sábado, 7 de septiembre de 2024

Domingo 23ª (B): Dios nos libera de las penas y para esto nos manda a Jesús, con sus milagros cura y con el Evangelio nos salva

Domingo 23ª (B): Dios nos libera de las penas y para esto nos manda a Jesús, con sus milagros cura y con el Evangelio nos salva

 

A. Lecturas:

   1. Isaías 35, 4-7a. Decid a los cobardes de corazón. «Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios que trae el desquite, viene en persona, resarcirá y os salvará» Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantar. Porque han brotado aguas en el desierto, torrentes en la estepa el páramo será un estanque, lo reseco un manantial.

   2. Salmo 145,7.8-9a.9bc-10: Que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los oprimidos, que da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos.

   El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos.

   Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad.

   3. Santiago 2,1-5. Hermanos míos: No juntéis la fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso con el favoritismo. Por ejemplo: llegan dos hombres a la reunión litúrgica. Uno va bien vestido y hasta con anillos en los dedos; el otro es un pobre andrajoso. Veis al bien vestido y le decís: «Por favor, siéntate aquí, en el puesto reservado.» Al pobre, en cambio: «Estáte ahí de pie o siéntate en el suelo.» Si hacéis eso, ¿no sois inconsecuentes y juzgáis con criterios malos? Queridos hermanos, escuchad: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que lo aman?

   4. Marcos 7; 31-37: «De nuevo, saliendo de la región de Tiro, vino a través de Sidón hacia el mar de Galilea, cruzando el territorio de la Decápolis. Le traen un sordo y mudo, y le ruegan que le imponga su mano. Y apartándolo de la muchedumbre, metió los dedos en sus orejas, y con saliva tocó su lengua; y mirando al cielo, dio un suspiro, y le dice: Eftétha, que significa: ábrete. Al instante se le abrieron los oídos, quedó suelta la atadura de su lengua y hablaba correctamente. Y les ordenó que no lo dijeran a nadie. Pero cuanto más se lo mandaba, tanto más lo proclamaban; y estaban tan maravillados que decían: Todo lo ha hecho bien, hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»

 

B. Comentario:

   1. Isaías profetiza: "Sed fuertes, no temáis… vuestro Dios… viene en persona… os salvará. Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará. Porque han brotado aguas en el desierto, torrentes en la estepa, el páramo será un estanque, lo reseco un manantial". Habían salido de Egipto, pero esta nueva salida es distinta… cuando los emisarios de Juan el Bautista le preguntan a Jesús: "¿Eres tú el que tenía que venir o esperamos a otro? Jesús les respondió: Id a contarle a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la buena noticia". Jesús cumple así la gran profecía de Isaías; Él es el gran liberador… Y también tiene un sentido espiritual que nos toca: ¿anunciamos a Jesús a los demás, nos preocupamos de los pobres, no dejamos que haya nadie marginado a nuestro lado? Nadie puede vivir sin esperanza. Todos necesitamos un ideal que dé sentido a la vida. Los pobres, los enfermos son los que necesitan hacer renacer la esperanza, necesitan que les hagamos ver a Jesús…

   2. Por eso pedimos en el Salmo: "Alaba, alma mía, al Señor… Que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los oprimidos, que da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos. El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos. Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados". Pedimos el reino de Dios, como en el padrenuestro: "venga a nosotros tu reino", que la gente sea feliz, y que vaya al cielo: Padre: -Que has creado los cielos -Que mantienes su fidelidad -Que haces justicia a los oprimidos... -Que das el pan a los hambrientos... Yahvéh -Que liberas a los prisioneros... Yahvéh -Que abres los ojos a los ciegos... -Que enderezas a los encorvados... Yahvéh -Que amas a los justos... Yahvéh -Que guardas a los peregrinos... -Que proteges al huérfano y a la viuda... ¡ayúdalos a todos, los que te necesitan! Jesús se pone de lado de los pobres. Muchos milagros de Jesús fueron eso: la multiplicación de los panes para los hambrientos, la devolución de la vista a los ciegos, la liberación de los prisioneros del pecado... Señor, concédenos esta felicidad profunda. Haz que creamos que allí, y únicamente allí está la felicidad estable, que nada, absolutamente nada, puede lastimar ni empañar.

   3. Santiago insiste: "No juntéis la fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso con el favoritismo. Por ejemplo: llegan dos hombres a la reunión litúrgica. Uno va bien vestido y hasta con anillos en los dedos; el otro es un pobre andrajoso. Veis al bien vestido y le decís: «Por favor, siéntate aquí, en el puesto reservado.» Al pobre, en cambio: «Estáte ahí de pie o siéntate en el suelo.» Si hacéis eso, ¿no sois inconsecuentes y juzgáis con criterios malos?...: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que lo aman?" La mayor contradicción está en pretender compaginar la fe en Jesús con la discriminación de clases: la comunidad prefiere a los ricos y menosprecia a los pobres. Vive en el engaño. Prefiere a los ricos, olvida que la riqueza de la comunidad viene de Dios, que se ha hecho cargo de sus pobres: vive como si Dios no fuera su único Señor: la fe en Jesucristo, el único Señor de todos los creyentes, no se compagina con preferir unos a otros por dinero. Por lo tanto, no debemos estimar a los hombres por lo que aparentan o lo que tienen, sino por lo que son delante de Dios. La máxima del mundo es ésta: "Tanto tienes, tanto vales". Pero Jesús llamó bienaventurados a los pobres. Si preferimos a los ricos y despreciamos a los pobres, nos apartamos en la práctica de la verdadera religión y así no era Jesús. Los pobres, herederos del Reino; el único criterio es el amor. Los que hayan amado al Señor serán herederos del Reino prometido, porque a todos los ha hecho ricos en la fe. La verdadera riqueza es la fe, y la condición de entrada en el Reino es el amor. Nadie es más que nadie, y nadie es menos que nadie. Amar es compartir, el que tenga, que dé a los que no tienen, porque podríamos estar en su lugar, y hemos de tratarlos como nos gustaría que nos trataran si estuviéramos en su lugar, como dice S. Agustín: "Por lo tanto, repartan. Tengan; pero lo que tienen de más, repártanlo. Así tienen lo necesario y no pierden lo que hayan dado. Serán más dueños de esto que de aquello con que se quedaron, pues, o bien lo han de dejar aquí, o bien lo han de consumir en sus necesidades. ¿Qué se hará de lo que hayan dado? Óyelo también. Sigue así: Atesoren para sí una buena base para el futuro, a fin de conseguir la verdadera vida. ¿Qué diste de grande, si has dispuesto emigrar de este lugar donde todo perece? Con lo que diste a los pobres los convertiste en tus portaequipajes. Si sois tales no floreceréis como el heno en la travesía de este mundo, sino como el olivo, que está verde aun en el invierno, y se dirá por vuestra boca: Yo soy como el olivo fructífero en la casa de Dios. Pero como olivo fructífero en la casa de Dios, mira lo que sigue: He esperado en la misericordia de Dios, no en la inseguridad de las riquezas".

   4. El Evangelio nos presenta Jesús con "un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: - «Effetá», esto es: «Ábrete.» Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad… y decían: - «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»" Es como el bautismo cuando se dice a los oidos "ábrete" pero no como en el cuento "¡ábrete sésamo!" sino que se abren los oidos a la Palabra de Dios y se empieza a creer, y se hace el milagro. Hay quienes se tapan los oídos para no oír las palabras, per nosotros queremos oír a Jesús y quedar curado de nuestra sordera, de que a  veces nos cuesta creer: con los Sacramentos, todo el hombre queda sanado. Las dolencias que deforman la creación de Dios quedan eliminadas y vuelve a brillar el esplendor original. Es un signo de la creación nueva que Dios realizará algún día. En la mañana de la creación todo lo hizo bien en el día de la consumación todo lo hará nuevo. También en los sacramentos se nos impone las manos y Jesús vuelve a decir las palabras que nos curan. Y entonces la lengua puede pedir perdón, y empieza a alabar a Dios, a estar contenta, con esperanza: sueña un futuro mejor, y lo tendrá, porque él ya será mejor.

 

Llucià Pou Sabaté

Sábado de la semana 22ª del tiempo ordinario. Jesús no nos quiere aprisionados en intrincadas normativas farisaicas, sino que vayamos a los sustancial, la libertad del amor

Sábado de la semana 22ª del tiempo ordinario. Jesús no nos quiere aprisionados en intrincadas normativas farisaicas, sino que vayamos a los sustancial, la libertad del amor

 

A. Lecturas:

   1. I Corintios (4,6b-15): Aprended de Apolo y de mí a jugar limpio y no os engriáis el uno contra el otro. A ver, ¿quién te hace tan importante? ¿Tienes algo que no hayas recibido? Y, si lo has recibido, ¿a qué tanto orgullo, como si nadie te lo hubiera dado? Ya tenéis todo lo que ansiabais, ya sois ricos, habéis conseguido un reino sin nosotros. ¿Qué más quisiera yo? Así reinaríamos juntos. Por lo que veo, a nosotros, los apóstoles, Dios nos coloca los últimos; parecemos condenados a muerte, dados en espectáculo público para ángeles y hombres. Nosotros, unos locos por Cristo, vosotros, ¡qué cristianos tan sensatos! Nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros célebres, nosotros despreciados; hasta ahora hemos pasado hambre y sed y falta de ropa; recibimos bofetadas, no tenemos domicilio, nos agotamos trabajando con nuestras propias manos; nos insultan, y les deseamos bendiciones; nos persiguen, y aguantamos; nos calumnian, y respondemos con buenos modos; nos tratan como a la basura del mundo, el deshecho de la humanidad, y así hasta el día de hoy. No os escribo esto para avergonzaros, sino para haceros recapacitar, porque os quiero como a hijos; ahora que sois cristianos tendréis mil tutores, pero padres no tenéis muchos; por medio del Evangelio soy yo quien os ha engendrado para Cristo Jesús.

   2. Salmo 144,17-18.19-20.21: El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.

   Satisface los deseos de sus fieles, escucha sus gritos, y los salva. El Señor guarda a los que lo aman, pero destruye a los malvados.

   Pronuncie mi boca la alabanza del Señor, todo viviente bendiga su santo nombre por siempre jamás.

   3. Lucas 6,1-5: "Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se comían el grano. Unos fariseos les preguntaron: -«¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?» Jesús les replicó: -«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros.» Y añadió: -«El Hijo del hombre es señor del sábado».

 

B. Comentario:

    1. –"Hermanos, pienso que, a nosotros los apóstoles, Dios nos ha asignado el último lugar entre los hombres, como condenados a muerte, expuestos a modo de espectáculo para el mundo, los ángeles y los hombres".

   Pablo encarecerá todavía al final del pasaje: «hemos venido a ser basura del mundo, desecho de los hombres.» En la ciudad de Corinto, Pablo estaba lejos de ser un notable, una autoridad. Se compara a esos vagabundos lastimosos que las ciudades de la época mantenían para servir de víctima expiatoria en las calamidades públicas... o también a esos condenados destinados a las fieras en las anfiteatros ¡bajo la mirada de los «espectadores»! Jesucristo crucificado, es a ti a quién quiero contemplar, una vez más.

   -"Nosotros somos necios, por seguir a Cristo"... para lanzarse a una empresa tan insensata: anunciar a los hombres el escándalo de la cruz. Y vosotros sois sabios, en Cristo...

   -"Nosotros "locos"... vosotros sabios. Nosotros "débiles"... vosotros fuertes. Nosotros "despreciados"... vosotros alabados". Es el eco de las bienaventuranzas. Si uno quiere ser cristiano, no ha de olvidarlas. La satisfacción de sí mismo, la suficiencia farisaica, incluso la espiritual, son contrarias al evangelio.

   -"Hasta el presente, pasamos hambre, sed, desnudez, somos azotados, vagabundos, fatigados trabajando con nuestras propias manos". Dirá Benedicto XVI que es la impaciencia de los hombres lo que pierda al mundo, y la paciencia de Jesús en la Cruz que lo gana…

   -"Injuriados... bendecimos. Perseguidos... soportamos. Calumniados... consolamos". La paradoja de las bienaventuranzas… Gente "pobre", que es "dichosa"... gente "que ha recibido daño de otros" y que pasan su tiempo "haciendo felices a los demás". Es no solo doctrina, sino lo que define tu rostro auténtico, Jesús. Y es una de las enseñanzas más importantes de la Epístola a los Corintios. No es discípulo de Cristo el que no reproduce alguno de sus rasgos.

   -"No os escribo estas cosas para avergonzaros, sino para instruiros como hijos muy queridos... En Cristo, no tenéis muchos padres... Por haberos anunciado el Evangelio soy yo quien os ha engendrado"…

   La lista de bienaventuranzas que nos enseñó Jesús se parece a esta enumeración de actitudes de un apóstol, según Pablo: los que encuentran la verdadera felicidad interior son los humildes, los perseguidos, los que lloran, los que buscan la paz... Algo tendría que cambiar en nuestra actuación para parecernos más a Pablo y sobre todo a Jesús, que sufrió los mismos contratiempos que Pablo y dio incluso su vida por los demás.

   2. De nuevo el salmo nos orienta hacia el juicio de Dios y nos invita a poner en él la confianza, no en nuestros méritos ni en el prestigio que podamos tener: "del Señor es la tierra y cuanto la llena... ¿quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes y puro corazón, ése recibirá la bendición del Señor".

   3. Hoy, Jesús, nos hablas sobre el sábado. Apreciabas el sábado y, como buen judío, lo habías incorporado a tu espiritualidad: por ejemplo, ibas cada semana a la sinagoga, a rezar y a escuchar la Palabra de Dios con los demás. Y cumplirías seguramente las otras normas relativas a este día.

   -"Un sábado atravesaba Jesús por unos campos de trigo". Jesús en plena naturaleza estival, al iniciarse la recolección.

   -"Sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se comían el grano". Gesto tan natural, tan anodino, tan sencillo, tan maquinal. ¡Es agradable mascar un grano de trigo tan harinoso! Pero la alegría no es compartida por todos, sobre todo cuando hay envidiejas, o complicación interior… Decía S. Cirilo de Alejandría: "¡Oh fariseo!, ves al que hace cosas prodigiosas y cura a los enfermos en virtud de un poder superior y tú proyectas su muerte por envidia".

   -"Unos fariseos les dijeron: "¿Por qué hacéis lo que no está permitido en sábado?"" Aquí vemos la mente estrecha de algunos que interpretaba, a su manera minuciosa, las prescripciones rituales. La Ley de Moisés no habla de esas menudencias, pero las tradiciones, la Mischná, había añadido toda clase de detalles a la Ley, como las cosas prohibidas en sábado. Jesús, nos has liberado también de todo esto. El hombre tiene una fastidiosa tendencia a dar una importancia desmesurada a los "medios", olvidando a veces el fin. Debo atenerme a lo esencial. En mi Fe, en las costumbres religiosas, en los ritos, he de ver primero su finalidad, su objetivo profundo... y pensar que los modos de expresión pueden cambiar.

   No te gusta, Jesús, la interpretación exagerada: ¿cómo puede ser contrario a la voluntad de Dios quitar así el hambre?

   -"Jesús contestó" (pues la libertad que tienes, Jesús, es espontánea y actitud reflexiva a la vez): -"¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, tomó los panes dedicados -que sólo a los sacerdotes les está permitido comer-, comió él y les dio a sus hombres". Es una respuesta propia del hijo de David, que invoca las auténticas tradiciones (1 Sam 21). Es decir les razona con al Palabra, que ellos interpretan mal. Dios no quiere fastidiarnos. Lo que Dios quiere es que el hombre "viva". Las mismas normas de ley natural tienen una gradación: la conservación de la persona, de la vida, de la familia… ¿Cómo ha podido el cristianismo parecer a veces deshumanizante, menospreciador del cuerpo y de las realidades humanas? Mi cuerpo, ¿es importante para mí? ¿Qué haría sin él? Incluso la oración, la actividad más espiritual, es imposible sin ese buen compañero. Y "el Verbo se hizo carne", se hizo cuerpo.

   -"Y Jesús añadió: "EI Hijo del hombre es señor del Sábado." ¡Dios bien sabía que el sábado era una institución sagrada! Ahora bien, Jesús afirma tener derecho a rechazar los detalles rituales concernientes al sábado para volver a encontrar la intención primitiva del legislador (Noel Quesson).

   Jesús, hablas realmente con autoridad y poder. Te atreves a reinterpretar una de las instituciones más sagradas de su pueblo. Sobre todo les debió saber muy mal a los fariseos la última afirmación: "el Hijo del Hombre es señor del sábado". Si ese día era la representación de Dios, entonces te hacías Dios, y era algo blasfemo para ellos.

   Pero en otros momentos dijiste también "no es el hombre para el sábado sino el sábado para el hombre". Ahí entiendo que nos decías que las normas son para las personas, para su  bien, y no al revés. Que los mandamientos de amar a Dios y a los demás (y por tanto no caer en la idolatría o en el homicidio u otros crímenes) son básicos, pero que las demás obligaciones miran el bien de la persona, de la familia, de la comunidad. Por tanto, que su cumplimiento es válido cuando ayuda al fin de esas normas (el sábado es para el hombre), y no ha de ser el hombre para el sábado en el sentido de que pierda la salud o la familia por un cumplimiento de ellas.

   Es una difícil sabiduría distinguir entre lo que es importante y lo que no. Guardar el sábado como día de culto a Dios, día de descanso en su honor, día de la naturaleza, día de paz y vida de familia, día de liberación interior, sí era importante. No valía la pena discutir y perder la paz por eso. Es un ejemplo de lo que ayer nos decía Jesús respecto al paño nuevo y a los odres nuevos. Cuántas veces perdemos la serenidad y el humor por tonterías de estas, aferrándonos a nimiedades sin importancia. Lo que está pensado para bien de las personas y para que esponjen sus ánimos -como la celebración del domingo cristiano- lo podemos llegar a convertir, por nuestra casuística e intransigencia, en unas normas que quitan la alegría del espíritu. El espíritu pascual rompe un legalismo exagerado que puede matar el espíritu cristiano. Por encima de todo debe quedar la misericordia, el amor (J. Aldazábal).

   Jesús es el Esposo y ha llegado el tiempo de la boda. Al atardecer del día sexto, Dios había descansado para consagrar la creación: un día para santificar el tiempo... Ahora, Jesús hace "santo" todo tiempo, y en recuerdo de ello vivimos el "domingo", día del Señor (o como se dice en otros idiomas, día del Sol).

Llucià Pou Sabaté

jueves, 5 de septiembre de 2024

Viernes de la semana 22ª del tiempo ordinario: Jesús es el esposo que llega de Dios, y hemos de hacer fiesta

Viernes de la semana 22ª del tiempo ordinario: Jesús es el esposo que llega de Dios, y hemos de hacer fiesta

   1. I Corintios (4,1-5): Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, en un administrador, lo que se busca es que sea fiel. Para mí, lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor. Así, pues, no juzguéis antes de tiempo: dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá la alabanza de Dios.

   2. Salmo 36,3-4.5-6.27-28.39-40: Confía en el Señor y haz el bien, habita tu tierra y practica la lealtad; sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón.

   Encomienda tu camino al Señor, confía en él, y él actuará: hará tu justicia como el amanecer, tu derecho como el mediodía.

   Apártate del mal y haz el bien, y siempre tendrás una casa; porque el Señor ama la justicia y no abandona a sus fieles.

   El Señor es quien salva a los justos, él es su alcázar en el peligro; el Señor los protege y los libra, los libra de los malvados y los salva porque se acogen a él.

   3. Lucas 5,33-39: "En aquel tiempo, dijeron a Jesús los fariseos y los escribas: -«Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber.» Jesús les contestó: -«¿Queréis que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán.»Y añadió esta parábola: -«Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque se estropea el nuevo, y la pieza no le pega al viejo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino nuevo revienta los odres, se derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos. Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: "Está bueno el añejo."»".

 

B. Comentario:

   1. San Pablo nos dice hoy: -"Hermanos, es necesario que los hombres nos tengan simplemente por "servidores de Cristo"..." Ayúdame, Señor, a ser «servidor»…

   -"Y por «administradores de los misterios de Dios»..." Tendremos que rendir cuenta de ellos, como decía Jesús (Mateo 24,45-51).

   -"Y lo que en definitiva se exige a los administradores es que sean fieles". No cambiar lo que hemos recibido, acomodándolo a los tiempos o a nuestras ganas… Merecer confianza... y de modo desinteresado. Ser hombre de confianza, para Dios. Ser hombre de Dios. Quizá la fidelidad está muy difuminada hoy día, aunque las víctimas de una infidelidad sufren mucho. En realidad es uno de los valores esenciales del hombre. Que los apóstoles sean fieles al Evangelio, que no acomoden su mensaje a los gustos del día, a las ideologías que flotan en el aire...

   Señor, concede a tus apóstoles, sacerdotes o laicos, esa fidelidad intransigente a lo que Tú quieres.

   -"Por mi parte, lo que menos me importa es ser juzgado por vosotros o por cualquier tribunal humano; ¡ni siquiera me juzgo a mí mismo!" Esto tiene un gran alcance. Pablo ha hablado de la gran dignidad de los fieles. «Todo es vuestro, Pablo, Apolo, Pedro, el mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro. Todo es vuestro...» Pero de ahí no se sigue que los cristianos tengan derecho a erigirse en jueces de sus apóstoles. ¡Es a Dios, a quien los ministros tendrán que rendir cuentas!

   -"Mi conciencia no me reprocha nada, mas no por ello soy justo. El Señor es mi juez". La responsabilidad final de la conciencia no es ni ante la comunidad, ni ante uno mismo, sino ante Dios. Señor, ayúdanos a considerar de ese modo todas nuestras responsabilidades.

   -"Por lo tanto, no juzguéis «prematuramente»; esperad la venida del Señor, El iluminará lo secreto en las tinieblas y pondrá de manifiesto las intenciones del corazón". Jesús, habías repetido: «¡No juzguéis!» y aquí Pablo añade: no juzguéis, porque vuestro juicio es siempre "prematuro"... no lo sabéis todo para que vuestro juicio sea equitativo, os falta conocer las intenciones secretas de la gente que juzgáis.

   -"Entonces, cada cual recibirá del Señor, la alabanza que le corresponda". Al fin todo será clarificado. Día feliz en que estallará a plena luz la belleza escondida... que no sabemos captar suficientemente (Noel Quesson).

   2. Señor, en tus manos pongo mi conciencia… El salmo nos dice: "el Señor quien salva a los justos... apártate del mal y haz el bien, porque el Señor ama la justicia y no abandona a sus fieles".

   3. Empiezan las discusiones con los fariseos. -"Los fariseos y sus escribas dijeron a Jesús: "Los discípulos de Juan tienen sus ayunos frecuentes y sus rezos, y los de los fariseos también, en cambio los tuyos comen y beben."" En el Antiguo Testamento, el ayuno y la abstinencia de vino eran signos de austeridad, ligados a la espera del mesías. Simbólicamente significaban: "los tiempos son malos, estamos insatisfechos, hemos perdido el gusto de vivir... que venga de una vez el tiempo de la consolación y de la alegría, cuando el mesías estará aquí."

   Acusan a los discípulos de que "comen y beben", lo mismo que achacarán a Jesús (Lc 7,33s). Jesús, tú mismo habías ayunado cuarenta días en el desierto y la comunidad cristiana, desde muy pronto, dedicó dos días a la semana (miércoles y viernes) al ayuno. No eliminas el ayuno, muy arraigado en Israel. Pero indicas que ha llegado el Mesías, ha llegado el Novio, y tus amigos están de fiesta.

   -"Jesús les contestó: ¿Queréis que ayunen los invitados a la boda mientras el novio está con ellos?"" La respuesta es clara. Los tiempos de fiesta no son para ayunar, y expresar esa alegría -los cristianos no pueden ser personas tristes- pues "el Esposo está con ellos."

   -"Llegará el día en que se lleven al novio, y entonces, aquel día, ayunarán". Es lo que hacemos en tiempos de expectación del Señor, para prepararnos durante el año litúrgico.

   -"Y les decía esta parábola: "Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para echársela a un manto viejo; porque el nuevo se queda roto, y al viejo no le irá el remiendo del nuevo."" Marcos y Mateo dicen que no sirve de nada porque el tejido nuevo tira del viejo. Lucas habla de que es estropear los dos paños. Lo nuevo es el amor de Dios, la Iglesia, y encuentro ante mí una maravillosa aventura. Jesús, tú haces nuevas todas las cosas. Te pido que renueves mi corazón para apreciar la novedad de tu amor encarnado.

   -"Nadie echa tampoco vino nuevo en odres viejos, porque si no, el vino nuevo revienta los odres; el vino se derrama y los odres se echan a perder". La nueva Alianza, a pesar de la continuidad con la Antigua, es verdaderamente una novedad: ¡Dios hecho hombre!

   Jesús, subrayas el carácter de radical novedad que supone el acogerte como enviado de Dios, con la doble comparación de la "pieza de un manto nuevo en un manto viejo" y del "vino nuevo en odres viejos".

   Aceptarte en nuestras vidas comporta cambios importantes. No se trata sólo de "saber" unas cuantas verdades respecto a ti, sino de dejarme transformar, cambiar mi estilo de vida. Vivir con alegría interior.

   Estamos de fiesta. ¿Se nos nota?, ¿o vivimos tristes, como si no hubiera venido todavía el Salvador? La fe en Cristo pide traje nuevo y odres nuevos. Jesús rompe moldes. Lo que Pablo llama "revestirse de Cristo Jesús" no consiste en unos parches y unos cambios superficiales. A los apóstoles les costó el cambio… Nosotros estamos rodeados de una ideología y una sensibilidad neopagana. También tenemos que ir madurando: el vino nuevo de Jesús nos obliga a cambiar los odres. El vino nuevo implica actitudes nuevas, maneras de pensar propias de Cristo, que no coinciden con las de este mundo. Son cambios de mentalidad, profundos. No de meros retoques externos. En muchos aspectos son incompatibles el traje de este mundo y el de Cristo. Por eso cada día venimos a escuchar, en la misa, la doctrina nueva de Jesús y a recibir su vino nuevo (J. Aldazábal).

   "El mérito de nuestros ayunos no consiste solamente en la abstinencia de los alimentos; de nada sirve quitar al cuerpo su nutrición si el alma no se aparta de la iniquidad y si la lengua no deja de hablar mal" (S. León Magno).

   El ayuno y la abstinencia de vino, actitudes específicas del nazireato (Lc 22,14-20), expresaban la insatisfacción de la época presente y la espera de la consolación de Israel. Juan Bautista hizo de esta actitud una ley fundamental de su comportamiento (Lc 1,15). Desde entonces, cuando los discípulos de Jesús se dispensan de los ayunos prescritos o espontáneos, dan la impresión de desinteresarse de la llegada del Mesías y de negarse a participar de la esperanza mesiánica. La respuesta de Jesús es clara: los discípulos no ayunan porque ya no tienen nada que esperar, puesto que ya han llegado los tiempos mesiánicos: ya no tienen que apresurar, mediante prácticas ascéticas, la llegada de un Mesías en cuya intimidad ya viven. Esta intimidad será interrumpida por la pasión y la muerte de su Maestro: en este momento, ayunarán (v 30, en relación con Lc 22,18) hasta el tiempo en que el Esposo les sea devuelto en la resurrección y en el Reino definitivo.

   Las parábolas del vestido y de los odres proporcionan otra respuesta a la extrañeza de los discípulos de Juan y de los fariseos. Inaugurador de los tiempos mesiánicos, Jesús es consciente de aportar al mundo una realidad sin común medida con todo lo que los hombres han poseído hasta entonces (cf Lc 16,16 o el milagro de Caná: Jn 2,10). Las dos parábolas no ofrecen ningún juicio de valor al afirmar que el vino viejo es mejor que el nuevo o que el vestido nuevo es preferible al viejo. No establecen una comparación, sino que subrayan solamente una incompatibilidad: no hay que querer asociar lo nuevo a lo viejo, so pena de perjudicar a uno y otro, porque el vestido remendado combinará mal y el odre viejo se perderá irremediablemente... y el vino con él.

   La Nueva Alianza hace ceder las prescripciones de la Antigua, que tienen que acomodarse a la Nueva. El bebedor de vino viejo no dice que el nuevo sea malo; afirma solamente que no puede beberse después de haber probado el viejo, puesto que sus aromas son incompatibles. El que no ha conocido al Esposo y desea participar de su amor no puede al mismo tiempo vivir como si no existiera. El Evangelio excluye ciertas componendas (Maertens-Frisque).

   -"Nadie, después de beber el vino añejo, quiere el nuevo, porque dice: "¡El añejo es el bueno!"" Quedémonos con el "bueno". ¡Danos, Señor, tu vino! (Noel Quesson).

   Nosotros estamos con el Señor, como amigos invitados al banquete de bodas. Él nos dice: vosotros seréis mis amigos si cumplís mis mandamientos. No basta, por tanto, estar en intimidad con Él a través de la oración, incluso prolongada. Mientras no estemos dispuestos a escuchar su Palabra y a ponerla en práctica, el Señor no podrá decir que somos sus amigos, y mucho menos de su familia como nos lo dice en otra ocasión: El que cumple la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre. Cuando en verdad permitamos al Espíritu Santo renovar nuestra vida, entonces seremos criaturas nuevas en Cristo; entonces la vida de fe en el Señor no será sólo un parche en nosotros, ni algo nuevo que llega a un corazón que continúa cargando con el hombre viejo, que se corrompe siguiendo la seducción de las concupiscencias. De nosotros se espera una vida que manifieste la alegría de sabernos amados y unidos a Cristo; sin embargo, al contemplar que hay muchos que viven separados de Él, o que ni siquiera han oído hablar de Él, nos ha de llevar a sacrificarnos a favor de ellos, poniendo todo nuestro empeño en hacer que el Señor llegue a habitar en todos para que nuestra humanidad se renueve en el amor, en la verdad, en la justicia, en la solidaridad, y en la comunión fraterna.

Llucià Pou Sabaté

miércoles, 4 de septiembre de 2024

Jueves de la 22ª semana del Tiempo Ordinario: Nos saca Dios del dominio de las tinieblas para llevarnos al reino de su Hijo querido. Vemos cómo llama a los Apóstoles que, dejándolo todo, lo siguieron

Jueves de la 22ª semana del Tiempo Ordinario: Nos saca Dios del dominio de las tinieblas para llevarnos al reino de su Hijo querido. Vemos cómo llama a los Apóstoles que, dejándolo todo, lo siguieron

 

A. Lecturas:

   1. I Corintios (3,18-23): Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito: «Él caza a los sabios en su astucia.» Y también: «El Señor penetra los pensamientos de los sabios y conoce que son vanos.» Así, pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.

   2. Salmo 23,1-2.3-4ab.5-6: Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos.

   ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos.

   Ése recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. Éste es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob.

   3. Lucas 5,1-11: "En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: -«Rema mar adentro, y echad las redes para pescar.» Simón contestó: -«Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.» Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a lo socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: -«Apártate de mi, Señor, que soy un pecador.» Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: -«No temas; desde ahora serás pescador de hombres.» Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron".

 

B. Comentario:

   1. La Iglesia de Corinto estaba muy dividida.

   -"Hermanos, ¡que nadie se engañe!" El orgullo nos hace hinchar y faltar a la realidad, y con ello faltar al amor a los demás. Es un arte la escucha atenta, y ver la parte de verdad que hay en los que no piensan como nosotros. Y sepamos también admitir la parte de error en nuestras propias opciones.

   -"Si alguno de vosotros se cree sabio, según este mundo, hágase necio para llegar a ser sabio; pues la sabiduría de este mundo es locura ante Dios". Hay que estar "loco" para absolutizar un sistema humano, sea el que fuere. Todo lo humano es ambiguo, frágil, provisional. Dios permite relativizarlo todo. Apoyarse solamente sobre análisis humanos, sobre criterios "de este mundo", es insuficiente para un cristiano. Las ideologías quieren cerrar la verdad en un esquema, sin tener en cuenta que nuestro conocimiento de la verdad progresa con la historia, que mañana sabrán más, que pretenden algo así como encerrar la verdad en una lata, que caduca pronto…

   -"Porque la Escritura dice: «Dios prende a los sabios en su propia astucia... Y el Señor conoce ¡cuán vanos son los pensamientos de los sabios!»" Sólo Dios es verdaderamente sabio. Y su proyecto se cumplirá a pesar de todas las apariencias contrarias.

   -"Todo os pertenece, Pablo, Apolo, Cefas, -Pedro-, el mundo, la vida, la muerte, el presente y el futuro: todo es vuestro, pero vosotros sois de Cristo y Cristo es de Dios". Los ministros son servidores de los cristianos, en los que estás tú, Señor (Noel Quesson).

   2. Es la sabiduría del "grupo que busca al Señor", del que habla el salmo de hoy. El que sigue criterios humanos y se cree listo, "sus pensamientos son vanos" y "Dios lo caza en su astucia".

   3. Lucas nos narra la llamada vocacional de Pedro y de los otros primeros discípulos, de una forma ligeramente distinta a los otros Evangelios (Mt 4,18-25; Mc 1,16-20; Jn 1,35-51) que cuentan la llamada en los inicios de la vida pública, pero Mateo y Marcos lo hacen como el primer acto del ministerio de Jesús y subrayan la identificación de los discípulos con el maestro; Lucas lo hace preceder de un breve ministerio de Jesús en Cafarnaún y un cierto trato de Jesús con los apóstoles, especialmente con Pedro (Biblia de Navarra).

   Señor, hasta ahora aparecías en tu labor solo. Ahora buscas colaboradores. Ya ayer el evangelio nos habla de cómo curas de la fiebre a la suegra de Pedro.

   -"Jesús se encontraba a la orilla del lago de Genezaret. La gente se agolpaba a su alrededor para oír la palabra de Dios". Escena viva, concreta. Trato de imaginarla. ¿Tengo yo esa misma avidez?

   -"Vio dos barcas junto a la orilla: Los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Jesús subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la retirara un poco de tierra". Quizá cuando Jesús mete el pie dentro, la barca bambolea un poco; pero Simón sabe restablecer el equilibrio como marino experto.

   Hoy nos cuentas cómo, para poder apartarte un poco de la gente que se agolpaba en torno, le pides a Pedro que te preste su barca. Qué satisfacción sentiría Pedro: le pides su barca.

   -"Luego se sentó y desde la barca enseñaba a la gente." ¡Cuánto me hubiera gustado encontrarme en esa playa entre los oyentes! Cuando se va a Tierra Santa, uno de los sitios más impresionantes es este lago, donde tú, Jesús, viviste estas escenas tan bonitas…

   -"Cuando acabó de hablar dijo a Simón: "Sácala mar adentro"... En aguas profundas. Simón contestó: "Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos pescado nada; pero ya que Tú lo dices, echaré las redes". Y Simón sube la vela, o toma sus remos... y se boga, lago adentro con Jesús a bordo. A menudo, así, Jesús nos pide de hacer cosas sorprendentes. Salir de nuevo a pescar ¡cuando nada se ha logrado en toda una noche de esfuerzo! La fe es algo semejante. Es confiar en Jesús más que fiarse de los propios razonamientos.

   -"Obtuvieron tal redada de peces que reventaba la red. Hicieron señas a sus compañeros de la otra barca para que vinieran a echarles una mano... Llenaron las dos barcas que casi se hundían". Contemplo esas barcas demasiado llenas que amenazan zozobrar. En los días de aridez espiritual es bueno acordarse de los buenos momentos... como Pedro debió recordarlos más tarde... en medio de los fracasos de su vida apostólica.

   -"Al ver esto Simón Pedro se echó a los pies de Jesús, diciendo: "Apártate de mí, Señor, que soy un hombre pecador."" En el lenguaje bíblico ese miedo o espanto es señal de que Dios se ha acercado a nosotros. No se trata de caer en un miedo enfermizo y malsano -Dios es infinitamente bueno- pero ¿no nos sería muy conveniente volver a descubrir la santidad y el poder de Dios? -Dios es infinitamente grande-. Y ¿cómo no nos descubriríamos entonces, como Pedro, indignos de permanecer en su presencia? Señor, soy un pecador, una pecadora, no soy digno de recibirte...

   -"Jesús dijo a Simón: "No temas, desde ahora serás pescador de hombres."" ¡No temas! Es uno de los refranes de Dios. Es natural que el hombre tiemble ante Dios; y he aquí que Dios mismo se empeña en tranquilizarnos. ¡Gracias, Señor! "Serás pescador de hombres"... Vocación divina. Dios cambia un destino.

   No debieron entender mucho lo de ser "pescador de hombres". Pescar a las personas, en este sentido, no es un proselitismo a ultranza, ni hacer que mueran para nuestro provecho -en eso consiste la pesca de los peces- sino lo contrario: evangelizar, convencer, ofrecer de parte de Dios a cuantas más personas mejor la buena noticia del amor y la salvación. Sin ti, Señor, veo solo esterilidad. Contigo, fecundidad sorprendente. Pensando en los frutos: si no hemos conseguido más, en nuestro apostolado, "mar adentro", ¿no habrá sido porque hemos confiado más en nosotros que en él?, ¿porque hemos "echado las redes" en nombre propio y no en el de él? (J. Aldazábal; Noel Quesson).

   "Duc in altum! Esta palabra resuena también hoy para nosotros y nos invita a recordar con gratitud el pasado, a vivir con pasión el presente y a abrirnos con confianza al futuro: 'Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y siempre'" (Juan Pablo II).

   -"Dejándolo todo lo siguieron". "Todo". Dejándolo todo. ¿Cuál es mi disponibilidad?  

   Como Pedro no exige ningún signo, recibe el signo que se amolda a su vida, a su inteligencia y a su vocación. Dios procede con él como con María. Así procede Dios con su pueblo. La salvación exige fe, pero Dios apoya la fe con sus signos. (...) Simón ve en Jesús una manifestación (epifanía) de Dios. Ha visto y vivido el milagro, el poder divino que actúa en Jesús. La manifestación de Dios suscita en él la conciencia de su condición de pecador, de su indignidad, el temor del Dios completamente Otro, del Dios santo. Vemos en Isaías ese miedo… La admiración por Jesús atrae a Simón hacia él, la conciencia de su pecado le aleja de él. En la palabra "Señor" expresa la grandeza de aquel al que ha reconocido en su milagro (Comentarios Herder).

   El judío considera el agua, sobre todo el mar, como morada de Satanás y de las fuerzas contrarias a Dios. El agua solía ser una imagen de algo que daba miedo, incluso era un símbolo de la muerte. Hasta la venida del Salvador, nada podía hacerse -salvo un milagro del tipo del del mar Rojo- para salvar a quienes la mar enemiga engullía; pero desde que Él está aquí, se pueden pescar hombres en abundancia y sustraerlos a las garras del imperio del mal. Ese es, por otro lado, el sentido profundo de la bajada a los infiernos (inferi=aguas inferiores) en 1P 3,19, en donde Cristo desciende precisamente para salvar a quienes habían sucumbido bajo las aguas del diluvio. Ser pescadores de hombres es, pues, participar en esa empresa de salvamento de todos cuantos se han visto absorbidos por el mal; ya Jr 16. 15-16a preveía esa función (Maertens-Frisque).

   Tú nos has seducido, Dios de ternura, / con la solicitud por nosotros. / Tu amor se ha hecho pasión / para revelarnos tu proyecto: / prendernos en las redes de tu benevolencia. / Haz que sepamos abandonarnos a semejante pasión: / danos a conocer el gozo de ser amados para siempre (Dios cada día, Sal Terrae).

   Jesús, nos has prometido que nunca nos dejarás solos, estás siempre a nuestro lado. «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes» (Lc 5,5). Esta respuesta de Pedro la podemos entender en relación con las palabras de María en las bodas de Caná: «Haced lo que Él os diga» (Jn 2,5). Y es en el cumplimiento confiado de la voluntad del Señor cuando nuestro trabajo resulta provechoso.

   Y todo, a pesar de nuestra limitación de pecadores: «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador» (Lc 5,8). San Ireneo de Lyón descubre un aspecto pedagógico en el pecado: quien es consciente de su naturaleza pecadora es capaz de reconocer su condición de criatura, y este reconocimiento nos pone ante la evidencia de un Creador que nos supera.

   Solamente quien, como Pedro, ha sabido aceptar su limitación, está en condiciones de aceptar que los frutos de su trabajo apostólico no son suyos, sino de Aquel de quien se ha servido como de un instrumento. El Señor llama a los Apóstoles a ser pescadores de hombres, pero el verdadero pescador es Él: el buen discípulo no es más que la red que recoge la pesca, y esta red solamente es efectiva si actúa como lo hicieron los Apóstoles: dejándolo todo y siguiendo al Señor (cf. Lc 5,11; Blas Ruiz López).

 

Llucià Pou Sabaté

martes, 3 de septiembre de 2024

Miércoles de la 22ª semana de Tiempo Ordinario: Jesús con su misericordia nos sana, y abre nuestro corazón para las cosas espirituales, de Dios.

Miércoles de la 22ª semana de Tiempo Ordinario: Jesús con su misericordia nos sana, y abre nuestro corazón para las cosas espirituales, de Dios.

 

A. Lecturas:

   1. I Corintios (3,1-9): Hermanos, no pude hablaros como a hombres de espíritu, sino como a gente carnal, como a niños en Cristo. Por eso os alimenté con leche, no con comida, porque no estabais para más. Por supuesto, tampoco ahora, que seguís los instintos carnales. Mientras haya entre vosotros envidias y contiendas, es que os guían los instintos carnales y que procedéis según lo humano. Cuando uno dice «yo soy de Pablo» y otro, «yo de Apolo», ¿no estáis procediendo según lo humano? En fin de cuentas, ¿qué es Apolo y qué es Pablo? Ministros que os llevaron a la fe, cada uno como le encargó el Señor. Yo planté, Apolo regó, pero fue Dios quien hizo crecer; por tanto, el que planta no significa nada ni el que riega tampoco; cuenta el que hace crecer, o sea, Dios. El que planta y el que riega son una misma cosa; si bien cada uno recibirá el salario según lo que haya trabajado. Nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros campo de Dios, edificio de Dios.

   2. Salmo 32,12-13.14-15.20-21: Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como heredad. El Señor mira desde el cielo, se fija en todos los hombres.

   Desde su morada observa a todos los habitantes de la tierra: él modeló cada corazón, y comprende todas sus acciones.

   Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo; con él se alegra nuestro corazón, en su santo nombre confiamos.

   3. "En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella. Él, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose en seguida, se puso a servirles. Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando. De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: -«Tú eres el Hijo de Dios.» Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías. Al hacerse de día, salió a un lugar solitario. La gente lo andaba buscando; dieron con Él e intentaban retenerlo para que no se les fuese. Pero Él les dijo: -«También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado.» Y predicaba en las sinagogas de Judea".

 

B. Comentario:

   1.  Nos dice San Pablo hoy: -"Yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a hombres carnales. Como niños os di a beber leche y no alimento sólido: no lo habríais soportado". Animado por el Espíritu, reivindicó para sí una "sabiduría" superior a todos los razonamientos de este mundo. Como buen educador, supo adecuar la enseñanza a su capacidad de asimilación. Jesús también dijo a sus apóstoles: «no comprendéis ahora, lo comprenderéis más tarde.»

   Señor, ayúdame a ponerme en el lugar de los demás para amarles tal como son y no tal como yo quisiera que fuesen. Con los niños, en particular, que sea yo respetuoso con su caminar, con su ritmo.

   Ruego por todos aquellos con quienes estoy en relación, para que cada uno progrese a partir del punto en que se encuentra... paso a paso, solamente.

   -"Porque sois hombres carnales mientras haya entre vosotros envidia y discordia. Y así ¿no es vuestra conducta simplemente humana?"

   Son impotentes para comprender la Fe porque están todavía muy sometidos a las pasiones egoístas: la envidia, la discordia, los grupitos en lo que se refiere a los predicadores -¡¡yo soy de Pablo, y yo soy de Apolo!!-, todo esto manifiesta una falta de madurez en la Fe, es "demasiado humano".

   Cuando uno dice: «Yo soy de Pablo» y otro «yo, de Apolo» no es esa una reacción totalmente humana? En todo caso, para Pablo, no hay lugar para «partidos» en la Iglesia. Este mal amenaza siempre a nuestras comunidades cristianas. Señor, ayúdame a tener gran amplitud de miras.

   Ayuda a los cristianos a aceptarse los unos a los otros con sus propias diferencias sin que las divergencias legítimas en el plano humano los dividan en el plano de la Fe profunda. Divergencias litúrgicas, políticas, culturales.

   -"¿Qué es, pues, Apolo? ¿Qué es Pablo?... Servidores que os han transmitido la fe, y cada uno según el don que Dios les dio". Apolo debió de ser un orador más brillante que Pablo.

   -"Yo planté, Apolo regó, mas fue Dios quien ha hecho crecer". Las cualidades de los predicadores no son inútiles. Pero nunca son más que un instrumento en las manos de Dios.

   -"Somos los colaboradores de Dios; y vosotros, el campo que El cultiva". Podemos adivinar aquí la idea tan importante de «colegialidad»: los compañeros de apostolado forman un solo equipo apostólico, en el cual los carismas de cada uno cooperan a la obra común, que es la de Dios. «Colaborador de Dios»... llevo a la oración, esta hermosa fórmula (Noel Quesson).

   2. La mirada de los cristianos debería estar puesta más en Dios que en Pablo y Apolo. Como repite el salmo, "dichosa la nación cuyo Dios es el Señor... el Señor, desde su morada, observa a todos los habitantes de la tierra, él modeló cada corazón y comprende todas sus acciones".

   3. Lo que Jesús anunció en Nazaret lo va cumpliendo. Allí dijo, aplicándose la profecía de Isaías, que había venido a anunciar la salvación a los pobres y curar a los ciegos y dar la libertad a los oprimidos. En efecto, hoy leemos el programa de una jornada de Jesús "al salir de la sinagoga": cura de su fiebre a la suegra de Pedro, impone las manos y sana a los enfermos que le traen, libera a los poseídos por el demonio y no se cansa de ir de pueblo en pueblo "anunciando el reino de Dios". En medio, busca momentos de paz para rezar personalmente en un lugar solitario. El Reino ya está aquí. Ha empezado a actuar la fuerza salvadora de Dios a través de su Enviado, Jesús.

   Buen programa para un cristiano y sobre todo para un apóstol. "Al salir de la sinagoga", o sea, "al salir de nuestra misa o de nuestra oración", nos espera una jornada de trabajo, de predicación y evangelización, de servicio curativo para con los demás y a la vez de oración personal. ¿Ayudamos a que a la gente se le pase la fiebre?, ¿a que se liberen de sus depresiones y males?, ¿atendemos a los que acuden a nosotros, acogiéndoles con nuestra palabra y dedicándoles nuestro tiempo?, ¿nos sentimos movidos a seguir anunciando la buena noticia del Reino, sea cual sea el éxito de nuestro esfuerzo?, ¿y lo hacemos todo en un clima de oración?

   Jesús, no quieres "instalarte" en un lugar donde te han acogido bien: "también a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios" (J. Aldazábal).

   "En cuanto rogaban al Salvador, enseguida curaba a los enfermos; dando a entender que también atiende las súplicas de los fieles contra las pasiones de los pecados" (S. Jerónimo).

   Jesús, muestras tu curación y tu misericordia con nosotros; nos liberas de la esclavitud del pecado; nos muestras el amor de Dios, la filiación divina, y también nos animas a construir un mundo más justo, con menos pobreza y con más oportunidades para que todos disfruten de una vida más digna. Es necesario que no sólo nos fijemos en la solución de la enfermedad y de la pobreza material; tenemos que luchar porque el Reino de Dios nos quite nuestro anquilosamiento espiritual, que nos hace vivir como postrados en cama, sólo pensando en nosotros mismos y en nuestro provecho personal. Hemos de permitir que el Espíritu de Dios nos levante y nos ponga a servir, en amor fraterno, a quienes necesitan de una mano, no que los explote y maltrate, sino que les sirva con el amor que procede de Dios y habita en nosotros.

 

Llucià Pou Sabaté

lunes, 2 de septiembre de 2024

Martes de la 22ª semana de Tiempo Ordinario: Jesús nos libera de nuestras enfermedades, y con su Espíritu nos hace conocer las profundidades de la Verdad y de Dios

Martes de la 22ª semana de Tiempo Ordinario: Jesús nos libera de nuestras enfermedades, y con su Espíritu nos hace conocer las profundidades de la Verdad y de Dios

 

A. Lecturas:

   1. I Corintios (2,10b-16): El Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios. ¿Quién conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre, que está dentro de él? Pues, lo mismo, lo íntimo de Dios lo conoce sólo el Espíritu de Dios. Y nosotros hemos recibido un Espíritu que no es del mundo, es el Espíritu que viene de Dios, para que tomemos conciencia de los dones que de Dios recibimos. Cuando explicamos verdades espirituales a hombres de espíritu, no las exponemos en el lenguaje que enseña el saber humano, sino en el que enseña el Espíritu, expresando realidades espirituales en términos espirituales. A nivel humano, uno no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le parece una necedad; no es capaz de percibirlo, porque sólo se puede juzgar con el criterio del Espíritu. En cambio, el hombre de espíritu tiene un criterio para juzgarlo todo, mientras él no está sujeto al juicio de nadie. «¿Quién conoce la mente del Señor para poder instruirlo?» Pues bien, nosotros tenemos la mente de Cristo.

   2. Salmo 144, 8-9. 10-11. 12-13ab. 13cd-14: El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas.

   Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas.

   Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad.

   El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan.

   3. Lucas 4,31-37: "En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenla un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces: -«¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.» Jesús le intimó: -«¡Cierra la boca y sal!» El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño. Todos comentaban estupefactos: -«¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen.» Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca".

 

B. Comentario:

   1. Pablo opone el hombre "psíquico", que se apoya únicamente sobre sus fuerzas -aún intelectuales-, al hombre "espiritual", que tiene en sí la morada de Dios. No es que desprecie el saber humano, pero hay otro saber superior: «ciertamente hablamos de sabiduría entre los perfectos, pero de una sabiduría que no es de este mundo» (1 Corintios 2,6). Cuando el hombre ha aprendido a "ceder" delante de Dios, cuando ha reconocido su insuficiencia y pobreza, entonces un campo infinito se abre a su investigación intelectual.

   -"Hermanos, el Espíritu Santo puede sondear incluso las profundidades de Dios". Podemos conocer algo de la verdad, pero hay un dominio infinito, que profundiza en la Verdad completa. Nuestras solas fuerzas no nos permiten avanzar como el Espíritu que puede "sondearlo" todo.

   -"¿Quién, pues, entre los hombres conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Del mismo modo, nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el mismo Dios". Lo que soy, lo que piensa otra persona… me es muchas veces desconocido. A un marido le es misterioso saber lo que piensa su mujer... hasta que ella se lo dice. Así Dios nos comunica el misterio de sus profundidades.

   -"El espíritu que nosotros hemos recibido, no es el del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios y por El conocemos las gracias que Dios nos ha otorgado". Gracias, Señor, porque no llego a ver casi nada de la inmensidad de la Verdad, sin tu ayuda,

   -"El hombre, por sus solas fuerzas humanas no puede recibir los dones del Espíritu de Dios. En cambio el hombre, animado por el Espíritu, lo juzga todo y a él nadie puede juzgarle".

   Es bonito este misterio de participar de tu Vida, Señor. ¡Gracias! (Noel Quesson).

   2. Esta mirada desde el Espíritu es la que nos hace ver las cosas como las ve Dios, y dice el salmo: "el Señor es justo en todos sus caminos". Aunque no lo entendamos nos sentiremos llamados a proclamar esa bondad de Dios, que es la clave para todo: "que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas".

   En nuestro tiempo cuentan mucho las hazañas técnicas del progreso, de las ciencias humanas, pero con el Espíritu podemos contemplar unas dimensiones mucho más altas, infinitamente más maravillosas.

   3. Rechazado en su pueblo, Nazaret, Jesús va a Cafarnaún.

   -"Jesús enseñaba... Estaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad". No dice cosas vacías ni sin vida, sino que del fondo de sí mismo surge un pensamiento magistral revestido de autoridad... y que, más que apoyarse en tradiciones de escuela, apela directamente a la conciencia de sus interlocutores. Jesús, yo quisiera también dejarme fascinar por tu palabra soberana, llegar a ser un mejor oidor tuyo y tu discípulo.

   -"En la sinagoga había un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces: ¿Qué tienes Tú con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos?"" Un hombre "no libre"... "alienado"... (de "alien", que vive la vida de otro dentro, es decir que no tiene vida propia). ¡El demonio es siempre hoy el que gravita sobre la libertad del hombre, para encadenarlo, para "poseerlo"! ¿Cuáles son mis alienaciones? ¿Qué es lo que me encadena? ¿Cuál es el mal que pesa sobre mi libertad? Costumbres o hábitos, pecados, aficiones... Por ejemplo, el domino de sí, "que es una pedagogía de la libertad humana. La alternativa es clara: o el hombre controla sus pasiones y obtiene la paz, o se deja dominar por ellas y se hace desgraciado" (Catecismo 2339), que sigue diciendo con palabras del Vaticano II: «La dignidad del hombre requiere, en efecto, que actúe según una elección consciente y libre, es decir; movido e inducido personalmente desde dentro y no bajo la presión de un ciego impulso interior o de la mera coacción externa» (2339).

   -"Sé muy bien quién eres: el "Santo", el "Santo de Dios." Jesús es conocido por ese demonio. ¡Tú, que eres "el santo": intercede siempre, sálvanos, libéranos!

   -"Jesús le intimó: "¡Cállate la boca y sal de ese hombre!" El demonio tiró al hombre por tierra en medio de los asistentes y salió de él sin hacerle ningún daño". Tal es el primer milagro relatado por los sinópticos. Una liberación. Un hombre "encadenado" que es libertado de la malévola influencia que pesaba sobre él. Un hombre que vuelve a ser normal, que vuelve a ser un hombre. "Sin hacerle ningún daño"... La fuerza malévola es verdaderamente dominada. El demonio ha encontrado a otro más fuerte que él. Tal es Jesús. Desde el primer día. Un Salvador.

   -"Todos quedaron estupefactos y se decían unos a otros: "¿Qué tendrá esa palabra, que manda con autoridad y poder a los espíritus inmundos?"" Otra vez vemos que esa autoridad llega hondo en sus oyentes, que es alguien que habla más allá de -Y su fama se extendía por toda la región. Hoy también Jesús "está de moda". La opinión pública le es favorable. Pero, ¿sabremos ir más allá de las publicidades superficiales para descubrirle, a Él, en el secreto de su Persona viviente? (Noel Quesson).

   Para el sediento sólo hay una obsesión: beber. Y cuando la "sed de Dios" atenaza con fuerza el corazón humano, toda la existencia se torna en búsqueda ardiente y apasionada. No vale lo que ya se sabía ni lo que se sabe aún. La persona entera se convierte en ansia enardecida, en sed abrasadora de encuentro…Yo sólo sé que, cuando miro el horizonte, cuando contemplo lo que me rodea, cuando adivino un amor más grande en la entrega de una madre, en la inmolación personal de quien da la vida por otro... cuando una luz diferente asoma a los ojos transparentes de un niño o se deja adivinar en la serenidad reposada y madura de un anciano, todo mi ser se lanza hacia ese "algo más" que desvelan o que velan estas realidades y una sed abrasadora me tortura y, al mismo tiempo, me calienta el corazón. En esos momentos, creo tener la certeza de haber nacido sólo para un encuentro que no sabrá de fin, para un encuentro donde todo será pleno, para un encuentro en el que no cabrán de angustias ni temores... Y el silencio del corazón grita llamando a un Dios que se revela y que se vela, al que conocemos en penumbra hasta que llegue el día de verlo cara a cara.

   San Agustín decía: "Mi alma es como tierra reseca frente a ti, porque así como no puede iluminarse con su propia luz, tampoco puede saciarse de sus propios recursos".

Luis Rosales también decía: "De noche iremos, de noche,  /que, para encontrar la fuente, / sólo la sed nos alumbra".

Llucià Pou Sabaté

domingo, 1 de septiembre de 2024

Lunes de la 22ª semana de Tiempo Ordinario: Jesús proclama la liberación de toda enfermedad y de todo mal, ha venido para traernos la misericordia divina

Lunes de la 22ª semana de Tiempo Ordinario: Jesús proclama la liberación de toda enfermedad y de todo mal, ha venido para traernos la misericordia divina

A. Lecturas:

   1. I Corintios (2,1-5): Yo, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado. Me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

   2. Salmo 118,97.98.99.100.101.102: ¡Cuánto amo tu voluntad!: todo el día estoy meditando.

   Tu mandato me hace más sabio que mis enemigos, siempre me acompaña.

   Soy más docto que todos mis maestros, porque medito tus preceptos.

   Soy más sagaz que los ancianos, porque cumplo tus leyes.

   Aparto mi pie de toda senda mala, para guardar tu palabra.

   No me aparto de tus mandamientos, porque tú me has instruido.

   3. Lucas 4,16-30: "En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: -«Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.» Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: -«¿No es éste el hijo de José?» Y Jesús les dijo: -«Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo Y'; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún.» Y añadió: -«Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel habla muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos habla en Israel en tiempos de] profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.» Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba".

 

B. Comentario:

   1. Nos dice hoy san Pablo: "cuando fui a vosotros, hermanos, no fui a anunciaros el misterio de Dios con el prestigio de la palabra o de la sabiduría"... La autoridad de los apóstoles no proviene de su ciencia ni de su valer humano, sino de la participación del "misterio" de Dios.

   -"No quise saber otra cosa sino a Jesucristo..." Ninguna otra cosa. A Jesucristo, mesías crucificado. ¿Qué tiempo dedico a la contemplación de la cruz? Perdón, Señor, por no detenerme a menudo, a fijar mis miradas en tus ojos de crucificado, para leer en ellos, mejor que en cualquier razonamiento, la locura de tu amor por mí.

   -"Y me presenté ante vosotros débil, tímido y tembloroso. Mi palabra y mi proclamación del evangelio no tuvieron nada de los persuasivos discursos de la sabiduría..." No busca salvaguardar ningún prestigio personal. ¡Qué gran ejemplo! Pablo no trataba de «convencer» a fuerza de argumentos. La evangelización no depende de los medios humanos empleados, sino de «la experiencia vivida del encuentro con Cristo». Pablo estaba impregnado de Cristo.

   -"Pero el Espíritu y su poder eran los que se impusieron". Esta inseguridad en vez de abatirle le confiere una razón de mayor seguridad, ¡la «potencia del Espíritu»! La Fe no es una adhesión de orden intelectual, de orden puramente humano. La teología dirá más tarde que es un don de la gracia.

   -"Para que vuestra fe no repose en sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios". Llegará por un «testimonio de vida de fe» que, algún día quizá, los interpelará... y por la oración. El cristianismo es una «relación de amor» con Dios: es una iniciativa divina y nuestra cooperación.

   La primera «idolatría» es la del pensamiento seguro de sí mismo: tomar nuestro pensamiento como medida de lo divino; pretender que yo tendría que comprenderlo todo; ¡convertirme en medida de Dios! La Fe es el maravilloso privilegio de los «pobres» (Noel Quesson).

   2. Señor, quiero cantarte con el salmista: meditaré tus palabras para descubrir tu voluntad, esa sabiduría que encierra el sentido de mi vida, mi interioridad donde hsa escrito tu palabra, para que siguiéndola vaya desarrollando esa misión que me has encomendado.

   3. Después de Marcos y de Mateo, hoy comenzamos el evangelio según san Lucas, hasta finales de noviembre que termine el tiempo ordinario. ¿Quién era Lucas? Nació en Antioquía de Siria, y pertenecía a la sociedad pagana cultivada, y ejercía la medicina como profesión. Siendo adulto, convertido quizá por san Pablo, pasó muy pronto a ser su compañero de apostolado. Escribe su evangelio con elementos de Marcos y Mateo, además de recoger otros testimonios de testigos oculares que vivían aún (Lc 1,2). Hay pues pasajes de los que él es el único relator. El griego empleado es el más literario y el más artísticamente redactado de todo el Nuevo Testamento. Tiene características y acentos propios: es el evangelio de la alegría, de la misericordia, del evangelio social, que quiere promover una sociedad más justa y más dichosa... todos los oprimidos de la sociedad antigua son valorizados: el niño, la mujer, los pobres... Dirigiéndose a ambientes cultivados del mundo pagano, evita las alusiones a las costumbres judías que habrían chocado o habrían exigido demasiadas explicaciones a la gente que no las conocía (J. Aldazábal).

   Como los episodios de la infancia han sido leídos alrededor de Navidad, comenzamos por la primera predicación en la sinagoga de Nazaret. Vemos la costumbre de ir a la sinagoga todos los sábados, y la invitación para que lea (de pie) al profeta; las lecturas de la Ley las hacían los rabinos; las de los profetas las podían hacer los laicos, como Jesús, que hubieran cumplido los treinta años. Este pasaje de Isaías lo escogiste, Señor, para mostrar tu programa mesiánico: "el Espíritu del Señor está sobre mí... me ha enviado a dar la Buena Noticia a los pobres, para dar la libertad a los oprimidos... para anunciar el año de gracia del Señor";

   Hiciste actual esa profecía: "hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír"; pero muchos no creen ti, Señor, por conocerte: "¿no es éste el hijo de José?"; Con dolor, Señor, citas dos refranes o dichos de la época: "médico, cúrate a ti mismo", y "ningún profeta es bien mirado en su tierra";

   La ira se apodera de las gentes, que ante estas palabras, quieren despeñarte por el barranco; pero tú escapas, como sigue diciendo: Jesús "se abrió paso entre ellos y se alejaba".

   Jesús, apareces desde la primera página como el Enviado de Dios, su Ungido, el lleno del Espíritu. Y apareces también como el que anuncia la salvación a los pobres, a los cautivos, a los ciegos, a los oprimidos.

   Lucas va a ser para nosotros un buen maestro para que sepamos presentar a Jesús, también a nuestro mundo de hoy, como el salvador de los pobres. "Me ha ungido y me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres". En la Plegaria Eucarística IV damos gracias a Dios Padre porque nos ha enviado a su Hijo Jesús, el cual "anunció la salvación a los pobres, la liberación a los oprimidos y a los afligidos el consuelo (la alegría)". Es un buen retrato de Jesús, que se irá desarrollando durante las próximas semanas: el que atiende a los pobres, el que quiere la alegría para todos, el que ofrece la liberación integral a los que padecen alguna clase de esclavitud. ¿Es éste también el programa de su comunidad, o sea, de nosotros?, ¿se puede decir que estamos anunciando la buena noticia a los pobres?, ¿y somos nosotros mismos esos pobres que se dejan alegrar por el anuncio de Jesús?

   Muchos necesitan tus palabras de verdad, Señor, como sus paisanos al principio: "toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él". Y cuando nos dices "hoy se cumple esta Escritura". Debemos ir cada día a lo que Dios nos ha dicho, para mi "hoy", en su Historia de Salvación (J. Aldazábal).

   La unción del Señor expresada en este pasaje, así la explica S. Cirilo de Jerusalén: "Cristo, en efecto, no fue ungido por los hombres ni su unción se hizo con óleo, o ungüento material, sino que fue el Padre quien le ungió al constituirlo Salvador del mundo, y su unción fue en el Espíritu Santo".

   No basta estar convencidos de que en Jesús se han cumplido las Escrituras, y que, por tanto, Dios ha cumplido sus promesas. No basta quedarnos admirados ante las palabras y obras de Jesús. No basta buscar a Jesús para que haga en nosotros lo que oímos que hizo en otros tiempos y lugares. Mientras no busquemos a Jesús para comprometernos con Él en la construcción del Reino, no podemos, en verdad, llamarnos hombres de fe y ser hijos de Dios.

Llucià Pou Sabaté