente del lugar proporcionará plata, oro, hacienda y ganado, además de las ofrendas voluntarias para el templo del Dios de Jerusalén."»

Entonces, todos los que se sintieron movidos por Dios, cabezas de familia de Judá y Benjamín, sacerdotes y levitas, se pusieron en marcha y subieron a reedificar el templo de Jerusalén. Sus vecinos les proporcionaron de todo: plata, oro, hacienda, ganado y otros muchos regalos de las ofrendas voluntarias".

2. Salmo 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6: Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, / nos parecía soñar: / la boca se nos llenaba de risas, / la lengua de cantares.

Hasta los gentiles decían: / «El Señor ha estado grande con ellos.» / El Señor ha estado grande con nosotros, / y estamos alegres.

Que el Señor cambie nuestra suerte, / como los torrentes del Negueb. / Los que sembraban con lágrimas / cosechan entre cantares.

Al ir, iba llorando, / llevando la semilla; / al volver, vuelve cantando, / trayendo sus gavillas.

3. Evangelio según Lucas 8,16-18: "Nadie que ha encendido una lámpara, la oculta con una vasija o la pone debajo de la cama, sino que la coloca sobre un candelero para que los que entran vean la luz.

Porque no hay oculto que no haya de manifestarse y hacerse público. Mirad, pues, cómo oís: porque al que tiene se la dará, y a todo aquel que no tiene, incluso lo que piensa tener se le quitará".

B. Comentario:

1. Las lecturas a partir de hoy se refieren al retorno del exilio en Babilonia. En 538 se derrumba el imperio babilónico, bajo la ofensiva del persa Ciro, que promulga un edicto famoso por el que permite que los deportados vuelvan a su patria. Después de un duro y largo cautiverio, de 587 a 538, los judíos retornan a su país y algunas personalidades excepcionales animan a la «restauración»: Nehemías, el constructor... Esdras, el sacerdote... Ageo y Zacarías, los profetas... Se emprende la reconstrucción del Templo de Jerusalén, luego de las murallas de la ciudad; y ante todo se reconstruirá el alma de la comunidad, en derredor de la Ley. Es una de las más grandes épocas del judaísmo.

-"En el año primero de Ciro, rey de Persia, el Señor inspiró a Ciro quien mandó publicar a todo el imperio: «Quienes de entre vosotros pertenezcan a su pueblo sea su Dios con ellos, y suban a Jerusalén a edificar el templo del Señor...»". Es una forma de respeto a las minorías que hace pensar que Ciro fue un enviado de Dios.

-"A todo el resto de Israel donde residan, que las gentes del lugar les ayuden, proporcionándoles oro, plata, hacienda y ganado, así como ofrendas voluntarias para el Templo de Dios que está en Jerusalén". Es una invitación generosa a evitar particularismos. Si conozco a personas que practican una religión diferente de la mía, ¿cuál es mi actitud hacia ellas? ¿Y mi propia convicción personal?: ¿me contento con una práctica religiosa totalmente exterior? O bien, ¿profundizo en mi propia fe para ser capaz, eventualmente, de dar cuenta de ella a los que practican otras religiones, o a los ateos?

-"Entonces, los cabeza de familia de Judá y Benjamín, los sacerdotes y los levitas, todos aquellos cuyo ánimo había movido Dios, se pusieron en marcha para subir a reconstruir el Templo del Señor en Jerusalén". Fueron unos pioneros los que arrimaron el hombro. De este modo, comienza una especie de nuevo Éxodo. Hay que arrancarse de las seguridades adquiridas, y lanzarse a la aventura... bajo la inspiración de Dios (Noel Quesson).

2. Dios va escribiendo su historia, para salvación de todos. Los años del destierro habían sido ruinosos social y religiosamente. Recordemos el dramático salmo "¡capital de Babilonia, criminal!". Pero las promesas de Dios se cumplen, y empieza de nuevo la historia. Dios nunca deja las puertas cerradas del todo.

No fue nada fácil la vuelta de los israelitas a su antigua tierra. Encontraron muchas dificultades. No perdamos la confianza en Dios, que está siempre a nuestro lado y nos ayuda. Por oscura que nos parezca una situación, el salmo nos invita a decir: "cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar... el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres".

3. -"Jesús decía a sus discípulos: "Nadie enciende una lámpara para cubrirla con una vasija o ponerla debajo de la cama..."" Una lámpara se la coloca en el lugar más adecuado para que alumbre al máximo.

-"Se la pone sobre un candelero, para que los que entran vean la luz". Hemos de usar las cosas con "rendimiento", y cuanta más luz demos, mejor. ¡Dar fruto en abundancia, si es un árbol! ¡Dar ciento por uno, si es una semilla! ¡Iluminar todo el entorno, si es una lámpara! Yo, en mi vida ¿tengo una verdadera solicitud por "hacer que la luz rinda" al máximo su resplandor y claridad?

«Te aseguro que, sí los hijos de Dios queremos, contribuiremos poderosamente o iluminar el trabajo y la vida de los hombres, con el resplandor divino  -¡eterno!- que el Señor ha querido depositar en nuestras almos.

"-Pero «quien dice que mora en Jesús, debe seguir el camino que ÉI siguió», como enseña San Juan: camino que conduce siempre o la gloria, pasando -siempre también- a través del sacrificio» (J. Escrivá, Forja 1018).

-"Pues nada hay oculto que no quede manifiesto, y nada secreto que no llegue a ser conocido y manifiesto". ¿Tengo yo esa solicitud para no esconder el don de Dios, y dejar que se propague? Los discípulos son aún como una luz "escondida", pero Jesús entrevé el día en el cual el evangelio será proclamado "a plena luz". ¿Procuro que mi vida y mis palabras, en ocasiones oportunas, sean evangelizadoras? La fe no será nunca un "secreto" personal, un "asunto privado", pues el amor, si bien no lleva a imposiciones, sí lleva a desear para los que se ama lo mejor…

-"Estad atentos al modo como escucháis y aprendéis..." a veces nos dormimos, como los alumnos que no están muy interesados en la lección. Ayúdame, Señor, a tener un buen "rendimiento", escuchar tu palabra, dejarme iluminar por ella, darla a los demás…

-"Porque al que tenga se le dará; y al que no tenga, aun lo que crea tener se le quitará..." Sí, es una verdad popular, de experiencia: se pierden los dones que no se hacen fructificar... se atrofian los músculos que no se hacen actuar... se apaga poco a poco la Fe que no se lleva a la práctica (Noel Quesson).

La parábola de la semilla que leímos el sábado, que da el ciento por uno de fruto, se relaciona con la luz del Evangelio de hoy. Si escuchamos la palabra de Dios "con un corazón noble y generoso" y la guardamos, tendremos esa luz para los demás, daremos el ciento por uno.

Quisiera que me explicaras, Jesús, la misteriosa expresión "al que tiene, se le dará". Imagino que si me abro a la Palabra, la tengo y se multiplica sus frutos en nosotros. Y al revés, si no hago caso de tu Palabra, "se le quitará hasta lo que cree tener" y quedará estéril.

Sería una pena desperdiciar la luz, la semilla… una madre sacrificada, un amigo que sabe animar y también decir una palabra orientadora, una muchacha que está cuidando de su padre enfermo, un anciano que muestra paciencia y ayuda con su interés y sus consejos a los más jóvenes, un voluntario que sacrifica sus vacaciones para ayudar a los más pobres… son luz para el mundo.

El día de nuestro Bautismo -y lo recordamos en el cirio pascual, en la Vigilia Pascual y las misas de difuntos- se encendió esa luz de la fe en el alma, para alumbrar según el compromiso de bautizados de dar testimonio de esa luz ante las personas que viven con nosotros.

El Vaticano II llamó a la Iglesia Lumen Gentium, luz de las naciones. Lo deberíamos ser en realidad, comunicando la luz y la alegría y la fuerza que recibimos de Dios, de modo que no queden ocultas por nuestra pereza o nuestro miedo. Jesús, que se llamó a sí mismo Luz del mundo, también nos dijo a sus seguidores: vosotros sois la luz del mundo. Somos Iglesia misionera, que multiplica los dones recibidos comunicándolos a cuantos más mejor (J. Aldazábal).

Llucià Pou Sabaté

sábado, 23 de septiembre de 2023

XXV Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A Lo más importante en la vida no son nuestros méritos sino acoger el amor que Dios nos da

XXV Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Lo más importante en la vida no son nuestros méritos sino acoger el amor que Dios nos da

 

A. Lecturas

 

1. Isaías 55,6-9: Buscad al Señor mientras se le encuentra, / invocadlo mientras está cerca; / que el malvado abandone su camino, / y el criminal sus planes; / que regrese al Señor, y él tendrá piedad, / a nuestro Dios, que es rico en perdón.

Mis planes no son vuestros planes, / vuestros caminos no son mis caminos -oráculo del Señor-. / Como el cielo es más alto que la tierra, / mis caminos son más altos que los vuestros, / mis planes, que vuestros planes.

2. Salmo 144,2-3. 8-9. 17-18: Día tras día te bendeciré, Dios mío, / y alabaré tu nombre por siempre jamás. / Grande es el Señor y merece toda alabanza, / es incalculable su grandeza.

El Señor es clemente y misericordioso, / lento a la cólera y rico en piedad; / el Señor es bueno con todos, / es cariñoso con todas sus criaturas.

El Señor es justo en todos sus caminos, / es bondadoso en todas sus acciones; / cerca está el Señor de los que lo invocan, / de los que lo invocan sinceramente.

3. Carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 1,20c-24.27ª: Hermanos: Cristo será glorificado en mi cuerpo, sea por mi vida o por mi muerte. Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir. Pero si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero no sé qué escoger.

Me encuentro en esta alternativa: por un lado deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero por otro quedarme en esta vida, veo que es más necesario para vosotros.

Lo importante es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo.

4. Evangelio de Mateo 20,1-16: "En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.

            Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: -Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido. Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: -¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar? Le respondieron: -Nadie nos ha contratado. El les dijo: -Id también vosotros a mi viña. Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: -Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros. Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: -Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno. El replicó a uno de ellos: -Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos" 

 

B. Comentario:

            1. Los planes divinos subvierten los nuestros, son siempre más altos de lo que podamos aspirar, por eso es muy pobre la visión que algunos tienen del cielo, de estar con un arpa aburrida rodeado de ángeles… prefieren su egoísmo sin darse cuenta que le degrada, y como les gusta lo malo, prefieren su "infierno", en lugar de aspirar a mejorar su gusto… es como estar en la mejor representación de una Opera con los auriculares escuchando la peor música. Por eso dice el profeta: "Buscad al Señor mientras se le encuentra,  invocadlo mientras está cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos -oráculo del Señor-. Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes, que vuestros planes".

            2. El malvado, ¿para qué vive, para qué trabaja si luego está la nada, lo absurdo? El salmista despierta en nosotros una idea que será central en el Evangelio: Dios es amor. Y por eso sale de nosotros alabarle: "Día tras día te bendeciré, Dios mío, y alabaré tu nombre por siempre jamás. Grande es el Señor y merece toda alabanza, es incalculable su grandeza. El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente". 

            3. San Pablo viene a decirnos que la muerte es el paso a algo mucho mejor, y que si prefiere seguir viviendo aquí es para el servicio a los demás: "Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir. Pero si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero no sé qué escoger"… Pablo deja el asunto en las manos de Dios y acepta su voluntad en cualquier caso, pues todo contribuye tanto la vida como la muerte, para bien de los que se salvan. Lo importante es que los cristianos vivan dignamente y conformen su conducta a las enseñanzas del Señor. A través del amor podremos llegar a comprender y a desear con realismo vivir el estilo de vida que vive ya Jesús. Desde la cárcel, el Apóstol está olvidado de su destino, pensando sólo en hacer el bien, ha logrado desprenderse del ego para vivir la vida de verdad.

            "El reino de los cielos es semejante a un amo de casa que salió muy de mañana a ajustar obreros para su viña…"  Gracias, Jesús, por contarnos la parábola de los trabajadores de la viña, donde "es Dios quien llama al hombre al trabajo y que el trabajo debe contribuir a la plasmación continua del mundo según el proyecto del mismo Dios. Todo tipo de trabajo humano, todas sus variantes, están incluidas en la parábola evangélica. En el punto de partida esta parábola incluye la llamada al hombre a redescubrir el significado del trabajo, teniendo presente el designio salvífico de Dios", señalaba Juan Pablo II en 1981; y, al plantearse qué es el trabajo, añadía: "es una prerrogativa del hombre-persona, un factor de plenitud humana que ayuda precisamente al hombre a ser más hombre. Sin el trabajo no solo no puede alimentarse, sino que tampoco puede autorrealizarse, es decir, llegar a su dimensión verdadera. En segundo lugar y consecuentemente, el trabajo es una necesidad, un deber que da al ser humano, vida, serenidad, interés, sentido. El Apóstol Pablo advierte severamente, recordémoslo: 'el que no quiera trabajar, no coma' (2 Tes 3,10). Por consiguiente cada uno está llamado a desempeñar una actividad sea al nivel que fuere, y el estar ocioso y el vivir a costa de otros quedan condenados. El trabajo es, además, un derecho, 'es el grande y fundamental derecho del hombre'".

            El trabajo llega a ser igualmente un servicio, de tal modo que "el hombre crece en la medida en que se entrega por los demás". Y de esta armonía se beneficia no sólo el individuo sino también la misma sociedad.

            Añadía el Papa que hay en el trabajo un "significado último en el designio salvífico de Dios", donde "no sólo debemos dominar la tierra, sino también alcanzar la salvación. Por tanto, al trabajo está vinculada no sólo la dimensión de la temporalidad, sino también la dimensión de la eternidad".

            La horas de contratación son: 6 de la mañana (amanecer, hora primera, prima), 9 (media mañana, hora tercera, tercia), 12 (mediodía, hora sexta), 3 de la tarde (media tarde, hora novena, nona), 5 de la tarde (caer de la tarde, hora undécima). Los judíos computaban las horas diurnas de 6 de la mañana a 6 de la tarde. Después de contratar también a los de última hora, acaba el trabajo y viene la hora de cobrar. "Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno". Y los trabajadores se quejan… es la queja que oímos del hijo mayor en la parábola del padre misericordioso que acoge al hijo pródigo, y de tantos otros que oponen la justicia de Dios, tal como los hombres la conciben, y su comportamiento misericordioso. Si pensamos distinto, tendremos que cambiar nuestro modo de pensar… "Si vuestra justicia no sobrepasa la de los letrados y fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos".

            "¿No puedo hacer lo que quiero de mis bienes? ¿O has de ver con mal ojo que yo sea bueno?", Jesús, das el golpe de gracia a un concepto de Dios y de su retribución al modo humano.

            "Es tentación del hombre de todos los tiempos juzgar los planes de Dios, conforme a las propias categorías. Dios desborda nuestros pensamientos. Por eso, el hombre ante Dios ha de ser humilde y sencillo, confiado en su Amor a cada uno de nosotros, que ha llamado a la existencia y a su Reino.

            En un mundo donde todo se cobra y todo se paga qué difícil es comprender, aceptar y vivir la gratuidad con los demás y con Dios" (Catecismo, 543).

            La recompensa divina, un denario, excede de tal manera el esfuerzo realizado por nosotros, que quien ha sido llamado al alba no puede pensar que tiene más méritos que quien fue convocado a mediodía o en el crepúsculo de su vida.        

            Jesús, veo que cuentas esta parábola luego de tu encuentro con el joven rico, y quiero aprender el contexto de lo que cuentas, para la mejor comprensión del texto. Acabas diciendo: "Todos los que hayan dejado esposa... por causa mía, recibirán la herencia de la vida eterna. Ahora bien, muchos que son primeros, serán últimos y muchos que son últimos, serán primeros". Dices a los discípulos que son los primeros, pero pueden ser últimos. Y lo repites hoy al final de la parábola: "Así es como los últimos serán los primeros y los primeros los últimos". Dices a tus discípulos que ellos pueden ser los últimos. Esta es la pauta de interpretación.

 

            4. El Talmud de Jerusalén contiene un relato parecido en la forma a la parábola que hemos escuchado. Se trata del discurso funerario que pronuncia un rabino al sepultar a un joven maestro de 28 años. En él se cuenta cómo un rey contrató obreros para su viña y también pagó a todos lo mismo. Pero, ante las protestas, su contestación fue: éste ha trabajado en dos horas más que vosotros en todo el día. El joven rabino difunto había hecho más en 28 años que muchos doctores en cien. Se le premiaba la cantidad de trabajo que fue capaz de realizar en poco tiempo. La forma narrativa, como se ve, es bien similar, pero el fondo es muy distinto: mientras el discurso rabínico habla de mérito, la parábola de Jesús se refiere a la gracia. En el primer caso, la causa del premio está en el trabajo de quien lo recibe; en el segundo, en la bondad del que lo otorga. En alguna ocasión, la liturgia de la misa recoge en sus oraciones: no por nuestros méritos sino conforme a tu bondad. Nos cuesta entender que los caminos del Señor son distintos a los nuestros. Dios se presenta como un amo generoso que no funciona por rentabilidad, sino por amor gratuito e inmerecido. Esta es la buena noticia del evangelio. Pero nosotros insistimos en atribuirle el metro siempre injusto de nuestra humana justicia. En vez de parecernos a él intentamos que él se parezca a nosotros con salarios, tarifas, comisiones y porcentajes. Queremos comerciar con él y que nos pague puntualmente el tiempo que le dedicamos y que prácticamente se reduce al empleado en unos ritos sin compromiso y unas oraciones sin corazón. Con una mentalidad utilitarista, muy propia de nuestro tiempo, preguntamos: ¿Para qué sirve ir a misa, si Dios nos va a querer igual? Así evidenciamos que no hemos tenido la experiencia de que Dios nos quiere y no reaccionamos en consecuencia amándole también más por encima de leyes y medidas. Exigimos normas cuyo cumplimiento diferencie a los buenos de los malos. Vemos absurdo y hasta injusto ser queridos todos por igual. ¡A cada uno lo suyo!, decimos como quien da un argumento incontestable con tono de protesta sindical ante Dios. Tardamos en comprender que la traducción no es: "Paz a los hombres de buena voluntad", sino: "Paz a los hombres que Dios ama". Tampoco hay conexión entre culpa y desgracia. Olvidamos que la gracia ha sustituido a la ley. Necesitamos que existan los malos para podernos calificar de buenos. De esta forma, el amor al hermano se torna imposible ("Eucaristía 1990").

 

            Llucià Pou Sabaté

 

 

viernes, 22 de septiembre de 2023

Sábado de la 24ª semana de Tiempo Ordinario (impar)

Sábado de la 24ª semana de Tiempo Ordinario (impar). Hemos de procurar guarda la palabra de Dios en el corazón, que nuestro corazón sea la tierra buena que dé fruto perseverando.

 

A. Lecturas

1. Primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo (6,13-16): En presencia de Dios, que da la vida al universo, y de Cristo Jesús, que dio testimonio ante Poncio Pilato con tan noble profesión: te insisto en que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche, hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, que en tiempo oportuno mostrará el bienaventurado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único poseedor de la inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A él honor e imperio eterno. Amén.

 

2. Salmo 99: Aclama al Señor, tierra entera, / servid al Señor con alegría, / entrad en su presencia con vítores.

 

Sabed que el Señor es Dios: / que él nos hizo y somos suyos, / su pueblo y ovejas de su rebaño.

 

Entrad por sus puertas con acción de gracias, / por sus atrios con himnos, / dándole gracias y bendiciendo su nombre.

 

«El Señor es bueno, / su misericordia es eterna, / su fidelidad por todas las edades.»

 

3. Evangelio según Lucas 8,4-15: "En aquel tiempo, se le juntaba a Jesús mucha gente y, al pasar por los pueblos, otros se iban añadiendo. Entonces les dijo esta parábola: -«Salió el sembrador a sembrar su semilla. Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso y, al crecer, se secó por falta de humedad. Otro poco cayó entre zarzas, y las zarzas, creciendo al mismo tiempo, lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y, al crecer, dio fruto al ciento por uno.» Dicho esto, exclamó: -«El que tenga oídos para oír, que oiga.» Entonces le preguntaron los discípulos: -«¿Qué significa esa parábola?» Él les respondió: -«A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de Dios; a los demás, sólo en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan. El sentido de la parábola es éste: La semilla es la palabra de Dios. Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. Los del terreno pedregoso son los que, al escucharla, reciben la palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan. Lo que cayó entre zarzas son los que escuchan, pero, con los afanes y riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no maduran. Los de la tierra buena son los que con un corazón noble y generoso escuchan la palabra, la guardan y dan fruto perseverando»

 

B. Comentario:

 

1. –"Hijo muy querido, en presencia de Dios que da vida a todas las cosas..." ¡Estoy ante un Dios vivo! ¡Vivimos en «presencia de Dios que nos da la vida»!

-"Y en presencia de Cristo Jesús que ante Poncio Pilato rindió tan solemne testimonio..." Gracias, Jesús, por dar ese testimonio de hijo de Dios.

-"Mira lo que te ordeno: conserva el mandato del Señor, permanece irreprochable y recto hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo". «Quien ama, conoce a Dios.» «Dios es amor.» Una vida «sin amor» es una vida sin Dios. Vivir en el amor es el «mandato de Jesús».

-"Manifestación que, a su debido tiempo, hará ostensible el bienaventurado y único Soberano, el Rey de los reyes y el Señor de los señores"... Este es otro himno litúrgico que estalla como un grito de alegría. Esta carta a Timoteo termina hoy con una "doxología", alabanza final, y la mirada hacia la venida última del Señor, «¡rey de reyes!» -"El único que posee lnmortalidad... El que habita en una luz inaccesible, a quien no ha visto ningún ser humano ni le puede ver. A Él el honor y el poder por siempre. Amén". Gracias, Señor. A Ti honor y poder eternos. Amén (Noel Quesson).

2. "Aclama al Señor, tierra entera... entrad por sus puertas con acción de gracias". Es una acción de gracias, de adoración: "Aclamad..., servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores. Sabed que el Señor es Dios... Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con himnos, dándole gracias y bendiciendo su nombre". Alabanza a Dios, con alegría, fe y amor. Estamos en las manos de Dios, Señor y Rey, y todos lo celebramos, con la confianza de que no nos dejará caer de sus manos de Creador y Padre: "Somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño".

Eusebio de Cesarea exhorta: "si no le servimos con alegría ni siquiera nos podemos atrever a presentarnos delante de Él", y San Agustín: "este salmo de alabanza nos manda y exhorta a regocijarnos en Dios. Pero no exhorta a que quien cante sea algún determinado ángulo de la tierra o una sola morada, o una sola reunión de hombres, sino que como Él derramó su bendición por todo el orbe, de cada parte de él reclama el regocijo".

3. Jesús, hoy cuentas la parábola del sembrador, y también la explicas: la homilía la haces tú. Es la manera de responder las distintas personas respecto a la palabra que oyen.

-"Salió el sembrador a sembrar. Una parte del grano cayó: - en la vereda, lo pisaron y los pájaros se lo comieron... - en la roca y al brotar se secó por falta de humedad... - entre zarzas y éstas, brotando al mismo tiempo lo ahogaron"... Una siembra con desperdicio aparente. No les gustaría a los que esperaban que un mesías aparecería con manifestación brillante y rápida de Dios, que tú, Jesús, nos hagas ver que el "Reino de Dios" va progresando penosamente en medio de un montón de dificultades... ¡Mucha paciencia es necesaria!

-"Otra parte cayó en tierra buena, brotó y dio el ciento por uno". Otros evangelios nos hablan de distintos porcentajes: treinta por uno... sesenta por uno... ciento por uno... Lucas pone el rendimiento más elevado. ¡Cada grano de trigo produce otros cien! El Reino de Dios pasa de "muy poco" al "todo"...

-"Quien tenga oídos para oír, ¡que oiga!" Jesús, nos invitas a estar atentos. Te pido que agudices nuestras facultades de atención, de recogimiento, para poder oír.

"-A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del Reino; a los demás, sólo en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan". Los caminos de Dios son misteriosos, y por un lado la Palabra de Dios es poderosa, tiene fuerza interior. Pero su fruto depende también de nosotros, porque Dios respeta nuestra libertad, y respeta también unos tiempos (J. Aldazábal).

¿Por qué no se hace más evidente la Palabra? Es un misterio… Pascal decía: "Hay claridad suficiente para alumbrar a los elegidos, y bastante oscuridad para humillarlos. Hay suficiente oscuridad para cegar a los réprobos, y bastante claridad para condenarlos y hacerlos inexcusables." "Si hay un Dios, es infinitamente incomprensible... Somos pues incapaces de conocer quién es Él, ni si Él es". "¿Quién censurará a los cristianos no poder dar razón de su creencia, ellos que profesan una religión de la que no pueden dar razón? Si la dieran, no serían consecuentes; y es siendo faltados de prueba que no son faltados de sentido". ¡El mismo Jesús no ha querido convencer "a la fuerza"!

"Me aparecen dudas sobre lo que antes creía", me decía una persona, hablando de que le costaban ciertas prácticas de piedad, modos de vivir la fe. Le respondí que muchas cosas como las que me hablaba son medios para estar cerca de Dios, pero no el fin que es esa unión. Pueden aparecer dudas y entonces hay que profundizar en la verdad, y escoger la verdad sin miedo antes que nuestras creencias, pues la Verdad es Dios.

-"Lo que cae en buena tierra, son los que, después de haber oído la Palabra, la conservan con corazón bueno y recto, y dan fruto con su perseverancia". El Reino de Dios no es un "destello" estrepitoso y súbito: viene a través de la humildad del día a día (Noel Quesson).

Como en las labores de campo, hay tierras mejores que otras: a) El camino es tierra dura y crece ahí poca semilla, el corazón también puede estar duro por ideologías que son contrarias al Reino.

b) En el terreno rocoso hay también poca tierra fértil, no profundiza la semilla como en algunos corazones que no se comprometen, inconstantes.

c) Luego están los márgenes húmedos repletos de zarzas, que aprisionan la palabra, como el dinero y el poder y los placeres, a veces es esto que llamamos "sociedad de consumo" o "Estado del bienestar" lo que nos hace estar mal porque no fomenta más que el egoísmo, y la felicidad viene por la generosidad. "Abrasemos las espinas, pues son ellas las que ahogan la palabra divina. Bien lo saben los ricos, que no sólo son inútiles para la tierra. Sino también para el cielo (…) De dos fuentes nace el daño para su espíritu: de la vida de placer y de las preocupaciones. Cualquiera de las dos, por sí misma, basta para hundir el esquife del alma. Considerad, pues qué naufragio les espera cuando concurren las dos juntas. Y no os maravilléis de que el Señor llamara espinas a los placeres. Si no los reconocéis como tales, es que estáis embrigados por la pasión; los que están sanos saben muy bien que el placer punza más que una espina" (S. Juan Crisóstomo).

d) Por fin la tierra fértil. Son los oyentes que, «al escuchar el mensaje, lo van guardando en un corazón noble y bueno». El fruto del reino no es instantáneo, sino que requiere constancia. Ni se trata de un fruto estacional, sino que «van dando fruto con su firmeza». Es toda una vida al servicio de los demás. Todos tenemos una parcela de 'tierra fértil/buena'. Es la lucha, como dice el Catecismo (1810): "Las virtudes humanas adquiridas mediante la educación, mediante actos deliberados, y una perseverancia, reanudada siempre en el esfuerzo, son purificadas y elevadas por la gracia divina. Con la ayuda de Dios forjan el carácter y dan soltura en la práctica del bien. El hombre virtuoso es feliz al practicarlas".

Dios espera de nosotros un corazón bueno y bien dispuesto, que nos haga dar fruto por nuestra constancia. Ya en una ocasión el Señor nos había anunciado: Como descienden la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven allá, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, para que dé simiente al sembrador y pan para comer, así será mi palabra, la que salga de mi boca, que no tornará a mí de vacío, sin que haya realizado lo que me plugo y haya cumplido aquello a que la envié.

 

 

Llucià Pou Sabaté

jueves, 21 de septiembre de 2023

Viernes de la 24ª semana de Tiempo Ordinario (impar).

Viernes de la 24ª semana de Tiempo Ordinario (impar). Algunas mujeres acompañaban a Jesús y lo ayudaban, dando un ambiente femenino necesario a la familia que es la Iglesia.

 

  1. Lecturas

1. Primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo (6,2c-12): "Esto es lo que tienes que enseñar y recomendar. Si alguno enseña otra cosa distinta, sin atenerse a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que armoniza con la piedad, es un orgulloso y un ignorante, que padece la enfermedad de plantear cuestiones inútiles y discutir atendiendo sólo a las palabras. Esto provoca envidias, polémicas, difamaciones, sospechas maliciosas, controversias propias de personas tocadas de la cabeza, sin el sentido de la verdad, que se han creído que la piedad es un medio de lucro. Es verdad que la piedad es una ganancia, cuando uno se contenta con poco. Sin nada vinimos al mundo, y sin nada nos iremos de él. Teniendo qué comer y qué vestir nos basta. En cambio, los que buscan riquezas caen en tentaciones, trampas y mil afanes absurdos y nocivos, que hunden a los hombres en la perdición y la ruina. Porque la codicia es la raíz de todos los males, y muchos, arrastrados por ella, se han apartado de la fe y se han acarreado muchos sufrimientos. Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de todo esto; practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la delicadeza. Combate el buen combate de la fe. Conquista la vida eterna a la que fuiste llamado, y de la que hiciste noble profesión ante muchos testigos".

 

2. Salmo 48: "¿Por qué habré de temer los días aciagos, / cuando me cerquen y acechen los malvados, / que confían en su opulencia / y se jactan de sus inmensas riquezas, / si nadie puede salvarse ni dar a Dios un rescate?

 

Es tan caro el rescate de la vida, / que nunca les bastará / para vivir perpetuamente

sin bajar a la fosa.

 

No te preocupes si se enriquece un hombre / y aumenta el fasto de su casa: / cuando muera, no se llevará nada, / su fasto no bajará con él.

 

Aunque en vida se felicitaba: / «Ponderan lo bien que lo pasas», / irá a reunirse con sus antepasados, / que no verán nunca la luz".

 

3. Evangelio de Lucas 8,1-3: "En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él habla curado de malos espíritus y enfermedades: Maria la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes".

 

B. Comentario:

1. –"Si alguno enseña otra cosa…éste tal está cegado por el orgullo y no sabe nada". Nuestra época se caracteriza por una confusión extraordinaria de opiniones. Se tiene la impresión de que no existe la «verdad». ¡Casi se puede afirmar una cosa y su contrario! Los mayores valores, los principios más sagrados, la fe... son discutidos.

-Las "contiendas de palabras"; de donde proceden las envidias, las discordias, insultos, malentendidos, sospechas malignas, discusiones interminables propias de gente de mente corrompida"... La «enfermedad» de que habla Pablo, es ciertamente, la de nuestra época y de nuestra Iglesia contemporánea: rivalidades, conflictos de grupos, sospechas. Señor, ayúdanos a ser hombres abiertos, comprensivos y no cerrados, porfiados, sectarios. En Éfeso había algunos que "padecían la enfermedad de plantear cuestiones inútiles y discutir". Lo que provocaba "envidias, polémicas, difamaciones, controversias propias de personas tocadas de la cabeza".

-"Gente de inteligencia corrompida, que están privados de la verdad y que piensan que la religión es un negocio": los que consideran que "la religión es una ganancia" y "buscan riquezas y se crean necesidades absurdas y nocivas".  Nos insiste el apóstol que "teniendo qué comer y qué vestir nos basta" pues más allá de eso es fácil caer en la idolatría de la ambición, y vemos muchos casos de corrupción como en cualquier tiempo lo hubo, "la codicia es la raíz de todos los males". La obra de El Señor de los anillos, con todos sus personajes, nos lo recuerda… La actitud de Timoteo debe ser dar ejemplo con su vida personal: "practica la justicia, el amor, la paciencia, combate el buen combate de la fe".

2. El salmo nos invita: "no te preocupes si se enriquece un hombre y aumenta el fasto de su casa: cuando muera, no se llevará nada". La antífona del salmo nos ha hecho repetir la bienaventuranza de Jesús: "Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos".

3. –"Jesús iba caminando por pueblos y aldeas, proclamando la "Buena" Noticia": el "evangelio" -"Lo acompañaban los doce, y algunas mujeres..." El pasado martes vimos a Jesús hacer una resurrección en atención a una mujer, la viuda de Naím. Ayer Jesús rehabilitaba a una mujer, la pecadora, en casa de Simón. Lucas insiste en el papel de las mujeres: pensemos en la función esencial de María en los relatos de la infancia de Jesús... pensemos en el episodio de Marta y María (Lc 10, 38) que es él el único en relatarlo.

-"Mujeres que Jesús había curado de malos espíritus y de enfermedades"... Jesús, liberas totalmente a la mujer: ni en tu mente ni en tus actitudes concretas haces diferencia alguna de dignidad entre el hombre y la mujer. En el contexto de la época no es así: Nunca un rabino admitía a mujeres en el grupo de sus discípulos. Jesús, tú . Sabemos que a algunas de esas mujeres las había curado de alguna enfermedad o mal espíritu, y "le ayudaban con sus bienes". Lucas nos transmite el nombre de varias de ellas. ¡Cuántas veces aparecen las mujeres en el evangelio con una actitud positiva y admirable! Baste recordar las que estuvieron cerca de él en el momento más trágico, al pie de la cruz, junto con María, su madre. Y que luego fueron las primeras que tuvieron la alegría de ver al Resucitado y anunciarlo a los demás. Son un buen símbolo de las incontables mujeres que, a lo largo de los siglos, han dado en la Iglesia testimonio de una fe recia y generosa: religiosas, laicas, misioneras, catequistas, madres de familia, enfermeras, maestras... Que ayudaron a Jesús en vida y que colaboran eficazmente en la misión de la Iglesia, cada una desde su situación, entregando su tiempo, su trabajo y también su ayuda económica. La primera persona europea que creyó en Cristo, por la predicación de Pablo, fue una mujer: Lidia (Hch 16). Ante la discriminación histórica hacia las mujeres, vemos en Jesús que lo principal es el amor, la santidad, y tenemos en común la fe y la misión evangelizadora.

Jesús dijo: "¿quién es mi madre y mis hermanos? El que escucha la Palabra de Dios y la pone en práctica". Y en eso las mujeres han sido, ya desde el principio (la Virgen Maria: "hágase en mi según tu palabra") las que más ejemplo nos han dado a toda la comunidad. No fue hasta Pablo VI que se nombró a dos mujeres insignes "doctoras de la Iglesia" (santa Teresa de Jesús y santa Catalina de Siena), luego Juan Pablo II hizo lo mismo con santa Teresa del Niño Jesús, Edith Stein; luego vino Hildegarda de Bingen…

-"María, "Magdalena" de sobrenombre... -¡que había sido liberada de siete demonios!-, Juana, mujer de Kuza, el intendente de Herodes... Susana... Que le ayudaban con sus bienes". La ética del cuidado es un valor que necesita la sociedad. Así el último Concilio habla de la Virgen María "como modelo" que "engendró en la tierra al mismo Hijo del Padre (...) a quien Dios constituyó primogénito entre muchos hermanos (cf Rom 8,29), esto es, los fieles, a cuya generación y educación coopera con amor materno". A imagen de ella, la Iglesia es madre, y "es igualmente virgen, que guarda pura e íntegramente la fe prometida al Esposo". Esto se realiza plenamente en María. La Iglesia, por consiguiente, "a imitación de la Madre de su Señor, por la virtud del Espíritu Santo, conserva virginalmente una fe íntegra, una esperanza sólida y una caridad sincera".

María cumple plenamente el paradigma bíblico de la "mujer" desde el "principio" (cf Gen 3,15) cuando tiene la misión de vencer todo mal (la serpiente) y cuidar de la estirpe. Lo "humano" no tiene sexo único sino es la complementariedad de lo masculino y lo femenino, y el misterio de la "mujer": virgen-madre-esposa" tiene un papel importante, aunque hoy día algunos no lo entiendan.

 

Llucià Pou Sabaté

miércoles, 20 de septiembre de 2023

Fiesta. San Mateo, Apóstol y Evangelista (21 de Septiembre)

Fiesta. San Mateo, Apóstol y Evangelista (21 de Septiembre)

 

En bien de la Iglesia, Jesús nos llama no por nuestros méritos: "no he venido a llamar a justos, sino a pecadores", y a cada uno nos dice: "Sígueme"…

 

 

A. Lecturas

   1. Carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4,1-7.11-13): Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo. Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelizadores, a otros, pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.

 

   2. Salmo 18,2-3.4-5: El cielo proclama la gloria de Dios, / el firmamento pregona la obra de sus manos: / el día al día le pasa el mensaje, / la noche a la noche se lo susurra.

   Sin que hablen, sin que pronuncien, / sin que resuene su voz, / a toda la tierra alcanza su pregón / y hasta los límites del orbe su lenguaje.

 

   3. Mateo 9,9-13. "En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: -«Sígueme.» Él se levantó y lo siguió. Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:

   -«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y  pecadores?» Jesús lo oyó y dijo: -«No tienen necesidad de médico  los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.» En aquel tiempo vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme". El se levantó y lo siguió".

 

B. Comentario:    

   1. La iglesia es el gran proyecto divino para que vivamos unidos, siendo el cuerpo de Cristo, en variedad de dones y tareas que Cristo otorga a cada uno: "El Espíritu Santo, que habita en los creyentes y llena y gobierna a toda la Iglesia, realiza esa admirable reunión de los fieles, y tan estrechamente une a todos en Cristo, que es el Principio de la unidad de la Iglesia" (Conc. Vat. II).

   La Iglesia es cuerpo de Cristo, y también la Esposa de Cristo, que se hace una con Él y que se convierte en signo verdadero de su presencia, llena de humildad, de mansedumbre, de paciencia y capaz de soportar a todos por amor.

   2. El salmo es hoy un canto poético al sol y a su irradiación sobre la faz de la tierra, que se une a los que hay en Oriente Próximo (himno a Atón por ejemplo). Pero la Biblia nos dice en cambio que el sol no es un dios, sino una criatura al servicio del único Dios y creador. Basta recordar las palabras del Génesis: "Dijo Dios: haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el día de la noche, y valgan de señales para solemnidades, días y años; (...) Hizo Dios los dos luceros mayores; el lucero grande para el dominio del día, y el lucero pequeño para el dominio de la noche (...) y vio Dios que estaba bien" (Gn 1,14.16.18). Y los cielos "proclaman", "pregonan" las maravillas de la obra divina. También el día y la noche son representados como mensajeros que transmiten la gran noticia de la creación: testimonio silencioso, pero que se escucha con fuerza, como una voz que recorre todo el cosmos. Con la mirada interior del alma, con la intuición religiosa que no se pierde en la superficialidad, el hombre y la mujer pueden descubrir que el mundo no es mudo, sino que habla del Creador. Como dice el antiguo sabio, "de la grandeza y hermosura de las criaturas se llega, por analogía, a contemplar a su Autor" (Sb 13, 5).

   También san Pablo recuerda a los Romanos que "desde la creación del mundo, lo invisible de Dios se deja ver a la inteligencia a través de sus obras" (Rm 1, 20).

   San Juan Crisóstomo afirma: "El silencio de los cielos es una voz más resonante que la de una trompeta: esta voz pregona a nuestros ojos, y no a nuestros oídos, la grandeza de Aquel que los ha creado". Y san Atanasio: "El firmamento, con su grandeza, su belleza y su orden, es un admirable predicador de su Artífice, cuya elocuencia llena el universo"". 

   Todo se hizo por aquel que es la Palabra externa del Padre, y sin Él no se hizo nada. Así, todo lo creado es una expresión de Dios entre nosotros. Sin que las cosas pronuncien palabra alguna, a su modo nos hablan de Aquel que las ha creado. La persona humana, en sí, debería ser el mejor de los lenguajes de Dios entre nosotros, pues el Señor nos creó a su imagen y semejanza. Llegada la plenitud de los tiempos, Dios nos envió a su propio Hijo, el cual mediante sus palabras, sus obras, sus actitudes y su vida misma es para nosotros la suprema revelación del Padre. Y del costado abierto de Jesús,  dormido en la cruz, nació la iglesia. Mediante Ella resuena por toda la tierra la Palabra en nos hace conocer a Dios y experimentar su amor, hasta el último rincón de la tierra. 

  

   3. Jesús llama a los que quiere, hoy a un publicano –tenido por pecaminoso, ya que recaudaba impuestos a sus compatriotas para venderlos a los romanos-, Mateo, que se llama también Leví. No hemos de desanimarnos si nos vemos llenos de miserias, pues ante Dios no podemos vernos de otra forma, y Él ha venido a buscar a todos, pero quien se considere justo se está cerrando a la gracia… abrir las puertas al Señor es lo fundamental.

   Hoy, una vez más, Jesús, resuena tu "sígueme" con claridad: no te vayas, no te preocupes, no te quedes ahí, no tengas miedo, ¡sígueme! No hay nada más esperanzador para un enfermo que escuchar a su médico explicarle con firme tranquilidad cuál va a ser el camino de la curación, nada más tranquilizador para una persona que está perdida en medio de un bosque que encontrar un sendero, nada más acogedor que los brazos de papá o de mamá para un niño asustado. Todo eso es el sígueme de Jesús. 

   Podemos rememorar nuestra historia, esos momentos en los que hemos sentido la intervención divina, los que han orientado nuestra vida. San Beda el Venerable, comentando la conversión de Mateo, escribe: «La conversión de un cobrador de impuestos da ejemplo de penitencia y de indulgencia a otros cobradores de impuestos y pecadores (...). En el primer   instante de su conversión, atrae hacia Él, que es tanto como decir hacia la salvación, a todo un grupo de pecadores».

   El Señor, pasando junto a mí, me ha dicho: Sígueme. Y yo, ¿cómo he correspondido? ¿Cómo me dejo guiar por él en mi día a día? ¿Cómo mejoro en el amor, que es la medida de ese camino de Jesús?

   "Descubrir esta llamada, esta vocación, es caer en la cuenta de que Cristo tiene fijos los ojos en ti y que te invita con la mirada a la entrega total en el amor. Ante esa mirada, ante ese amor suyo, el corazón abre las puertas de par en par y es capaz de decirle que sí" (Juan Pablo II en Asunción, Paraguay, 18.5.1988). Y decía también: "La búsqueda y el descubrimiento de la voluntad de Dios para vosotros es una experiencia profunda y fascinante… A fin de cuentas, toda vocación, todo camino al que Cristo nos llama, lleva a la realización y a la felicidad, pues conduce a Dios, a compartir la misma vida divina" (en Manila, 13.1.1995).

   En hebreo, Mateo significa "don de Dios". Es fácil imaginar la escena de su llamada viendo el lienzo de Caravaggio (de San Luis de los Franceses, en Roma). Jesús no se para ante su condición que se consideraba por los judíos pecadora. Jesús dirá: "no he venido a llamar a justos, sino a pecadores" (Mc 2, 17). También habla Jesús del publicano en una parábola: "el publicano (...) no se atrevía ni a elevar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo:  "¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!"". Y Jesús comenta:  "Os digo que este bajó a su casa justificado y aquel no. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado" (Lc 18, 13-14). Pocas veces habla el Evangelio de las profesiones de los discípulos, salvo él y los pescadores. Se fija en ello san Juan Crisóstomo: "pues no hay nada más detestable que el recaudador y nada más común que la pesca" (In Matth. Hom.:  PL 57, 363).

   Es también bonito ver que no tarda en responder a Jesús:  "Él se levantó y lo siguió". Lo dejó todo. Quizá llevaba tiempo hastiado de ser como una sanguijuela para su pueblo, y esperaba una señal, que llegó. Y se dedicó en cuerpo y alma al seguimiento de Jesús, escribiendo el Evangelio más cercano a sus coetáneos judíos, para mostrarles la Buena Nueva. Se le atribuya desde Papías, por el año 130, que dice: "Mateo recogió las palabras (del Señor) en hebreo, y cada quien las interpretó como pudo" (en Eusebio de Cesarea, Hist. eccl. III, 39, 16).

   Llucià Pou Sabaté

 

 

 

martes, 19 de septiembre de 2023

Mando otra vez el de hoy martes, que tenía un error: Martes de la semana 24 de tiempo ordinario (impar): somos cuerpo de Cristo, y Cristo es su Cabeza, que nos cuida y nos salva

Martes de la semana 24 de tiempo ordinario (impar): somos cuerpo de Cristo, y Cristo es su Cabeza, que nos cuida y nos salva

A. Lecturas:

1. Primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo (2,1-8): Ante todo recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad. Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate por todos. Este es el testimonio dado en el tiempo oportuno, y de este testimonio –digo la verdad, no miento– yo he sido constituido heraldo y apóstol, maestro de los gentiles en la fe y en la verdad. Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar elevando hacia el cielo unas manos piadosas, sin ira ni discusiones.

2. Salmo 27: Escucha, Señor, mi súplica / cuando te pido ayuda / y levanto las manos hacia tu santuario.

El Señor es mi fuerza y mi escudo, / en él confía mi corazón; / él me socorrió y mi corazón se alegra / y le canta agradecido.

El Señor es la fuerza de su pueblo, / el apoyo y la salvación de su Mesías. / Salva, Señor, a tu pueblo / y bendícelo porque es tuyo; / apaciéntalo y condúcelo para siempre.

3. Evangelio de Lucas 7,11-17: «Sucedió, después, que marchó a una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre. Al acercarse a la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar un difunto, hijo único de su madre, que era viuda, y la acompañaba una gran muchedumbre de la ciudad. Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: «No llores». Se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron; y dijo: «Muchacho, a ti te digo, levántate». Y el que estaba muerto se incorporó y comenzó a hablar; y se lo entregó a su madre. Y se llenaron todos de temor y glorificaban a Dios diciendo: «Un gran profeta ha surgido entre nosotros, y Dios ha visitado a su pueblo». Esta fama acerca de él se divulgó por toda Judea y por todas las regiones vecinas.» 

B. Comentario:

1. –"Si alguno aspira a ser «epíscope» (hoy se llamaría obispo, aunque entonces comprendía también lo que hoy son sacerdotes): responsable de una comunidad de Iglesia, desea una noble función". Vemos ya la jerarquía, y la noble función del sacerdocio. Ocasión ésta para rogar por las vocaciones sacerdotales.

-"Un responsable de una comunidad ha de ser irreprochable, casado una sola vez, hombre comedido, sensato, reflexivo, hospitalario..." Son cualidades simplemente humanas, bastante comunes. No es necesario estar extraordinariamente dotado. Lo que cuenta, ante todo, es ser equilibrado, ponderado, hombre de buen sentido y capaz de relacionarse. Puedo orar por los responsables de las comunidades que conozco.

-"Capaz de enseñar..." Además de ser animador de la liturgia -pasaje que sigue inmediatamente después de las prescripciones sobre la oración-, la función esencial parece ser, en efecto, la enseñanza de la doctrina.

-"Ni bebedor, ni violento, sino sereno, pacífico, desinteresado". Otra vez esas virtudes sencillas que hacen agradables las relaciones. De ningún modo se pone el acento sobre la autoridad, el poder... sino sobre la bondad y la paciencia. Todo un ideal humano, valedero para todos los que tienen responsabilidades familiares, profesionales, cívicas.

-"Un hombre que gobierne bien su propia casa, que sepa mantener a sus hijos obedientes y respetuosos. Porque un hombre que no sabe gobernar a los suyos, ¿cómo podría encargarse de una Iglesia de Dios?"

-"No debe ser un neo-converso... no fuera a hincharse de orgullo..." En efecto, unas ciertas garantías de estabilidad son necesarias... Y además no hay que perder la cabeza creyendo que «se ha llegado»: nada de considerarse entre los notables.

-"Es necesario también que tenga buena fama entre los de fuera para que no caiga en descrédito y en las trampas del diablo". La comunidad cristiana no es un club cerrado ni un ghetto. Vive a la luz del día. Se la juzga desde el exterior. Son ya numerosos los fenómenos de opinión pública. ¿Qué aspecto presentamos?

-"También los diáconos deben ser dignos de respeto". Para esta otra responsabilidad las mismas cualidades son, más o menos, necesarias.

-"Lo mismo decimos respecto a las mujeres..." Parece también que algunas mujeres se ocupaban de ciertos ministerios. Toda una reflexión y búsqueda se está haciendo en la Iglesia de HOY sobre ese tema (Noel Quesson).

2. El salmo se hace eco de un aspecto que Pablo subrayaba, que los ministros de la comunidad sepan antes gobernar bien su propia casa: "andaré con rectitud de corazón dentro de mi casa... el que sigue un camino perfecto, ése me servirá". Las virtudes humanas son base para la vida cristiana, y fundamentales para el ministerio de gobierno. La madurez personal y el equilibrio, el buen corazón, la fidelidad a los nuestros, el control de nosotros mismos, la honradez y la ejemplaridad... Haremos bien en repasar el programa y respondernos nosotros mismos con sinceridad (J. Aldazábal). Hemos de ser, como decía Juan Pablo II, "expertos en humanidad" y el mejor modo de serlo es estar unidos a Dios.

 San Lucas es el único de los cuatro evangelistas que nos relata esa resurrección: -"Jesús se dirigía a una ciudad llamada Naím. Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda." Un gentío considerable acompañaba a esa mujer.

Su marido muerto... su hijo... habían tenido pues una muerte prematura. Con lo cual, había quedado esa mujer totalmente desprotegida, en una condición muy dura, por la falta de atención que había para ellas en aquellos tiempos.

Muchas personas la acompañaban, con ese sentimiento de compasión.

-"Al verla el Señor, sintió lástima de ella y le dijo: "¡No llores!"" Quisiera profundizar en ese titulo que suele usar Lucas para hablar de ti, Jesús. Eres "el Señor". Más grande de todos los profetas. Tienes una personalidad misteriosa. Creemos que Tú eres Hijo de Dios, igual al Padre. Eres también el más sencillo y el más normal de los hombres: delante de un gran sufrimiento, te emocionas, te compadeces. En esos momentos quiero contemplar la emoción que embarga tu corazón; y quiero escuchar las palabras que dices a esa madre: "¡No llores!" Delante de todos los muertos de la tierra tienes siempre los mismos sentimientos; y tu intención es siempre la misma: quieres resucitarles a todos... quieres suprimir todas las lágrimas (Apocalipsis 21, 4) porque tu opción es la vida, porque eres el Dios de los vivos y no el de los muertos.

Todos avanzamos hacia nuestra propia muerte. Pero afianzados en tu promesa, la muerte no será el último acto, sino una transformación para una vida plena.

-"Jesús dijo: "¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!" Entonces el muerto se incorporó, se sentó y se puso a hablar". Le devuelves la vida, Señor, para alegría de su madre. Un día, volverá a morir. Pero es también este milagro profecía de la vida que no muere más, de la plenitud de tu amor. Quiero proclamar con fe viva: "Creo en la resurrección de la carne y en la vida perdurable".

«Jesús ve la congoja de aquellas personas, con las que se cruzaba ocasionalmente. Podía haber pasado de largo, o esperar una llamada, una petición. Pero ni se va ni espera. Toma la iniciativa, movido por la aflicción de una mujer viuda, que había perdido lo único que le quedaba, su hijo. El evangelista explica que Jesús se compadeció: quizá se conmovería también exteriormente, como en la muerte de Lázaro. No era, no es Jesucristo insensible ante el padecimiento, que nace del amor; ni se goza en separar a los hijos de los padres: supera la muerte para dar la vida, para que estén cerca los que se quieren, exigiendo antes y a la vez la preeminencia del Amor divino que ha de informar la auténtica existencia cristiana.

"Cristo conoce que le rodea una multitud, que permanecerá pasmada ante el milagro e irá pregonando el suceso por toda la comarca. Pero el Señor no actúa artificialmente, para realizar un gesto: se siente sencillamente afectado por el sufrimiento de aquella mujer; y no puede dejar de consolarla. En efecto, se acercó a ella y le dijo: «No llores». Que es como darle a entender: no quiero verte en lágrimas, porque yo he venido a traer a la tierra el gozo y la paz. Luego tiene el lugar el milagro, manifestación del poder de Cristo Dios. Pero antes fue la conmoción de su alma, manifestación evidente de la ternura del Corazón de Cristo Hombre» (J. Escrivá, Es Cristo que pasa 166).

-"Y Jesús se lo entregó a su madre". ¿Pensabas quizá en tu madre, Señor? Qué bonito es ver cómo valoras a "la mujer", tan fácilmente repudiada en el mundo antiguo. Qué bonito es ver cómo compartes nuestros dolores, para darle un contenido: «El sufrimiento es también una realidad misteriosa y desconcertante. Pues bien, nosotros, cristianos, mirando a Jesús crucificado encontramos la fuerza para aceptar este misterio. El cristiano sabe que, después del pecado original, la historia humana es siempre un riesgo; pero sabe también que Dios mismo ha querido entrar en nuestro dolor; experimentar nuestra angustia, pasar por la agonía del espíritu y del desgarramiento del cuerpo. La fe en Cristo no suprime el sufrimiento, pero lo ilumina, lo eleva, lo purifica, lo sublima, lo vuelve válido para la eternidad» (Juan Pablo II).

-"Todos quedaron sobrecogidos y daban gloria a Dios... La noticia del hecho se divulgó por todo el país judío y la comarca circundante". ¡La sorpresa... pero también la alabanza! ¿Vivo yo en acción de gracias? La eucaristía es una acción de gracias por la vida resucitada de Cristo. Jesús celebró la Cena, la víspera de su muerte, "dando gracias" (Noel Quesson).

Llucià Pou Sabaté