jueves, 4 de junio de 2020

Poema para un alma despierta



POEMA PARA UN ALMA DESPIERTA

 

No intentes cambiar a nadie:

limítate a iluminar…,

Porque es tu luz la que invita

a tu prójimo a cambiar…,

Que en estos tiempos extraños

en que elegiste volver,

tu tarea, compañero,

no es otra que la de "Ser".

Y si ese que va a tu lado

se encuentra dormido acaso,

respeta su desarrollo

y su aparente retraso…

Contémplalo con ternura

y acéptalo tal cual es,

y déjalo que prosiga

marchando sobre sus pies.

No te olvides que él está

siguiendo su "plan de vida":

ese que le armó su alma

al preparar su venida.

Y tú no puedes lograr

que eleve sus vibraciones,

ni con presiones abiertas

ni sutiles empujones….,

porque hay ciclos en la vida

que no se pueden forzar:

¡ya su corazón un día

se abrirá de par en par!

Y entenderá cabalmente

de forma clara y certera,

que esta vida es solamente

una ilusión pasajera…

Tú entra en tu propio silencio,

y en forma suave y callada,

deja que tu luz interna

se filtre por tu mirada.

Tu impronta suave y serena

produce su propia acción,

y esparce sobre las cosas

silenciosa inspiración…

 

Y cuando dejas que el otro

transmute su propia cruz,

no intentas cambiar a nadie…

¡pero los cambia tu luz!

 

Jorge Oyhanarte

 


Las leyes son como la manifestación de Dios, el despliegue de su vestido, en un haz de colores. El amor está en los pequeños detalles. En abrazar. En dormir. En leer un libro junto al ser que se ama. En sentarse juntos. En estar esperando una llamada. En acostarse y dejar que vengan los pensamientos de felicidad. En oler la colonia del ser amado. En sonreír porque vienen a la cabeza recuerdos. Es el amanecer. Un puesta de sol. Es la luz de las estrellas. Es la lluvia, el viento y todo lo que nos habla de ese amor, de eso que llamamos Dios. Todo es bonito porque Él lo ha hecho para nosotros. Saber que una mano invisible nos cuida, que piensa en mí, que todo irá bien.

 

 

Cuando la tormenta pase

Y se amansen los caminos

y seamos sobrevivientes

de un naufragio colectivo.

 

Con el corazón lloroso

y el destino bendecido

nos sentiremos dichosos

tan sólo por estar vivos.

 

Y le daremos un abrazo

al primer desconocido

y alabaremos la suerte

de conservar un amigo.

 

Y entonces recordaremos

todo aquello que perdimos

y de una vez aprenderemos

todo lo que no aprendimos.

 

Ya no tendremos envidia

pues todos habrán sufrido.

Ya no tendremos desidia

Seremos más compasivos.

 

Valdrá más lo que es de todos

Que lo jamas conseguido

Seremos más generosos

Y mucho más comprometidos

 

Entenderemos lo frágil

que significa estar vivos

Sudaremos empatía

por quien está y quien se ha ido.

 

Extrañaremos al viejo

que pedía un peso en el mercado,

que no supimos su nombre

y siempre estuvo a tu lado.

 

Y quizás el viejo pobre

era tu Dios disfrazado.

Nunca preguntaste el nombre

porque estabas apurado.

 

Y todo será un milagro

Y todo será un legado

Y se respetará la vida,

la vida que hemos ganado.

 

Cuando la tormenta pase

te pido Dios, apenado,

que nos devuelvas mejores,

como nos habías soñado.

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