viernes, 5 de marzo de 2010
Día 14º. MARTES SEGUNDO (2 de Marzo): la pureza de corazón es el amor con que hacemos las cosas.
Día 14º. MARTES SEGUNDO (2 de Marzo): la pureza de corazón es el amor con que hacemos las cosas.
Isaías escucha estas palabras de Dios: “Aunque sus pecados sean como la escarlata, se volverán blancos como la nieve; aunque sean rojos como la púrpura, serán como la lana”. Dios nos perdona siempre, pero hemos de ir con cuidado porque la naturaleza no perdona y si me caigo y me rompo la pierna esto no hay quien lo arregle. Pero para Dios todo tiene arreglo, Él busca la conversión del corazón, he de ser sincero. Cuentan de un hombre que murió y mientras iba al cielo le decía a su ángel que sufría porque no sabía qué decirle al Señor, y el ángel le contestó: “le dirás lo que todos los que le han querido, tranquilo”… y él insistía, nervioso: “pero lo que más miedo me da es lo que me dirá el Señor”, y el ángel: “te dirá lo que a todos los que le han querido, tranquilo”. Cuando llegó a la presencia de Dios sólo se le ocurrió decirle: “Gracias, Señor, por quererme tanto”, y el ángel decía por lo bajo: “¿ves? Lo que todos…” y Dios le respondio: “-Gracias a ti, por pedirme perdón tantas veces”, y el ángel otra vez: “¿ves? Lo que a todos…” porque Dios está esperando que le pidamos perdón, para podernos perdonar de todo corazón, y así puede limpiarnos más.
Un buen sacerdote contaba de un periodista que le preguntó a Dios en una entrevista: “-tu que tienes tanto tiempo, ¿a qué te gusta dedicar el tiempo libre?” y que le contestó: “-a perdonar, hijo mío, a perdonar”. Dios es capaz de «hacer aguas puras con aguas de desagüe», «almas puras con almas gastadas»... «almas blancas con almas sucias»... –“Si aceptáis obedecer, comeréis lo bueno del país”. Promesa de felicidad (Ch. Péguy-Noel Quesson).
El Salmo nos anima a vivir la religión con el amor a los demás, con el buen consejo, corregir, animar, perdonar, consolar… dice: “El que ofrece sacrificios de alabanza, me honra de verdad; y al que va por el buen camino, le haré gustar la salvación de Dios". Así nuestra Cuaresma será un éxito, como el que va a una fiesta con un vestido espléndido. «No todo el que dice “Señor, señor”, entrará en el reino de los cielos»: «Te rogamos, Señor, que esta Eucaristía nos ayude a vivir más santamente, y nos obtenga tu ayuda constantemente» (Poscomunión).
El Evangelio nos habla de seguir a Cristo. “El mayor entre vosotros será vuestro servidor. Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado”.
Vimos en Juan Pablo II un ejemplo de amar al enemigo. Perdonar todo y siempre. El 13 de mayo de 1981, fiesta de la Virgen de Fátima, miles de personas acuden a la plaza de San Pedro para ver a Juan Pablo II. Una niña rubia con un globo azul levanta sus manitas al Papa, que la toma en sus brazos y la levanta en alto sonriente. "Nada hacía presentir -comenta el secretario del Papa, don Estanislao- lo que iba a suceder. Cuando el Santo Padre daba la segunda vuelta a la plaza, el turco Alí Agca disparó contra él... Yo estaba sentado como de costumbre detrás de¡ Santo Padre, y la bala, a pesar de su fuerza, cayó entre nosotros en el automóvil, a mis pies. La otra rozó el codo derecho, quemó la piel y fue a herir a otras personas...".
"¿Qué pensé? Nadie creía que una cosa así fuera posible ...Vi que el Santo Padre había sido alcanzado. Entonces le pregunté:
¿Dónde está herido?" Me respondió: "En el vientre". Todavía le pregunté: "¿Es doloroso?". Y me respondió: "Sí"."
"El Santo Padre no nos miraba. Con los ojos cerrados, sufría mucho y repetía breves plegarias exclamatorias. Si no recuerdo mal, eran sobre todo: "¡María, Madre mía! ¡María, Madre mía!."
"Cuando llegamos al hospital todo era confusión. Una cosa era prepararse para recibir a un Papa, y otra verle llegar exangüe e inconsciente La operación duró cinco horas y veinte minutos, el pulso era casi imperceptible. Todos temíamos lo peor. Le administré el sacramento de la Unción, justo antes de la intervención. El Santo Padre estaba inconsciente."
"La esperanza renació durante la operación gradualmente. Al principio parecía que la muerte era inevitable: el Santo Padre había perdido las tres cuartas partes de su sangre".
"Es extraordinario que la bala no destruyese en su trayectoria ningún órgano esencial. Una bala de nueve milímetros es un proyectil de una brutalidad inaudita. Para no causar daños irreparables en una parte tan compleja del cuerpo, tuvo que seguir una trayectoria improbable. Pasó a unos milímetros de la aorta. Si la hubiera alcanzado, habría sido la muerte instantánea. No tocó la espina dorsal ni ningún punto vital. Digamos, entre nosotros, milagrosamente. "
El Papa estuvo en serio peligro de muerte hasta el 15 de julio. Pero en cuanto pudo, Juan Pablo II se desplazó hasta la cárcel donde estaba prisionero Alí Agca, quien le disparó. Habló con él, a solas, durante mucho tiempo. Le perdonó. Le ayudó. Continúa hablándole a Dios con tus palabras (tomado de Juan Pablo II, Memoria e identidad; com. por José Pedro Manglano). Señor, qué ejemplo para mí. Como Tú, que perdonaste desde la Cruz a los que crucificaban: "Perdónales, Padre". iQue perdone siempre! ¡Ayúdame! Como cristiano no puedo guardar rencor nunca, me hagan lo que me hagan.
Llucià Pou Sabaté
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