lunes, 20 de mayo de 2024

Lunes después de Pentecostés: María Madre de la Iglesia

Lunes después de Pentecostés: María Madre de la Iglesia

A. Lecturas

   1. Génesis (3, 9-15. 20): El Señor Dios llamó a Adán y le dijo: «¿Dónde estás?». Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí». El Señor Dios le replicó: «¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?». Adán respondió: «La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí». El Señor Dios dijo a la mujer: «¿Qué has hecho?». La mujer respondió: «La serpiente me sedujo y comí». El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, maldita tú entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza, cuando tú la hieras en el talón». Adán llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.

   2. Salmo 86, 1-2.3 y 5. 6-7: Él la ha cimentado sobre el monte santo; y el Señor prefiere las puertas de Sión a todas las moradas de Jacob. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

   Se dirá de Sión: «Uno por uno, todos han nacido en ella; el Altísimo en persona la ha fundado».

   El Señor escribirá en el registro de los pueblos: «Éste ha nacido allí».

   Y cantarán mientras danzan: «Todas mis fuentes están en ti».

   3. Juan (19, 25-34): Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed». Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu. Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.

 

B. Comentario:

   La Pentecostés se produce con los discípulos junto a Santa María, Madre de la Iglesia. Desde 2018, el Papa Francisco fijó la memoria de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia, en el lunes siguiente a la solemnidad de Pentecostés, ese día nace la Iglesia.

 

   1. Ya en el Génesis viene anunciada la unión entre la madre de la humanidad y la Madre de la Iglesia. Se pasa así de la primera Eva, que nos trae la calamidad al mundo, a la nueva Eva, madre de la Iglesia. La serpiente, que representa al diablo, es maldecida y se profetiza una enemistad perpetua entre ella y la descendencia de la mujer. La frase "pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza, cuando tú la hieras en el talón" es conocida como el protoevangelio o "primera buena noticia". Esta es la primera promesa de redención y anuncia la victoria final del bien sobre el mal. Es una referencia a María, la madre de Jesús, vista como la "nueva Eva". Donde Eva desobedeció a Dios, María obedeció perfectamente, aceptando ser la madre del Salvador.

   La "hostilidad" entre la serpiente y la mujer, y entre sus descendencias, en un sentido mariano y cristológico, es que Jesús, la descendencia de la mujer, aplasta la cabeza de la serpiente, simbolizando la victoria sobre Satanás y el pecado a través de la redención.

   Adán llama a su esposa Eva, "por ser la madre de todos los que viven". María, la "nueva Eva" y "Madre de todos los vivientes" en el sentido espiritual, madre de todos los redimidos por Cristo.

   En el Vaticano II, el Papa San Pablo VI proclamó a María Santísima "Madre de la Iglesia". En la clausura de la sesión tercera del Concilio, decía: "Es la primera vez que un Concilio ecuménico presenta una síntesis tan extensa de la doctrina católica sobre el puesto que María Santísima ocupa en el misterio de Cristo y de la Iglesia". Había voces de declarar la mediación de María como doctrina de dogma, pero se prefirió reforzar la devoción mariana de otro modo: uniéndola a la misión de su Hijo. No se habla de  "corredentora" ni de "mediadora de todas las gracias", sí de la "mediación" de María, pero se ahonda en cómo en su fiat se prefigura la esposa y la madre (Redemptoris Mater 1). Esta solicitud materna es testimoniada por primera vez en Caná de Galilea (Jn 2, 1-5), ocasión en que se manifiesta el sentido de esta nueva maternidad espiritual, casi como en un preanuncio de su mediación propia. Su mediación materna, entrevista en Caná, perdurará en la Iglesia y mediante la Iglesia, intercediendo por los hijos, en pro de su salvación, cooperando en la única mediación que redime a los hombres y los une con Dios.

   Todo ello aparece de modo más manifiesto el día de Pentecostés, cuando Jesús no está y continúa con esa maternidad ya con su Hijo en la gloria, y así continúa hoy en ese "espacio interior" de cada uno.

   Leemos en el Concilio: «Así también la Beata Virgen participó en la peregrinación de la fe y sirvió fielmente su unión con el Hijo hasta Cruz, donde estaba, no sin un proyecto divino, (cf Jn 19, 25), sufriendo profundamente con su Primogénito y asociándose con ánimo materno a su sacrificio, amorosamente conforme con la inmolación de la víctima que generó; y, al final, por el mismo Jesús moribundo en la cruz, fue ofrecida cual madre al discípulo con estas palabras: Mujer, ahí tienes a tu hijo (cf Jn 19,26-27)» (LG n. 58). Y continúa su misión en el tiempo. Por esta razón María «es invocada por la Iglesia con los títulos de abogada, auxiliadora, socorredora, mediadora» (n. 62).

   Juan Pablo II dedica la tercera parte de la Redemptoris mater a la mediación materna de María: "La mediación de María está íntimamente relacionada a su maternidad. Posee un carácter específicamente materno, distinto de la mediación de otras criaturas quienes, en varios y subordinados modos, participan en la única mediación de Cristo, aunque la mediación de María sea también una mediación compartida" (n. 38). En las apariciones de Guadalupe, la Virgen le dice a Juan Diego que no se preocupe de nada, que está en su regazo, "en el cruce de mis brazos", y esa protección a Juan Diego (que en su lengua significa "el águila que habla"), y nos recuerda cómo es su atención como Madre amorosa y compasiva que nos guía hasta el verdadero Dios.

   2. El Salmo es un canto de alabanza a Sión, figura de María, nuevo tabernáculo, lugar donde Dios decidió habitar de manera más plena al encarnarse en Jesucristo. Así como el Señor prefiere las puertas de Sión a todas las moradas de Jacob, de manera similar, María es vista como la "morada" más perfecta de Dios.

   "Se dirá de Sión: 'Uno por uno, todos han nacido en ella; el Altísimo en persona la ha fundado'" es referencia a la maternidad espiritual de María, vista como la madre de todos los cristianos porque, a través de ella, Jesús vino al mundo. Los cristianos, nacidos a una vida nueva en Cristo, pueden considerar a María como su madre espiritual, similar a como Sión es vista como la madre de todos los nacidos en ella.

   "El Señor escribirá en el registro de los pueblos: 'Éste ha nacido allí'", Dios reconoce a aquellos que pertenecen a su pueblo, nacidos espiritualmente en la Iglesia, de la cual María es madre. María, madre de todos los creyentes, que son registrados en el "libro de la vida": nacidos en el seno de María.

   "Y cantarán mientras danzan: 'Todas mis fuentes están en ti'". Son las gracias y bendiciones que recibimos a través de María, canal de las gracias divinas, fuente de intercesión y bendición.

   3. En el Evangelio vemos como Jesús nos da por madre a su madre, María es madre nuestra y de la Iglesia. Antes de morir, Jesús confía a su Madre al Apóstol amado, y, por extensión, a toda la Iglesia. La Madre de Cristo se convierte en la Madre de la Iglesia. En nuestra Madre. Eso es otro motivo para la esperanza, porque no hay mejor abogado que una madre amorosa.

 

viernes, 17 de mayo de 2024

Domingo de Pentecostés: Jesús se queda con nosotros, por el Espíritu Santo que nos envía el Padre

Domingo de Pentecostés: Jesús se queda con nosotros, por el Espíritu Santo que nos envía el Padre

 

A. Lecturas:

   1. Hechos 2,1-11. Todos los discípulos estaban juntos el día de Pentecostés. De repente un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería. Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Enormemente sorprendidos preguntaban: -¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua.

   2. Salmo 103,1ab y 24ac.29bc-30.31 y 34. R/. Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

   Bendice, alma mía, al Señor. / ¡Dios mío, qué grande eres! / Cuántas son tus obras, Señor; / la tierra está llena de tus criaturas. / Les retiras el aliento, y expiran, / y vuelven a ser polvo; / envías tu aliento y los creas, / y repueblas la faz de la tierra.

   Gloria a Dios para siempre, / goce el Señor con sus obras. / Que le sea agradable mi poema, / y yo me alegraré con el Señor.

   3. I Corintios 12,3b-7.12-13. Hermanos: Nadie puede decir «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de servicios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

   4. Juan 20,19-23. Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. En esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

 

B. Comentario:

   1. Los Hechos de los Apóstoles cuentan que "todos los discípulos estaban juntos el día de Pentecostés", el día de la fiesta judía de la siega. Los judíos celebraban esta fiesta para dar gracias por las cosechas, 50 días después de la pascua, y esto significa Pentecostés. Luego, el sentido de la celebración cambió por el dar gracias por la Ley (la Antigua Alianza): cuando subió al Monte Sinaí y recibió las tablas de la Ley y le enseñó al pueblo de Israel lo que Dios quería de ellos: vivir según sus mandamientos, y Dios se comprometió a estar con ellos siempre. La gente venía de muchos lugares al Templo de Jerusalén, a celebrar la fiesta de Pentecostés. A los 50 días de que Jesús, grano de trigo caído en tierra, muriera y fuera sepultado, ha dado mucho fruto y este fruto es el Espíritu Santo: "De repente un ruido del cielo, como de un fuerte viento, resonó en toda la casa donde se encontraban". Queremos tratarte, Espíritu Santo, pues eres mucho más que la zarza ardiente de Moisés, o la columna de fuego en el desierto o la tempestad que mostraba la cercanía de Dios. Queremos aprender a tratarte, y contemplar hoy como fuego, así como en el Sinaí te manifestaste, y como los Apóstoles "vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno". Pentecostés es lo contrario de lo que pasó en Babel, donde los hombres que intentaron escalar el cielo terminaron sin entenderse los unos a los otros. ¡Ayúdanos, Santo Espíritu, porque los hombres sólo podemos entendernos entre sí cuando cada uno nos abrimos a tu gracia y no cuando luchamos para alzarnos sobre las nubes!

   2. El otro día un niño preguntó: así como para recibir la comunión tenemos la comunión espiritual, para recibir al Espíritu Santo, ¿qué podemos rezar? El Salmo de hoy nos lo responde: "Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra: Bendice, alma mía, al Señor. / ¡Dios mío, qué grande eres! / Cuántas son tus obras, Señor; / la tierra está llena de tus criaturas. / Les retiras el aliento, y expiran, / y vuelven a ser polvo; / envías tu aliento y los creas, / y repueblas la faz de la tierra". ¡Llénanos de tu amor, oh Espíritu Santo, para que tengamos el don de lenguas, para poder llegar al corazón de las personas a las que tratamos. ¡Ven, oh Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu y serán recreadas todas las cosas, para llenar de tu amor la faz de la tierra!

   La vida parece débil como un soplo, como el amor que depende de la voluntad del amante al que se pregunta: "¿me quieres, sí o no?" Pero estas cosas importantes de la vida no son tan débiles cuando el protagonista es el Espíritu Santo, fuerza de Dios, el Amor en persona, que nos une a Cristo como a su cuerpo que es su familia (Iglesia). Jesús nos dijo: "morará con vosotros y estará dentro de vosotros". Así lo explicaba S. Pablo: El amor de Dios se ha difundido en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado. San Josemaría rezaba: "Ven ¡oh Santo Espíritu!: ilumina mi entendimiento, para conocer tus mandatos: fortalece mi corazón contra las insidias del enemigo: inflama mi voluntad… He oído tu voz, y no quiero endurecerme y resistir, diciendo: después…, mañana. Nunc coepit! ¡Ahora!, no vaya a ser que el mañana me falte. / ¡Oh, Espíritu de verdad y de sabiduría, Espíritu de entendimiento y de consejo, Espíritu de gozo y de paz!: quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero cuando quieras… / Santa María, Esperanza nuestra, Asiento de la Sabiduría. Ruega por mí. -San José, mi Padre y Señor, ruega por mí. -Angel de mi guarda, ruega por mí." Este santo de joven preguntó a un sacerdote: -¿cómo hacer para aprender a tratar al Espíritu Santo? Este le contestó: -no hables, escúchalo dentro de ti. Y así fue sintiendo ese Amor dentro. Santo Espíritu, ayúdame a saber tratarte más, ser tu amigo, facilitarte el trabajo dentro de mí, de pulir, de arrancar, de encender...: "Divino Huésped, Maestro, Luz, Guía, Amor: que sepa agasajarte, y escuchar tus lecciones, y encenderme, y seguirte y amarte"… "quémame con el fuego de tu Espíritu!", ayúdame a "que cuanto antes empiece de nuevo mi pobre alma el vuelo..., y que no deje de volar" hasta descansar en Ti. Que presidas y des tono sobrenatural a todas mis "acciones, palabras, pensamientos y afanes"... Que no olvide que soy "templo de Dios", que estás en el centro de mi alma: que te oiga y atienda dócilmente tus inspiraciones: "¡Ven, Espíritu Santo, a morar en mi alma!", como dice S. Pablo: somos templos del Espíritu Santo. "¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu Santo habita en vosotros?". Pero para oírle hemos de silenciar nuestro "bullicio interior" y mantener un diálogo con el Señor. Escuchar, porque Dios habla bajito, sugiere, invita, nunca coacciona. Santo Espíritu, que sepa decir que sí a tus mociones, para crecer en la vida de la gracia, corresponder a tu Amor. Que no diga nunca que no, que no me enfríe, que me comporte como buen hijo de Dios. Jesús, que por tu Espíritu te sienta dentro de mí, guíame, como cuando un niño aprende a ir en bici y necesita que le guíen. Virgen Santísima, si tú guías mi bicicleta, aunque pase por un sitio difícil contigo no caeré porque contigo voy seguro. Tú eres mi esperanza, y con esta confianza tengo paz…

   3. El Evangelio nos cuenta que la misma tarde del domingo de Resurrección, Jesús apareció ante los Apóstoles y les mandó el Espíritu Santo, con el perdón que la Iglesia puede administrar en su nombre. Fue el regalo pascual del Espíritu Santo y la reconciliación como Sacramento. Le pedimos hoy a María Virgen: Madre mía, así como sobre ti descendió el Espíritu Santo en la concepción de Jesús, ayúdame para que también yo sepa acoger hoy, en esta fiesta, al Espíritu Santo, como lo acogiste tú en ese día que nació la Iglesia, ahí en el Cenáculo, donde Jesús se nos dio en la Eucaristía. Haz que, así como descendió el Espíritu Santo enviado por Jesús a los apóstoles reunidos contigo, sepa yo también seguir sus inspiraciones. Que sepa contemplar cómo allí nos lavó los pies Jesús, y aproveche el sacramento del perdón donde me sigue lavando los pecados. Que sepa vivir el mandamiento nuevo del amor que allí nos entregó, donde la Iglesia vive unida por la paz y la gracia del Espíritu Santo, unida a María, desde donde se lanza la Iglesia sin miedo a evangelizar al mundo tan necesitado de la ternura de Dios.

   Para ayudar a esta acción del Espíritu Santo en nuestra alma, que es el camino de santificación, podemos dirigirnos a Él con la secuencia que hoy nos trae la Iglesia, así aprendemos a tratar al que han llamado "El gran Desconocido", y lo conoceremos mejor al tratarlo: "Ven, Espíritu divino, / manda tu luz desde el cielo. / Padre amoroso del pobre; / don, en tus dones, espléndido; / luz que penetra las almas; / fuente del mayor consuelo. / Ven, dulce huésped del alma, / descanso de nuestro esfuerzo, / tregua en el duro trabajo, / brisa en las horas de fuego, / gozo que enjuga las lágrimas / y reconforta en los duelos. / Entra hasta el fondo del alma, / divina luz, y enriquécenos. / Mira el vacío del hombre, / si Tú le faltas por dentro; / mira el poder del pecado, / cuando no envías tu aliento. / Riega la tierra en sequía, / sana el corazón enfermo, / lava las manchas, / infunde calor de vida en el hielo, / doma el espíritu indómito, / guía al que tuerce el sendero. / Reparte tus siete dones, / según la fe de tus siervos; / por tu bondad y tu gracia, / dale al esfuerzo su mérito; / salva al que busca salvarse / y danos tu gozo eterno. Amén."

 

 

Sábado de la 7ª semana de Pascua: Confiar en Jesús y seguirle, proclamar su Reino, es el camino de la felicidad: el Espíritu Santo viene a darnos esta alegría y abandono en el amor de Dios

Sábado de la 7ª semana de Pascua: Confiar en Jesús y seguirle, proclamar su Reino, es el camino de la felicidad: el Espíritu Santo viene a darnos esta alegría y abandono en el amor de Dios

A. Lecturas:

   1. Hechos 28, 16-20. 30-31: 16Cuando llegamos a Roma le fue permitido a Pablo vivir en casa particular con un soldado que le custodiara.

   17Tres días después convocó a los principales judíos, y una vez reunidos les dijo: Hermanos, sin haber hecho nada contra el pueblo ni contra las tradiciones de los padres fui apresado en Jerusalén y entregado en manos de los romanos, 18que después de interrogarme querían ponerme en libertad por no haber en mí ninguna causa de muerte. 19Pero ante la oposición de los judíos, me vi obligado a apelar al César, no para acusar de nada a los de mi nación. 20Por esta razón os he pedido veros y hablaros, pues llevo estas cadenas por la esperanza de Israel.   

   30Pablo permaneció dos años completos en el lugar que había alquilado y recibía a todos los que acudían a él. 31Predicaba el Reino de Dios y enseñaba lo relativo al Señor Jesucristo con toda libertad y sin ningún estorbo

   2. Salmo: 10,5-7: El Señor examina al justo y al impío, / y aborrece al que ama la violencia. / Hará llover ascuas y azufre sobre los impíos; / un viento abrasador será la porción de su copa. / El Señor es justo / y ama la justicia; / los rectos verán su rostro.

   3. Juan (21,20-25): Volviéndose Pedro vio que le seguía aquel discípulo que Jesús amaba, el que en la cena se había recostado en su pecho y le había preguntado: Señor, ¿quién es el que te entregará? Viéndole Pedro dijo a Jesús: Señor, ¿y éste qué? Jesús le respondió: Si yo quiero que él permanezca hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú sígueme. Por eso surgió entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si yo quiero que él permanezca hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas y las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verdadero. Hay, además,  otras muchas cosas que hizo Jesús, y que si se escribieran una por una, pienso que ni aun el mundo podría contener los libros que se tendrían que escribir" (Jn 21,20-25).

B. Comentario:

   1. Pablo estará con Pedro en Roma. Los Hechos terminan hoy con esta llegada de Pablo a Roma acompañado por los hermanos de la ciudad, que habían salido a su encuentro; su situación es arresto domiciliario, y durante dos años puede enseñar libremente, "con un soldado que le custodiara". Sin pérdida de tiempo, emprende la evangelización de Roma.  Convoca a los judíos, les habla primero a ellos, como siempre: "precisamente por la esperanza de Israel, llevo yo esas cadenas". Les abre el sentido del Antiguo Testamento, portador de una "esperanza", que Jesús ha realizado.

   Te pido, Jesús, que sepa leer las Escrituras cada día, para verte en ellas, para verme, para poder llevarte a los demás: "Pablo permaneció dos años completos en el lugar que había alquilado y recibía a todos los que acudían a él. Predicaba el Reino de Dios y enseñaba lo relativo al Señor Jesucristo con toda libertad y sin ningún estorbo" (Hch 28,16-20.30-31).

   Hoy quedan las ruinas de los Foros y de Templos romanos. El apostolado de Pablo y los primeros cristianos será una levadura que fermentará toda la pasta. Señor, que yo sepa proclamar tu «reino», y para esto te pido que yo te deje «reinar» en mí, para poder hacer realidad el "hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo". Hemos visto la conversión de muchos apóstoles de la fe cristiana: Pedro, Esteban, Felipe, Bernabé, Marcos, y luego hemos seguido a Pablo por sus correrías. Señor, sé que la historia continúa con otros protagonistas, que ya no salen en las Escrituras… que continúa con mi vida, con la vida de los que hoy formamos parte de tu Iglesia, que hoy sigue tu Espíritu Santo actuando en el mundo. Dame la fe de sentir tu presencia, tu acción en mí y en los demás.

   2. Dios es mi Padre, y me quiere con locura. Me quiere como soy, con mis pecados y por eso envió a su Hijo, para perdonarme, para invitarme a vivir como hijo suyo: "El Señor es justo / y ama la justicia; / los rectos verán su rostro" (Salmo 10,7). Jesús, tú eres el Buen Pastor que me buscas como a la oveja descarriada, hasta que me tomas en tus brazos para llevarme al redil. Que me deje guiar, encontrar, salvar y amar por ti, Señor. "La alabanza conclusiva refleja la esperanza del justo. Ver el 'rostro' de Dios significa aquí tener libre y confiado acceso a Dios en el Templo, de modo parecido a como la expresión 'ver el rostro del rey' indica en otros pasajes del Antiguo  Testamento poder acceder a él libre y confiadamente. Jesús en las Bienaventuranzas promete asimismo a los limpios de corazón que verán a Dios" (Biblia de Navarra). Esta "promesa supera toda felicidad… en la Escritura, ver es poseer… el que ve a Dios obtiene todos los bienes que se pueden concebir" (S. Gregorio de Nisa).

   3. Pedro acaba de saber por boca de Jesús que será mártir. Morirá por los años 64-67 en los jardines de Nerón. En el Evangelio de hoy vemos que pregunta al Señor qué pasará con Juan. Con lo que dice Jesús hoy, Juan tendrá fama de "inmortal", y llegará de hecho a muy anciano… Dice S. Ireneo que Juan vivió mucho tiempo, alcanzando el imperio de Trajano (98-117).

   Las palabras de Jesús quiero que resuenen hoy y siempre en mi corazón: "Tú sígueme". Señor, quiero que esto sea lo importante en mi vida: seguirte. Que me convenza de que todo lo demás es secundario. Quiero seguir tu vida, Jesús: el plan que me das, mi vocación.

 

miércoles, 15 de mayo de 2024

JUEVES DE LA SÉPTIMA SEMANA DE PASCUA: Jesús ruega por la unidad de los cristianos, en Él recibimos la felicidad: aquí la vida de la gracia y luego la gloria.

JUEVES DE LA SÉPTIMA SEMANA DE PASCUA: Jesús ruega por la unidad de los cristianos, en Él recibimos la felicidad: aquí la vida de la gracia y luego la gloria.

 

A. Lecturas:

   1. Hechos 22, 30; 23, 6-11: 30Al día siguiente, deseando saber con exactitud de qué le acusaban los judíos, le quitó las cadenas, mandó reunir a los príncipes de los sacerdotes y a todo el Sanedrín, llevó a Pablo y le puso ante ellos.

   23, 6Sabiendo Pablo que unos eran saduceos y otros fariseos, gritó en medio del Sanedrín: Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos, y se me juzga por la esperanza en la resurrección de los muertos. 7Al decir esto se produjo un enfrentamiento entre fariseos y saduceos, y se dividió la multitud. 8Porque los saduceos dicen que no hay resurrección ni ángel ni espíritu; los fariseos en cambio confiesan una y otra cosa. 9Se produjo un enorme griterío y puestos en pie algunos escribas del grupo de los fariseos discutían diciendo: Nada malo hallamos en este hombre; ¿y si le ha hablado algún espíritu o ángel? 10Como creciera gran alboroto, temeroso el tribuno de que despedazaran a Pablo, ordenó a los soldados bajar, arrancarles a Pablo y conducirlo al cuartel. 11En esa noche se le apareció el Señor y le dijo: Mantén el ánimo, pues igual que has dado testimonio de mí en Jerusalén, así debes darlo también en Roma.

   2. Salmo: 16/15,1-2a.5.7-8.9-10.11: 1 Canto de David. Guárdame, Dios mío, pues me refugio en ti. 2 Yo digo al Señor: «Tú eres mi Señor, mi bien sólo está en ti». 5 Señor, Tú eres mi copa y mi porción de herencia, Tú eres quien mi suerte garantiza. 7 Yo bendigo al Señor, que me aconseja, hasta de noche mi conciencia me advierte; 8 tengo siempre al Señor en mi presencia, lo tengo a mi derecha y así nunca tropiezo. 9 Por eso se alegra mi corazón, se gozan mis entrañas, todo mi ser descansa bien seguro, 10 pues Tú no me entregarás a la muerte ni dejarás que tu amigo fiel baje a la tumba. 11 Me enseñarás el camino de la vida, plenitud de gozo en tu presencia, alegría perpetua a tu derecha.

   3. Juan 17,20-26: En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre santo, no ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.

   »Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplen mi gloria, la que me has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido y éstos han conocido que tú me has enviado. Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos».

 

B. Comentario:

   1. Interrogan en la primera lectura de hoy a San Pablo, que comenzará su vida en cautividad. Y "en esa noche se le apareció el Señor y le dijo: Mantén el ánimo, pues igual que has dado testimonio de mí en Jerusalén, así debes darlo también en Roma". Dios se sirve de la historia para ir llevando hacia Roma su semilla y a los apóstoles Pedro y Pablo. También vemos hoy su fe en la resurrección, que es lo que hoy está en la discusión de sectas judías. También en nuestro tiempo, como entonces, muchos judíos han perdido la fe en la resurrección, por eso la madre de Edith Stein se enfada mucho con su hija cuando entra al Carmelo, pues piensa que sólo hay esta vida y no se puede malbaratar recluyéndose (luego, cercana su muerte, hubo una reconciliación); también esta santa dio su vida, en el holocausto judío. La resurrección de Jesús es el centro de nuestra fe y esperanza. El Espíritu Santo nos ayuda para ir en el camino del Señor, en fidelidad, no es camino de rosas. Supone sacrificios, pisar sobre espinas. La oración de Jesús al Padre es fundamento para caminar con la Cruz de Jesús.

   2. Es lo que rezamos con el Salmo: "Guárdame, Dios mío, pues me refugio en ti. Yo digo al Señor: «Tú eres mi Señor, mi bien sólo está en ti». Señor, Tú eres mi copa y mi porción de herencia, Tú eres quien mi suerte garantiza. Yo bendigo al Señor, que me aconseja, hasta de noche mi conciencia me advierte; tengo siempre al Señor en mi presencia, lo tengo a mi derecha y así nunca tropiezo. Por eso se alegra mi corazón, se gozan mis entrañas, todo mi ser descansa bien seguro, pues Tú no me entregarás a la muerte ni dejarás que tu amigo fiel baje a la tumba. Me enseñarás el camino de la vida, plenitud de gozo en tu presencia, alegría perpetua a tu derecha". Dios, nuestro Padre, es la parte que nos ha tocado en herencia. Señor, me abandono en ti, mi vida está en tus manos.

   3. Son las últimas palabras de la oración de Jesús en el Cenáculo el jueves santo, y pide por la unidad... vemos hoy que la Iglesia da pasos importantes hacia la unidad, con el acercamiento de muchos anglicanos, y los ortodoxos de varios países de oriente. Este movimiento ecuménico ha sido realzado por el Concilio Vaticano II; unidad de: "los que invocan al Dios Trino y confiesan a Jesús como Señor y Salvador; y no sólo individualmente, sino también reunidos en grupos, en los que han oído el Evangelio y a los que consideran como su Iglesia y de Dios. No obstante, casi todos, aunque de manera diferente, aspiran a una Iglesia de Dios única y visible, que sea verdaderamente universal y enviada a todo el mundo, a fin de que el mundo se convierta al Evangelio y así se salve para gloria de Dios». Hoy pedimos al Espíritu Santo esta unidad de la fe, de los sacramentos y de la comunión jerárquica.

   San Juan Crisóstomo insiste: no te separes de la Iglesia. Nada es más fuerte que la Iglesia. Tu esperanza es la Iglesia; tu salud es la Iglesia; tu refugio es la Iglesia. Es más alta que el cielo y más ancha que la tierra; no envejece jamás, su vigor es eterno. 

martes, 14 de mayo de 2024

MIÉRCOLES DE LA SÉPTIMA SEMANA DE PASCUA: Jesús nos santifica para quesantifiquemos el mundo, amándolo apasionadamente

MIÉRCOLES DE LA SÉPTIMA SEMANA DE PASCUA: Jesús nos santifica para que santifiquemos el mundo, amándolo apasionadamente

 

A. Lecturas:

   1. Hechos 20, 28-38: "Pablo siguió hablando a los principales de Éfeso a los que había llamado, y les dijo: tened cuidado de vosotros y del rebaño que el Espíritu Santo os ha encargado guardar, como pastores de la Iglesia de Dios, que él adquirió por la sangre de su Hijo. Ya sé que cuando yo os deje se meterán entre vosotros lobos feroces que no tendrán piedad del rebaño. Incluso algunos de entre vosotros deformarán la doctrina y arrastrarán a los discípulos. Estad alerta: acordaos que durante tres años, de día y de noche, no he cesado de aconsejar con lágrimas en los ojos a cada uno en particular. Ahora os dejo en manos de Dios y de su palabra, que es gracia. Ahora os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, que es poderosa para edificar y conceder la herencia a todos los santificados. No he codiciado de nadie plata, oro o vestidos. Sabéis bien que las cosas necesarias para mí y los que están conmigo las proveyeron estas manos. Os he enseñado en todo que trabajando así es como debemos socorrer a los necesitados, y que hay que recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Mayor felicidad hay en dar que en recibir.

   Dichas estas cosas se puso de rodillas y oró con todos ellos. Se produjo entonces un gran llanto de todos y abrazándose al cuello de Pablo le besaban, afligidos sobre todo por lo que había dicho de que no volverían a ver su rostro. Y le acompañaron hasta la nave.

   2. Salmo: 67, 29-30.33-36: Tú, Dios mío, ordena tu poder, oh Dios, que actúa en favor nuestro. A tu templo de Jerusalén traigan los reyes su tributo. Reyes de la tierra, cantad a Dios, tocad para el Señor, que avanza por los cielos, los cielos antiquísimos, que lanza su voz, su voz poderosa: "Reconoced el poder de Dios". Sobre Israel resplandece su majestad, y su poder sobre las nubes. Desde el santuario, Dios impone reverencia: es el Dios de Israel  quien da fuerza y poder a su pueblo. ¡Dios sea bendito!

   3. Juan 17,11b-19: En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros. Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura. 
   »Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada. Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo. No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno. Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad. Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo. Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad».

 

B. Comentario:

   1. Se despide Pablo de la comunidad de Éfeso, de modo emotivo, les da últimos consejos. Los discípulos "abrazándose al cuello de Pablo le besaban, afligidos sobre todo por lo que había dicho de que no volverían a ver su rostro. Y le acompañaron hasta la nave". La Iglesia, que somos todos, está compuesta de pecadores. Pero no hay problema: «os dejo en manos de Dios», y ahí estamos seguros. Con ese consejo de dar a los demás, que es fuente de alegría: Señor, ¡que sepa darme!

   2. Por eso el Salmo nos anima: "Reconoced el poder de Dios. ¡Dios sea bendito!"

   En esta preparación a su fiesta acabamos con esta oración al Espíritu Santo: lléname, poséeme, dame tu luz y fuerza para ser a fondo cristiano, otro Cristo. Que me deje llevar por ti, para ser como los primeros portador de paz, de fuego de amor, que quema toda violencia, que da sabor a la vida, que arrastra a Jesús a los demás con la experiencia viva de su entrega. Que sea acogedor en una escucha activa, que tenga empatía con cada persona como la tuvo Jesús, con todo lo que esto resume: que sea solidario, alegre, trabajador, leal, libre, generoso, valiente para testimoniar mi fe, sin miedo de aparecer como un loco ante los demás. Pongo esta oración bajo tu protección, Santa María, madre mía.

   3. Jesús los llama y parece que se va: pero se queda, para ayudarnos a estar en el mundo sin ser del mundo. Señor, te pido que no escape de mis responsabilidades en el mundo, sino que me guardes del "mal". Estar en el mundo. Todos, también los sacerdotes, y dice el último concilio siguiendo esta oración sacerdotal de Jesús: "Situados aparte en el seno del pueblo de Dios no para estar separados de este pueblo, ni de cualquier hombre, sea el que sea. No podrían ser ministros de Cristo si no fueran testigos y dispensadores de una vida, distinta a la terrena; pero tampoco serían capaces de servir a los hombres si permanecieran extraños a su existencia y a sus condiciones de vida". Y sobre los laicos dice: "Lo propio y peculiar del estado laico es vivir en medio del mundo y de los asuntos profanos: han sido llamados por Dios a ejercer su apostolado en el mundo -a la manera de la levadura en la masa-, gracias al vigor de su espíritu cristiano." Señor, ayúdame a concretar algún punto de mejora en mis presencias en el mundo, en algún lugar donde sea más necesario en el campo de la cultura, de la labor social, de mi profesión… de las obras de misericordia. Que, santificado en la verdad, con tu palabra, que es la verdad, sepa vivir tu mandato: "como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo..." Ser otros Cristos, unido a los demás («para que sean uno, como nosotros»), con alegría («para que ellos tengan mi alegría cumplida»).

   San Juan de la Cruz quería estar "…en toda desnudez y pobreza y vacío"… y reza Ernestina de Chambourcin: "porque en toda pobreza / me quisiste, Señor, / toda pobre me tienes. / En pobreza de amor, / en pobreza de espíritu, / sin fuerzas y sin voz. // Que anduviste en vacío / me pediste y ya voy / hacia Ti por la nada / que de mi ser quedó / la noche en que me abriste / -¡qué aurora!- el corazón. // Desnuda de mí misma / en tus manos estoy. / En pobreza y vacío / ¡renaceré, Señor! // Porque lo quiero todo / ya apenas quiero nada. / Voluntad de no ir / donde lo fácil llama, / de evitar la ribera / donde el sentido basta. / ¡Qué hondo no querer, / qué absolutoa desgana, / qué desviar lo inútil / arrancándole al alma / el último asidero / y hasta esa luz prestada / que le roba a lo oscuro / su claridad intacta! // Porque lo quiero todo / ya apenas quiero nada", cuando el Señor nos da un nombre, es decir nos ama y nos llama, en Él lo tenemos todo".

 

MARTES DE LA SÉPTIMA SEMANA DE PASCUA: Jesús nos da lo que recibe de Dios Padre y se nos da; y nos confía la misión de darnos también nosotros

MARTES DE LA SÉPTIMA SEMANA DE PASCUA: Jesús nos da lo que recibe de Dios Padre y se nos da; y nos confía la misión de darnos también nosotros

 

A. Lecturas:

   1. Hechos 16, 22-34: 22La multitud se alborotó contra ellos y los pretores les hicieron quitar sus vestidos y mandaron azotarles. 23Después de haberles dado numerosos azotes, los arrojaron en la cárcel y ordenaron al carcelero custodiarlos con todo cuidado. 24Este, recibida la orden, los metió en el calabozo interior y aseguró sus pies al cepo.

   25Hacia la medianoche Pablo y Silas oraban y cantaban alabanzas a Dios, y los presos les escuchaban. 26De repente se produjo un terremoto tan fuerte que se conmovieron los cimientos de la cárcel e inmediatamente se abrieron todas las puertas y se soltaron las cadenas de todos. 27Despertado el jefe de la prisión, al ver abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y quería matarse pensando que los presos se habían fugado. 28Pero Pablo le gritó con fuerte voz: No te hagas ningún daño, que todos estamos aquí. 29El jefe de la prisión pidió una luz, entró precipitadamente y se arrojó temblorosamente ante Pablo y Silas. 30Los sacó fuera y les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para salvarme? 31Ellos le contestaron: Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu casa. 32Le predicaron entonces la palabra del Señor a él y a todos los de su casa. 33En aquella hora de la noche los tomó consigo, les lavó las heridas y acto seguido se bautizó él y todos los suyos. 34Les hizo subir a su casa, les preparó la mesa y se regocijó con toda su familia por haber creído en Dios.

   2. Salmo: 137, 1-2a.2bc-3.7c-8: «Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para Ti. Me postraré hacia tu santuario. Daré gracias a tu nombre: Por tu misericordia y lealtad, porque tu promesa supera a tu fama. Cuando te invoqué me escuchaste; acreciste el valor en mi alma. El Señor completará sus favores conmigo: Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos».

   3. Juan 17,1-11a: En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti. Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. 

»Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese. He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has dado; y han guardado tu Palabra. Ahora ya saben que todo lo que me has dado viene de ti; porque las palabras que tú me diste se las he dado a ellos, y ellos las han aceptado y han reconocido verdaderamente que vengo de ti, y han creído que tú me has enviado. 

»Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos; y todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío; y yo he sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti».

 

B. Comentario:

  1. Hoy y mañana vemos a Pablo que se despide de los de Éfeso. Acosado en persecuciones, hace un viaje interior donde tiene premoniciones de que le "esperan cadenas y tribulaciones". Se dirige a Jerusalén, «forzado por el Espíritu». Señor, que yo también me deje llevar por tu Espíritu, con la confianza de Pablo: «no me importa la vida: lo que me importa es completar mi carrera y cumplir el encargo que me dio el Señor Jesús: ser testigo del Evangelio, que es la gracia de Dios». Con la fuerza de tu Espíritu, recibiré tu Fortaleza – Valentía, Seguridad, Audacia- y podré decir con él: -"Yo nunca me acobardé, cuando era necesario anunciar la palabra de Dios". Sentiría en su carne la tentación de huir, de callarse, de renunciar. Perdón, Señor por todas mis cobardías, por todos mis silencios. San Pablo no se encoge en las dificultades, dirá: siento satisfacción en mis enfermedades, en los ultrajes, en las necesidades, en las persecuciones, en las angustias por amor de Cristo; pues cuando estoy débil, entonces soy más fuerte".

   Señor, que como Pablo sepa yo dar mi vida. Ya no me pertenezco. Que Viva para Jesús. Que anuncie, por entero, la voluntad de Dios. Tal es el contenido de la liturgia de hoy: el don gratuito. Que tenga generosidad y espíritu creativo, siempre a tu servicio, porque me deje llevar en todo momento por tu Espíritu. Que sea más y más totalmente de Cristo, con la fuerza del Espíritu, como reza aquella poesía de Ernestina de Champourcin: "Espíritu que limpias, santificas y creas. / Espíritu que abrasas y consumes la escoria, / Tú que aniquilas todo lo inútil y lo impuro / y puedes convertirnos en antorchas vivientes, // ciéganos con tu luz, ven y arrasa este mundo, ven y arrasa este mundo / sucio de tantos siglos que lo surcan y agobian… / Se nos derrumba el suelo maltrecho y abrumado / bajo la carga inmensa del tiempo y del dolor.

   "Sana esta pobre tierra enferma de nosotros, / de nuestro andar confuso que no sabe abrir rastros, / de nuestra eterna duda con su temblor constante, / de las vacilaciones que ahogan la semilla.

   "Desgaja, rompe, azota… Seremos leño dócil / si quieres inflamarnos para prender tu hoguera. / Visítanos, al fin, con un viento de gracia / que aniquile y destruya para sembrar de nuevo.

   "Espíritu de Dios, quémanos las entrañas / con ese fuego oculto que corroe y devora. / Cuando sólo seamos unos huesos ardientes / se iniciará en nosotros la gloria de tu reino".

   2. Es lo que clama el Salmo de hoy: "Derramaste una lluvia copiosa, oh Dios… es el Dios de nuestra salvación. / Dios es para nosotros el Dios que salva, / y al Señor, nuestro Dios, / debemos el escapar de la muerte". Padre, te pido que yo no te abandone jamás; sepa sentirte como Padre lleno de amor, que me da fortaleza, protección. Te lo pido por intercesión de Santa María, mi amparo y auxilio.

   3. Leemos hoy y en los dos próximos días, toda la oración-testamento de Jesús, oración sacerdotal, oración por la unión de los cristianos: cuando "elevó sus ojos al cielo", sus "ojos" expresan la actitud de todo su ser. Nosotros, por la fe, querríamos participar de este anhelo divino, de esta "presencia a oscuras" que decía Ernestina de Champourcin: "Estrella que viste a Dios, / dame un rayo de su luz. / ¡Oh nube que me lo ocultas, / desgarra un poco tu velo! / Águila que lo rozaste, / inclina hacia mí tus alas. / Sol que estuviste a sus pies, / ¡abrásame con tu fuego": querríamos entrar en esta conversación íntima de Jesús en él Cenáculo, "en silencio": "Quiero cerrar los ojos y mirar hacia dentro / para verte, Señor, / quiero cerrar los ojos y volver la mirada / al faro de tu amor; / quiero cerrar mis ojos y olvidar los paisajes / de tan lánguido ardor, / que en el alma despiertan morbosas inquietudes / de escondido dulzor; / quiero olvidar pupilas que en las mías clavaron / su hechizo tentador, / dejando para siempre temblando en mi recuerdo / su místico dolor. / Quiero cerrar los ojos y sentir de tu fuerza / el terrible vigor, / quiero cerrar los ojos y mirar hacia dentro / ¡para verte, Señor!" Es el deseo de ver al Señor, que llevamos dentro…

   "Padre... Glorifica a tu Hijo para que tu Hijo te glorifique". Este "glorificar" se repetirá cuatro veces en unas pocas frases: la "gloria", para toda la tradición bíblica, es el resplandor y honor de Dios. Pero no pensemos que la gloria de Dios es una autocomplacencia suya: es la salvación del hombre, y la salvación del hombre, es el conocimiento de Dios. Por eso sigue Jesús: "ya que le diste poder sobre toda carne [al Hijo], que él dé vida eterna a todos los que Tú le has dado". Señor, que entre en esta "Vida" que es "conocerte", en el amor a Ti y a los demás. ¡Danos, Señor, este conocimiento vital de ti!: "Esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien Tú has enviado".

   La segunda palabra importante, después de la de glorificar es la de "dar: en el evangelio de hoy, Jesús la pronuncia diez veces... El Padre ha "dado" poder al Hijo... ha "dado" la Gloria al Hijo... ha "dado" palabras al Hijo... Y Jesús "da" la vida eterna a los hombres... "da" las palabras del Padre a los hombres... La obra de Jesús es darnos lo que ha recibido del Padre. Darse es la actitud esencial del amor, junto a la unión: Jesús unido al Padre… Señor, úneme a ti, úneme a los demás pensando en Ti para darme con un amor más lleno. ¡Enséñame a amar de verdad! (Noel Quesson).

 

 

lunes, 13 de mayo de 2024

13 de mayo, Virgen de Fátima: apariciones de Nuestra Señora, que pide penitencia para la paz del mundo

13 de mayo, Virgen de Fátima: apariciones de Nuestra Señora, que pide penitencia para la paz del mundo

 

    El 13 de mayo de 1917 se apareció la Virgen María, por primera vez, a tres pastorcillos -Lucia, Jacinta y Francisco-, que habían llevado a sus ovejas a pastar a una hondonada cubierta de encinas y de olivos que los aldeanos llamaban Cueva de Iria (C. Barthas, La Virgen de Fátima). Aquel día salieron al campo para cuidar sus ovejas, después de la misa del domingo, cuando se les apareció la Virgen, que predijo tres sucesos que iban a pasar en un futuro inmediato. El primero contenía el final de la Primera Guerra Mundial, "pero si no se deja de ofender al Señor -predijo- comenzará otra peor (fue la Segunda Guerra Mundial). Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida sabed que es la señal que Dios os da". Esta señal se produjo el 25 de enero de 1938 (puede comprobarse consultando las hemerotecas, pues la prensa explicó el prodigio como una aureola boreal gigante que duró toda una noche y se vio en todo el mundo).

   La Virgen pidió a los niños que acudieran a ese mismo lugar el día trece de cada mes, durante seis meses seguidos. Les fue ofreciendo un mensaje de penitencia, el rezo del Santo Rosario por esa misma intención y la consagración del mundo a su Corazón Inmaculado. Les sugería esta oración: "¡Oh Jesús!..., por el tuyo amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de las ofensas hechas al Inmaculado Corazón de María". El 13 de octubre hubo el prodigio de un baile del sol, visto por muchas personas a mucha distancia, incluso fuera de Portugal.

   Pío XII (cuya ordenación episcopal se había acaecido justamente el 13 de mayo de 1917, el día de la primera aparición) consagró todo el género humano y, especialmente, los pueblos de Rusia, al Inmaculado Corazón de María (Pío XII, Radiomensaje Benedicite Deum, 31-X-1942). Juan Pablo II quiso renovarla en 1982 y en 1984, cuando el 25 de marzo y en unión con todos los obispos del mundo, Juan Pablo II la renovó siguiendo las instrucciones del mensaje de Fátima. Cinco años más tarde, cayó el muro de Berlín y la dictadura del comunismo soviético.

   Cuando se acercaba el año 1000, hubo predicciones de que acababa el mundo, y lo mismo pasó con el cambio de milenio que hemos tenido hace poco, es frecuente que algunas sectas vayan profetizando cosas por el estilo. El afán de lo extraordinario, de lo mágico, nos puede. En este contexto, tiene un efecto exótico y misterioso el secreto mensaje de Fátima. Siguen hablando de él en términos esotéricos.

   La segunda parte del secreto de Fátima fue la recomendación de consagrar Rusia al Corazón Inmaculado de María, lo cual hizo el Papa en 1984. Poco después caía el muro de Berlín y el comunismo.

   ¿Y la tercera parte del secreto? "La tercera parte ha de continuar oculta", dice sor Lucia. Muchos se preguntan si hace referencia al final del mundo. Por ejemplo, el estudioso Francisco Ansón afirmó: "creo que la Virgen pide en el tercer contenido más fe para toda la Iglesia porque si no las consecuencias serán funestas". Pero por otra parte, una de las 3 o 4 personas que han leído el secreto que escribió sor Lucia, el Cardenal Ratzinger, responde: "estén tranquilos, la Virgen no provoca miedos". "Nuestra Señora de Fátima no se apareció a niños simples y desconocidos para causar sensación. La Virgen no es sensacionalista, no provoca miedos, no hace previsiones apocalípticas". Ella quiere guiar a las personas a la oración y al amor a su Hijo, a la penitencia y a la conversión.  Luego vimos que esta parte del secreto era la predicción de la muerte del Papa, pero la Virgen María desvió esa bala salvando a Juan Pablo II. Pienso que no se ha resaltado cómo una profecía de tal calibre en el siglo XX es una prueba más de la veracidad de las apariciones de Fátima.

   Los supuestos mensajes dados por María Santísima sobre el fin del mundo, de desconcierto y temor, son "anuncios apocalípticos" falsos. La famosa tercera parte del mensaje fue publicada hace poco tiempo. Es decir, el anuncio de Fátima tuvo dos primeras partes que fueron publicas enseguida, y tenía un mensaje mucho más rico que esas falsificaciones que corren: en esas partes del mensaje los niños se refieren sobre todo a la aterradora visión del infierno, a la devoción al Corazón Inmaculado de María, profetizó los acontecimientos futuros como el final de la primera guerra ("si oramos, la guerra desaparecerá"); el comienzo de la segunda guerra mundial y la previsión de los daños ingentes que Rusia, en su defección de la fe cristiana y en la adhesión al totalitarismo comunista, provocaría a la humanidad. Nadie en 1917 podía haber imaginado todo esto: los tres pastorinhos de Fátima ven, escuchan, memorizan, y Lucía, la testigo que ha sobrevivido, lo pone por escrito en el momento en que recibe la orden del Obispo de Leiria y el permiso de Nuestra Señora. Y pide al Papa la consagración del mundo y Rusia al corazón de María, con una fe tan grande que en varias ocasiones dijo que "hay que repetirlo, ésa no vale" hasta la que hizo el Papa solemnemente el día de la Anunciación de 1984, que ya sor Lucia dijo que estaba bien.

   ¿Y la tercera parte del mensaje? era destinada al Papa, el cual pensó que era prudente no publicar por el momento, como también Sor Lucia pensaba lo mismo, y de ahí el bulo de que era algo apocalíptico, catastrófico, en resumen, que se refería al fin del mundo y sobre el castigo que Dios dará a los hombres rebeldes. En realidad, hubo una información oficial de la Iglesia sobre el auténtico sentido de la tercera parte del mensaje de Fátima. El siglo XX, tan lleno de dramáticos y crueles acontecimientos (ha sido uno de los más dramáticos en la historia del hombre, incluido el atentado al Papa), es al mismo tiempo un siglo lleno de apariciones y signos sobrenaturales, que entran en el vivo de los acontecimientos humanos y acompañan el camino del mundo, sorprendiendo a creyentes y no creyentes. Fátima es sin duda la más profética de las apariciones modernas. La tercera parte del secreto de Fátima no habla como se dijo a veces de una crisis de fe en la Iglesia, ni de alarmas apocalípticas, sino de la necesidad de la oración y de la conversión, y de la protección de la Virgen en estas horas inciertas y oscuras de nuestros tiempos llenos de ataques a la dignidad de la persona humana en aras de un progreso: Auschwitz, el aborto, la eutanasia... Fátima ha tenido mucho que ver con la evolución de la historia de nuestro mundo: no sólo en las predicciones más arriba recordadas como la caída del muro de Berlín,  sino que Juan Pablo II ha recordado que la paz en el mundo vendrá por el rezo del Rosario, por la petición de los pequeños –como los pastorcillos de Fátima- a la Santísima Virgen.

   ¿Qué tiene que ver el progreso del mundo, algo tan grande, con Fátima y unos pastorcillos?… Es el "estilo" de María, su amor por lo pequeño. Fátima es una señal de alarma en la vida de los hombres y de las naciones. Pero también es una llamada amorosa al arrepentimiento sincero, medio indispensable para obtener el perdón del Padre Celestial. Fátima nos recuerda una verdad demasiadas veces ignorada: la guerra y las catástrofes naturales son sucesos en los que los fieles deben oír la llamada de Dios frente a los pecados de los hombres, aviso que apela a la oración y a la penitencia, y a eso nos lleva la devoción al Corazón Inmaculado de María y el Rosario. Ahora, que estamos en esta fase de la aparición de un nuevo orden internacional, sin esos "bloques" de hace años, ahora que estamos en la era de la globalización, que todo es parte de la aldea global y que hasta el terrorismo se desata globalmente, somos invitados a ir con esperanza a nuestra Madre la Virgen María, a volver al Rosario en familia, que es –como decía el Beato J. Escrivá, "arma poderosa" para ganar tantas "batallas" y nos convierte en sembradores de paz y de alegría en el mundo.

   "Creo que el núcleo principal del mensaje de la Virgen en Fátima es cristológico, trinitario y mariológico, afirma el obispo del lugar Alberto Cosme... En este siglo divorciado de Dios, el Señor  se revela, ofrece el perdón a través de su Madre".

13 de mayo: La Virgen de Fátima (versión para niños)


La Virgen de Fátima

 

 

     En un pueblecito de Portugal, Fátima, había tres pastorcitos, dos niñas y un niño. Lucía era la mayor y tenía diez años. Francisco tenia nueve, y Jacinta siete. Francisco y Jacinta eran primos de Lucía.

       Cada día cuando la campana tocaba, rezaban el santo Rosario mientras guardaban las ovejas. Francisco era travieso y a veces no le gustaba rezarlo. Se entretenían jugando, cogiendo flores, y se pasaban todo el día en el monte. Un día que se estaban haciendo una cabaña para los días de lluvia, les sorprendió la luz intensa de dos relámpagos. Se espantaron mucho, pero... ¡qué sorpresa! encima de un pequeño árbol, vieron una hermosísima Señora vestida de blanco con un velo bordado en oro. Tenía las manos juntas, y colgaba de su mano derecha un Rosario de perlas brillantes.

       La Señora les dijo: "vengo del cielo y os pido que vengáis seis meses aquí el  mismo día. Después os diré quién soy y qué quiero".

       Lucía preguntó a la Señora: "¿yo iré al cielo?" "-Sí, irás".      "-¿Y Francisca?" "-Irá también".

       "-¿Y Francisco?" "-También irá, pero tiene que rezar antes , muchos Rosarios".

       Lucía se acordó de dos amigas que habían muerto hacía poco: "-¿Está María de las Nieves en el cielo?" "-Sí, está" (tenía cerca de 16 años).

       "-¿Y Amelia?" "-Pues estará en el purgatorio hasta el fin del mundo?" (Tenía unos 18 años. Amelia no murió en pecado mortal, pero necesitaba limpiar su vida en el purgatorio. Pues vamos a procurar no caer más en los pecados de omisión, es decir, en las cosas que teníamos que haber hecho y no hicimos por pereza o vergüenza).

       Entonces les dice la Señora que ofrezcan sacrificios  a Jesús, para pedir perdón por los pecados de los hombres, y también los sufrimientos (hay muchos  sacrificios que podemos ofrecer: sonreír, dar ejemplo, ayudar sin que me lo pidan, mortificarme, vivir el compañerismo, trabajar bien, hacer apostolado, ir a Misa con frecuencia...)

       Cuando la Señora desapareció, Lucia dijo a sus primos que no dijeran nada a nadie de lo que habían visto. Luego recogieron el rebaño y se fueron  a casa. Pero cuando llegaron a casa, Jacinta dijo a sus padres: "hemos visto a una señora muy hermosa en el bosque". No se lo pudo callar, y como Lucía era la mayor sus padres la regañaron pensando que se inventaba historias. Lucía, acompañada de su madre, fue a ver al párroco, que la amenazó porque pensaba que la aparición no era verdad. Se corrió la voz por entre la gente.

       En la segunda aparición, los tres pastores no estaban solos, unas 50 personas vieron de nuevo el reflejo de una luz que se aproximaba, y que llamaban "el relámpago", y encima de la encina apareció la Señora, que  les recordó que rezaran el Rosario, y les dijo: "Tendréis que sufrir mucho, pero no tengáis miedo que yo os ayudaré. Aprended a leer y a escribir. Rezad siempre el Rosario y haced sacrificios por los pobres pecadores". Lucía le pidió que les llevara al cielo y la Señora les contestó: "-Sí,  a Jacinta y Francisco les llevaré pronto, pero tú te quedarás algún tiempo más. Jesús quiere servirse de ti para darme a conocer y amar. Quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. A quien lo abraze, le prometo la salvación, y sus almas serán queridas por Dios como flores puestas por Mí para adornar su Trono".

       "-¿Me quedo aquí solita?", preguntó Lucía con gran pena. "-No, hija, ¿y tú, sufres mucho por eso? ¡no te desanimes! nunca te dejaré, mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá a Dios . Como Lucía, podemos pedir  a la Señora: que me dé cuenta de que el tiempo de vida que tengo es para que ame a Dios y a los demás, y de que la Virgen no nos deja nunca y espera que le contemos lo que nos preocupa, pues todo lo nuestro le interesa.

       El alcalde y gobernador, que no creían y eran malvados, cuando oyeron hablar de apariciones se enfadaron pues veían la gente rezar el Rosario con los tres niños, y además querían saber eso de que había un secreto que la Señora había contado a los niños, y que sólo habían de decir al Papa de Roma. Y así cuenta Lucía qué pasó: <<la aparición no se realizó el 13 de agosto en Cova porque el Administrador del Concejo apresó y llevó a Vila Nova de Ouren a los pastorcitos con la intención de obligarles a revelar el secreto. Los tuvo presos en la Administración y en el calabozo municipal. Les ofreció los más valiosos regalos si descubrían el secreto, pero ellos dijeron:

       -"no lo decimos ni aunque nos den el mundo entero". Los otros presos les animaban a contarlo:

       -"decidle este secreto, ¿qué os importa...?"

       -"¡Eso no -respondió Jacinta-, prefiero morir antes que no hacer lo que nos ha dicho la Virgen!" y los tres rezaron con los demás el rosario, delante de una medalla de Jacinta, colgada en  la  pared. El  Administrador,  para darles miedo, mandó  preparar una caldera de aceite hirviendo, y amenazó con  asar ahí a los pastorcitos si no les decían el secreto. Pero ellos siguieron firmes, sin revelarlo. El día 15, fiesta de Asunción, les devolvió a Fátima>> (Es admirable que antes de disgustar a la Virgen preferían morir: "Madre mía, prefiero morir que pecar", han dicho muchos cristianos. Y ya que sabemos lo que a la Virgen le gusta el Rosario, no dejemos cada día de rezarle por lo menos un misterio, que sólo son 10 avemarías con el padrenuestro y gloria).

       La Señora había prometido que el 13 de octubre sería la última aparición y que haría un gran milagro para que todos creyeran en Ella. Mucha gente de Portugal, con enfermos, vino a Fátima aquel día. Toda la mañana del gran día estuvo lloviendo. Lucía, Francisco y Jacinta llegan al mediodía y arrodillándose empiezan a rezar el Rosario. Todos hacen lo mismo. La Virgen se apareció, y como siempre la vieron solo los tres niños, y dijo: "yo soy la Virgen del Rosario, quiero que se construya aquí una capilla, que los hombres recen el Rosario y que no ofendan más a Jesús". Y entonces vino el milagro. El sol, como un globo de plata, empezó a dar vueltas en el cielo lanzando rayos de todos los colores. Muchos enfermos se curaron. La gente se asustó, pero se dieron cuenta de que tenían los vestidos completamente secos, y se arrodillaban  ante el milagro.

       Se cumplió lo que la Virgen quería: se hizo el Santuario de Fátima, y se consagró el mundo al Corazón  Inmaculado de María, así cayó el comunismo de Rusia, y hubo paz. Pero todavía hay guerras y falta paz en los corazones, por eso hemos de rezar mucho. Y le pedimos a la Virgen que nos ayude a rezarle el Rosario y ofrecerle muchos sacrificios para la conversión de los pecadores: "¡qué grande eres, Madre mía! no necesito ver milagros, porque ya has hecho miles. Pero sí necesito que me ayudes a cumplir este propósito, y que me aumentes la fe en Jesús, la confianza en tu protección, y  hacer bien lo que tengo que hacer en cada momento, y hacerlo todo por amor. Que haga todas las cosas  contigo, Madre mía".

domingo, 12 de mayo de 2024

LUNES DE LA SÉPTIMA SEMANA DE PASCUA: hemos de fomentar una fe sin miedo a nada ni nadie, porque Jesús ha vencido todo lo malo, con Él estamos seguros

LUNES DE LA SÉPTIMA SEMANA DE PASCUA: hemos de fomentar una fe sin miedo a nada ni nadie, porque Jesús ha vencido todo lo malo, con Él estamos seguros

 

A. Lecturas

1. Hechos 19, 1-8: 1Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo, una vez recorridas las regiones altas, llegó a Efeso, encontró a algunos discípulos 2y les preguntó: ¿Habéis recibido el Espíritu Santo al abrazar la fe? Ellos le respondieron: Ni siquiera hemos oído que haya Espíritu Santo. 3El les replicó: ¿Entonces con qué bautismo habéis sido bautizados? Con el bautismo de Juan, respondieron. 4Pablo contestó: Juan bautizó con un bautismo de penitencia diciendo al pueblo que creyeran en el que había de venir detrás de él, esto es, en Jesús. 5Cuando oyeron esto se bautizaron en el nombre del Señor Jesús. 6Al imponerles Pablo las manos, vino el Espíritu Santo sobre ellos, de modo que hablaban en lenguas y profetizaban. 7Eran entre todos unos doce hombres. 8Entró en la sinagoga y habló abiertamente durante tres meses, exponiendo lo referente al Reino de Dios y tratando de convencerles.

   2. Salmo: 67, 2-3.4-5ac.6-7ab: Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos, / huyen de su presencia los que lo odian; / como el humo se disipa, se disipan ellos; / como se derrite la cera ante el fuego, / así perecen los impíos ante Dios.

   En cambio, los justos se alegran, / gozan en la presencia de Dios, / rebosando de alegría. / Cantad a Dios, tocad en su honor… su nombre es el Señor…

   Padre de huérfanos, protector de viudas, / Dios vive en su santa morada. / Dios prepara casa a los desvalidos, / libera a los cautivos y los enriquece.

   3. Juan 16,29-33: En aquel tiempo, los discípulos dijeron a Jesús: «Ahora sí que hablas claro, y no dices ninguna parábola. Sabemos ahora que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por esto creemos que has salido de Dios». Jesús les respondió: «¿Ahora creéis? Mirad que llega la hora (y ha llegado ya) en que os dispersaréis cada uno por vuestro lado y me dejaréis solo. Pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo».

 

B. Comentario:

   1. Entre los años 53 y 56, "Pablo… llegó a Efeso, encontró a algunos discípulos y les preguntó: ¿Habéis recibido el Espíritu Santo al abrazar la fe? Ellos le respondieron: Ni siquiera hemos oído que haya Espíritu Santo". Les instruyó y "al imponerles Pablo las manos, vino el Espíritu Santo sobre ellos, de modo que hablaban en lenguas y profetizaban". Quiero empaparme estos días de tu presencia, oh Santo Espíritu, y anunciarte a los que me rodean. Quiero vivir en ti: ayúdame a tener vida divina, nacer de nuevo, empaparme bien de tu fuente de agua viva, de la Eucaristía, de la Confesión. Ayúdame a cuidar la oración y sacrificios.

   2. Al infundir en nuestros corazones el Don de su Amor, Dios habita en nosotros como en un templo; desde allí protege al débil, protege a su pueblo como profetizó Moisés y cantamos en el Salmo: "los justos se alegran, / gozan en la presencia de Dios, / rebosando de alegría. / Cantad a Dios… libera a los cautivos y los enriquece".

   3. Jesús, tú sabes las cosas de Dios y lo que me da la felicidad, y te digo como los apóstoles: "ahora vemos que lo sabes todo… por esto creemos que has salido de Dios". No eres como los maestros de este mundo, que se guardan el saber exclusivamente para sí y algunos de los suyos; es verdad lo que dices: "Todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer".

   "El Espíritu de la verdad os conducirá a la verdad plena". Quiero rezarle hoy, en preparación de su fiesta: Espíritu de amor, creador y santificador de las almas, Espíritu de Verdad, ayúdame a parecerme más y más a Jesús, a pensar y hablar como Él, a amar y actuar como Él. Que sea fiel a tus mociones, y lleve la cruz de cada día con alegría con tu luz y tu fuerza. Que te sepa escuchar en mi silencio. He leído que un cristiano sin tu ayuda es como un animal fiero en un zoológico: los leones están tristes, los tigres ya no son fieros sino vagos, los búfalos apáticos… por eso dice el Salmo "pero a mí me das la fuerza de un búfalo y me unges con aceite nuevo" (91).

   «¿Ahora creéis?», dice Jesús, que sabe muy bien que dentro de pocas horas le van a abandonar todos, asustados en una desbandada que vemos también en nuestro tiempo. Jesús no dice que la victoria es segura: «en el mundo tendréis luchas, pero tened valor: yo he vencido al mundo». Dice el Concilio Vaticano II: "Por lo demás, el Señor Jesús, que dijo: "Confiad, yo he vencido al mundo", no prometió a su Iglesia con estas palabras una victoria completa en este mundo. Pero se goza el Sagrado Concilio porque la tierra, repleta de la semilla del Evangelio, fructifica ahora en muchos lugares bajo la guía del Espíritu del Señor, que llena el orbe de la tierra".

   Jesús dice que ellos le dejarán solo, y añade: "Pero no estoy solo: el Padre está conmigo". Señor, que sienta también yo tu presencia, también cuando llegue la cruz, las dificultades (Noel Quesson).

   Son días para pensar en la fiesta de Pentecostés a la que nos preparan las lecturas, de la mano de María en este mes de mayo, y estos días contemplándola como Esposa del Espíritu Santo. Ella nos enseñará a guardar en nuestro corazón lo que oímos de la Palabra de Jesús, que está con nosotros "todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 16-20). El Señor se marcha, pero no nos deja huérfanos: se queda en la Iglesia: en los Sacramentos, en la Escritura, en la intimidad del corazón donde nos guía con su Espíritu: «Derrama sobre nosotros la fuerza del Espíritu, para que demos testimonio de ti con nuestras obras» (or. colecta).

   Llucià Pou Sabaté