jueves, 15 de agosto de 2024

Lunes de la semana 19 de tiempo ordinario: nospide Jesús que seamos ciudadanos ejemplares, sabiéndonos encompañía del buen Dios en nuestro camino de la vida

Lunes de la semana 19 de tiempo ordinario: nos pide Jesús que seamos ciudadanos ejemplares, sabiéndonos en compañía del buen Dios en nuestro camino de la vida

A. Lecturas:

1. Ezequíel (1,2-5.24–2,1a): El año quinto de la deportación del rey Joaquín, el día cinco del mes cuarto, vino la palabra del Señor a Ezequíel, hijo de Buzi, sacerdote, en tierra de los caldeos, a orillas del río Quebar.
   Entonces se apoyó sobre mí la mano del Señor, y vi que venia del norte un viento huracanado, una gran nube y un zigzagueo de relámpagos. Nube nimbada de resplandor, y, entre el relampagueo, como el brillo del electro. En medio de éstos aparecia la figura de cuatro seres vivientes; tenían forma humana. Y oí el rumor de sus alas, como estruendo de aguas caudalosas, como la voz del Todopoderoso, cuando caminaban; griterío de multitudes, como estruendo de tropas; cuando se detenían, abatían las alas. También se oyó un estruendo sobre la plataforma que estaba encima de sus cabezas; cuando se detenían, abatían las alas. Y por encima de la plataforma, que estaba sobre sus cabezas, había una especie de zafiro en forma de trono; sobre esta especie de trono sobresalía una figura que parecia un hombre. Y vi un brillo como de electro (algo así como fuego lo enmarcaba) de lo que parecía su cintura para arriba, y de lo que parecía su cintura para abajo vi algo así como fuego. Estaba nimbado de resplandor. El resplandor que lo nimbaba era como el arco que aparece en las nubes cuando llueve. Era la apariencia visible de la gloria del Señor. Al contemplarla, caí rostro en tierra.

2. Salmo 148,1-2.11-12.13.14: Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto. Alabadlo, todos sus ángeles; alabadlo, todos sus ejércitos. 

   Reyes y pueblos del orbe, príncipes y jefes del mundo, los jóvenes y también las doncellas, los viejos junto con los niños. 

   Alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime. Su majestad sobre el cielo y la tierra. 

   Él acrece el vigor de su pueblo. Alabanza de todos sus fieles, de Israel, su pueblo escogido. 

   3. Mateo 17,22-27: «Cuando estaban en Galilea les dijo Jesús: El Hijo del Hombre debe ser entregado en manos de los hombres, que lo matarán, pero al tercer día resucitará. Y se pusieron muy tristes. Llegados a Cafarnaún, se acercaron a Pedro los recaudadores del tributo y le dijeron: ¿No va a pagar vuestro Maestro la didracma? Respondió. Sí. Al entrar en la casa se anticipó Jesús y le dijo: ¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes reciben tributo o censo los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños? Al responderle que de los extraños, le dijo Jesús: Luego los hijos están exentos; pero para no escandalizarlos, ve al mar, echa el anzuelo y el primer pez que pique sujétalo, ábrele la boca y encontrarás un estárter; tómalo y dalo por mí y por ti».

B. Comentario:

   1. Ezequiel es el profeta que comenzamos a leer hoy, durante dos semanas, pues tiene muchas cosas. Está lleno de fantasía, es imaginativo, con un lenguaje cargado de simbolismos. Era sacerdote en Jerusalén cuando, junto con otros muchos israelitas, fue deportado al destierro de Babilonia. Vive el mayor desastre nacional y religioso (597-570 a. C.).

   Señor, hoy nos muestras que en los períodos más dramáticos de la historia, sigues cercano a nosotros. Personas que viven las mismas dificultades que los demás, y así, desde esa solidaridad, ejercen su misión profética.

   Ante una desgracia personal o colectiva, nos preguntamos a veces: ¿cómo lo permite Dios?; ¿dónde está Dios en este momento? No sabemos más que la bondad de Dios, que se compadece («padece-con») sus hijos, con su pueblo que sufría en Egipto. Que pasaba hambre y sed en el desierto, o estaba en el destierro. Todo irá bien, sabemos que de todo saca Dios algo bueno. Que nos acompaña y nos da fuerza, como Jesús nos dijo: «yo estaré con vosotros todos los días», «donde dos o tres están reunidos en mi nombre estaré yo». Y contigo, Jesús, no puede pasarnos nada malo, aunque nos hagan daño.

   Así, en medio de su visión, dice el profeta: -"Vi algo como fuego que producía un resplandor en torno... Era la visión de la imagen de la gloria del Señor".

   2. Con esta esperanza de que todo contribuye a nuestro bien, cantamos en el salmo: «Alabad al Señor en el cielo... los jóvenes y también las doncellas, los viejos junto con los niños, alaben el nombre del Señor... él acrece el vigor de su pueblo». Tú, Señor, nos das vigor y ánimos en nuestra vida.

   3. Leemos hoy un nuevo anuncio de su muerte y resurrección, que entristece mucho a sus discípulos. Jesús y los discípulos iban «yendo un día juntos por Galilea» (Mt 17, 22). Va Jesús junto a los suyos, y les abre su Corazón para confiarles el camino de su Pasión, Muerte y Resurrección, es decir, algo que Él lleva muy adentro y que no quiere que, aquellos a quienes tanto ama, ignoren: es el afán de Jesús por estar con nosotros. Dice el Señor en el libro de los Proverbios: «Mi delicia es estar con los hijos de los hombres» (Pr 8, 31).

¡Cómo cambia, esta realidad, nuestro enfoque de la vida espiritual en la que a veces ponemos sólo la atención y el acento en lo que nosotros hacemos, como si eso fuera lo más importante! La vida interior ha de centrase en Cristo, en su amor por nosotros, en su entrega hasta la muerte por mí, en su constante búsqueda de nuestro corazón. Es esencial mirarle a Él, en lugar de mirar el éxito de las apariencias, del mundo material.

Vemos hoy también cómo pagas un impuesto, Señor. Desde tiempos de Nehemías era costumbre que los israelitas mayores de veinte años pagaran, cada año, una pequeña ayuda para el mantenimiento del Templo de Jerusalén: dos dracmas (en moneda griega) o dos denarios (en romana). Era un impuesto que no tenía nada que ver con los que pagaban a la potencia ocupante, los romanos, y que recogían los publicanos.

   -"Los que cobraban el "didracma", tributo anual para el templo, se acercaron a Pedro y le preguntaron: "Vuestro Maestro no paga el impuesto"?" Y Pedro responde: "¡Sí, cabalmente!"

   Jesús respeta las normas de una convivencia honrada, pagar impuestos justos, seguir la ley en lo civil, en los negocios, en nuestro tiempo las de tráfico… no son aparte de la vida cristiana sino el sitio donde podemos agradar a Dios. «Lo autoridad sólo se ejerce legítimamente si busca el bien común del grupo en cuestión y si, para alcanzarlo, emplea medios moralmente lícitos. Si los dirigentes proclamasen leyes injustas o tomasen medidos contrarias al orden moral, estas disposiciones no pueden obligar en conciencia. En semejante situación, la propia autoridad se desmorona por completo y se origina una iniquidad espantosa» (Catecismo 1903).

   «La corresponsabilidad en el bien común exige moralmente el pago de los impuestos, el ejercicio del derecho al voto y la defensa del país» (Catecismo 2240). La pillería de evitar "arrimar el hombro", es un mal, una plaga que en ciertos tiempos se ve más claro: subvenciones mal distribuidas, fondos mal llevados… aparte de colaborar en el bien común, también podemos canalizar a través de la Iglesia, como "Caritas", colectas de dinero para actividades buenas que podemos desarrollar.

   -"Cuando llegó a casa se adelanto Jesús a preguntarle: "¿Qué te parece, Simón?..."" Jesús, me gusta tu método: no das enseguida la "solución", preguntas, haces reflexionar. Qué bellos debían de ser esos diálogos sostenidos entre Tú y tus apóstoles, a lo largo de los días, cara a los acontecimientos... o al anochecer, en la calma de la casa... Ayúdame también a ser una persona de diálogo, respetuoso con la opinión ajena, capaz de escuchar, sin imponer mis propias opiniones.

   -"Los reyes de este mundo, ¿a quiénes cobran tributos e impuestos?: ¿a sus hijos o a los extraños? Contestó Pedro: "A los extraños" Jesús le dijo: "O sea, que los hijos están exentos..." Una vez más, y a propósito de un pequeño suceso banal, nos adentras, Jesús, en tu psicología profunda. Un día habías dicho: "...hay aquí más que el Templo..." (Mateo 12, 6). Y, en otra ocasión: "Hay aquí más que Salomón" (Mateo 12, 42).

   -"Sin embargo, para no escandalizarlos, ve al lago y echa el anzuelo; toma el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda".  ¡Admirable humildad del Hijo de Dios, que "siendo de condición divina no reivindicó celosamente su igualdad con Dios", dirá San Pablo! -"Toma esta moneda de cuatro dracmas y págales por mí y por ti".

Llucià Pou Sabaté

 

sábado, 10 de agosto de 2024

Viernes de la 18ª semana de Tiempo Ordinario. El Señor se vuelca nos nosotros, nos pide que consideremos que necesita nuestra correspondencia, para podernos dar más amor

Viernes de la 18ª semana de Tiempo Ordinario. El Señor se vuelca nos nosotros, nos pide que consideremos que necesita nuestra correspondencia, para podernos dar más amor

 

A. Lecturas:

   1. Nahum 2, 1.3; 3, 1-3. 6-7: Miren sobre las montañas los pasos del que trae la buena noticia, del que proclama la paz. Celebra tus fiestas, Judá, cumple tus votos, porque el hombre siniestro no pasará más por ti: ha sido exterminado por completo. ¡Un destructor te ataca de frente! ¡Monta guardia en la fortaleza, vigila los accesos, cíñete el cinturón, concentra todas tus fuerzas!

   Sí, el Señor ha restaurado la viña de Jacob y la viña de Israel. Los salteadores las habían saqueado y habían destruido sus sarmientos.

   ¡Ay de la ciudad sanguinaria, repleta de mentira, llena de rapiña, que nunca suelta la presa! ¡Chasquido de látigos, estrépito de ruedas, galope de caballos, rodar de carros, carga de caballería, centelleo de espadas, relampagueo de lanzas! ¡Multitud de víctimas, cuerpos a montones, cadáveres por todas partes! ¡Se tropiezan con los cadáveres!

   Arrojaré inmundicias sobre ti, te cubriré de ignominia y te expondré como espectáculo. Así, todo el que te vea huirá lejos de ti, diciendo: « ¡Nínive ha sido devastada! ¿Quién se lamentará por ella? ¿Dónde iré a buscar alguien que te consuele?»

   2. Salmo Deut 32, 35c-36b. 39abcd. 41: Yo doy la muerte y la vida. Está cerca el día de su ruina y ya se precipita el desenlace.

   Sí, el Señor hará justicia con su pueblo y tendrá compasión de sus servidores.

   Miren bien que yo, sólo yo soy, y no hay otro dios junto a mí.

   Yo doy la muerte y la vida, yo hiero y doy la salud.

   Cuando afile mi espada fulgurante y mi mano empuñe la justicia, me vengaré de mis enemigos y daré su merecido a mis adversarios.

   3. Mateo 16,24-28: "En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta. Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin antes haber visto llegar al Hijo del hombre con majestad»".  

 

B. Comentario:

   1. Leemos hoy el libro de Nahúm, que sólo tiene tres páginas. Es de tiempos de Jeremías, inmerso en aquel período agitado.

   -"Mira correr por las montañas al mensajero que anuncia la paz". Corre con todas sus fuerzas para ir a anunciar a sus conciudadanos esta buena noticia. Llega resoplando y grita su mensaje:

   -"Celebra tus fiestas, Judá. Cumple tus votos. El malvado no volverá por ti: ha sido exterminado, pues el Señor restablece la viña de Jacob como la viña de Israel". Los saqueadores la habían saqueado y habían destruido sus sarmientos. En el momento en que Judá e Israel titubean bajo los golpes de los ejércitos asirios. ¿Soy capaz de esperar?; ¿incluso en los momentos en que todo parece perdido?

   -"¡Ay de ti, Nínive, ciudad sanguinaria, llena de fraudes, de violencias, y de incesante pillaje!" Cuando Nahúm profetiza, Nínive, capital de Asiria está en el apogeo de su poder. Los bajorrelieves que llenan los museos son testigos de esta civilización prestigiosa y violenta que hace temblar al mundo. En 553 antes de Jesucristo, el imperio asirio y sus ejércitos invencibles han conquistado incluso Tebas, capital del poderoso Egipto. Ahora bien, cincuenta años después, Nínive se derrumba a su vez bajo la embestida de Babilonia. Al describir por adelantado esta caída de la orgullosa Nínive, lo que canta el profeta es la esperanza de los pobres: todas las pequeñas naciones, hasta ahora aplastadas, podrán levantar la cabeza.

   -"Ay de ti, Nínive... ¡Escuchad el chasquido de los látigos, el estrépito de las ruedas, el galope de los caballos, la oleada de los carros! ¡Caballería que avanza, flamear de espadas, centellear de lanzas! ¡Multitud de heridos, montones de muertos, cadáveres por doquier, cadáveres con los que se tropieza! Arrojaré inmundicia sobre ti, te deshonraré y te pondré como espectáculo". Cuando Asiria se proclama la dueña del mundo, Nahúm la ve como el símbolo del orgullo y de la violencia, de los "poderosos" de todo orden. Fraudes, violencias, barbarie, brutalidad, no son privilegio de aquel tiempo ni de aquella civilización. La ve como ciudad que quiere dominar el mundo, y que no podría durar ante Dios! Será destruida.

   Son hoy todas estas potencias sin escrúpulos, que, en el seno de los sistemas económicos actuales, se aprovechan del dinero y de la mentira, para oprimir a los débiles indefensos. Los imperios caen, unos después de los otros. Y la historia continúa. Nínive, la "maravilla del mundo" es hoy un campo de ruinas. Meditemos sobre la fragilidad de las cosas (Noel Quesson).

   Los regímenes perversos tienen acciones sanguinarias con excusa de coberturas ideológicas «que entusiasman y seducen». Asiria, como dice Nahún, fue un buen ejemplo (3,1-4): el hombre es destruido a la vez por la adoración de los ídolos que no son nada (Sal 11,4-8) y por la espada. Pero Dios-Yahvé incluso en el castigo pretende la conversión, por eso la definición que más conviene a Dios sigue siendo la de Ex 3 13ss: Yo soy el que estoy y estaré a vuestro lado (Armengol).

   2. El responsorio de hoy está tomado del Deuteronomio 32, y nos infunde esperanza en el Señor: "El día de su perdición se acerca / y su suerte se apresura, / porque el Señor defenderá a su pueblo / y tendrá compasión de sus siervos".

   Es un Dios que se implica, verdadero, y no hay otro fuera de él: "Pero ahora mirad: yo soy yo, / y no hay otro fuera de mí; / yo doy la muerte y la vida, / yo desgarro y yo curo". Pedimos al Señor que nos cure, por la mediación de Santa María.

    3. Jesús, nos avisas de que, al igual que tú mismo, en tu camino hacia la Pascua, a todos nos tocará «negarse a si mismos», «cargar con la cruz», «seguirle», «perder la vida». Te dedicas, Señor, a formar intensamente a tus apóstoles:

   -"Jesús, después de haber anunciado a los discípulos su pasión y su resurrección, les dijo: "El que quiera venirse conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga". Es una de las paradojas de la vida, la cruz… me gusta tu amor a la libertad: "Si alguien quiere venirse conmigo..." Este "si" condicional, o sea la frase inicial: "El que quiera", me ayudan a penetrar en un misterio esencial de Dios: Tú, Señor, has inventado la libertad del hombre... Jamás la fuerzas. Quiero decirte ahora: ¡Sí, Señor, lo quiero! Pero ¡ven a ayudar mi flaqueza! Esto es, precisamente, lo que me atrae en el evangelio: seguirte, ir contigo, vivir mi vida humana "como la vivió Cristo". Tú has ido delante. Tú me precedes a cualquier parte que yo vaya. Considerarme como "aquel-que-trabaja-con": mis trabajos de hoy, mis responsabilidades, "contigo", siguiéndote.

   -"Que renuncie... que cargue con su cruz"... Sin estos requisitos no hay vida cristiana verdadera. La vida según el evangelio no es una vida fácil, como agua de rosas, muelle y sin consistencia. Seguir a Cristo supone un cierto número de elecciones y de rupturas. He escogido esto, he renunciado a aquello. Es necesario que revise mi vida para ver si de hecho encuentro que hay en ella renuncias. ¿A qué he renunciado por ti, Señor? ¿El que quiera salvar su vida, la perderá... el que pierde su vida por mí, la conserva. He aquí una fórmula paradójica que Jesús pronunció ciertamente, y, sin duda, con esas mismas palabras... seis veces las encontramos en los evangelios.

   Nuestra vida no está hecha para ser guardada, sino para ser entregada. Amar no es "sentir emoción", no es desear poseer al otro, es olvidarse de sí mismo para darse al otro. Cada vez que uno "toma" para sí, deja de amar. No digas que amas cuando quieres solamente disfrutar del otro: ¿no sería esto entonces un amarte solamente a ti mismo? Sí, amas de veras, si eres capaz de renunciarte, de olvidarte, si eres capaz de morir a ti mismo en beneficio de aquel a quien amas. El que más ha amado, es Jesucristo. La "cruz" de Jesús no es solamente un instrumento de suplicio, de renuncia... es el signo mismo del más grande amor que haya levantado jamás a un corazón. "No te he amado en broma..."

   -"¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si malogra su vida? o ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida?" Estas palabras tocaron en lo más profundo de su alma san Francisco Javier, para cambiar de vida… Jesús, ayúdame a saber experimentar, como dices, que para "salvarse" que hay que "perder": la renuncia no tiene su fin en sí misma... es la condición de una "vida" en plenitud. ¡Por la renuncia y la cruz, Jesús no propone una destrucción, sino un desarrollo... una expansión total y eterna!

   -"Porque el Hijo del hombre va a venir entre sus ángeles con la gloria de su Padre: Entonces pagará a cada uno según su conducta". Señor, ayúdanos a vivir los verdaderos valores (Noel Quesson).

 

Llucià Pou Sabaté

Sábado de la 18 semana del tiempo ordinario (par). La fe nos abre a los dones que Dios quiere concedernos, en nuestra vida personal y en la historia de los hombres

 Sábado de la 18 semana del tiempo ordinario (par). La fe nos abre a los dones que Dios quiere concedernos, en nuestra vida personal y en la historia de los hombres

A. Lecturas:

   1. Ageo 1, 12—2, 4: Señor, ¿no eres, desde siempre, mi Dios?  ¡Oh, Santo, que no muramos! Señor, lo pusiste para sentenciar; ¡oh, Roca!, lo estableciste para juzgar.

   Tus ojos, puros para contemplar el mal, no soportan ver la opresión. ¿Por qué, pues, ves a los traidores y callas, cuando el malvado se traga al justo?

   Tratas a los hombres como a peces del mar, como a reptiles sin dueño. Los atrapa a todos con su anzuelo, los arrastra con su red; los amontona en su barca contento y alegre.

   Por eso ofrecen sacrificios a su red e incienso a su barca, pues en ellos tienen su sustento, su ración y comida abundante. ¿Seguirá vaciando su red, asesinando pueblos sin compasión?

   Aguantaré de pie en mi guardia, me mantendré erguido en la muralla y observaré a ver qué me responde, cómo replica a mi demanda.

    Me respondió el Señor: Escribe la visión y grábala en tablillas, que se lea de corrido; pues la visión tiene un plazo, pero llegará a su término sin defraudar.

    Si se atrasa, espera en ella, pues llegará y no tardará. Mira, el altanero no triunfará; pero el justo por su fe vivirá.

   2. Salmo 9, 8-9. 10-11. 12-13:  Dios está sentado por siempre en el trono que ha colocado para juzgar. Él juzgará el orbe con justicia y regirá las naciones con rectitud.

   Él será refugio del oprimido, su refugio en los momentos de peligro. Confiarán en ti los que conocen tu nombre, porque no abandonas a los que te buscan.

   Tañed en honor del Señor, que reside en Sion; narrad sus hazañas a los pueblos; él venga la sangre, él recuerda y no olvida los gritos de los humildes.

   3. Mateo 17,14-20: "En aquel tiempo, se acercó a Jesús un hombre, que le dijo de rodillas: -«Señor, ten compasión de mi hijo, que tiene epilepsia y le dan ataques; muchas veces se cae en el fuego o en el agua. Se lo he traído a tus discípulos, y no han sido capaces de curarlo.» Jesús contestó: -« ¡Generación perversa e infiel! ¿Hasta cuándo tendré que estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo.» Jesús increpó al demonio, y salió; en aquel momento se curó el niño. Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron aparte: -«¿Y por qué no pudimos echarlo nosotros?» Les contestó: - «Por vuestra poca fe. Os aseguro que si fuera vuestra fe como un grano de mostaza, le diríais a aquella montaña que viniera aquí, y vendría. Nada os sería imposible»".  

B. Comentario:

   1. Leemos hoy en Habacuc (1,12-2,4): "-Desde los tiempos más lejanos, ¿no eres Tú, Señor, mi Dios, mi Santo, Tú, que no puedes morir?" Siempre  se ha pensado que por encima de las fragilidades y de las ruinas, de las dificultades y de los fracasos, Dios puede más, es «el eterno», el fuerte, el santo, el inmortal. Podemos tener una idea de Dios pequeñita, pero es siempre más grande de lo que podamos pensar, de los ejemplos que podamos poner.

   -"Tú estableciste el pueblo de los caldeos para ejecutar el juicio y llevar a cabo el castigo". Ayer veíamos a Nínive aplastada por los caldeos de Babilonia. Hoy Habacuc nos invita a considerar que esos mismos caldeos, instrumentos de la intervención de Dios, irán, a su vez, demasiado lejos en su represión.

   -"Tus ojos son demasiado puros para ver el mal, no puedes mirar la opresión. Entonces, ¿por qué callas cuando el malvado devora a un hombre más justo que él?" Es duro ver el dolor, la muerte de los inocentes. Este «por qué», esta pregunta dirigida a Dios... ¡cuán actual es! Aunque nos hayamos hecho de Dios un concepto de Fortaleza, de Justicia, de Santidad... esto no resuelve todas nuestras preguntas. Nos quedamos en la duda. ¿Por qué, Señor, todo parece salirles bien a los impíos? ¿Por qué el sufrimiento, por qué? No hemos de temer preguntar a Dios. Señor, tengo la confianza de que pase lo que pase, las cosas contribuyan a hacer avanzar, quizá sin saberlo, tus proyectos.

   -"Entonces el Señor me contestó: «Escribe la visión, ponla clara en tablillas para que se pueda lee de corrido. Esta visión se realizará, pero solamente cuando llegue su tiempo.»" Dios es enteramente el otro. Hay que saber esperar. Con El, hay que hacer el salto a lo desconocido. El proyecto de Dios "se realizará pero a su debido tiempo". Mientras tanto hay que caminar en la noche.

   Nos quedamos viviendo en la esperanza, con esa promesa de que todo se cumplirá según esos límites que Dios pone en la historia, y esa capacidad divina de cumplir sus proyectos a su tiempo (Noel Quesson).

   2. El Salmo 17 proclama ese amor confiado que Dios provoca en nosotros: "Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza; Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. / Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos. / Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador: tú diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu Ungido".

   3. Después de la transfiguración, Jesús, te encuentras con tus apóstoles que no han sido capaces de curar a un epiléptico. Como los días pasados, aprovecha estos hechos para fomentar la fe.

   -"Un hombre se acerco a Jesús: "Señor, ten compasión de mi hijo, que tiene epilepsia y con los ataques su estado es muy deplorable... Se lo he traído a tus discípulos y no han podido curarlo". Señor, Hijo de Dios altísimo, Tú, el Santo, has aceptado vivir con pobres seres obtusos, pecadores, incrédulos. Perdón, Señor, por nuestras pequeñeces y por nuestras mezquindades. Perdón, Señor, por todas las decepciones que te infligimos.

   Te preguntan, Señor: -..."¿Por qué razón no pudimos echar ese demonio nosotros? Y tú les respondes: -"Porque tenéis poca fe". Tropezaste con la incredulidad… Yo creo, señor, pero te pido más fe. "El demonio se mete en mi vida de mil formas distintas: suscitándome tentaciones de avaricia y sensualidad, sugiriéndome que escoja siempre lo fácil y cómodo y, sobre todo, engrandeciendo mi soberbia, mi amor propio, el deseo de que los demás se fijen en mí.

   "El gran triunfo del demonio es que la gente no crea en su existencia. De esta forma puede «trabajan» a sus anchas sin encontrar la menor resistencia. Nunca ha estado más activo que ahora que el mundo piensa que ha vencido este mito (Pablo Cardona). Con una visión sin fe, una visión cientificista, desaparece la responsabilidad de las acciones, la misma noción de pecado y, en el fondo, la libertad. El demonio actúa…

   "El «non serviam» de Satanás ha sido demasiado fecundo. ¿No sientes el impulso generoso de decir cada día, con voluntad de oración y de obras, un «serviam»  ¡te serviré, te seré fiel!  que supere en fecundidad a aquel clamor de rebeldía?»" (San Josemaría, Camino 413).

   «La Escritura atestigua la influencia nefasta de aquel a quien Jesús llama "homicida desde el principio" y que incluso intentó apartarlo de la misión recibida del Padre. "El hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo". La más grave en consecuencias de estas obras ha sido la seducción mentirosa que ha inducido al hombre a desobedecer a Dios» (Catecismo, 394).

   -"Os aseguro que si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais a esta colina: "Muévete de aquí allá". Y se movería". ¡Cuántas veces fracasamos en nuestro empeño por falta de fe! Tendemos a poner la confianza en nuestras fuerzas, en los medios, en las instituciones. No planificamos con la ayuda de Dios y de su Espíritu. Jesús nos avisó: «sin mí no podéis hacer nada». Apoyados en él, con su ayuda, con un poco de fe, fe auténtica, curaríamos a más de un epiléptico de sus males. El que cura es Cristo Jesús. Pero sólo se podrá servir de nosotros si somos «buenos conductores» de su fuerza liberadora. Como cuando Pedro y Juan curaron al paralítico del Templo. La de cosas increíbles que han hecho los cristianos (sobre todo, los santos) movidos por su fe en Dios. Tener fe no es cruzarse de brazos y dejar que trabaje Dios. Es trabajar no buscándonos a nosotros mismos, sino a Dios, motivados por él, apoyados en su gracia (J. Aldazábal).

   ¡Hay que tomar en serio esas palabras del Señor! Efectivamente no se trata de desplazar materialmente "montañas" de piedras; pero la Fe puede realizar otras tareas que no son menos difíciles: desplazar montañas de orgullo, de egoísmo, de cobardía... cambiar corazones, hábitos... transformar hombres, haciéndoles capaces de entrar en relación con Dios... ¡Desplaza mis "montañas", Señor! ¡Dame esa fe, que es el apoyo de tu propio poder divino!

   -"Y nada os será imposible". ¡Cuánto me gusta oírte decir esto, Señor Jesús! Repíteme esa palabra. La escucho. La aplico serenamente a mi jornada de hoy sin exaltación extraordinaria, pues me conozco, sino contando solamente contigo. Sí, líbrame de mis entusiasmos que no llegan al día siguiente. Pero dame esa tenacidad de la Fe adulta, y nada me será imposible, como lo has prometido... La Fe, tal como Jesús la ve, es una fuerza: triunfa de lo imposible, duplica las fuerzas del hombre, es un "poder de Dios" para la salvación de cualquiera que cree (Rm 1,15; Noel Quesson). 

   -"Después, «increpó al demonio y salió, y en aquel momento se curó el niño»". Te pido, Señor, participar de tu curación, yo personalmente y todas las personas por las que te rezo en estos momentos.

Llucià Pou Sabaté

 

10 de agosto. Fiesta de San Lorenzo: fiel a Cristo, es modelo de coherencia en la verdad y caridad sin límites

10 de agosto. Fiesta de San Lorenzo: fiel a Cristo, es modelo de coherencia en la verdad y caridad sin límites

 

A. Lecturas:

   1. II Corintios 9,6-10. Hermanos: El que siembra tacañamente, tacañamente cosechará; el que siembra generosamente, generosamente cosechará. Cada uno dé como haya decidido su conciencia: no a disgusto ni por compromiso; porque al que da de buena gana lo ama Dios. Tiene Dios poder para colmaros de toda clase de favores, de modo que, teniendo siempre lo suficiente, os sobre para obras buenas. Como dice la Escritura: «Reparte limosna a los pobres, su justicia es constante, sin falta.» El que proporciona semilla para sembrar y pan para comer os proporcionará y aumentará la semilla, y multiplicará la cosecha de vuestra justicia.

   2. Salmo 111,1-2.5-6.7-8.9. Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita.

   Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos. El justo jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo.

   No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor. Su corazón está seguro, sin temor, hasta que vea derrotados a sus enemigos.

   Reparte limosna a los pobres; su caridad es constante, sin falta, y alzará la frente con dignidad.

   3. Juan 12,24-26. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará.»

 

B. Comentario: Hoy celebramos la fiesta de San Lorenzo, mártir en el año 258,  diácono arcediano, "mano derecha" del Papa, que llevaba el dinero para ayudar a los pobres, como el "administrador bueno y fiel" y la pasión de Policronio cuenta que el emperador Valeriano quiso ese dinero que custodiaba, reclamó "los tesoros de la Iglesia", y san Lorenzo se presentó con los más pobres de la ciudad de Roma diciendo: "estos son los tesoros de la Iglesia". Fue torturado cruelmente, asado en el fuego, y cuando estaba siendo quemado vivo dijo a su verdugo: "Ya estoy asado por este lado; da la vuelta y come".

   Constantino en el lugar del enterramiento hizo construir una basílica en su honor, que se ha convertido en uno de los lugares más importantes de Roma. De san Lorenzo hablaron en sus homilías grandes santos, doctores y padres de la Iglesia: san Ambrosio, san Agustín, san León Magno, etc. y su nombre fue incluido en el Canon Romano de la Misa.

   1. Su caridad está en consonancia con las palabras de Jesús: "Vengan, benditos de mi Padre, porque tuve hambre y me dieron de comer; tuve sed y me dieron de beber; estuve desnudo y me vistieron; enfermo y me asistieron; encarcelado y fueron a verme." Todo lo bueno que hagamos a favor de los demás que no sea para ostentación y alabanza nuestra, sino para la gloria de Dios, de tal forma que nuestra mano izquierda no sepa lo que haga la derecha; de lo contrario nuestra recompensa se habrá perdido en un aplauso humano. Procuremos el bien de todos; pero que nuestro servicio de caridad sea hecho siempre con alegría, sabiendo que, especialmente en el servicio a los pobres, necesitados y enfermos, estamos sirviendo y asistiendo al mismo Cristo. "Si Dios colma de bendiciones temporales a quienes cultivan la tierra y se ocupan de las necesidades de sus cuerpos, con más razón bendecirá a quienes cultivan el Cielo y se aplican a la salvación de sus almas… por tanto, quiere no solamente que demos limosna, sino que la demos con generosidad. Por eso llama "semilla" a la limosna. El grano echado en tierra produce espigas; así la limosna producirá frutos de justicia y una cosecha abundante" (S. Juan Crisóstomo). Y como apunta el apóstol "Dios ama a quien da con alegría", "si das el pan entristeciéndote pierdes el pan y la recompensa" (S. Agustín).

   2. El salmo proclama feliz a quien sigue la ley del Señor y luego se va exponiendo en qué consiste esta dicha por comportarse con rectitud, "A los que por la misericordia de Dios han vencido estos combates, y con la perseverancia entrado a las terceras moradas ¿qué les diremos, sino bienaventurado el varón que teme al Señor?" (Teresa de Jesús).

   Juan Pablo II comentaba: "El salmo 111, composición de índole sapiencial, nos presenta la figura de estos justos, los cuales temen al Señor, reconocen su trascendencia y se adhieren con confianza y amor a su voluntad a la espera de encontrarse con él después de la muerte. A esos fieles está reservada una "bienaventuranza": "Dichoso el que teme al Señor" (v. 1). El salmista precisa inmediatamente en qué consiste ese temor: se manifiesta en la docilidad a los mandamientos de Dios. Llama dichoso a aquel que "ama de corazón sus mandatos" y los cumple, hallando en ellos alegría y paz.

   La docilidad a Dios es, por tanto, raíz de esperanza y armonía interior y exterior. El cumplimiento de la ley moral es fuente de profunda paz de la conciencia. No es la moral del éxito material, pues el éxito no se reduce a eso. Es "dichoso el que se apiada y presta (...). Reparte limosna a los pobres" (vv 5.9), y Clemente Alejandrino (siglo II) dice: Jesús "declara injusta por naturaleza cualquier posesión que uno conserva para sí mismo como bien propio y no la pone al servicio de los necesitados; pero declara también que partiendo de esta injusticia se puede realizar una obra justa y saludable, ayudando a alguno de los pequeños que tienen una morada eterna junto al Padre (cf Mt 10,42; 18,10)… Así pues, es hermosa la afirmación del Apóstol: "Dios ama a quien da con alegría" (2 Co 9,7)… dichoso el hombre que es "justo, clemente y compasivo"… y así no debemos tener miedo a la muerte, porque tenemos la felicidad que viene de Dios y que dura para siempre".

   3. La vida de san Lorenzo nos recuerda las palabras de Jesús: "En verdad, en verdad os digo, que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, quedará solo, pero si muere llevará mucho fruto" (Jn 12,24). "Quien vive preocupado por su vida, la perderá; en cambio, quien no se aferre excesivamente a ella en este mundo, la conservará para la vida eterna". 

Domingo de la semana 19 de tiempo ordinario; ciclo B: el alimento que Jesús nos da es el pan vivo que es Él mismo, y nos hace felices.

Domingo de la semana 19 de tiempo ordinario; ciclo B: el alimento que Jesús nos da es el pan vivo que es Él mismo, y nos hace felices.

 

A. Lecturas:

   1. I Reyes 19,4-8. En aquellos días, Elías continuó por el desierto una jornada de camino, y, al final, se sentó bajo una retama y se deseó la muerte: - «¡Basta, Señor! ¡Quítame la vida, que yo no valgo más que mis padres!» Se echó bajo la retama y se durmió. De pronto un ángel lo tocó y le dijo: - «¡Levántate, come!» Miró Elías, y vio a su cabecera un pan cocido sobre piedras y un jarro de agua. Comió, bebió y se volvió a echar. Pero el ángel del Señor le volvió a tocar y le dijo: - «¡Levántate, come!, que el camino es superior a tus fuerzas.» Elías se levantó, comió y bebió, y, con la fuerza de aquel alimento, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte de Dios.

   2. Salmo 33,2-3.4-5.6-7.8-9: Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.

   Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias.

   Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias.

   El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué bueno, es el Señor, dichoso el que se acoge a él.

   3. Efesios 4,30-5,2. Hermanos: No pongáis triste al Espíritu Santo de Dios con que él os ha marcado para el día de la liberación final. Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda la maldad. Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo. Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor.

   4.   Juan 6, 44-52: «En aquel tiempo, los judíos criticaban a Jesús porque había dicho: Yo soy el pan bajado del cielo, y decían: -¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo? 

   Jesús tomó la palabra y les dijo: -No critiquéis.  Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado, y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en los Profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Todo el que ha escuchado al que viene del Padre, y ha aprendido viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre, sino aquél que procede de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo que el que cree tiene vida eterna. 

   Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron. Este es el pan que baja del Cielo para que si alguien come de él no muera. Yo soy el pan vivo que he bajado del Cielo. Si alguno come de este pan vivirá eterna- mente; y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.  

   Discutían, pues, los judíos entre ellos diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»

 

B. Comentario:

   1. En el libro de los Reyes vemos a Elías que se escapó de la reina que le perseguía por el desierto "y, al final, se sentó bajo una retama y se deseó la muerte: - «¡Basta, Señor! ¡Quítame la vida, que yo no valgo más que mis padres!» Se echó bajo la retama y se durmió. De pronto un ángel lo tocó y le dijo: - «¡Levántate, come!» Miró Elías, y vio a su cabecera un pan cocido sobre piedras y un jarro de agua. Comió, bebió y se volvió a echar. Pero el ángel del Señor le volvió a tocar y le dijo: -«¡Levántate, come!, que el camino es superior a tus fuerzas.» Elías se levantó, comió y bebió, y, con la fuerza de aquel alimento, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte de Dios", que es todo un símbolo: fue donde se reveló Dios a Abraham, a Isaac y a Jacob bajo el nombre de Yahvé; el monte de las confidencias entre Moisés y Yahvé; donde se había sellado la Alianza, por eso Moisés y Elías estarán con Jesús en el monte de la transfiguración.

   Jezabel, una reina casada con el poder, le hace la vida imposible al profeta, que tiene que huir... Pero recibe alimento para ir mucho más allá que sus fuerzas le permitirían, y superar los desánimos que acongojan a tantos que dicen en algún momento "quiero morirme"… Pero el Señor nos manda el pan de ángeles, para que las dificultades se transformen en oportunidades, para que la debilidad se transforme en confianza en Dios, para que el desánimo se transforme en la fuerza de Dios siendo nosotros instrumentos suyos y poder decir con gallardía, como el poeta: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar". Cuesta seguir la misión, como en "el Señor de los anillos", pero el profeta tiene la fuerza de la vocación, como los Reyes Magos que siguen la estrella, como dice una canción, que podemos aplicar al diálogo con Jesús, con la Virgen: "Siguiendo una estrella he llegado hasta aquí, aunque es largo el camino lo seguiré hasta el fin. Cuando sientas miedo y no puedas seguir, su luz es tu destino y hoy brilla para ti... cógela y aprieta fuerte. Lucha, cueste lo que cueste, contra el viento, contra el fuego llegarás al mismo cielo... Mi estrella será tu luz..., coge mi mano, yo estoy contigo, esto es un sueño, sueña conmigo... tu estrella será tu luz y conseguirlo no es tan difícil si la voz te sale del corazón. Juntas nuestras manos, la estrella brillará, música es la fuerza que nos empujará... juntos… corazones en una sola voz, tantas ilusiones en un corazón..." Y la estrella se esconde, o nos cansamos en el desierto y tenemos hambre…, nos falta la fe y un problema nos parece insoportable.

   2. El Salmo nos hace ver que Dios viene en nuestra ayuda como un Padre: "Gustad y ved qué bueno es el Señor… me respondió, me libró de todas mis ansias… Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege".

   En el desierto de nuestra soledad, de la desolación más grande, podemos escuchar la voz de Dios, y un ángel en forma de alguien que nos ayuda nos despierta y anima a caminar. Pero sobre todo aquí se nos habla de una comida que nos da fuerza, la comunión, el mismo Jesús es el ángel y el pan que nos da energías cuando tenemos miedo, hambre, desesperación, altibajos, conciencia de culpabilidad, y nos ayuda a caminar ilusionados y decididos…

   3. San Pablo a los Efesios  anima a vivir en el amor de Jesús: "Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda la maldad. Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo. Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor". Todo pecado entristece al Espíritu Santo, y como dirá en otros sitios: "No te dejes vencer por el mal, vence al mal a fuerza de bien". Nadie es perfecto, pero se trata de arreglar las faltas de amor con actos de amor, debemos ser comprensivos y estar dispuestos al perdón. Si Dios nos ha perdonado a todos en Jesucristo, también nosotros debemos perdonarnos los unos a los otros. Así tenemos a Jesús en el corazón.

   Estar sin Jesús es un infierno insoportable, y estar con Jesús es un dulce paraíso. Hemos de ser como la luz que refleja la luz del sol. La comunión es fuente de verdadera alegría y libertad, una amistad que es fuente de amor perfecto. Le pedimos  a la Santísima Virgen que nos enseñe a recibir a Jesús como ella lo hizo.

   4. Gracias, Jesús, por darnos tu Cuerpo como comida de Vida eterna: "el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida". Te quedas como alimento, es un misterio de amor. Un obispo santo, que daba catequesis a unos peques, preguntó por qué comulgar a Jesús. Entonces, un gitano de entre los más traviesos, contestó: "Zeñó, porque pa quererlo hay que rosarlo". Claro, para tener toda la fuerza de Dios, su amor, hay que tratarle… los que lo tocan quedan curados… "quien come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y yo le resucitaré en el último día", nos dices: "si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros". Así como la comida es necesaria como alimento del cuerpo, el alma necesita la Eucaristía. Gracias, Jesús, porque haces realidad lo que nos anunciaste: "yo estaré con vosotros cada día hasta el fin de los siglos" (Mt 28, 20), y estás con tu presencia viva, con la Eucaristía.

   Y también recuerdo que nos dices: "venid a mí todos los que estéis cansados o agobiados, y yo os aliviaré". Quiero ir a ti cada día, pues necesito tu alimento como dices hoy: "Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera". Estás presente, Jesús, en tu cuerpo, sangre, alma y divinidad; eres en la Eucaristía el mismo que nació en Belén y creció en Nazaret y que hizo milagros: eres el mismo que se nos da en la comunión.

   "Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo". La comunión es un misterio inmenso, pues no transformamos el cuerpo de Jesús en el nuestro sino que  Jesús nos hace como Él (espirituales, hijos de Dios). La fe nos va llevando a tratar a Jesús como una persona viva, y transformarnos hasta poder decir: "no soy yo el que vivo, es Cristo quien vive en mí".

   Hay muchos jóvenes y mayores que no van a Misa, cierto, y otros usan esta excusa para tampoco ir, pero no se trata de hacer lo que todos, sino de actuar en conciencia. Podemos recordar la vieja historia de un chico que tenía una novia en el pueblo, y se fue a hacer la mili. Desde ahí escribía a la novia cada día. El cartero llevaba puntualmente las cartas a casa de la novia, pero él, influido por malas compañías, no iba nunca al pueblo a verla, sino que utilizaba los permisos para irse de juergas. Cuando acabó la mili y volvió al pueblo, fue a casa de la novia y se encontró con la sorpresa de que la novia se había casado... ¡con el cartero! Ojos que no ven, corazón que no siente, y al no ver nunca a su novio y ver sólo al cartero, acabó por enamorarse de él. Si dejamos de tratar a una persona, poco a poco podemos quererla menos, y si esto nos pasa con Dios nuestro corazón puede llenarse con las cosas en las que ponemos el corazón. Decía una chica, leyendo el "Cántico espiritual" de San Juan de la Cruz, que "hasta entonces no se me había ocurrido plantearme mi relación con Dios como la de dos amantes... la palabra amor no me sonaba como amor real... esto me abrió una puerta, y pido al Señor cuando comulgo que me haga descubrirle/vivir como mi Amado, y sentirme yo su amada". La misa es un acontecimiento de amor, en el que Jesús, "habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo". ¿Estamos tratando a Dios como se merece?

   Podemos decirle nosotros con san Pedro que no queremos dejarle: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna".

 

Llucià Pou Sabaté

9 de agosto, santa Edith Stein, judía y cristiana siguiendo a Jesús, especialmente en la cruz

9 de agosto, santa Edith Stein, judía y cristiana siguiendo a Jesús, especialmente en la cruz

   1. Oseas 2, (16b.17b.21-22): Yo la llevaré al desierto y le hablaré a su corazón.
Desde allí, ella responderá como en los días de su juventud, como el día en que subía del país de Egipto.

   Yo estableceré para ellos, en aquel día una alianza con los animales del campo, con las aves del cielo y los reptiles de la tierra; extirparé del país el arco, la espada y la guerra, y haré que descansen seguros.

   Yo te desposaré para siempre, te desposaré en la justicia y el derecho, en el amor y la misericordia; te desposaré en la fidelidad, y tú conocerás al Señor.

   2. Salmo 44, 11-12.14-17: Señor, tú nos hiciste retroceder ante el enemigo y nuestros adversarios nos saquearon.

   Nos entregaste como ovejas al matadero y nos dispersaste entre las naciones. Nos expusiste a la burla de nuestros vecinos, a la risa y al escarnio de los que nos rodean; hiciste proverbial nuestra desgracia y los pueblos nos hacen gestos de sarcasmo. 

   Mi oprobio está siempre ante mí y mi rostro se cubre de vergüenza, por los gritos de desprecio y los insultos, por el enemigo sediento de venganza. 

   3. Mateo (25, 1-13): El Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes. Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite, mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos. Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas.

   Pero a medianoche se oyó un grito: 'Ya viene el esposo, salgan a su encuentro'. Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas. Las necias dijeron a las prudentes: '¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?'. Pero estas les respondieron: 'No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado'. Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta.

   Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: 'Señor, señor, ábrenos', pero él respondió: 'Les aseguro que no las conozco'. Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.

B. Comentario:

   Edith Stein, de nombre religioso Teresa Benedicta de la Cruz (Breslavia, 12 de octubre de 1891-Auschwitz, 9 de agosto de 1942), fue una filósofa, mística, religiosa carmelita descalza, mártir y santa alemana de origen judío. Feminista y estudiosa de la mujer. Pasó por una etapa de ateísmo, fue la primera doctora en filosofía en Alemania. Trabajó con Edmund Husserl, fundador de la fenomenología. Después de una evolución intelectual y espiritual se convirtió al catolicismo en 1921. Enseñó y dio conferencias en Alemania, desarrolló una teología de la mujer y un análisis de la filosofía de santo Tomás de Aquino y de la fenomenología.

   Entró en la Orden de las Carmelitas descalzas, con disgusto de su madre, judía practicante (luego la aceptó). Detenida por la Gestapo, fue deportada el 2 de agosto de 1942 e internada en el campo de exterminio nazi de Auschwitz, en el territorio polaco ocupado, donde sería asesinada siete días después.

   Fue beatificada en 1987 y canonizada en 1998 por el papa Juan Pablo II, que también la nombró copatrona de Europa el 1999, junto con Brígida de Suecia y Catalina de Siena, junto a los tres que ya eran copatronos Benito de Nursia, Cirilo y Metodio.

   Estaba persuadida de que «estamos en la tierra para estar al servicio de la humanidad (...) Para hacerlo de la mejor manera posible debemos hacer aquello por lo que nos inclinamos».

   Su tesis doctoral fue sobre el problema de la empatía, que definía como «una experiencia sui generis, la experiencia de estados de conciencia de otros, en general (...) la experiencia que un yo en general tiene de otro yo semejante a este». Se convirtió enseguida en la asistente de Husserl, estudia su pensamiento como también el de Heidegger, pero no comparte la visión que tienen. Empatía para ella es como el don de la intuición y del rigor que permite captar lo que el otro vive en sí mismo:puede permitir a la persona humana, considerada como un universo en sí misma, enriquecerse y aprender a conocerse mediante el contacto con los demás. Dice: "por la empatía puedo vivir los valores y descubrir los estratos correspondientes a mi persona, que no han tenido todavía la ocasión de ser desvelados por lo que he experimentado de forma original. Quien no haya visto el peligro encerrarse en sí mismo, puede mediante la situación del otro por la empatía, darse cuenta de que él mismo es cobarde o valiente. Sin embargo, esto que contradice mi propia estructura de las experiencias, no lo puedo «llenar», pero puedo representármelo de forma vacía, abstracta". Es la apertura a los demás, que permite de esta forma conocer mejor la realidad, que no está solamente en el "yo", sino abriendo así la puerta a un mayor conocimiento de las cosas, porque si no «nos encerramos en la prisión de nuestras particularidades».

   Su camino a la fe cristiana tuvo elementos intelectuales y vitales como la lectura de las Confesiones de san Agustín, como anécdotas: en la catedral de Fráncfort, una mujer que venía del mercado para hacer una corta oración, como una visita. Stein lo explicaba así: «Para mí fue algo bastante nuevo. En las sinagogas y templos que yo conocía, íbamos allí para la celebración de un oficio. Aquí, en medio de los asuntos diarios, alguien entró en una iglesia como para un intercambio confidencial. Esto no lo podré olvidar jamás». Pauline Reinach, que enviudó por la muerte de su marido en guerra, fue monja benedictina, y encontró consuelo y ánimo en Jesús. y «la causa decisiva de su conversión al cristianismo fue la manera en que su amiga aceptó por la fuerza del misterio de la cruz el sacrificio que se le impuso debido a la muerte de su marido». Leyó luego la autobiografía de santa Teresa de Jesús, como una revelación para ella, y quiso ser carmelita con el nombre de Teresa. Le interesaron también las obras del cardenal Newman: «ponerse en contacto cercano, como el que da la traducción, con un espíritu como el de Newman es maravilloso para mí. Toda su vida ha sido una constante búsqueda de la verdad en la religión». Tradujo también obras de Santo Tomás de Aquino al alemán, que la ayudó a ver que cuando "una persona se siente atraída hacia Dios, más se tiene que salir de sí misma para ir al mundo llevando el amor divino». Y Georges Bernanos se inspiró en unos diálogos suyos para escribir más tarde Diálogos de carmelitas.

   Durante la ceremonia de ingreso a carmelita, Stein afirmó: «cuando llegó mi turno para renovar mis votos, sentí que mi madre estaba cerca de mí, he experimentado claramente que estaba cerca de mí». Edith Stein se enteró unos días más tarde que su madre había muerto en aquel mismo momento, lo que para ella fue un profundo consuelo. Su hermana Rosa —también convertida al catolicismo— llegó al mismo Carmelo de Echt y profesó como terciaria carmelita. Pudo acompañar a Stein casi hasta la muerte.

    Estudió la mística de san Juan de la Cruz, y el Pseudo Dionisio Areopagita, una de las fuentes del pensamiento del santo carmelita, y plasmó eso en su libro Scientia Crucis (La ciencia de la cruz). Hizo una síntesis del pensamiento del Carmelo español con su propio estudio sobre la persona humana, la libertad y la interioridad; síntesis de su trayectoria intelectual y espiritual. Desarrolló una teología de la cruz: «... la verdad enterrada en el alma como un grano de trigo que empuja a sus raíces y crece. Marca el alma con una impronta especial que determina su conducta, hasta tal punto que tanto que el alma irradia a su alrededor y da a conocer mediante su comportamiento». Lo cuenta en su libro La ciencia de la cruz siguiendo la doctrina de san Juan de la Cruz en La noche oscura del alma: para entrar en «la riqueza de la sabiduría de Dios, es necesario entrar por la puerta: esta puerta es la cruz y es estrecha». Esta puerta hace que el alma entre, «si fue purificada previamente por un fuego de sufrimientos internos y externos y de acuerdo con los planes de la sabiduría divina. Nadie puede en esta vida entrar en este conocimiento, siempre limitado, de estos misterios, sin haber sufrido mucho».

   No había una teología propia para la mujer, y seguramente Juan Pablo II en la carta apostólica Mulieris Dignitatem pudo recibir la influencia por el análisis de Edith Stein, reflejado en su obra La femme, donde dice sobre la mujer: «el objetivo que consiste en el desarrollo de habilidades profesionales, objetivo al que es bueno aspirar con el interés de un saludable desarrollo de la personalidad individual, que también se corresponden con las demandas sociales que requieren la integración de las fuerzas femeninas en la vida del pueblo y del Estado». Promovía que «una auténtica profesión femenina es una profesión que permite que el alma femenina florezca plenamente».

   Su origen judío le llevó a subrayar que Cristo fue un judío practicante, como sus discípulos de los primeros tiempos. Se sentía judía, y decía: «Cristo rezaba a la manera de un judío piadoso, fiel a la Ley». Y hay un rico pasado y presente de la liturgia judía, riqueza que prefigura la riqueza de la liturgia católica. Para Edith Stein, el bautismo cristiano no era una forma de romper con su legado judío, y dijo: "yo había renunciado a la práctica de la religión judía desde la edad de catorce años. Mi regreso a Dios me permitió sentirme judía de nuevo". Murió en los campos de exterminio como hija de Israel y bendecida por la Cruz.

   Su corazón miraba a la eternidad: "No deseo otra cosa sino que se cumpla en mí la voluntad de Dios. De El depende que me quede aquí el tiempo que quiera, y lo que acaecerá después... No tengo por qué preocuparme, sino orar mucho para permanecer fiel en cualquier situación". Su sentido de misión le hacía ver que todo tenía un sentido escondido, para bien de todos: "Estoy segura de que el Señor ha aceptado mi vida por todos.,. Ester había sido escogida de entre su pueblo precisamente para interceder ante el rey por ese mismo pueblo suyo. Yo soy una pequeña Ester pobre e impotente, pero el Rey que me ha escogido es infinitamente grande y misericordioso. Y éste es un gran consuelo".

 

viernes, 9 de agosto de 2024

Jueves de la semana 18 de tiempo ordinario: como a san Pedro, que reconoce a Jesús guiado por el Espíritu Santo, dentro de nosotros podemos seguir la guía del amor de Dios

Jueves de la semana 18 de tiempo ordinario: como a san Pedro, que reconoce a Jesús guiado por el Espíritu Santo, dentro de nosotros podemos seguir la guía del amor de Dios

A. Lecturas:

   1 Jeremías (31,31-34): Mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No como la alianza que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto: ellos quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor –oráculo del Señor–. Sino que así será la alianza que haré con ellos, después de aquellos días –oráculo del Señor–: Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y no tendrá que enseñar uno a su prójimo, el otro a su hermano, diciendo: «Reconoce al Señor.» Porque todos me conocerán, desde el pequeño al grande –oráculo del Señor–, cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados.

   2. Salmo 50: Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.

   Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso: enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti.

   Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias.

   3. Mateo 16, 13-23: «Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos respondieron: Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o alguno de los profetas. El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro dijo. Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: Bienaventurado eres, Simón hijo de Juan, porque no te ha revelado eso ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los Cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del Reino de los Cielos; y todo lo que atares sobre la tierra quedara atado en los Cielos, y todo lo que desatares sobre la tierra, quedará desatado en los Cielos. Entonces ordenó a los discípulos que no dijeran a nadie que él era el Cristo. Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y padecer mucho departe de los ancianos, de los príncipes de los sacerdotes y de los escribas, y ser muerto y resucitar al tercer día. Pedro, tomándolo aparte, se puso a reprenderle diciendo: Lejos de ti, Señor; de ningún modo te ocurrirá eso. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro.- ¡Apártate de mi, Satanás! Eres escándalo para mí, pues no sientes las cosas de Dios sino las de los hombres.»

B. Comentario:

   1. Jeremías (31,31-34) nos habla de unos días de una nueva alianza. En la historia avanzamos hacia ese «cumplimiento», la obra de Dios va adelante. Solo al final se verá todo bien, mientras hay que esperar. La creación se está haciendo entre todos, también con sus puntos oscuros: el sufrimiento, la muerte, el pecado: -"Vienen días en que yo pactaré una nueva alianza". Jesús, tú hiciste realidad esta profecía, cuando dijiste: «He ahí la sangre de la Alianza, nueva y eterna.» Esta profecía de Jeremías constituye una de las cimas del Antiguo Testamento.

   -"No será como la alianza que pacté con sus padres, cuando les tomé de la mano para sacarlos de Egipto: mi alianza que ellos rompieron... Pero esta es la alianza que yo pactaré, después de aquellos días". Será un pacto más sólido, inquebrantable. Una Alianza que no podrá romperse.

   -"Pondré mi ley en su interior y la escribiré en su corazón". Lo más íntimo de nosotros llevará este compromiso, se anuncia es una comunión perfecta y como espontánea con Dios.

   -"No tendrán necesidad de adoctrinarse el uno al otro, diciendo cada uno a su hermano: «Conoced al Señor.»" No será ya necesario un código de moral exterior. Dios confía totalmente en el hombre porque su Ley es interiorizada. Entre dos auténticos enamorados no se precisa código alguno, porque cada uno se da espontáneamente a la felicidad del otro. «Ama y haz lo que quieras», dirá san Agustín. Dios sueña en esta perfección del amor. Y si nos escandalizamos de esas fórmulas es que no hemos entendido lo que es el amor. Lejos de provocar un laxismo estas invitaciones a la espontaneidad son una exigencia tanto o más fuerte que los códigos morales. En efecto, al final uno acaba liberándose de una regla precisa -y se cree exento de ella-... pero nunca se acaba de amar, de querer agradar a aquel a quien se ama.

   -"Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo". La fórmula de la Alianza es que somos de Dios, y Él nos cuida como un padre a sus hijos. Jesús, has establecido una unión tan íntima, que nos dices: «permaneced en Mí como Yo permanezco en vosotros» (Juan 15,4). La Alianza no es ante todo un «contrato», es la «comunión» de dos seres. Y es Dios el que toma la iniciativa. ¿Cómo es mi vida de comunión, en alianza de amor con Dios?

   -"Pues todos me conocerán, del más pequeño al más grande". El «conocimiento» del otro es un elemento importante de todo amor. A partir de este elemento, puedo revisar si sé amar de veras: ¿procuro conocer mejor, trato de darme a conocer? Esto es verdad de todos nuestros amores. Es verdad también de nuestro amor por Dios. ¿Qué hago para conocerle mejor?

   -"Perdonaré sus faltas y no me acordaré más de sus pecados". El «perdón» es una dimensión central del amor (Noel Quesson).

   2. En el salmo pedimos al Señor un corazón renovado, humilde y alegre a la vez, un corazón vuelto a Dios: «Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme... devuélveme la alegría de tu salvación...».

   3. El gran misterio de la Fe de Pedro ante Jesús queda recogido en estos pasajes. Pedro reconoce a Cristo como el "Mesías, Hijo de Dios". Jesús subraya que es un pensamiento que viene de Dios. Jesús, nos preguntas quién eres para mí, para cada uno, y "Te importa mi respuesta personal: ¿quién eres Tú para mí? ¿Me doy cuenta de que eres «el Cristo, el Hijo de Dios vivo?»

   "¿Te pido ayuda, sabiendo que la fe no me la ha revelado «ni la carne ni la sangre,» no es producto de la razón ni del sentimiento, sino que proviene de Dios?

   "Para vivir cristianamente necesito tener fe.

   "Por eso es bueno que te la pida cada día: Jesús, aumenta mi fe; que te vea siempre como quien eres: el Hijo de Dios.

   "No eres Elías, ni Juan el Bautista, ni «alguno de los profetas.»

   "No eres un gran filósofo, que dejó unas enseñanzas maravillosas de amor a los demás" (Pablo Cardona). Eres el Mesías, como ha dicho el Apóstol: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo"

   Gracias, Pedro, por tu declaración, me gusta oír de Jesús: -"Dichoso tú, Simón; porque eso ni la carne ni la sangre te lo han revelado..." Hermosa fórmula gráfica y fuerte para evocar la debilidad natural del hombre dejado a sus solas fuerzas. Sí, la Fe viene de fuera. El hombre entero de carne y hueso es incapaz de acceder a lo que es dominio misterioso de Dios.

   -"Mi Padre es quien te lo ha revelado..." Pedro recibió una "revelación" divina. "Mi Padre"... Dejemos resonar unos momentos esta palabra en la boca de Jesús. Esos dos términos, tan simples nos dejan entrever el abismo infinito de su persona.

   -"Ahora te digo Yo: "Tu eres Piedra y sobre esta roca..." "Kefa" es un término arameo que significa "Roca". Fue traducido en griego por "Petros", luego en latín por "Petrus" y en castellano por "Pedro". Ese nombre de "Roca" como nombre propio no lo usaba nadie en aquella época, ni en el mundo judío, ni en el mundo greco-romano. ¡Fue una idea de Jesús! Para un semita el "nombre" tiene una extraordinaria importancia, es como un talismán, un símbolo, una definición de la persona. Si vemos una "gran roca" que aflora a ras del suelo... podemos pensar: sería un buen fundamento para edificar sobre ella... ¡Jesús dijo que tenía intención de "edificar"!

   -"Edificaré mi Iglesia". Jesús, quieres "edificar" una "comunidad"... "tu" comunidad, hombres y mujeres que tienen algo "en común" y que "se reúnen" para festejar -lo que tienen en común- y para vivirlo. El último Concilio definió la Iglesia como "el Pueblo de Dios". Pedro recibe un papel de responsabilidad en ese Pueblo.

   -"A partir de este momento empezó Jesús a manifestar a sus discípulos que tendría que padecer mucho, ser ejecutado, y resucitar... Pedro lo tomó aparte y empezó a increparlo... Pero Jesús se volvió y dijo a Pedro: "Apártate Satanás, tú eres un obstáculo para mí, porque tu idea no es la de Dios, sino la de los hombres"". Pedro no quiere reconocer el título de  "Siervo a Jesús sufriente".     

   Tenemos que aceptar "toda" la revelación, todas las ideas y pensamientos de Dios y no solamente las ideas que nos gustan. La cruz, el anonadamiento provisorio, el fracaso aparente, el papel del humilde Servidor de Dios y de los hombres, antes de entrar en su gloria (Noel Quesson).

   Quisiera aumentar mi fe, Señor; me consuela ver que también los apóstoles flaquean: "la Fe, poca. El mismo Jesucristo lo dice. Han visto resucitar muertos, curar toda clase de enfermedades, multiplicar el pan y los peces, calmar tempestades, echar demonios. San Pedro, escogido como cabeza, es el único que sabe responder prontamente.- «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Pero es una fe que él interpreta a su manera, por eso se permite encararse con Jesucristo para que no se entregue en redención por los hombres» (Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa 2).

Llucià Pou Sabaté

jueves, 8 de agosto de 2024

Miércoles de la 18ª semana de Tiempo Ordinario: los planes divinos se van cumpliendo a pesar de nuestros pecados, si acudimos a su misericordia; Él atiende nuestros ruegos y nos salva

Miércoles de la 18ª semana de Tiempo Ordinario: los planes divinos se van cumpliendo a pesar de nuestros pecados, si acudimos a su misericordia; Él atiende nuestros ruegos y nos salva

 

A. Lecturas:

   1. Jeremías (31,1-7): En aquel tiempo –oráculo del Señor–, seré el Dios de todas las tribus de Israel, y ellas serán mi pueblo. Así dice el Señor: Halló gracia en el desierto el pueblo escapado de la espada; camina Israel a su descanso, el Señor se le apareció de lejos. Con amor eterno te amé, por eso prolongue mi misericordia. Todavía te construiré y serás reconstruida, Doncella de Israel; todavía te adornarás y saldrás con panderos a bailar en corros; todavía plantarás viñas en los montes de Samaría, y los que plantan cosecharán. «Es de día» gritarán los centinelas en la montaña de Efraín: «Levantaos y marchemos a Sión, al Señor nuestro Dios.» Porque así dice el Señor: «Gritad de alegría por Jacob, regocijaos por el amor de los pueblos; proclamad, alabad y decid: «El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel.»»

   2. Salmo Jr 31,10-13: Escuchen, pueblos, la palabra del Señor, anunciadla en las islas remotas: «El que dispersó a Israel lo reunirá, lo guardará como pastor a su rebaño.»

   Porque el Señor redimió a Jacob, lo rescató de una mano más fuerte. Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión, afluirán hacia los bienes del Señor.

   Entonces se alegrará la doncella en la danza, gozarán los jóvenes y los viejos; convertiré su tristeza en gozo, los alegraré y aliviaré sus penas.

   3. Mateo 15,21-28: "En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: -«Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo.» Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: -«Atiéndela, que viene detrás gritando.» Él les contestó: -«Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.» Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: -«Señor, socórreme.» Él le contestó: -«No está bien echar a los perros el pan de los hijos.» Pero ella repuso: -«Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.» Jesús le respondió: -«Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.» En aquel momento quedó curada su hija".

 

B. Comentario:

   1. Jeremías (31,1-7) nos consuela con esas palabras divinas: "Yo seré el Dios de todas las tribus y familias de Israel, y ellas serán mi pueblo", referido a un «pueblo» de Dios, tiene una profunda significación. La Iglesia es también «un pueblo». No somos solo hijos de Dios individualmente, sino en comunión con los demás… La Nueva Alianza tiene siempre un aspecto colectivo. «Todos juntos» llegamos al cielo y «no los unos sin los otros», dirá Péguy. Recemos por tanto por la Iglesia... por el conjunto de la humanidad...

   -"Así habla el Señor: halló gracia en el desierto el pueblo que se libró de la espada. Israel camina hacia su descanso". Es el tema del «pequeño resto» del que nos hablaba Isaías. En el vacío de las horas más sombrías, hay que conservar la esperanza. Cuando todo parece perdido, hay que levantar la cabeza. Israel «camina» hacia su descanso.

   -"De lejos se le apareció el Señor diciendo: con amor eterno te he amado, por eso he reservado gracia para ti". De nuevo te edificaré y serás edificada, doncella de Israel. Fidelidad de Dios, por encima de nuestra respuesta. No es contrato ni regateo de «me das, te doy», «si sois fieles yo seré fiel». ¡Dios se ha comprometido a ser fiel aun cuando nosotros no lo seamos! «He reservado gracia para ti» Esto, lo hemos encontrado ya, de modo inolvidable, en el profeta Oseas. Gracias, Señor, de esta fidelidad a toda prueba. Que sea yo lo menos indigno posible. "¡Con amor eterno te he amado!"

   Hay que dejar resonar en nuestro interior estas palabras ardientes que Dios nos repite hoy también en profética visión de lo que nos dices tú, Jesús: «Habiendo amado a los suyos en el mundo, los amó hasta el fin.» Tu, Señor, eres el rostro concreto de esta declaración de amor de Dios a la humanidad.

   -"Doncella de Israel, de nuevo tomarás tus tamboriles de fiesta y pasearás entre danzas festivas". Ternura del alma de Jeremías: una doncella feliz que baila de alegría. Así imagina Dios a la humanidad salvada, pasado el tiempo de la prueba.

   -"Aún volverás a plantar viñas"... La viña, promesa del vino «que alegra el corazón del hombre» (Salmo 104, 15)

   Todo es un anuncio de la salvación: "Proclamad: ¡el Señor ha salvado a su pueblo, el resto de Israel!»" Pueblo peregrino, pueblo en marcha hacia Dios, hacia el gozo. Un pueblo «eucarístico» que canta la acción de gracias de los que han sido salvados (Noel Quesson).

   2. El profeta nos invita a la esperanza, es un lenguaje optimista: «halló gracia... camina al descanso... te construiré, serás reconstruida... te adornarás y saldrás a bailar... plantarás... cosecharás...». Eso pasó hace dos mil quinientos años. Pero también hoy se hace realidad, como dice el salmo: «el que dispersó a Israel lo reunirá, lo guardará como un pastor a su rebaño... entonces se alegrará la doncella en la danza, gozarán los jóvenes y los viejos...». Pienso que no es necesario que tengamos algo para hacer a toda cosa como un proyecto, Señor, sino que nos dejemos llevar por el proyecto que tú has pensado para nosotros, que te sepamos ver en el camino de la vida y te escuchemos en las voces distintas donde nos muestras tu voluntad, como la Virgen hizo, como ella nos enseña para poder vivir ese «Levantaos y marchemos al Señor nuestro Dios... gritad de alegría... el Señor ha salvado a su pueblo».

   3. -Jesús se retiró a esas ciudades fenicias (actual Líbano). "Y una mujer Cananea, de aquella región salió y se puso a gritarle"... Una mujer extranjera consigue de Jesús la curación de su hija. Señor, vemos la fuerza de tu corazón y tu dedicación a "los paganos". Dirá san Pablo que das a "todas las naciones" la Alianza reservada hasta aquí a Israel. Quisiera escuchar el grito de esa mujer, quisiera escuchar la de las personas de mi alrededor que quizá no acierto a oír.

   -"¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija tiene un demonio muy malo." No le contestas palabra, Señor... Y tú habías dicho: "Todo lo que pediréis se os concederá... llamad, y se os abrirá..." No obstante, callas… ¿Por qué, tan a menudo pareces no responder cuando te imploramos que nos liberes?

   -"Concédeselo, que viene gritando detrás..." dicen los apóstoles. ¿Fastidio?; ¿verdadera emoción ante la miseria de esa pobre madre?

   -Jesús respondió: "He sido enviado sólo para las ovejas descarriadas de Israel." Después del silencio, parece que hay rechazo. ¿Por qué, Señor? ¿Por qué aparentas rechazar? Sabemos, sin embargo, que hay ternura en tu corazón, y que has venido para "salvar a todos los hombres".

   -"Ella se adelantó y se prosternó ante El: "Señor, socórreme"". ¡Oh admirable insistencia! Veo que las dificultades se convierten en oportunidades cuando estoy contigo, Señor: y es una purificación de la Fe, ayúdame a entender esta fuerza que viene de la verdadera oración.

   "Si no os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos". Ante aquel grito de dolor, Cristo va a poner la última prueba. Le dice que no está bien quitarle el pan a los hijos para dárselo a los perritos. Nos cuesta entrar en estas palabras… nos quedamos con el modelo de oración, siguiendo al santo cura de Ars: "vemos muchas veces que el Señor no nos concede enseguida lo que pedimos; esto lo hace para que lo deseemos con más ardor, o para que apreciemos mejor lo que vale. Tal retraso no es una negativa sino una prueba que nos dispone a recibir más abundantemente lo que pedimos".

   La oración de la mujer "pagana" es un modelo de oración, sencilla y honda: «Ten compasión de mí, Señor» (en griego: Kyrie, eleison). Jesús, alabas  varias veces la fe de los extranjeros (el buen samaritano, el otro samaritano curado de la lepra, el centurión romano…), en contraposición a los judíos, los de casa, a los que se les supone fe. Que no olvide, Señor, el valor de la humildad. Que no sea mi oración rutinaria sino sencilla (J. Aldazábal).

   Esta mujer insiste: "Cierto, Señor; pero también los perrillos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos". No abandonará su plegaria, irá hasta el fin. -Jesús le dijo: "¡Qué grande es tu fe, mujer! Que se cumpla lo que deseas."

   Señor, te pido no sentirme privilegiado por mis méritos, sino por tu amor. Que me sienta invitado a comer el pan de los hijos de Dios (Noel Quesson).

Llucià Pou Sabaté