miércoles, 20 de marzo de 2019

Jueves semana 2 de Cuaresma

Jueves de la semana 2 de Cuaresma

Desprendimiento
“En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: «Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. Y un pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico pero hasta los perros venían y le lamían las llagas.Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: ‘Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama’. Pero Abraham le dijo: ‘Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros’.Replicó: ‘Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento’. Díjole Abraham: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan’. Él dijo: ‘No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán’. Le contestó: ‘Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite’»” (Lucas 16,19-31).
I. El Señor desea que nos ocupemos de las cosas de la tierra, y las amemos correctamente: Poseed y dominad la tierra (Génesis 1, 28). Pero una persona que ame “desordenadamente” las cosas de la tierra no deja lugar en su alma para el amor a Dios. Son incompatibles el “apegamiento” a los bienes y querer al Señor: No podéis servir a Dios y a las riquezas (Mateo 6, 24). Las cosas pueden convertirse en atadura que impida alcanzar a Cristo. Y si no llegamos hasta Él, ¿para qué sirve nuestra vida? Los bienes materiales son buenos porque son de Dios, pero solamente somos administradores de esos bienes durante un tiempo, por un plazo corto. Todo nos debe servir para amar a Dios –Creador y Padre- y a los demás. Si nos apegamos a las cosas, si no hacemos actos de desprendimiento efectivo de los bienes, éstos se convierten en males. Un ídolo ocupa entonces el lugar que sólo Dios debe ocupar.
II. El egoísmo y aburguesamiento impiden ver las necesidades ajenas. Entonces, se trata a las personas como cosas... como cosas sin valor. Con el ejercicio que hagamos de los bienes, muchos o pocos, nos ganamos la vida eterna. Este es tiempo de merecer. Siendo generosos, tratando a los demás como a hijos de Dios, somos felices aquí en la tierra y más tarde en la otra vida. El desasimiento de los bienes ha de ser efectivo, que no se consigue sin sacrificio; natural, discreto y positivo; es también interno, que afecta a los deseos; actual, porque requiere examinarse con frecuencia; y finalmente alegre, porque tenemos los ojos puestos en Cristo, bien incomparable, y porque no es una mera privación, sino riqueza espiritual, dominio de las cosas y plenitud.
III. El desprendimiento nace del amor a Cristo y, a la vez, hace posible que crezca y viva este amor. Dios no habita en un alma llena de baratijas. Por eso es necesaria una firme labor de vigilancia y limpieza interior. El desprendimiento necesario para seguir de cerca al Señor incluye, además de los bienes materiales, el desprendimiento de nosotros mismos: de la salud, de lo que piensan los demás de nosotros, de las ambiciones nobles, de los triunfos y los éxitos profesionales. Los cristianos deben poseer las cosas como si nada poseyesen (1 Corintios 7, 30). Nuestro corazón también para Dios, porque para Él ha sido hecho, y sólo en Él colmará sus ansias de felicidad y de infinito. Todos los amores limpios y nobles se ordenan y se alimentan en este gran Amor: Jesucristo Señor Nuestro. ¡Corazón dulcísimo de María, guarda nuestro corazón y prepárale un camino seguro!
Textos basados en ideas de Hablar con Dios de F. Fernández Carvajal.
San Nicolás de Flüe, asceta y ermitaño

San Nicolás de Flüe (en alemán: Niklaus von Flüe) (n. 21 de marzo de 1417 - † 21 de marzo de 1487) fue un asceta y ermitaño suizo, santo patrón de Suiza. A veces es invocado como el Hermano Klaus. Nacido en el cantón de Unterwalden, fue hijo de ricos campesinos, distinguiéndose como soldado en acción contra el cantón de Zúrich, que se había rebelado contra la confederación. Alrededor de los treinta años se casó con Dorothy Wiss, hija de un agricultor. Cultivaron la tierra en el municipio de Flüeli en las colinas alpinas, encima de Sachseln sobre el lago Sarnen. Continuaría en el ejército con treinta y siete años, alcanzando el puesto de capitán, según se dice luchando con una espada en una mano y un rosario en la otra. Tras servir en el ejército, llegaría a ser concejal y juez de su cantón en 1459, ejerciendo como juez durante nueve años. Declinaría la oportunidad de servir como Landamman (gobernador) de su cantón.
Tras recibir una visión mística de un lirio comido por un caballo, que reconoció como indicativo de que el cuidado de su mundanal vida (el caballo de tiro arrastrando un arado) se estaba tragando su vida espiritual (el lirio, un símbolo de pureza) decidió dedicarse completamente a la vida contemplativa. En 1467, abandonó a su esposa y a sus diez hijos con su consentimiento, estableciéndose como un ermitaño en el valle de Ranft en Suiza, erigiendo un chantry (un tipo de edificio de iglesia) para un sacerdote de sus propios fondos de modo que pudiera asistir a misa diariamente. Según la leyenda, sobrevivió durante diecinueve años sin alimento a excepción de la eucaristía. Su reputación para la sabiduría y la piedad era tal que figuras de todo Europa vinieron para buscar consejo, y era conocido por todos como el Hermano Klaus. En 1470, el Papa Pablo II concedió su primera indulgencia al santuario en Ranft convirtiéndose en un lugar de peregrinación, puesto que se situa sobre el Jakobsweg (Camino de Santiago), el camino que los peregrinos atraviesan hacia Santiago de Compostela en España. Su consejo previno una guerra civil entre los cantones en la reunión de la Tagsatzung de Stans en 1481 cuando su antagonismo creció. El consejo que les dio sigue siendo un secreto hasta el día de hoy. A pesar de ser analfabeto y tener limitada la experiencia con el mundo, es honrado tanto entre Protestantes como entre Católicos con la unidad nacional permanente de Suiza. Cartas de agradecimiento de Berna y Soleure aún sobreviven. Cuando murió, fue rodeado por su esposa y sus hijos.
Fue beatificado en 1669. Tras su beatificación, el municipio de Sachseln construyó una iglesia en su honor donde su cuerpo fue enterrado. Fue canonizado en 1947 por el Papa Pío XII. Su día de fiesta en la Iglesia Católica Romana es el 21 de marzo, excepto en Suiza y Alemania, que es el 25 de septiembre.
El nuevo Catecismo de la Iglesia Católica cita una breve oración personal de San Nicolás de Flüe en el párrafo nº 226 del Capítulo 1 de la Parte 1, Sección 2 "La Profesión de Fe Cristiana" bajo el subtítulo IV "Las implicaciones de la fe en un Dios".
Mi Señor y mi Dios, toma de mi todo lo que me distancia de tí.
Mi Señor y mi Dios, dame todo lo que me lleva más cerca de tí.
Mi Señor y mi Dios, sepárame de mi para darte todo a tí.
Como un laico con responsabilidades familiares que se toma en serio sus deberes cívicos al igual que un terrateniente hereditario, el Hermano Klaus es un modelo de heroica valentía para todo aquel preocupado por la prosperidad de las comunidades locales y el uso sostenible del campo abierto. Es el santo patrón de la asociación en lengua alemana KLB (Katholischen Landvolkbewegung), el movimiento de las comunidades rurales católicas.
De las muchas revelaciones espirituales que Nicolás recibió en sus visiones, una en particular se reproduce a menudo en un formato logográfico reducido, como una rueda mística.
Visión del misterio trinitario de San Nicolás de Flüe.Nicolás describió su visión de la Santa Faz en el centro de un círculo con las puntas de tres espadas tocando los dos ojos y la boca, mientras otras tres irradian hacia afuera en una simetría séxtupla evocadora del Sello de Salomón. Una tela pintada con la imagen, conocida como la tela de la oración de meditación asocia el símbolo con seis episodios de la vida de Cristo: la boca de Dios en la Anunciación, los ojos que espían la Creación tanto en su inocencia antes de la Caída de Adán y Eva como en su redención en el Calvario, mientras en la dirección opuesta hacia el interior la traición de su discípulo Judas Iscariote en el Jardín de Getsemaní apunta a la corona del Pantocrátor situada en la sede del juicio, la buena nueva de la escena de la Natividad "Gloria a Dios en las alturas y paz a su pueblo sobre la Tierra" se hace eco en el oído derecho de la cabeza, mientras que el memorial de la Cena del Señor "Este es mi cuerpo, que será entregado por vosotros" en la oración de consagración en la Divina Liturgia de la Misa se hace eco en el oído izquierdo de la cabeza.
Estos seis medallones contienen símbolos adicionales de actos de bondad cristiana:
1.Dos muletas sugieren Visitar al enfermo como una obra de misericordia.
2.El bastón del excursionista con la bolsa de viaje sugiere la Hospitalidad a forasteros.
3.Una barra de pan, pescado y una jarra de agua y vino representan Alimentar al hambriento, saciar al sediento.
4.Las cadenas indican Cuidados al encarcelado.
5.Las prendas de Cristo evocan Vestir al desnudo.
6.Un ataud nos recuerda Enterrar a los muertos.
Esta interpretación visual encapsula la piedad personal de campesinos rurales, muchos analfabetos, para quienes la historia de la salvación estaba expresada en estos aspectos cruciales de la relación de amor de Dios con nosotros y el deber cristiano de amar al prójimo. La gracia santificante fluye de la víctima pascual en la cruz, una imagen de Nicolás descrita en su visión de la corriente,[9] donde el Tabernáculo se sitúa sobre un manantial que fluye en adelante cubriendo la tierra, haciéndose eco de los ríos que fluyen desde el Templo en las visiones de Ezequiel. Tales profundos insights sobre los sentidos de la escritura alegórico, anagógico y tropológico a menudo se pierden en la exégesis bíblica moderna que se centra demasiado estrictamente en el sentido literal, el método histórico-crítico.
Bibliografía
Abel, Winfried, “The Prayer Book of St. Nicholas of Flue: Mystery of the Center”, Christiana Edition, Stein Am Rhein, 1999.
Boos, Thomas, “Nicholas of Flue, 141-1487, Swiss Hermit and Peacemaker”, The Pentland Press, Ltd, Edinburgh, 1999.
Kaiser, Lother Emanuel, “Nicholas of Flue-Brother Nicholas: Saint of Peace Throughout the World.” Editions du Signe, Strausbourg, 2002.
Yates, Christina, “Brother Klaus: A Man of Two Worlds” The Ebor Press, York, England, 1989.
“Brother Klaus: Our Companion Through Life” , Bruder-Kalusen-Stiftung-Sachseln, 2005.
"The Transformed Berserker: The Union of Psychic Opposites" The Archetypal Dimensions of the Psyche. von Franz, Marie-Louise. Shambhala, 1997.

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