sábado, 27 de septiembre de 2025

Domingo de la semana 26 de tiempo ordinario; ciclo C: la codicia impide ver el cielo, donde todo encontrará su sitio, también las injusticias de este mundo se convertirán en justicia

Domingo de la semana 26 de tiempo ordinario; ciclo C: la codicia impide ver el cielo, donde todo encontrará su sitio, también las injusticias de este mundo se convertirán en justicia

 

A. Lecturas

1. Amós (6,1a.4-7):

Esto dice el Señor omnipotente:
«¡Ay de aquellos que se sienten seguros en Sion,
confiados en la montaña de Samaría!
Se acuestan en lechos de marfil,
se arrellanan en sus divanes,
comen corderos del rebaño y terneros del establo;
tartamudean como insensatos
e inventan como David instrumentos musicales;
beben el vino en elegantes copas,
se ungen con el mejor de los aceites
pero no se conmueven para nada por la ruina de la casa de José.
Por eso irán al destierro,
a la cabeza de los deportados,
y se acabará la orgía de los disolutos».

2. Salmo 145,7.8-9a.9bc-10

R/.Aleluya

V/. El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.

V/. El Señor abre los ojos al ciego,
Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R/.

V/. Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad R/.

3. I Timoteo (6,11-16):

Hombre de Dios, busca la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
Combate el buen combate de la fe, conquista la vida eterna, a la que fuiste llamado y que tú profesaste noblemente delante de muchos testigos.
Delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que proclamó tan noble profesión de fe ante Poncio Pilato, te ordeno que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, que, en el tiempo apropiado, mostrará el bienaventurado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único que posee la inmortalidad, que habita una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver.
A él honor y poder eterno. Amén.

4.   Lucas 16, 19-31: «Había un hombre rico que vestía de púrpura y lino finísimo, y cada día celebraba espléndidos banquetes. Un pobre, en cambio, llamado Lázaro, yacía sentado a su puerta, cubierto de llagas, deseando saciarse de los desperdicios que caían de la mesa del rico y nadie se los daba. Y hasta los perros acercándose le lamían sus llagas. Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán; murió también el rico y fue sepultado. Estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando sus ojos vio a lo lejos a Abrahán y a Lázaro en su seno; y gritando, dijo: padre Abrahán, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en estas llamas. Le contestó Abrahán: hijo, acuérdate que tú recibiste bienes durante tu vida y Lázaro, en cambio, males; ahora, pues, aquí él es consolado y tú atormentado. Además de todo esto, entre vosotros y nosotros hay interpuesto un gran abismo, de modo que los que quieren atravesar de aquí a vosotros, no pueden; ni pueden pasar de ahí a nosotros. Y le dijo: te ruego entonces, padre, que le envíes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos, para que les advierta y no vengan también a este lugar de tormentos. Pero le replicó Abrahán: Tienen a Moisés y a los Profetas. !Que los oigan! El dijo: no, padre Abrahán; pero si alguno de entre los muertos va a ellos, se convertirán. Y les dijo: si no escuchan a Moisés y a los Profetas, tampoco se convencerán aunque uno de los muertos resucite».

B. Comentario:

1. «Tumbados sobre las camas». De nuevo la primera lectura de Amós es importante para comprender el evangelio. No  solamente se echan pestes contra las posesiones y las riquezas, sino contra lo que éstas  producen en el hombre con harta frecuencia: sibaritismo, holgazanería, borrachera de  bienestar sin tener para nada en cuenta la situación del país (Israel estaba entonces  seriamente amenazado, pero «no os doléis de los desastres de José»). Esta  «despreocupación» egoísta y esta falsa «autoseguridad» son condenadas por el profeta: «Se acabó la orgía de los disolutos», «irán al destierro» los primeros.

2. Dios –dice el salmo- "hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos, liberta a los cautivos. El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos. Sustenta al huérfano y a la viuda, y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad".

3. San Ignacio va a decir que no es para que nos asustemos, sino para que "Si del Amor de Dios me olvidare", dice tan hermosamente, "Su santo temor me haga volver al camino", por las dudas, quizá mi fragilidad hace que en algún momento me olvide de Dios, me olvide de su Ley, pues... si de ese Amor me llego a olvidar, si me llego a olvidar de todo lo que Dios ha hecho por mí, y lo que hizo Jesucristo, al menos que su Santo Temor me vuelva otra vez al camino recto... como decía el Doctor Angélico: "el alma corre hacia Dios, como la mosca hacia la luz". "Tú, hombre de Dios (...) tiende a la justicia, la piedad, la fe, la caridad, la paciencia, la mansedumbre". Tiende, porque estamos siempre aprendiendo, como en construcción, orientados con ese consejo: "combate el buen combate de la fe, conquista la vida eterna". Conquistarla por anticipado, aun cuando esta perseverancia exige un  combate permanente, «el buen combate de la fe», que debe llevarse a cabo «sin mancha ni  reproche» como encargo de Cristo y de la Iglesia. Pero no  quiere decir tratar de aferrar o apresar a Dios, «que habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver», y que sólo  puede ser adorado, nunca aferrado o conquistado por el hombre. Decidirse por Él, dar  testimonio de Él, significa por el contrario que se ha sido aferrado por él y que se cumple su  encargo"(von Balthasar). Confiando en el Señor: "Te recomiendo que conserves el mandato sin mancha ni reproche, hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo".  Con la Virgen rezamos: "Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia santa, ordena en tu paz nuestros días, líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos". [Misal Romano]. 

4. Vemos hoy un pobre llamado Lázaro, y un rico del que solo sabemos que vivía como epulón. El rico aparece como un hombre sin otro ideal que pasarlo bien sin acordarse de los que lo pasan mal. Lázaro (=Eleazar, "Dios salva") es el pobre a quien el rico ha olvidado, pero de quien Dios se acuerda en todo momento. Las faltas de respeto a la dignidad de Lázaro que el rico ocasiona, contrastan con los perros que se acercaban a lamerle las llagas. "Aconteció, pues, que murió aquel pobre, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán; murió también el rico y fue sepultado". Según el judaísmo, todos los difuntos iban a parar al "infierno" o "seol", aunque no todos los difuntos iban a parar al mismo lugar: unos iban al "edén" o lugar de descanso, otros a la "gehenna" o lugar de tormento. Pero tanto los buenos como los malos esperaban en el "seol" el juicio definitivo de Dios al final de los tiempos. Entre el "edén" y la "gehenna" se abría un abismo infranqueable.

Abrahán no atiende la súplica del rico (que Lázaro fuera a refrescarle) y le hace ver que la diferencia entre su estado y el de Lázaro no es más que una consecuencia lógica de la divina justicia: "No le das al pobre de lo tuyo, sino que le devuelves lo suyo, pues lo que es común y ha sido dado para el uso de todos, lo usurpas tú solo. La tierra es de todos, no sólo de los ricos" (San Ambrosio). "Dios puso delante de todos la misma tierra. ¿Cómo, pues, siendo común, tú posees hectáreas y más hectáreas, y el otro ni un terrón?", dice san Juan Crisóstomo, que añade: San Juan Crisóstomo predicando en cierta ocasión, decía así a sus oyentes: «Os ruego y os pido y, abrazado a vuestros pies, os suplico, que mientras tengamos vida nos arrepintamos, nos convirtamos, nos hagamos mejores, para que no nos lamentemos inútilmente, cuando muramos, como este rico de la parábola».

Cuando yo era pequeño, pensé en la segunda petición del rico (que Lázaro fuera a advertir a los hermanos): si está en el infierno, ¿cómo puede tener sentimientos buenos? Puesto que se nos presentaba esta parábola como un ejemplo del infierno perpetuo, condenación eterna. Fue para mí un alivio ver en Benedicto XVI estas palabras (de su encíclica Spes Salvi): "En la parábola del rico epulón y el pobre Lázaro (cf. Lc 16, 19-31), Jesús ha presentado como advertencia la imagen de un alma similar, arruinada por la arrogancia y la opulencia, que ha cavado ella misma un foso infranqueable entre sí y el pobre: el foso de su cerrazón en los placeres materiales, el foso del olvido del otro y de la incapacidad de amar, que se transforma ahora en una sed ardiente y ya irremediable. Hemos de notar aquí que, en esta parábola, Jesús no habla del destino definitivo después del Juicio universal, sino que se refiere a una de las concepciones del judaísmo antiguo, es decir, la de una condición intermedia entre muerte y resurrección, un estado en el que falta aún la sentencia última". Después de la muerte está el juicio, para salvación o condenación, "y tampoco falta la idea de que en este estado se puedan dar también purificaciones y curaciones, con las que el alma madura para la comunión con Dios. La Iglesia primitiva ha asumido estas concepciones, de las que después se ha desarrollado paulatinamente en la Iglesia occidental la doctrina del purgatorio".

"¡Ay del que no advierte / que hay un supremo Juez de juzgadores, / que hay otra Ley sobre la ley del fuerte; / que al pasar los umbrales de la muerte / los vencidos serán los vencedores!" (Rubén Darío). "Cuando servimos a los pobres y a los enfermos, servimos a Jesús. No debemos cansarnos de ayudar a nuestro prójimo porque en ellos servimos a Jesús" (Sta. Rosa de Lima). Llega la muerte y todo se clarifica, el tiempo pone las cosas en su sitio…  "Pasaron los placeres y las miserias. Todo se acabó y se trasformó. Uno pasó de los placeres a los tormentos; el otro de las miserias a los placeres. Efectivamente, tanto los placeres como las miserias habían sido pasajeros; los tormentos y placeres que les siguieron no tienen fin. Ni se condena a las riquezas en la persona del rico ni se alaba la pobreza en la persona del pobre; pero en el primero se condenó la impiedad y en el segundo se alabó la piedad" (San Agustín, sermón 299).

En la vida, dice Teresa de Calcuta, lo único que nos queda es lo que damos. Lo demás se pudre… De todos los recursos existentes en el mundo unos pocos países acaparan la mayoría, dejando el resto para todos los demás países del mundo: una parte del mundo pasa hambre ante la indiferencia de unos privilegiados, que tienen la mesa bien abastecida y que desperdician lo que podría remediar el hambre de millones de seres humanos. Y dedicamos muchos recursos a cosas superfluas: "Son tontos los que por avaricia se complacen en cosas que se limitan a guardar. El que amontona sus pagas, las mete en saco roto. Tal es el que recoge y mete la cosecha, y sufre mengua el que a nadie da parte de lo suyo. Pero es cosa de burla y merece carcajadas que haya hombres que usan orinales de plata y retretes de vidrio... y esas mujeres, tan ricas como locas, que mandan hacerse de plata los recipientes de sus excrementos, como si la gente rica no pudiera defecar si no es lujosamente" (San Clemente de Alejandría).

Es el segundo domingo seguido que las lecturas nos hablan de la idolatría al dinero, que impide ver a Dios. "La avaricia (después del pecado) cortó lo que había de noble en la naturaleza, tomando de antemano la ley como auxiliar del poder. Pero tú mira la igualdad primitiva, no la distinción postrera; no la ley del poderoso, sino la del Creador" (san Gregorio nacianceno).

"El juicio será sin misericordia para quien no practicó misericordia" (Sant 2,13), quienes idolatran las riquezas sin temor de Dios, musitando entre sí: «¿quién ha resucitado? ¿Quién ha podido contarnos lo que allí se cuece? Desde que enterré a mi padre no he vuelto a oír su voz».

Llucià Pou Sabaté

viernes, 26 de septiembre de 2025

Viernes de la 25ª semana de Tiempo Ordinario (impar). La confesión de Pedro: “Tú eres el Mesías de Dios” está apoyada en la oración de Jesús y en su sacrificio

Viernes de la 25ª semana de Tiempo Ordinario (impar). La confesión de Pedro: "Tú eres el Mesías de Dios" está apoyada en la oración de Jesús y en su sacrificio

 

A. Lecturas

1. Ageo 1, 15b-2,9. El año segundo del reinado de Darlo, el día veintiuno del séptimo mes, vino la palabra del Señor por medio del profeta Ageo: «Di a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judea, y a Josué, hijo de Josadak, sumo sacerdote, y al resto del pueblo: "¿Quién entre vosotros vive todavía, de los que vieron este templo en su esplendor primitivo? ¿Y qué veis vosotros ahora? ¿No es como si no existiese ante vuestros ojos? ¡Ánimo!, Zorobabel -oráculo del Señor-, ¡Ánimo!, Josué, hijo de Josadak, sumo sacerdote; ¡Ánimo!, pueblo entero -oráculo del Señor-, a la obra, que yo estoy con vosotros -oráculo del Señor de los ejércitos-. La palabra pactada con vosotros cuando salíais de Egipto, y mi espíritu habitan con vosotros: no temáis. Asi dice el Señor de los ejércitos: Todavía un poco más, y agitaré cielo y tierra, mar y continentes. Pondré en movimiento los pueblos; vendrán las riquezas de todo el mundo, y llenaré de gloria este templo -dice el Señor de los ejércitos-. Mía es la plata y mío es el oro -dice el Señor de los ejércitos-. La gloria de este segundo templo será mayor que la del primero -dice el Señor de los ejércitos-; y en este sitio daré la paz -oráculo del Señor de los ejércitos.-"»

 

2. Salmo 42,1.2.3.4.  R. Espera en Dios, que volverás a alabarlo: «Salud de mi rostro, Dios mío.»

Hazme justicia, oh Dios, defiende mi causa contra gente sin piedad, sálvame del hombre traidor y malvado.

Tú eres mi Dios y protector, ¿por qué me rechazas?, ¿por qué voy andando sombrío, hostigado por mi enemigo?

Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen y me conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada.

Que yo me acerque al altar de Dios, al Dios de mi alegría; que te dé gracias al son de la citara, Dios, Dios mío.

 

3. Lucas 9,18-22: "Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: -«¿Quién dice la gente que soy yo?» Ellos contestaron: -«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.» Él les preguntó: -«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro tomó la palabra y dijo: -«El Mesías de Dios.» Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: -«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día»".  

 

B. Comentario:

1. –"El día veintiuno del séptimo mes, la palabra del Señor se dejó oír por medio del profeta Ageo". Estamos en octubre del 520. Han pasado dos meses desde que se empezó la reconstrucción del templo, y queda tanto trabajo por hacer que entran ganas de cruzarse de brazos. ¡Esta es, a menudo nuestra situación, Señor! Por lo tanto, toma la palabra, Señor. ¡Haznos de nuevo valientes!

-"Les dirás: ¿queda alguno entre vosotros que haya visto este templo en su primitivo esplendor? Y ¿qué es lo que véis ahora? ¿No es como nada, a vuestros ojos?" Dios es realista; no nos pide nunca que cerremos los ojos ante las dificultades. Hay que mirar de frente. «¿Quién se acuerda del pasado?» Está ya tan lejos, tan acabado... pero lo importante es mirar hacia el futuro. Dejad de mirar al ayer... nos dice de alguna manera: "¡Vamos, ánimo! Construid la Iglesia de los siglos futuros":

-"Mas ahora, ¡ten ánimo, Zorobabel! ¡Animo, Josué, sumo sacerdote! ¡Animo, pueblo todo de la tierra! ¡A trabajar!" Cuán saludable es para nosotros, Señor, oír estas palabras tuyas que resuenan continuamente en nuestra época. Se reconstruye siempre sobre ruinas. En mi oración, evoco mis proyectos, las tareas que esperan al mundo del mañana, la renovación de la Iglesia contemporánea. Pero repítenos, Señor, las razones sólidas que Tú propones a nuestro desánimo.

-"Estoy con vosotros, declara el Señor del universo, según la palabra que pacté con vosotros". La presencia de Dios, su proximidad, ese «Dios con nosotros», es el fundamento del nuevo Templo, que es Jesús, que somos nosotros su cuerpo. Si realmente lo creyéramos así, ¿no es verdad que desaparecería toda desesperanza? ¿Podría Dios fracasar? Nada es imposible a Dios. Y ¡Dios se muestra en las situaciones más desesperadas! La resurrección de Jesucristo, surgiendo vivo de la muerte, es la realización más radical de ello. Oro a partir de las situaciones que estimo por el momento «sin salida». Y creo también, Señor, que Tú estás conmigo... con tu Iglesia... con los oprimidos de cualquier clase.

-"Mi espíritu se mantiene en medio de vosotros: no temáis. Dentro de muy poco sacudiré el cielo y la tierra, el mar y los continentes". Anuncia un momento en que «Dios sea todo en todos». El cosmos entero, cielo, tierra, mar, es remodelado para llegar a ser una nueva creación.

-"Sacudiré todas las naciones paganas y llenaré el Templo de esplendor. El esplendor futuro de este Templo superará el primero, y en este lugar os haré don de mi paz". Tercer motivo de aliento: La elevación de los pueblos hacia la unidad en Dios (Noel Quesson). Es el momento en que Jesús será el Templo, que supera todo anuncio anterior. La gloria del nuevo templo, que ahora es la Iglesia, será plena en la unión por medio de quien tenemos acceso al Padre en un solo Espíritu; así lo declara el mismo Señor, cuando dice: En este sitio daré la paz a cuantos trabajen en la edificación de mi templo, señala san Cirilo de Alejandría, que añade: así somos el templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado. 

Cuando se dice "vendrán los tesoros de las naciones", en hebreo es desear, querer, complacerse en esos tesoros, incluso como traduce la Vulgata "vendrá el Deseado de todas las gentes". Y S. Bernardo excamaba en este sentido: "abre, Virgen dichosa, el corazón a la fe, los labios al consentimiento, las castas entrañas al Criador. Mira que el Deseado de todas las gentes está llamando a tu puerta".

2. "Espera en Dios, que volverás a alabarlo: «Salud de mi rostro, Dios mío»", reza el salmo. La ausencia hace sufrir, pero la esperanza anuncia la llegada, donde el Señor mismo será el fin último del viaje: "Hazme justicia, oh Dios, defiende mi causa contra gente sin piedad, sálvame del hombre traidor y malvado".

Allí se hará la justicia, pues "Tú eres mi Dios y protector, ¿por qué me rechazas?, ¿por qué voy andando sombrío, hostigado por mi enemigo?" Tres verbos marcan su intervención implorada: "Hazme justicia", "defiende mi causa" y "sálvame". Son como tres estrellas de esperanza, que resplandecen en el cielo tenebroso de la prueba y anuncian la inminente aurora de la salvación.

En medio de la oscuridad, hay confianza plena: "Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen y me conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada".

"Que yo me acerque al altar de Dios, al Dios de mi alegría; que te dé gracias al son de la citara, Dios, Dios mío". En el original hebraico se habla del "Dios que es alegría de mi júbilo": el Señor es la fuente de toda felicidad, la alegría suprema, la plenitud de la paz. La traducción griega tradujo: "al Dios que alegra mi juventud", introduciendo así la idea de la lozanía y la intensidad de la alegría que da el Señor (Juan Pablo II). Y san Agustín observa: "Espera en Dios, responderá a su alma aquel que por ella está turbado. (...) Mientras tanto, vive en la esperanza. La esperanza que se ve no es esperanza; pero, si esperamos lo que no vemos, por la paciencia esperamos (cf. Rm 8,24-25)".

3. Hoy vemos en el Evangelio la pregunta que lo cambia todo. Un día, mientras Jesús oraba a solas, hizo a sus discípulos la pregunta que resonaría para siempre: «¿Quién dice la gente que soy yo?». Las respuestas—Juan Bautista, Elías, un profeta—eran ecos de una fe distante. Pero entonces vino la pregunta personal, la que traspasa el rumor y toca el corazón: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (Lc 9:20).

Esta pregunta no se responde con teorías, sino en el "laboratorio" de la propia existencia. Como brillantemente describió San Juan Pablo II, la vida es el taller donde experimentamos con la fe. En sus palabras: "La vida de cada uno de vosotros, queridos jóvenes, es un 'laboratorio' único e irrepetible, en el que se experimentan las opciones fundamentales, se elaboran las convicciones que orientan la acción, se afianza la adhesión a los valores en los que se cree".

En este laboratorio, con sus aciertos y errores, Pedro, iluminado por el Padre, encontró la respuesta: «Tú eres el Mesías de Dios». Pero la verdadera prueba de fe vino después: la revelación de un Mesías que debía padecer, ser rechazado y morir para resucitar (Lc 9:22). La fe que no pasa por el crisol de la cruz y la duda es una fe aún no probada.

Hoy, el Señor nos repite la misma pregunta en el laboratorio de nuestra vida. Entre alegrías y luchas, Él nos invita a ir más allá de lo que "se dice", para hacer una opción personal por Él. No es un camino de respuestas fáciles, sino de encuentro verdadero, donde, como nos recuerda Juan Pablo II, descubrimos que "Jesús es el Hijo de Dios, el Redentor del hombre, el centro de la historia y del cosmos".

Señor, en el laboratorio de mis días, entre gozos y pruebas, ayúdame a discernir tu voz. Que la oración sea mi brújula y la fe, aunque frágil, sea mi certeza. Porque solo Tú tienes palabras de vida eterna, y solo en Ti encuentro la respuesta a todo.

Llucià Pou Sabaté

miércoles, 24 de septiembre de 2025

Jueves de la 25ª semana de Tiempo Ordinario (impar).Jesúsno es un gran hombre, sino Dios encarnado. Y el hombre solo se realiza cuandose abre a Dios

Jueves de la 25ª semana de Tiempo Ordinario (impar). Jesús no es un gran hombre, sino Dios encarnado. Y el hombre solo se realiza cuando se abre a Dios

 

A. Lecturas:

1. Ageo (1,1-8):

El año segundo del rey Darío, el mes sexto, el día primero, vino la palabra del Señor, por medio del profeta Ageo, a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judea, y a Josué, hijo de Josadak, sumo sacerdote: «Así dice el Señor de los ejércitos: Este pueblo anda diciendo: «Todavía no es tiempo de reconstruir el templo.»»
La palabra del Señor vino por medio del profeta Ageo: «¿De modo que es tiempo de vivir en casas revestidas de madera, mientras el templo está en ruinas? Pues ahora –dice el Señor de los ejércitos– meditad vuestra situación: sembrasteis mucho, y cosechasteis poco, comisteis sin saciaros, bebisteis sin apagar la sed, os vestisteis sin abrigaros, y el que trabaja a sueldo recibe la paga en bolsa rota. Así dice el Señor: Meditad en vuestra situación: subid al monte, traed maderos, construid el templo, para que pueda complacerme y mostrar mi gloria –dice el Señor–.»

2. Salmo 149,1-2.3-4.5-6a.9b

R/. El Señor ama a su pueblo

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. 
R/.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. 
R/.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles. 
R/.

 

3. Lucas 9,7-9: "En aquel tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que habla aparecido Elías, y otros que habla vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Herodes se decía: -«A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?» Y tenía ganas de ver a Jesús".

 

B. Comentario:

 

1. El año 522 a.C. Darío sucede a Cambises (que reinó solo 2 años). Ageo canta a Dios, señor de la historia. Pide a los recién vueltos que se muevan, pues no parecían tener mucha prisa en reconstruir el templo, signo de vitalidad religiosa del pueblo, construir la Casa de Dios. Es una actitud de apertura a la Alianza con Dios y las costumbres coherentes con ella.

-"El año segundo del reinado de Darío, el primer día del sexto mes fue dirigida la palabra del Señor por medio del profeta Ageo..." Durante cinco meses, hasta el fin de diciembre, hablará en una plaza de Jerusalén. Hoy… Dios tiene algo que decirme.

-"La palabra de Dios fue dirigida a Zorababel, gobernador de Judá y a Josué, sumo sacerdote". Zorobabel no es más que un sencillo funcionario, uno sobre doscientos cincuenta en el conjunto de la inmensa administración persa. Josué es un humilde servidor de un Templo ruinoso.

-"Así habla el Señor del universo: este pueblo dice: «Todavía no ha llegado el momento de reedificar la Casa del Señor...»" ¿No es esta también la actitud del mundo moderno y la mía? ¡Vivir primero, trabajar primero, ganar dinero primero... orar después! No se tiene tiempo de ir a misa, usted lo comprende. ¡Hay tantas cosas que preparar los fines de semana!... ¿Cómo puedo rezar todos los días si no tengo un minuto? -Mirad lo que contestó el Señor: "¿Es acaso para vosotros el momento de instalaros en vuestras casas lujosas, mientras mi Casa está en ruinas?" ¡Pues. sí! los judíos que regresaron del exilio comenzaron por construirse hermosas casas confortables. Y durante esos años el Templo es un montón de piedras calcinadas. ¡Dios es el último en ser servido!

-"Reflexionad sobre vuestra situación: Habéis sembrado mucho, pero la cosecha es poca. Habéis comido, pero sin quitaros el hambre. Habéis bebido, pero sin quitaros la sed. Os habéis vestido, mas sin calentaros. Y el obrero que ha ganado su salario, lo mete en bolsa rota"... Son imágenes que interrogan. ¡Trabajáis!; ¡os matáis trabajando! Pero ¿para qué, en el fondo? En el fondo vuestra vida no tiene sentido. Trabajar, consumir, ¿para qué?; ¡si no hay una finalidad más esencial en todo ello! Comer, beber, ganar dinero. Esto no basta al hombre. Le deja con su hambre y su sed. -"Reflexionad sobre lo que debéis hacer".

-"Subid a la montaña, traed madera para reedificar la Casa de Dios; y Yo la aceptaré gustoso y me sentiré honrado". Manos a la obra. Disponed un lugar para Dios en vuestra vida. Que sea el centro. Reconstruid una «Presencia» de Dios en el corazón de vuestra ciudad, en el corazón de vuestra vida. Se trata, en efecto, de rehacer, sin cesar, la unidad entre «vida» y «rito» (Noel Quesson).

El éxito de su misión fue inmediato: veintitrés días después empiezan las obras. Es un caso único en la historia del profetismo. Tengamos en cuenta, sin embargo, que Ageo no pedía una gran reforma interior, sino tan sólo la reconstrucción de un edificio. En el segundo discurso (2,1-9) el profeta anuncia que, a pesar de las apariencias, el nuevo templo será superior al antiguo. En el reino mesiánico cabrán las riquezas, es decir, los valores de todos los pueblos. También los gentiles contribuirán a la salvación del mundo. Esto es válido para todos los pueblos y para todos los tiempos (J. Aragonés Llebaria).

2. "Que los fieles festejen su gloria, y canten jubilosos en filas", invita el salmo, "un cántico nuevo", que proclama un coro formado por los que creen en el Reino de Dios, los sencillos y pobres. San Agustín comenta: "¿Qué es lo que constituye un coro? (...) El coro es un conjunto de personas que cantan juntas. Si cantamos en coro debemos cantar con armonía. Cuando se canta en coro, incluso una sola voz desentonada molesta al que oye y crea confusión en el coro mismo". Luego, refiriéndose a los instrumentos utilizados por el salmista, se pregunta: "¿Por qué el salmista usa el tímpano y el salterio?". Responde: "Para que no sólo la voz alabe al Señor, sino también las obras. Cuando se utilizan el tímpano y el salterio, las manos se armonizan con la voz. Eso es lo que debes hacer tú. Cuando cantes el aleluya, debes dar pan al hambriento, vestir al desnudo y acoger al peregrino. Si lo haces, no sólo canta la voz, sino que también las manos se armonizan con la voz, pues las palabras concuerdan con las obras".

3. La fama de Jesús se extiende y llega a oídos de Herodes Antipas, tetrarca de Galilea y Perea, el asesino de Juan el Bautista. Este Herodes era hijo de Herodes el Grande, el de los inocentes de Belén. Su actitud parece muy superficial, de mera curiosidad. Está perplejo, porque ha oído que algunos consideran que Jesús es Juan resucitado, al que él había mandado decapitar. Este Herodes es el que más tarde dice Lucas que amenaza con deshacerse de Jesús y recibe de éste una dura respuesta: "id y decid a ese zorro..." (Lc 13,31-32). En la pasión, Jesús, que había contestado a Pilato, no quiso, por el contrario, decir ni una palabra en presencia de Herodes, que seguía deseando verle, por las cosas que oía de él "y esperaba presenciar alguna señal o milagro" (Lc 23,8-12; cf J. Aldazábal).

-"Herodes, príncipe de Galilea, se enteró de lo que pasaba acerca de Jesús. Y estaba perplejo. Porque unos decían: "Es Juan Bautista que ha resucitado de entre los muertos." Otros decían: "Es Elías que ha aparecido de nuevo." Y otros: "Es uno de los antiguos Profetas que ha vuelto a la vida."" El afán de algo extraordinario hacía que los judíos esperaran un nuevo Moisés, un nuevo Elías (Noel Quesson).

-"Y Herodes decía: "A Juan yo le hice decapitar. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?"" Parece que tenía la inquietud de la conciencia intranquila, del peso del crimen cometido. Hay una luz interior: "cuando los paganos, que no tienen Ley hacen espontáneamente lo que ella manda, aunque la Ley les falte, son ellos su propia Ley... y muestran que llevan escrito en su corazón el contenido de la Ley cuando la conciencia aporta su testimonio" (Rom 2,14).

-"Y tenía ganas de ver a Jesús". Parece que Herodes no sigue esa luz interior de su conciencia, por el crimen cometido («A Juan le corté yo la cabeza»), y se pregunta por la identidad de Jesús: «¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?» Es fácil suponer que tiene miedo, y necesita cierto control de las cosas que hace. Hay una contradicción en todo esto, pues si bien «tenía ganas de verlo» se nos dirá más tarde que lo «quería matar» (13,31).

En una vida llena de miedos ante la incertidumbre de un futuro amenazante, muchos se abandonan en sectas y falsas seguridades. Herodes quiere espectáculo, tiene curiosidad por todo lo sobrenatural, como vemos hoy día en algunos. Lo maravilloso y mágico es siempre algo que interesa a la imaginación, y tenemos mucha literatura de leyendas fantásticas, cuentos en los que lo mágico se funde con lo real. La Edad Media, como también la época romántica, fueron tiempos en los que proliferaban esas historias y cuentos. En la época pop se quiso un Jesús "superstar", o un gran hombre, o un admirable maestro. Pero Jesús no es solo un hombre, es Dios encarnado. Sólo los que se acercan a él con fe y sencillez de corazón logran entender poco a poco su identidad como enviado de Dios y su misión salvadora. Señor, yo creo, pero dame tu fuerza para ayudar a los demás, a buscarte, a encontrarte, pues sólo tu eres la respuesta plena a todas nuestras búsquedas.

 Veo que en épocas pasadas, en la Iglesia, también hemos empobrecido tu mensaje, Señor, al mostrar un Dios "impasible" demasiado metafísico (pues estás encarnado), y la fe se nos ha llenado de definiciones sin alma. Cuando estudié teología estaba ilusionado, pero luego me sentí defraudado al encontrarme con explicaciones de dogmas fríos y secos. La fe no es solo creer en cosas, sino seguirte a ti, Jesús. La fe es asombro, que compromete a arriesgarse en tu aventura divina, Señor, en un encuentro de experiencia contigo, en un deseo de tenerte en plenitud.

Dios de eterna juventud, / aviva en nosotros la sed de conocerte / y el deseo de descubrirte. // Haznos sentir curiosidad por tu palabra: / que ella nos inicie en tu misterio / sin agotar el gozo del encuentro siempre nuevo, / incluso en los siglos sin fin (Dios cada día, Sal terrae).

 

Llucià Pou Sabaté

martes, 23 de septiembre de 2025

Miércoles de la 25ª semana de Tiempo Ordinario (impar). Jesús envió a los apóstoles a proclamar el Reino de Dios y a curar a los enfermos, y a todos nos llama al apostolado

Miércoles de la 25ª semana de Tiempo Ordinario (impar). Jesús envió a los apóstoles a proclamar el Reino de Dios y a curar a los enfermos, y a todos nos llama al apostolado

 

A. Lecturas

1. Esdras (9,5-9):

Yo, Esdras, al llegar la hora de la oblación de la tarde, acabé mi penitencia y, con el vestido y el manto rasgados, me arrodillé y alcé las manos al Señor, mi Dios, diciendo: «Dios mío, de pura vergüenza no me atrevo a levantar el rostro hacia ti, porque nuestros delitos sobrepasan nuestra cabeza, y nuestra culpa llega al cielo. Desde los tiempos de nuestros padres hasta hoy hemos sido reos de grandes culpas y, por nuestros delitos, nosotros con nuestros reyes sacerdotes hemos sido entregados a reyes extranjeros, a la espada, al destierro, al saqueo y a la ignominia, que es la situación actual. Pero ahora el Señor, nuestro Dios, nos ha concedido un momento de gracia, dejándonos un resto y una estaca en su lugar santo, dando luz a nuestros ojos y concediéndonos respiro en nuestra esclavitud. Porque éramos esclavos, pero nuestro Dios no nos abandonó en nuestra esclavitud; nos granjeó el favor de los reyes de Persia, nos dio respiro para levantar el templo de nuestro Dios y restaurar sus ruinas y nos dio una tapia en Judá y Jerusalén.»

2. Tb 13,2.3-4.6

R/. Bendito sea Dios, que vive eternamente

Él azota y se compadece,
hunde hasta el abismo y saca de él,
y no hay quien escape de su mano. 
R/.

Dadle gracias, israelitas, ante los gentiles,
porque él nos dispersó entre ellos.
Proclamad allí su grandeza,
ensalzadlo ante todos los vivientes:
que él es nuestro Dios y Señor,
nuestro padre por todos los siglos. 
R/.

Veréis lo que hará con vosotros,
le daréis gracias a boca llena,
bendeciréis al Señor de la justicia
y ensalzaréis al rey de los siglos. 
R/.

Yo le doy gracias en mi cautiverio,
anuncio su grandeza
y su poder a un pueblo pecador. 
R/.

Convertíos, pecadores,
obrad rectamente en su presencia:
quizás os mostrará benevolencia
y tendrá compasión. 
R/

 

3. Lucas 9,1-6: "En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles: -«No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco llevéis túnica de repuesto. Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si alguien no os recibe, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.» Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando el Evangelio y curando en todas partes".

 

B. Comentario:

1. –"Yo, Esdras, a la hora de la oblación de la tarde, salí de mi postración y con las vestiduras y el manto rasgados, caí de rodillas, con las manos extendidas hacia el Señor, mi Dios". Esdras siente dolor por los abandonos de la fe, que para ellos estaba en gran parte marcado con los casamientos con mujeres paganas. Los libros de Rut y de Jonás, por ejemplo, son abiertos hacia esos matrimonios mixtos, con miras universalistas... Esdras, en cambio, no. Nos parece hoy nacionalismo estrecho, racismo, aunque nos cuesta ver esa cultura de tiempos antiguos, con riesgo de perder su identidad, en medio de costumbres paganas. Hoy vemos que hay mujeres en la genealogía de Jesús procedentes de otras razas… que debemos ser respetuosos con las religiones de los demás; también resulta con frecuencia dramático ver como algunos creyentes abandonan su fe. Es un problema de todas las épocas. Este texto debe movernos a rogar por todas esas familias que se encuentran en situaciones semejantes.

-"Dios mío, siento harta vergüenza y confusión, para levantar mi rostro hacia Ti". La conciencia del pecado. Esta es una gracia a pedir, sobre todo HOY en que en tantos de nuestros contemporáneos parece haberse borrado, casi completamente, el sentido del «mal». La psicología moderna, y esto es un bien, nos ha revelado los resortes escondidos y complejos del alma humana. Es verdad que nuestras culpabilidades son a menudo atenuadas por todo un conjunto de condicionamientos que pesan sobre nosotros. Sin embargo, con relación a nosotros mismos, en primer lugar es indispensable que agudicemos nuestra lucidez para no deslizarnos hacia la irresponsabilidad. Luego, con relación a los demás, es catastrófico dañarlos sin que nos demos cuenta de ello. En fin, con relación a Dios, es capital situarse ante El con la verdad: Dios es perfectamente santo y trascendente y yo soy pobre y frágil.

-"Nuestras faltas se han multiplicado, nuestros pecados han crecido hasta el cielo". Esdras no se sitúa al nivel de una conciencia individual del pecado. Dice «nuestros». Se siente solidario de todo el mal que pueda haber cometido el conjunto del pueblo. Hoy vemos como una «marea negra», "polución moral" que destruye a la humanidad: egoísmo. La fórmula de Esdras a ese nivel colectivo no es excesiva: ¡el mal nos "sumerge y crece". Hasta el punto que todos nosotros corremos el riesgo de cruzarnos de brazos diciendo: "¿qué podemos hacer?".

-"A causa de nuestras faltas fuimos entregados a la espada, a la deportación, al saqueo, al oprobio". No hay relación entre la desgracia y el mal: ese modo de pensar que tenían, equivocado, ha sido corregido por Jesús. Pero sí podemos aprovechar la llamada a la conversión. Juan Pablo II pidió perdón de parte de la Iglesia "por los pecados que han dañado la unidad querida por Dios para su pueblo", o por haber permitido "métodos de intolerancia e incluso de violencia en el servicio a la verdad", y la responsabilidad que podemos tener en "la indiferencia religiosa que lleva a muchos a vivir como si Dios no existiera". El Papa afirma que la Iglesia "no pueda atravesar el umbral del nuevo milenio sin animar a sus hijos a purificarse, en el arrepentimiento, de errores, infidelidades, incoherencias y lentitudes". "A las puertas del nuevo milenio los cristianos deben ponerse humildemente ante el Señor para interrogarse sobre las responsabilidades que ellos tienen también en relación a los males de nuestro tiempo". Hemos pasado esta puerta del tercer milenio pero el ejemplo de Juan Pablo II podría ser seguido por muchos…

-"Mas ahora, en un instante, el Señor nuestro Dios, con su misericordia nos ha permitido escapar dándonos una liberación". El sentimiento de postración da lugar a la acción de gracias (Noel Quesson).

2. En vez de salmo, hace eco a la lectura de hoy la oración de Tobías, que también sabe lo que es la culpa y el castigo y la ayuda de Dios para la conversión: "él nos dispersó entre los gentiles... veréis lo que hará con vosotros, le daréis gracias a boca llena... convertíos, pecadores, obrad rectamente en su presencia". Está compuesto para ser recitado en la diáspora, en cualquier circunstancia. En el canto –que tiene diferencias, en varias versiones- late la esperanza de la reunificación del pueblo judío en torno a una Jerusalén maravillosamente reconstruida, esperanza que continúa hasta la venida de Jesús que con la Iglesia, la Nueva Jerusalén, hace realidad todas las profecías de la que ha de aparecer gloriosa al fin de los tiempos (Ap 21,2-22,15; Biblia de Navarra). Hacia este cántico pareciéramos remontar una buena parte del cántico de María en el Evangelio de san Lucas. Dios ha hecho grandes cosas por nosotros, por eso hemos de darle gracias. A ella acudimos, pidiéndole su intercesión para hacer nuestra su oración.

3. -Habiendo convocado Jesús a los doce les dio poder y autoridad para: 1º Expulsar todos los demonios y curar las enfermedades... 2º Proclamar el reino de Dios... Se pusieron pues en camino y fueron de aldea en aldea, 1º Anunciando la "buena noticia"...2º Curando en todas partes... La "misión" se resume pues en dos puntos precisos: la palabra, proclamación... y la curación. Van unidas las dos cosas. La liberación del mal va unida a la palabra. De ti, Señor, se nos dice que hiciste y hablaste: palabras y obras. La acción apostólica unida a la palabra de la oración y predicación.

El Catecismo 863 señala: "Toda la Iglesia es apostólica mientras permanezca, a través de los sucesores de San Pedro y de los apóstoles, en comunión de fe y de vida con su origen. Toda la Iglesia es apostólica en cuanto que ella es "enviada" al mundo entero; todos los miembros de la Iglesia, aunque de diferentes maneras, tienen parte en este envío. "La vocación cristiana, por su misma naturaleza, es también vocación al apostolado". Se llama "apostolado" a "toda la actividad del Cuerpo Místico" que tiende a "propagar el Reino de Cristo por toda la tierra" (AA 2)".

Jesús, envías aquí a los doce, y poco después a 72. También nos envías a los miembros de la Iglesia: Papa, obispos, sacerdotes, laicos... Todos reciben las mismas consignas de "pobreza":- a los Doce, les dices: "No toméis ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni túnica de repuesto;" – y a los Setenta y dos: "No llevéis ni dinero ni alforja, ni sandalias..."

-"Jesús les dijo: "No toméis nada para el camino: Ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni túnica de repuesto. Quedaos en la casa donde os alojéis, hasta que os vayáis de aquel lugar." La Iglesia primitiva cuidaba mucho de mantener ese ideal de pobreza real, como un signo del Reino.

-"Y en caso de que no os reciban al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, en testimonio contra ellos". Te pedimos, Señor, que sepamos abrirnos a tu gracia salvadora, no autoexcluirnos, y acertar para llegar al corazón de los que no quieren saber nada (Noel Quesson).

En la medida en que progresáis, atraed a los demás con vosotros, escribe San Gregorio Magno; desead tener compañeros en el camino hacia el Señor.

 

Llucià Pou Sabaté

lunes, 22 de septiembre de 2025

Martes de la XXV semana (impar): escuchar palabra de Dios y ponerla en obra, es el camino para pertenecer a la familia de Jesús

Martes de la XXV semana (impar): escuchar palabra de Dios y ponerla en obra, es el camino para pertenecer a la familia de Jesús

 

A. Lecturas:

1. Esdras (6,7-8.12b.14-20):

En aquellos días, el rey Darío escribió a los gobernantes de Transeufratina: «Permitid al gobernador y al senado de Judá que trabajen reconstruyendo el templo de Dios en su antiguo sitio. En cuanto al senado de Judá y a la construcción del templo de Dios, os ordeno que se paguen a esos hombres todos los gastos puntualmente y sin interrupción, utilizando los fondos reales de los impuestos de Transeufratina. La orden es mía, y quiero que se cumpla a la letra. Darío.»
De este modo, el senado de Judá adelantó mucho la construcción, cumpliendo las instrucciones de los profetas Ageo y Zacarías, hijo de Idó, hasta que por fin la terminaron, conforme a lo mandado por el Dios de Israel y por Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia. El templo se terminó el día tres del mes de Adar, el año sexto del reinado de Darío. Los israelitas, sacerdotes, levitas y resto de los deportados, celebraron con júbilo la dedicación del templo, ofreciendo con este motivo cien toros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos y doce machos cabríos, uno por tribu, como sacrificio expiatorio por todo Israel. El culto del templo de Jerusalén se lo encomendaron a los sacerdotes, por grupos, y a los levitas, por clases, como manda la ley de Moisés. Los deportados celebraron la Pascua el día catorce del mes primero; como los levitas se habían purificado, junto con los sacerdotes, estaban puros e inmolaron la víctima pascual para todos los deportados, para los sacerdotes, sus hermanos, y para ellos mismos.

2. Salmo 121,1-2.3-4a.4b-5

R/. Vamos alegres a la casa del Señor

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. 
R/.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor. 
R/.

Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. 
R/.

 

3. Lucas 8,l9-21: "En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él. Entonces lo avisaron: -«Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.» Él les contestó: -«Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra»".  

 

B. Comentario:

1. -"El rey de Persia, Darío, escribió a las autoridades de la provincia situada al oeste del Eufrates y de la que dependía Jerusalén"... Israel no es independiente, y su identidad es la fe y el culto de Yahvéh. Cuando en mi vida aparecen las circunstancias malas de falta de libertad, la pobreza u otras desgracias, ¿me concentro en lo esencial, en abandonarme en Dios, en saber que de aquello malo vendrá algo bueno si sé aprovecharlo?

-«Dejad al gobernador de Judá y a los ancianos de los judíos que reconstruyan ese Templo de Dios... los gastos de esas gentes les serán reembolsados sin demora de los fondos reales, es decir, de los impuestos de la provincia.» En medio de la historia hay un proyecto divino… Darío, sucesor de Ciro, sigue con su misma política de dejar bastante autonomía a los pueblos que pertenecen a su imperio, y favorece claramente, según el relato de hoy, que los judíos puedan reconstruir su templo. Los persas pensaban, como estrategia política, que se consigue mucho más teniendo contentos a los pueblos que oprimiéndolos innecesariamente. El relato deja entrever que los judíos habían encontrado dificultades por parte de los pueblos vecinos.

-"Los ancianos de Judá continuaron con éxito los trabajos de construcción, animados por la palabra de los profetas Ageo y Zacarías. Llevaron a término la construcción conforme a la orden del Dios de Israel y según los decretos de Ciro y de Darío". La fiesta de la Dedicación del templo -el año 515 antes de Cristo- fue solemne y colmó de alegría el corazón de los israelitas. Este templo era el segundo, después del de Salomón, y duraría hasta Herodes el Grande, que un poco antes de nacer Jesús lo reedificó completamente, y que a su vez duraría hasta que los romanos lo asolaron el año 70 de nuestra era. Algunos judíos hablan de que el tercer templo lo construirá el Mesías, cuando venga.

-"El Templo fue terminado el día veintitrés del mes de Adar, el año sexto del reinado de Darío". Los israelitas -sacerdotes, levitas y el resto de los repatriados- celebraron con júbilo la dedicación del Templo.

-"Los deportados celebraron la Pascua... Inmolaron la Pascua para todos, para sus hermanos, los sacerdotes y para sí mismos". Se trata en efecto, de una renovación religiosa. Aquel día recomienza un culto interrumpido durante setenta y dos años. Admirable tenacidad la de esos creyentes. Podría creerse que la Fe de Israel había zozobrado en la persecución y en la deportación. Pues bien, sin ninguna estructura, sin ninguna ceremonia se mantuvo y fue, incluso, más profunda (Noel Quesson).

2. ¡Qué emoción sentirían los israelitas, sobre todo los mayores, al volver a oír los cantos y al ver el esplendor de las ceremonias y las volutas de incienso subiendo hacia Dios! No es extraño que el salmo exprese estos sentimientos: "¡qué alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor... Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta". Después de la tempestad viene la calma. Ojalá también en nuestra propia vida, y en la iglesia y la sociedad, tengamos reconstrucción esperanzada. Si nuestra historia personal o social ha dejado que desear, en una decadencia, pidamos al Señor ayuda para volver a empezar, con esfuerzo y sacrificio.

S. Agustín comenta esta construcción: "Esta ciudad bien compacta es la Iglesia. Su cimiento es Cristo. En la tierra, cuando se echa el cimiento, se edifican las paredes hacia arriba y su peso gravita hacia abajo, porque abajo está colocado el fundamento. Pero, si nuestro fundamento –Cristo- está en el Cielo, entonces edificamos hacia el Cielo. En esta basílica que veis, la que hoy nos reúne, los arquitectos colocaron los cimientos abajo; pero cuando somos edificados como templo espiritual, el cimiento lo hemos de colocar en las alturas. Corramos, pues hacia allí; apresurémonos hasta que nuestros pies estén pisando tus umbrales, Jerusalén".

Esto es "ir a la casa del Señor", a Jerusalén, "ciudad bien compacta", símbolo de seguridad y estabilidad: las doce tribus de Israel convergen hacia ella como centro de su fe y de su culto, a ella suben "a celebrar el nombre del Señor". Y el templo de la dinastía davídica anuncia el Mesías. De ahí que habla el salmo de "los tribunales de justicia en el palacio de David". Culto a Dios y solidaridad son dos aspectos de su consistencia: "fundada como ciudad bien compacta". Recuerda san Gregorio Magno que así como en un edificio una piedra soporta la otra, y la que soporta a otra es a su vez soportada por otra, en la santa Iglesia cada uno sustenta al otro y es sustentado por el otro, según lo de Pablo: "Ayudaos mutuamente a llevar vuestras cargas y cumplid así la ley de Cristo" (Ga 6,2), ya que "la caridad es la ley en su plenitud" (Rm 13,10). Además, "hay un cimiento que soporta todo el peso del edificio, y es nuestro Redentor; él solo nos soporta a todos tal como somos. De él dice el Apóstol: "Nadie puede poner otro cimiento que el ya puesto, Jesucristo" (1 Co 3,11)".

3. Entre los que seguían a Jesús, hoy aparecen también "su madre y sus hermanos", María su madre y los parientes de Nazaret, que en lengua hebrea se designan indistintamente con el nombre de "hermanos". En la versión de Marcos van a verle para avisarle, que lo que decía hacía peligrar su vida, venían poco menos que a llevárselo, porque decían que "estaba fuera de sí" (Mc 3,20-21). Lucas, que parece conocer noticias más directas -¿de parte de la misma Virgen?- no le da esa lectura. Podían venir sencillamente a saludarle, a hacer acto de presencia junto a su pariente tan famoso, a alegrarse con él y a preocuparse de si necesitaba algo. Esto, en el caso de que fuera la misma escena, pues puede ser otra ocasión.

-"Fueron a verlo su Madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograron llegar hasta El..." Es una escena natural y emotiva...

-"Entonces le avisaron: "Tu Madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren verte."" ¿Estoy yo también deseoso de "ver a Jesús"? Teresa de Ávila, siendo niña, se escapó un día de su casa. Se la encontró caminando por la carretera "¿Qué haces aquí?" -"¡Quiero ver a Dios!" Había oído decir que los sarracenos mataban a los cristianos, y, en su deseo de ver a Dios, con la ingenuidad de su corazón de niña, se había imaginado llegar hasta el sur de España donde le sería fácil, pensaba, recibir el martirio. Naturalmente fue reconducida a la casa paterna. Pero toda su vida de adulta fue como la realización de ese deseo: quiero ver a Dios. ¿Participa mi oración de ese deseo? Vivir con Dios, acercarme a El.

-"Pero Él les contesto: "Mi Madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios..." Esa es la explicación muy positiva que Lucas nos propone.

Para entender bien ese episodio hemos de ver que están escritos exactamente después de las parábolas de la "semilla" y de la "lámpara". De ese modo Lucas elaboró como una pequeña teología de la Palabra: los que escuchan a Dios, son tierra buena que produce mucho... son también como lámpara sobre un pedestal que alumbra lejos en derredor... pero también, y sobre todo, son la "familia de Jesús"... "¿Mi madre, mis hermanos? ¡Son los que escuchan la Palabra de Dios!"

¡No se trata, para Jesús, de rehusar a su familia, sino de ampliarla! Como si dijera: "¡Oh sí, amo a mi familia; pero esa familia es mucho más extensa de lo que imagináis! Comporta innumerables lazos con innumerables hermanos".

Si escuchamos la Palabra de Jesús, nos hacemos semejantes a El, poco a poco vamos pensando y reaccionando como El... como si viviéramos familiarmente con El, como hermanos...

-"Los que escuchan la Palabra de Dios, y la ponen en obra". Encontramos aquí la misma insistencia que en las dos parábolas precedentes: vivir la fe... vivir lo que se cree; poner en práctica, eficazmente, nuestras convicciones... practicar, poner en obra, la Palabra de Dios... (Noel Quesson).

Jesús, aprovechas la ocasión para decir cuál es su nuevo concepto de familia o de comunidad: "mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra". Lo pongo en relación con el piropo que le diste a tu madre, cuando alguien la bendijo por haberte traído al mundo y tú dijiste que "bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica", pues María no fue escogida solo por sus donde, sino también por su correspondencia. Modelo de creyente, dijo: "hágase en mí según tu palabra". Su prima Isabel la retrató bien: "dichosa tú, porque has creído" (J. Aldazábal).

"De ahí que María es dichosa también porque escuchó la palabra de Dios y la cumplió; llevó en su seno el cuerpo de Cristo, pero más aún guardó en su mente la verdad de Cristo. Cristo es la verdad, Cristo tuvo un cuerpo: en la mente de María estuvo Cristo, la verdad; en su seno estuvo Cristo hecho carne, un cuerpo. Y es más importante lo que está en la mente que lo que se lleva en el seno" (S. Agustín).

Desde que Jesucristo está sentado a la diestra del Padre, no podemos ya entrar personalmente en contacto con él, no podemos ya verlo con los ojos, no podemos ya presenciar su acción. Jesús mismo dice qué es lo que importa: oír y poner en práctica la palabra de Dios. Nosotros tenemos la palabra de Dios. Los discípulos la siembran todavía en el mundo. Por Jesús fue traída la palabra de Dios al mundo, hizo una carrera triunfal por el mundo, nos llegó también a nosotros. En la palabra está la acción salvífica de Jesús, él está presente como portador de salud "Bienaventurados los que no vieron y creyeron" (Jn 20,29). El que escucha y pone en práctica la palabra de Dios, es madre y hermano de Jesús. No son los lazos de la sangre los que proporcionan la comunión con Jesús, sino el oír y poner en práctica la palabra de Dios. La Iglesia es edificada por la palabra de Dios. Ésta es el alma de la Iglesia, y la Iglesia es su fruto. De la palabra de Dios brota siempre Iglesia viva. Ésta viene a ser familia de Cristo oyendo y guardando la palabra de Dios. En la historia de la infancia se presenta ya a la madre de Jesús como la tierra buena que oye y hace, pone en práctica la palabra de Dios. Es esclava del Señor, que oye la palabra de Dios y se pone a su disposición como esclava (1. 38). Guarda cada palabra y la medita en su corazón (2,19). Lleva la palabra a Isabel, y su anuncio la hace tan rica, que desborda en un cántico (1,46-55). María es el corazón bueno, que retiene la palabra y lleva fruto con constancia. María es madre de Jesús, no sólo porque le dio la vida humana, sino también porque oyó y puso en práctica la palabra de Dios (El NT y su mensaje, Herder).

-"Los que escuchan la Palabra de Dios, y la ponen en obra". Encontramos aquí la misma insistencia que en las dos parábolas precedentes: vivir la fe... vivir lo que se cree; poner en práctica, eficazmente, nuestras convicciones... practicar, poner en obra, la Palabra de Dios... (Noel Quesson).

 

Llucià Pou Sabaté

domingo, 21 de septiembre de 2025

Lunes de la XXV semana (impar): Jesús nos comunica la luz de su gracia, para que alumbremos a los demás con ella



Lunes de la XXV semana (impar): Jesús nos comunica la luz de su gracia, para que alumbremos a los demás con ella

A. Lecturas:

1. Esdras (1,1-6):

El año primero de Ciro, rey de Persia, el Señor, para cumplir lo que había anunciado por boca de Jeremías, movió a Ciro, rey de Persia, a promulgar de palabra y por escrito en todo su reino: «Ciro, rey de Persia, decreta: «El Señor, Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de la tierra y me ha encargado construirle un templo en Jerusalén de Judá. Los que entre vosotros pertenezcan a ese pueblo, que su Dios los acompañe, y suban a Jerusalén de Judá para reconstruir el templo del Señor, Dios de Israel, el Dios que habita en Jerusalén. Y a todos los supervivientes, dondequiera que residan, la gente del lugar proporcionará plata, oro, hacienda y ganado, además de las ofrendas voluntarias para el templo del Dios de Jerusalén.»»
Entonces, todos los que se sintieron movidos por Dios, cabezas de familia de Judá y Benjamín, sacerdotes y levitas, se pusieron en marcha y subieron a reedificar el templo de Jerusalén. Sus vecinos les proporcionaron de todo: plata, oro, hacienda, ganado y otros muchos regalos de las ofrendas voluntarias.

2. Salmo 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6

R/. El Señor ha estado grande con nosotros

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R/.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres. R/.

Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R/.

Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas. R/.


3. Lucas 8,16-18: "Nadie que ha encendido una lámpara, la oculta con una vasija o la pone debajo de la cama, sino que la coloca sobre un candelero para que los que entran vean la luz.

Porque no hay oculto que no haya de manifestarse y hacerse público. Mirad, pues, cómo oís: porque al que tiene se la dará, y a todo aquel que no tiene, incluso lo que piensa tener se le quitará".

B. Comentario:

1. Las lecturas a partir de hoy se refieren al retorno del exilio en Babilonia. En 538 se derrumba el imperio babilónico, bajo la ofensiva del persa Ciro, que promulga un edicto famoso por el que permite que los deportados vuelvan a su patria. Después de un duro y largo cautiverio, de 587 a 538, los judíos retornan a su país y algunas personalidades excepcionales animan a la «restauración»: Nehemías, el constructor... Esdras, el sacerdote... Ageo y Zacarías, los profetas... Se emprende la reconstrucción del Templo de Jerusalén, luego de las murallas de la ciudad; y ante todo se reconstruirá el alma de la comunidad, en derredor de la Ley. Es una de las más grandes épocas del judaísmo.

-"En el año primero de Ciro, rey de Persia, el Señor inspiró a Ciro quien mandó publicar a todo el imperio: «Quienes de entre vosotros pertenezcan a su pueblo sea su Dios con ellos, y suban a Jerusalén a edificar el templo del Señor...»". Es una forma de respeto a las minorías que hace pensar que Ciro fue un enviado de Dios.

-"A todo el resto de Israel donde residan, que las gentes del lugar les ayuden, proporcionándoles oro, plata, hacienda y ganado, así como ofrendas voluntarias para el Templo de Dios que está en Jerusalén". Es una invitación generosa a evitar particularismos. Si conozco a personas que practican una religión diferente de la mía, ¿cuál es mi actitud hacia ellas? ¿Y mi propia convicción personal?: ¿me contento con una práctica religiosa totalmente exterior? O bien, ¿profundizo en mi propia fe para ser capaz, eventualmente, de dar cuenta de ella a los que practican otras religiones, o a los ateos?

-"Entonces, los cabeza de familia de Judá y Benjamín, los sacerdotes y los levitas, todos aquellos cuyo ánimo había movido Dios, se pusieron en marcha para subir a reconstruir el Templo del Señor en Jerusalén". Fueron unos pioneros los que arrimaron el hombro. De este modo, comienza una especie de nuevo Éxodo. Hay que arrancarse de las seguridades adquiridas, y lanzarse a la aventura... bajo la inspiración de Dios (Noel Quesson).

2. Dios va escribiendo su historia, para salvación de todos. Los años del destierro habían sido ruinosos social y religiosamente. Recordemos el dramático salmo "¡capital de Babilonia, criminal!". Pero las promesas de Dios se cumplen, y empieza de nuevo la historia. Dios nunca deja las puertas cerradas del todo.

No fue nada fácil la vuelta de los israelitas a su antigua tierra. Encontraron muchas dificultades. No perdamos la confianza en Dios, que está siempre a nuestro lado y nos ayuda. Por oscura que nos parezca una situación, el salmo nos invita a decir: "cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar... el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres".

3. -"Jesús decía a sus discípulos: "Nadie enciende una lámpara para cubrirla con una vasija o ponerla debajo de la cama..."" Una lámpara se la coloca en el lugar más adecuado para que alumbre al máximo.

-"Se la pone sobre un candelero, para que los que entran vean la luz". Hemos de usar las cosas con "rendimiento", y cuanta más luz demos, mejor. ¡Dar fruto en abundancia, si es un árbol! ¡Dar ciento por uno, si es una semilla! ¡Iluminar todo el entorno, si es una lámpara! Yo, en mi vida ¿tengo una verdadera solicitud por "hacer que la luz rinda" al máximo su resplandor y claridad?

«Te aseguro que, sí los hijos de Dios queremos, contribuiremos poderosamente o iluminar el trabajo y la vida de los hombres, con el resplandor divino -¡eterno!- que el Señor ha querido depositar en nuestras almos.

"-Pero «quien dice que mora en Jesús, debe seguir el camino que ÉI siguió», como enseña San Juan: camino que conduce siempre o la gloria, pasando -siempre también- a través del sacrificio» (J. Escrivá, Forja 1018).

-"Pues nada hay oculto que no quede manifiesto, y nada secreto que no llegue a ser conocido y manifiesto". ¿Tengo yo esa solicitud para no esconder el don de Dios, y dejar que se propague? Los discípulos son aún como una luz "escondida", pero Jesús entrevé el día en el cual el evangelio será proclamado "a plena luz". ¿Procuro que mi vida y mis palabras, en ocasiones oportunas, sean evangelizadoras? La fe no será nunca un "secreto" personal, un "asunto privado", pues el amor, si bien no lleva a imposiciones, sí lleva a desear para los que se ama lo mejor…

-"Estad atentos al modo como escucháis y aprendéis..." a veces nos dormimos, como los alumnos que no están muy interesados en la lección. Ayúdame, Señor, a tener un buen "rendimiento", escuchar tu palabra, dejarme iluminar por ella, darla a los demás…

-"Porque al que tenga se le dará; y al que no tenga, aun lo que crea tener se le quitará..." Sí, es una verdad popular, de experiencia: se pierden los dones que no se hacen fructificar... se atrofian los músculos que no se hacen actuar... se apaga poco a poco la Fe que no se lleva a la práctica (Noel Quesson).

La parábola de la semilla que leímos el sábado, que da el ciento por uno de fruto, se relaciona con la luz del Evangelio de hoy. Si escuchamos la palabra de Dios "con un corazón noble y generoso" y la guardamos, tendremos esa luz para los demás, daremos el ciento por uno.

Quisiera que me explicaras, Jesús, la misteriosa expresión "al que tiene, se le dará". Imagino que si me abro a la Palabra, la tengo y se multiplica sus frutos en nosotros. Y al revés, si no hago caso de tu Palabra, "se le quitará hasta lo que cree tener" y quedará estéril.

Sería una pena desperdiciar la luz, la semilla… una madre sacrificada, un amigo que sabe animar y también decir una palabra orientadora, una muchacha que está cuidando de su padre enfermo, un anciano que muestra paciencia y ayuda con su interés y sus consejos a los más jóvenes, un voluntario que sacrifica sus vacaciones para ayudar a los más pobres… son luz para el mundo.

El día de nuestro Bautismo -y lo recordamos en el cirio pascual, en la Vigilia Pascual y las misas de difuntos- se encendió esa luz de la fe en el alma, para alumbrar según el compromiso de bautizados de dar testimonio de esa luz ante las personas que viven con nosotros.

El Vaticano II llamó a la Iglesia Lumen Gentium, luz de las naciones. Lo deberíamos ser en realidad, comunicando la luz y la alegría y la fuerza que recibimos de Dios, de modo que no queden ocultas por nuestra pereza o nuestro miedo. Jesús, que se llamó a sí mismo Luz del mundo, también nos dijo a sus seguidores: vosotros sois la luz del mundo. Somos Iglesia misionera, que multiplica los dones recibidos comunicándolos a cuantos más mejor (J. Aldazábal).

Llucià Pou Sabaté