jueves, 5 de octubre de 2017

Jueves semana 26 de tiempo ordinario; año impar

Jueves de la semana 26 de tiempo ordinario; año impar

El cristiano ha de llevar la paz y alegría a los demás, ser portador de Cristo. La fe nos ayuda a vencer las dificultades
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios". Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: "Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de Dios." Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo” (Lucas 10,1-12).
I. Jesús designó de entre los discípulos que lo seguían con plena disponibilidad, setenta y dos de ellos para que fueran delante de Él, preparando las almas para Su llegada. Y les dijo: La mies es mucha y los obreros pocos (Lucas 10, 1-12). Hoy también el campo apostólico es inmenso: países de tradición cristiana que es necesario evangelizar de nuevo, naciones que han sufrido durante tantos años la persecución a causa de la fe, nuevos pueblos sedientos de doctrina, en nuestro alrededor, en el trabajo, en la Universidad, en los medios de comunicación. Algunos países padecen el indiferentismo, el secularismo o el ateísmo, en donde el bienestar económico y el consumismo entremezclados de pobreza y miseria lacerantes, viven “como si no hubiera Dios”. La fe tiende a ser arrancada de cuajo inclusive en los momentos más significativos de la existencia, como nacer, sufrir y morir. Ahora es tiempo de esparcir la semilla divina y también de cosechar. La mies es mucha, los obreros pocos. Tú, ¿al menos rezas diariamente por esta intención?
II. El Señor quiere servirse ahora de nosotros como hizo con sus discípulos. Antes de enviarlos al mundo entero, les hizo vivir como amigos en su intimidad, les dio a conocer al Padre, les reveló su amor y sobre todo, se los comunicó. Con esta caridad hemos de ir a todos los lugares, pues el apostolado consiste sobre todo en “manifestar y comunicar la caridad de Dios a todos los hombres y pueblos” (CONCILIO VATICANO II, Ad gentes), esa caridad con la que nos ama el Señor y con la que quiere que amemos a todos. Los demás deberán vernos dispuestos siempre a servir, sin rencores, sin hablar nunca mal de nadie, piadosos, alegres y laboriosos. Cuando nadie quede excluido de nuestro trato y de nuestra ayuda, estaremos dando testimonio de Cristo.
III. Junto a la caridad, nuestra alegría es aquella que el Señor nos prometió en la Última Cena (Juan 16, 22), la que nace del olvido de nuestros problemas y de la intimidad con Dios. La alegría es esencial en el apóstol porque es el portador de la Buena Nueva, el mensajero gozoso de Aquel que trajo la salvación al mundo. La alegría del cristiano tiene su fundamento en su filiación divina, en saberse hijo de Dios en cualquier circunstancia. Junto a la caridad y la alegría, hemos de saber expresar la posesión de la única verdad que puede salvar a los hombres y hacerlos felices. Pidamos a la Reina de los Apóstoles que nos ayude a ser un obrero eficaz en la mies del Señor.
Textos basados en ideas de Hablar con Dios de F. Fernández Carvajal.
Nuestra Señora del Pozo

El origen de la devoción a la Advocación Mariana de La Madonna del Pozzo se remonta al siglo XIII, en la Roma de la edad media. La tradición indica que alguien arrojó, voluntariamente, una imagen de Maria realizada sobre una pieza de piedra dentro de un pozo cisterna o pozo de agua. El profundo hoyo se encontraba ubicado en el establo de la residencia de un Cardenal en las inmediaciones de Roma.
En la noche entre el 26 y el 27 de septiembre del año 1256 se produce el prodigioso hecho de que el agua empieza a brotar con tal fuerza desde el pozo, que eleva a la superficie la imagen de la Virgen retratada en piedra. Los testigos advirtieron no sólo el fluir violento del agua sino de modo mucho mas resaltable, que se elevaba a la superficie la piedra con la imagen de la Virgen. El hecho fue inmediatamente reconocido como un milagro, al punto que el propio Pontífice realizó una procesión hasta el lugar de los hechos. Desde entonces esta advocacion de María es conocida como la Señora del Pozo, o la Madonna del Pozzo.

En la actual Iglesia-Santuario esta imagen es venerada en una Capilla, donde muchos fieles se acercan cotidianamente para beber el agua del antiguo pozo, que luego de tantos siglos sigue brotando.
El contiguo convento de los Siervos de Maria fué abierto en el año de 1513, que era anteriormente convento de la Observancia y después de Mantua. Desde el año 1803 forma parte de la Provincia de Romaña, hoy Provincia de Piemonte-Romaña de los Siervos de María. Los sacerdotes servitas custodian este santo lugar, señalado por la Gracia de Dios.
Oracion:
Señora del Pozo, luz de luz, alegría de alegría
esperanza de los tristes, amor de los afligidos
consuelo de los pobres de espíritu
linterna que alumbra las noches de oscuridad.
Danos tu luz, omnipotencia suplicante
elévanos en la oración, sujetos a tu calcañal
humildes en la espera, firmes en la confianza
entregados a tu Maternidad Divina.
Tu, Señora de la Alta Gracia
llévanos a tu Hijo, Jesús
ábrenos al Divino Espíritu de Amor
enséñanos a conocer el Amor del Padre.
Que tu luz sea nuestra luz
Que tu amor sea nuestro amor
Que tu esperanza sea nuestra esperanza
Que tu fe sea nuestra fe
Señora del Pozo, serena nuestros corazones
para que unidos a tu Inmaculado Corazón
y con la alegría de ser tu fiel reflejo
seamos capaces de unirnos a tu santa corredención
En un mundo donde más y más gente cae en el pozo de la depresión, esta advocación Mariana viene a oficiar como bastón y ayuda de quienes desean encontrar en el amor a Dios el camino de salida de la tristeza extrema. Un mal moderno por definición, la depresión nos invade poniendo un vacío que nos distancia de la esperanza y la alegría de ser hijos de Dios. Puede ser clasificada claramente como un desierto espiritual, que el hombre debe aprender a sobrellevar como una cruz que Jesús nos invita a compartir con Él. Vista de este modo, la tristeza o depresión adquieren un valor espiritual inmenso, porque nos unen con la angustia que el Señor sufrió en el Getsemaní, la noche en que iba a ser traicionado y entregado. Jesús verá con agrado nuestra ofrenda, y nos sacará a la luz de la esperanza cuando nuestra alma esté lista para recibir Su Gracia.

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