jueves, 30 de noviembre de 2023

Jueves de la 34ª semana de Tiempo Ordinario (impar). El final del mundo no es algo malo sino una boda con el Cordero, Jesús, en el mundo pleno y verdadero, el cielo, la Jerusalén celestial

Jueves de la 34ª semana de Tiempo Ordinario (impar).

El final del mundo no es algo malo sino una boda con el Cordero, Jesús, en el mundo pleno y verdadero, el cielo, la Jerusalén celestial

 

A. Lecturas:

   1. Daniel 6,12-28. En aquellos días, unos hombres espiaron a Daniel y lo sorprendieron orando y suplicando a su Dios. Entonces fueron a decirle al rey: -«Majestad, ¿no has firmado tú un decreto que prohíbe hacer oración, durante treinta días, a cualquier dios o cualquier hombre fuera de ti, bajo pena de ser arrojado al foso de los leones?» El rey contestó: -«El decreto está en vigor, como ley irrevocable de medos y persas.» Ellos le replicaron: -«Pues Daniel, uno de los deportados de Judea, no te obedece a ti, majestad, ni al decreto que has firmado, sino que tres veces al día hace oración a su Dios. » Al oírlo, el rey, todo sofocado, se puso a pensar la manera de salvar a Daniel, y hasta la puesta del sol hizo lo imposible por librarlo. Pero aquellos hombres le urgían, diciéndole: -«Majestad, sabes que, según la ley de medos y persas, un decreto o edicto real es válido e irrevocable.» Entonces el rey mandó traer a Daniel y echarlo al foso de los leones. El rey dijo a Daniel: -«¡Que te salve ese Dios a quien tú veneras tan fielmente!» Trajeron una piedra, taparon con ella la boca del foso, y el rey la selló con su sello y con el de sus nobles, para que nadie pudiese modificar la sentencia dada contra Daniel. Luego el rey volvió a palacio, pasó la noche en ayunas, sin mujeres y sin poder dormir. Madrugó y fue corriendo al foso de los leones. Se acercó al foso y gritó afligido: -« ¡Daniel, siervo del Dios vivo! ¿Ha podido salvarte de los leones ese Dios a quien veneras tan fielmente?» Daniel le contestó: -« ¡Viva siempre el rey! Mi Dios envió su ángel a cerrar las fauces de los leones, y no me han hecho nada, porque ante él soy inocente, como tampoco he hecho nada contra ti.» El rey se alegró mucho y mandó que sacaran a Daniel del foso. Al sacarlo, no tenía ni un rasguño, porque había confiado en su Dios. Luego mandó el rey traer a los que hablan calumniado a Daniel y arrojarlos al foso de los leones con sus hijos y esposas. No hablan llegado al suelo, y ya los leones los habían atrapado y despedazado. Entonces el rey Darlo escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas de la tierra: -« ¡ Paz y bienestar! Ordeno y mando que en mi imperio todos respeten y teman al Dios de Daniel. Él es el Dios vivo que permanece siempre. Su reino no será destruido, su imperio dura hasta el fin. Él salva y libra, hace signos y prodigios en el cielo y en la tierra. Él salvó a Daniel de los leones.»

   2. Salmo Dan 3,68.69.70.71.72.73.74.

   Rocíos y nevadas, bendecid al Señor.

   Témpanos y hielos, bendecid al Señor.

   Escarchas y nieves, bendecid al Señor.

   Noche y día, bendecid al Señor.

   Luz y tinieblas, bendecid al Señor.

   Rayos y nubes, bendecid al Señor.

   Bendiga la tierra al Señor.

   3. Lucas 21,20-28: "En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que está cerca su destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a la sierra; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en la ciudad; porque serán días de venganza en que se cumplirá todo lo que está escrito. ¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Porque habrá angustia tremenda en esta tierra y un castigo para este pueblo. Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora. Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación»".  

 

B. Comentario:

   1.- Vemos hoy a Daniel en el foso de los leones. Es un género tipo «parábola», una historia idealizada que ha dado mucha paz a los que sufren, como se ve en los cantos «espiritual-negros». Daniel, símbolo de la «fidelidad a Dios, triunfa de todos aquellos que conspiran contra él»: "Daniel, ese deportado de Judá, no hace caso de ti, oh Rey: tres veces al día hace su oración". La plegaria que Daniel recitaba tres veces al día era sin duda el «Shema Israel», signo de su Fe, de su pertenencia al pueblo elegido. Jesús propondrá también una oración común, el «Padre-nuestro», que los primeros cristianos recitaban también tres veces al día. ¡Ayúdanos, Señor, a orar! ¿Cuál es mi fidelidad a la oración? ¿Oro con regularidad?

    -"Daniel, servidor de Dios, ese Dios que adoras con tanta fidelidad". ¡Qué bonita es esta virtud de la fidelidad! ¡Y cómo falta hoy!

   -"El Dios de Daniel es el Dios vivo, permanece siempre". La fidelidad revela a Dios, y la oración es signo de Dios existencial, experimental.

   -"Su reino no será destruido y su imperio permanecerá hasta el fin". Habla del reino del Mesías, en la historia vemos teología también: leer y a interpretar los acontecimientos a la luz de los planes divinos.

   2. Cantamos como salmo: "Rocíos y nevadas, bendecid al Señor. Témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor. Noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor. Rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor". Es una sinfonía de toda la creación que reconoce a su creador, a su redentor.

   3. Lucas seguramente escribió su evangelio después de la destrucción de Jerusalén, del 70; se ve que pasó lo que Jesús dijo: -"Cuando veréis Jerusalén sitiada por los ejércitos"... Marcos y Mateo decían: «Cuando veréis la abominación de la desolación» (Mc 13,14; Mt 24,25). Era sin duda lo que, de hecho, había dicho Jesús, repitiendo una profecía de Daniel 11,31: "Sabed que está cerca su devastación. Entonces los que estén en Judea, que huyan a la sierra; los que estén en la ciudad que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en la ciudad". Después de un siglo de ocupación romana la revuelta que se estaba incubando terminó por explosionar, en los alrededores del año 60. Los Zelotes, que habían tratado de arrastrar a Jesús a la insurrección, multiplicaron los atentados contra el ejército de ocupación. El día de Pascua del 66, los Zelotes se sublevan y el país con ellos. Vespasiano es el encargado de sofocar la revolución. El joven Titus termina la guerra con el sitio de Jerusalén, arrasada. El historiador judío, Flavio Josefo, habla de un millón cien mil muertos durante esta guerra, y noventa y siete mil prisioneros cautivos.

   -"¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! porque habrá una gran calamidad en el país y un castigo para ese pueblo. Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los paganos"... Tus palabras, Jesús, son de dolor. Es emocionante verte llorar por las pobres madres de ese pueblo que es el tuyo. Vendrá la diáspora, dispersión de los judíos por todo el mundo, perdiendo la tierra original hasta 1948.

   -"Jerusalén será pisoteada por los paganos... hasta que la época de los paganos llegue a su término". Jesús parece anunciar un tiempo para la evangelización de los paganos. A su término, Israel podrá volver a Cristo a quien rechazó entonces. Esta es la plegaria y la esperanza de san Pablo (Rm 11,25-27) compartida con san Lucas (Lc 13,35).

   -"Aparecerán señales en el sol, la luna y las estrellas. En la tierra se angustiarán las naciones por el estruendo del mar y de la tempestad. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo, pensando en lo que se le viene encima al mundo, porque hasta los astros se tambalearán". Se unen, en las misteriosas palabras de Jesús, dos planos: el histórico reciente de la caída de Judea, y el escatológico del fin de los días. Los tres grandes espacios: cielo, tierra y mar... serán trastornados. El caos se abate sobre el universo (ver Is 13,9-10; 34,3-4). Vemos estos males en las guerras y discordias que cubren la tierra a lo largo de la historia, junto a tantas cosas bonitas fruto del amor, conviviendo la cizaña con el trigo hasta que sean separados al final.

   -"Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con gran poder y majestad". Ya no hay culto del Templo... pero sí el culto verdadero en torno al Cuerpo de Cristo, en la Iglesia, nuevo Templo de Dios. Y el fin de la profecía es la esperanza: "cuando suceda todo esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación", que sin duda requiere de nuestra colaboración, pero que no tiene que darnos miedo como ha veces se ha pintado esta escena, pues ya decía san Agustín ante el retorno del Señor: «¿Cómo puede la Esposa tener miedo de su Esposo?».

Llucià Pou Sabaté

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